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El poder de la sangre de Drácula

Terror Un depravado satanista, obsesionado con la idea de resucitar a Drácula, convence a tres caballeros para comprar unas reliquias pertenecientes al mismísimo Príncipe de las Tinieblas: su capa, un anillo y un frasco de sangre pulverizada. Reunidos en una vieja iglesia desconsagrada, practican un ritual en el que tienen que beber la sangre de Drácula. Los caballeros se niegan y acaban matando al joven satanista. Cuando Drácula vuelve a la ... [+]
Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
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12 de junio de 2022 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez porque se trata de la primera que marca un rupturismo obvio con la pompa de la factura clásica de sus antecedentes, o por contemplar a un Dracula al que, como si se tratase de un psychokiller de los 80, lo que le mueve principalmente es una vendetta (por la muerte del sirviente: un trasunto de Dorian Gray al que ha desheredado su familia y trae locas a las cortesanas). Pero de lo que no me cabe duda es de estar ante el primer Dracula con Christopher Lee al frente -para la Hammer, no para Jess Franco- que no es idéntico a los episodios anteriores.
De lo que sí se ha dado cuenta cualquiera a estas alturas es de que lo de iniciar el prólogo de cada nuevo capítulo al estirar una franquicia justo donde terminó el anterior viene de lejos. En consecuencia la 5° entrega del Dracula hammeriano -aunque es la cuarta con la presencia del conde- no sería la excepción a la regla no escrita de una línea de continuidad que conservarían en los slasher de los 80.
El cambio de década -en lo que atañe al año de su estreno, que no a la ubicación argumental (eso vendría más adelante)- repercute en un grado mayor de permisividad en el exhibicionismo erótico y la chicha (lo que se tradujo en el cercenamiento de escenas en su versión española).
Ni los burdeles, ni los ritos satánicos o tan siquiera algunos despuntes ocasionales de colorines y estética zumbona en una realización más anárquica y actual (hasta un plano de seguimiento con cámara al hombro) son razones para que se altere la inmutabilidad de un Lee al que únicamente Isla Blair aguanta inmune (inicialmente) Ia mirada.
Sé que decirlo sonará descabellado pero la sangre de la serie brota aquí más fresca de lo que esperaba para ser una quinta entrega.
¡Aquí tienes mi cuello, Chris! Ya sé que no soy tan jugoso y dulce como Gwen Watford. Pero al menos no te traicionaré por despecho al reprocharme "que ya no te sirvo".
Pues lo he gozado, oiga.
4
29 de noviembre de 2012 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cuarta entrega que la Hammer hiciera del mítico personaje stokeriano, todas ellas con Lee como protagonista. Ésta arranca allá dónde acabó su título precedente ("Drácula, príncipe de las tinieblas") proponiendo como argumento la venganza que el vampiro quiere ejecutar sobre los asesinos de su discípulo lord Courtney a través del cual resucitó.
La película es de un argumento harto simplista y esquemático, revelándose forzada y artificiosa, y denotando un gran agotamiento desde el primer y casi mítico "Drácula" de Fisher. Resultan aparatosas las apariciones de Lee, así como los objetivos de su venganza, tres incautos y detestables gentlemens de tan respetable fachada como negra alma y vicios.
Empero, el film está bien interpretado y correctamente acabado, lo cual le hacen tan entretenido como insuficiente, nunca fascinador pero siempre interesante, por ser el último título digno de la Hammer en torno a la figura del inagotable vampiro.
5
10 de mayo de 2016 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cuarta entrega del famoso vampiro todavía tiene algo interesante que contar. La historia continúa donde la dejó la anterior. Drácula, cual Freddy Krueger vuelve a la palestra, después de que un vendedor ambulante encuentre varios de sus objetos, incluida su sangre, y se los venda a un trío de adinerados puteros quienes gracias a los encantamientos de un satanista consigue resucitar al vampiro. El argumento es bastante delirante pero la historia con los mismos defectos técnicos que las otras se deja ver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que me decepcionó fue la muerte de Drácula. Muere al caer al suelo dentro de una iglesia después de desorientarse con tanta cruz y termina deshaciéndose sin más. Francamente podían habérselo currado algo más.
7
22 de marzo de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta película de la saga, con la imponente presencia de Christopher Lee nuevamente, presentando algunas líneas más de diálogo.
Como se sabe, comienza donde terminó la cinta anterior. No es un mal inicio, pero después algo desperdiciado, por el carácter absolutamente secundario del personaje inicial, la línea de venganza que adquiere la trama y la manera en que renace el vampiro.
Tiene otros aportes interesantes, como ese contexto social y familiar de los personajes de la clase alta londinense y la especie de doble moral (y doble vida) que ellos manifiestan. Muy bien interpretados los tres, especialmente el que hace de padre de la bella Alice, un rol de carácter, pero que en sí mismo encierra una debilidad psicológica. En ese sentido -si bien Lee demora en entrar en escena- la película tiene un estupendo inicio.

Buenos diálogos, en general, cierta flema inglesa, y el sabroso ingrediente de ese buen personaje extravagante y extrovertido que hace las veces del lacayo de Drácula y que contribuirá a su resurrección. Aunque un renacer del vampiro bastante curioso (por no decir absurdo). Hasta ahí, la historia iba bien, llevada con cierta altura, había novedad e interés, pero luego empieza a diluirse, no obstante la presencia dominante del maligno Conde. Claro, ya se terminaban las ideas y no se puede volver a insistir en lo mismo de versiones anteriores. Esto también vale para el final, que trata de ser original. Por lo menos, ese desenlace rompe el molde típico de los finales de la serie. Tiene fortalezas y debilidades.
Las féminas en lo suyo, lo típico, eso sí, se aprecia más carga de erotismo, particularmente en el verdadero acto de posesión con claro simbolismo sexual que hace el Conde de sus bellas víctimas en el momento de la mordida. Se ha interpretado como un acto orgásmico.
Los jóvenes bastante deslavados, lo mismo la historia romántica de la pareja principal.
Música y ambientación, como siempre, es un punto destacado en estas cintas de la Hammer. Magnífica atmósfera gótica, carruajes, locaciones, gente que pulula por ahí y allá y vivos colores en exteriores.
En resumen, Drácula sigue respirando, aunque más lentamente..
6
16 de febrero de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo dos años después de la cuarta entrega del Drácula de Christopher Lee (El Hombre de Mimbre, 1973), nos llega una quinta parte dirigida en esta ocasión por el responsable de títulos como La Condesa Drácula (1971), y con un reparto con nombres como Geoffrey Keen (El Circo del Crimen, 1968), o Gwen Watford (El Necrófago, 1974), además del ya citado Christopher Lee repitiendo su papel de Drácula.

Un depravado satanista, obsesionado con la idea de resucitar a Drácula, convence a tres caballeros para comprar unas reliquias pertenecientes al mismísimo Príncipe de las Tinieblas: su capa, un anillo y un frasco de sangre pulverizada. Reunidos en una vieja iglesia desconsagrada, practican un ritual en el que tienen que beber la sangre de Drácula. Los caballeros se niegan y acaban matando al joven satanista. Cuando Drácula vuelve a la vida, se venga de los tres hombres, utilizando para ello a sus propios hijos.(FilmAffinity)

Si bien la saga está en claro declive desde la destacable Drácula, Príncipe de las Tinieblas (Terence Fisher, 1966), la película que nos ocupa se las arregla para presentar una historia relativamente fresca, aún con elementos bastante absurdos, sobretodo en la mitología de un Drácula cada vez más delicado. Las interpretaciones están solventes en todos los casos, echando de menos el Van Helsing de Peter Cushing (El Perro de los Baskerville, 1959), y la dirección cumple aunque se nota la ausencia de la excelente mano de Terence Fisher (La Maldición de Frankenstein, 1957). El ritmo de la película es algo pausado y arranca a los 45 minutos de metraje, y las muertes cumplen pero resultan algo genéricas.

Sin ser, ni mucho menos, una de las grandes películas sobre el mítico vampiro, El Poder de la Sangre de Drácula es una propuesta que todo aquel que haya disfrutado con las películas anteriores de la Hammer, sabrá apreciar.

Nota personal 6/10
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