La leyenda de Tarzán
2016 

5.2
13,110
Aventuras
Ya hace años que Tarzán (Alexander Skarsgård) abandonó la jungla africana para llevar una vida aburguesada como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su esposa Jane (Margot Robbie). Pero un día le ofrecen el cargo de embajador en el Congo. En realidad, todo forma parte de un plan ideado por un capitán belga (Christoph Waltz), aunque los responsables de llevarlo a cabo no están preparados para ello. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2016
13 de julio de 2016
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enésima versión en carne y hueso –y CGI- de Tarzán, quizás un personaje muy anticuado para las nuevas generaciones, o tal vez no. Lo cierto es que esta versión no es de las más memorables, no aburre, pasan cosas todo el tiempo, pero ninguna es demasiado interesante y uno está al borde del aburrimiento la mayor parte del tiempo.
Tarzán ahora tiene a su “Robín”, es decir Samuel L. Jackson, como el embajador de Estados Unidos en el Congo Belga, algo que no sé si es históricamente exacto o qué, pero en realidad no importa. Por cierto de que aunque su presencia es importante eso no quita de que Tarzán caiga nada sutilmente en el estereotipo “salvador blanco”
Mención aparte merece el personaje de Jane, quien ahora es el estereotipo de “personaje femenino fuerte” que parece adorar Hollywood, y no estoy en contra de ese tipo de personajes, pero se ha transformado en un cliché que a menudo revela cuan poco cuidado pone Hollywood en las mujeres, en este caso Jane es “badass”, “patea traseros” y es ruda, al principio al menos, pero después pierde todo protagonismo y su rol se reduce al de adorno, dedicándose a mirar como Tarzán y su mejor amigo negro resuelven las cosas.
Tarzán ahora tiene a su “Robín”, es decir Samuel L. Jackson, como el embajador de Estados Unidos en el Congo Belga, algo que no sé si es históricamente exacto o qué, pero en realidad no importa. Por cierto de que aunque su presencia es importante eso no quita de que Tarzán caiga nada sutilmente en el estereotipo “salvador blanco”
Mención aparte merece el personaje de Jane, quien ahora es el estereotipo de “personaje femenino fuerte” que parece adorar Hollywood, y no estoy en contra de ese tipo de personajes, pero se ha transformado en un cliché que a menudo revela cuan poco cuidado pone Hollywood en las mujeres, en este caso Jane es “badass”, “patea traseros” y es ruda, al principio al menos, pero después pierde todo protagonismo y su rol se reduce al de adorno, dedicándose a mirar como Tarzán y su mejor amigo negro resuelven las cosas.
7 de agosto de 2016
7 de agosto de 2016
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Yates en un fallido intento de salir de Hogwarts consigue una de las peores de lo que llevamos de año bajo mi punto de vista.
"La leyenda de Tarzán" además de no aportar ABSOLUTAMENTE nada a la mítica historia de este personaje, parece rodada sin ganas, como si el director dijese: "Voy a hacer una película que no sea de magos y brujas, así la gente pensará que yo soy muy bueno en cualquier género". Personajes muy muy mal trazados, una historia cogida con hilos, unas actuaciones penosas (¿¡pero cómo todas las estrellas que aparecen en el film aceptaron aparecer en semejante engendro!?) y mucho pero mucho aburrimiento. No sabes nunca si estás viendo un film de aventuras o un drama pomposo desarrollado en el siglo XIX. Y por si fuera poco, las escenas de acción son de risa. Vamos a ver, yo sé que Tarzán es un personaje muy fuerte y así está retratado en la novela, pero es que en esta película nos hacen pensar que es Hércules. Le disparan y ni se inmuta, se tira desde alturas de vértigo y sale ileso, mata a 100 personas sin ayuda... Vamos, un disparate. Y Margot Robbie tampoco se queda atrás en este asunto.
En conclusión, una excusa más para ver a un tío musculoso sin camiseta y la gente acuda a verla en masas. Un despropósito.
"La leyenda de Tarzán" además de no aportar ABSOLUTAMENTE nada a la mítica historia de este personaje, parece rodada sin ganas, como si el director dijese: "Voy a hacer una película que no sea de magos y brujas, así la gente pensará que yo soy muy bueno en cualquier género". Personajes muy muy mal trazados, una historia cogida con hilos, unas actuaciones penosas (¿¡pero cómo todas las estrellas que aparecen en el film aceptaron aparecer en semejante engendro!?) y mucho pero mucho aburrimiento. No sabes nunca si estás viendo un film de aventuras o un drama pomposo desarrollado en el siglo XIX. Y por si fuera poco, las escenas de acción son de risa. Vamos a ver, yo sé que Tarzán es un personaje muy fuerte y así está retratado en la novela, pero es que en esta película nos hacen pensar que es Hércules. Le disparan y ni se inmuta, se tira desde alturas de vértigo y sale ileso, mata a 100 personas sin ayuda... Vamos, un disparate. Y Margot Robbie tampoco se queda atrás en este asunto.
En conclusión, una excusa más para ver a un tío musculoso sin camiseta y la gente acuda a verla en masas. Un despropósito.
28 de julio de 2016
28 de julio de 2016
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Warner la arranca la esencia a Tarzán para crear un blockbuster de superhéroes tan mecánico, incompetente, irrisorio y sin alma; que uno prefiere ser atacado por un gorila antes que seguir en la sala.
-Construida sobre anacronismos. Esta película no tiene ni pies ni cabeza, tampoco tiene voluntad aventurera y su batiburrillo digital es muy feo.
El año pasado Warner Bros sufrió uno de los mayores fracasos en taquilla de todo el siglo. “Pan” de Joe Wright fue repudiada por la crítica y el público, tachada de película hortera, tediosa y tonta. El batacazo económico fue monumental, pero parece que Warner no aprendió la lección y se arriesgó a tropezar dos veces con la misma piedra. La existencia de esta nueva versión de Tarzán y el motivo de su apresurada producción (algo que se nota en cada fotograma) se deben al éxito arrollador de la versión de imagen real de “El libro de la selva”. El filme de Favreau gustó a todo el mundo, su fauna y su flora digitales recreadas con una atención al detalle sublime simplemente ayudaban a que la estupenda y conocida historia nos cautivara más aún. Y claro, Warner quería y necesitaba un huevo de oro de esos, así que recuperar a Tarzán era una decisión obvia. Hacerlo aprisa, con un CGI tan descuidado, un argumento tan poco concordante, un guión tan comercial y una necesidad de gustar a todo el mundo que acabara por no gustar a nadie; eso ya eran decisiones algo más dudosas. Pero antes de comenzar con el texto argumentativo, nombremos a los responsables primeros de esta nueva superproducción que llega a los cines de todo el mundo. Los cuatro guionistas encargados de traer de vuelta al personaje creado por Edgar Rice Burroughs son: Stuart Beattie, Craig Brewer, John Collee y Adam Cozad. El director designado para sacar adelante la propuesta es el competente David Yates, mundialmente conocido por dirigir las cuatro últimas películas de Harry Potter; y que se encargará también de comenzar la nueva trilogía de “Animales fantásticos y donde encontrarlos”. Por último tenemos a un atractivo reparto que lleve al público hacia las salas. Empezando por un hipermusculado Alexander Skarsgård y la infalible Margot Robbie y siguiendo con actores tan cualificados como Christoph Waltz, Samuel L. Jackson, Djimon Hounsou y Jim Broadbent -entre otros-.
No hay por donde salvar esta película, el desastre hace aguas por todos sus poros y apartados. Los guionistas han decidido pasar olímpicamente de “Tarzán de la Jungla” para contar una historia discordante sobre la liberación de esclavos en el Congo. Y no es sólo el argumento lo que no tiene ni un poco que ver con las aventuras pulp del personaje o con lo escrito por Burroughs. El verdadero problema es que hay viaje pero no hay ni una pizca de aventura durante el mismo. Lo único que ofrece esta versión es a Skarsgård mostrando sus pectorales a cámara lenta (no sólo los pectorales parecen pedruscos, su cara también) mientras suena la irritante música compuesta por Rupert Gregson-Williams, con algunas escenas de tiros de por medio, tan aburridas como mal realizadas. En 109 minutos de metraje hay muchísimas secuencias que no aportan absolutamente nada, constantes anacronismos y sinsentidos y líneas de diálogo tan absurdas y autocomplacientes que no te las crees. Y si con eso no fuera suficiente, la sensación de caricatura es constante. El humor lamentable forma parte de la sensación de estar viendo una “Buddy Movie” de acción, con el protagonismo y los chistes compartidos entre Skarsgård y el risible personaje de Samuel L. Jackson haciendo de si mismo. Al igual que Waltz hace de Waltz haciendo de villano, un villano que no hay por donde cogerlo. Porque el personaje más allá de estar desdibujado, está mal desdibujado si es que eso no es una redundancia en toda regla. Por último están el de Djimon Hounsou que existe sólo para crear el argumento de una posible secuela con tanto olor a telefilme que me asusto, y el personaje de Jane, que ha cambiado para resultar tan complaciente como incoherente y aplastantemente fallido. Pero lo peor no es que en pleno siglo XXI no nos demos cuenta de que convertir a todos los personajes femeninos en seres independientes, valientes y luchadores; eliminado cualquier tipo de diversidad, es algo tan aburrido como cínico. Lo peor es que la química entre estos Tarzán y Jane es tan estéril como artificial se siente la película. Por último hablar de unos efectos especiales bastante regulares y en los que el filme se apoya constantemente. Aunque la mayoría de animales están bastante bien recreados, casi todos los escenarios y fondos cantan horriblemente a “chroma key”, incluso cuando Yates se sirve de los desenfoques.
Así pues y sin darle muchas vueltas o ponerme a parir todos y cada uno de los elementos individuales, les digo que Warner vuelve a tropezar con la misma piedra tras comprar todas las papeletas para hacerlo. David Yates empaña su currículum de competente director de encargo, debido a una cinta torpe, apresurada, vacua, complaciente y manufacturada. “La leyenda de Tarzán” tiene un ritmo adecuado que permite no sufrir demasiado durante 109 minutos, pero todos sus demás apartados desde guión a reparto, son desastrosos. Está mal enfocada desde el planteamiento argumental, está rodada con prisas innecesarias, mal ensamblada y vendida como algo que no es. Porque esta no es una película de Tarzán, es una película condescendiente, lánguida y cobarde sobre un superhéroe con los poderes de un Aquaman o un Antman africano y la vida y los traumas de Batman. Dejando atrás el espíritu aventurero, alegre y libertino del personaje para convertirlo en un antihéroe superheroico post-Nolan. Y hay una cosa que tengo bien clara, Tarzán no es un héroe de acción.
-Construida sobre anacronismos. Esta película no tiene ni pies ni cabeza, tampoco tiene voluntad aventurera y su batiburrillo digital es muy feo.
El año pasado Warner Bros sufrió uno de los mayores fracasos en taquilla de todo el siglo. “Pan” de Joe Wright fue repudiada por la crítica y el público, tachada de película hortera, tediosa y tonta. El batacazo económico fue monumental, pero parece que Warner no aprendió la lección y se arriesgó a tropezar dos veces con la misma piedra. La existencia de esta nueva versión de Tarzán y el motivo de su apresurada producción (algo que se nota en cada fotograma) se deben al éxito arrollador de la versión de imagen real de “El libro de la selva”. El filme de Favreau gustó a todo el mundo, su fauna y su flora digitales recreadas con una atención al detalle sublime simplemente ayudaban a que la estupenda y conocida historia nos cautivara más aún. Y claro, Warner quería y necesitaba un huevo de oro de esos, así que recuperar a Tarzán era una decisión obvia. Hacerlo aprisa, con un CGI tan descuidado, un argumento tan poco concordante, un guión tan comercial y una necesidad de gustar a todo el mundo que acabara por no gustar a nadie; eso ya eran decisiones algo más dudosas. Pero antes de comenzar con el texto argumentativo, nombremos a los responsables primeros de esta nueva superproducción que llega a los cines de todo el mundo. Los cuatro guionistas encargados de traer de vuelta al personaje creado por Edgar Rice Burroughs son: Stuart Beattie, Craig Brewer, John Collee y Adam Cozad. El director designado para sacar adelante la propuesta es el competente David Yates, mundialmente conocido por dirigir las cuatro últimas películas de Harry Potter; y que se encargará también de comenzar la nueva trilogía de “Animales fantásticos y donde encontrarlos”. Por último tenemos a un atractivo reparto que lleve al público hacia las salas. Empezando por un hipermusculado Alexander Skarsgård y la infalible Margot Robbie y siguiendo con actores tan cualificados como Christoph Waltz, Samuel L. Jackson, Djimon Hounsou y Jim Broadbent -entre otros-.
No hay por donde salvar esta película, el desastre hace aguas por todos sus poros y apartados. Los guionistas han decidido pasar olímpicamente de “Tarzán de la Jungla” para contar una historia discordante sobre la liberación de esclavos en el Congo. Y no es sólo el argumento lo que no tiene ni un poco que ver con las aventuras pulp del personaje o con lo escrito por Burroughs. El verdadero problema es que hay viaje pero no hay ni una pizca de aventura durante el mismo. Lo único que ofrece esta versión es a Skarsgård mostrando sus pectorales a cámara lenta (no sólo los pectorales parecen pedruscos, su cara también) mientras suena la irritante música compuesta por Rupert Gregson-Williams, con algunas escenas de tiros de por medio, tan aburridas como mal realizadas. En 109 minutos de metraje hay muchísimas secuencias que no aportan absolutamente nada, constantes anacronismos y sinsentidos y líneas de diálogo tan absurdas y autocomplacientes que no te las crees. Y si con eso no fuera suficiente, la sensación de caricatura es constante. El humor lamentable forma parte de la sensación de estar viendo una “Buddy Movie” de acción, con el protagonismo y los chistes compartidos entre Skarsgård y el risible personaje de Samuel L. Jackson haciendo de si mismo. Al igual que Waltz hace de Waltz haciendo de villano, un villano que no hay por donde cogerlo. Porque el personaje más allá de estar desdibujado, está mal desdibujado si es que eso no es una redundancia en toda regla. Por último están el de Djimon Hounsou que existe sólo para crear el argumento de una posible secuela con tanto olor a telefilme que me asusto, y el personaje de Jane, que ha cambiado para resultar tan complaciente como incoherente y aplastantemente fallido. Pero lo peor no es que en pleno siglo XXI no nos demos cuenta de que convertir a todos los personajes femeninos en seres independientes, valientes y luchadores; eliminado cualquier tipo de diversidad, es algo tan aburrido como cínico. Lo peor es que la química entre estos Tarzán y Jane es tan estéril como artificial se siente la película. Por último hablar de unos efectos especiales bastante regulares y en los que el filme se apoya constantemente. Aunque la mayoría de animales están bastante bien recreados, casi todos los escenarios y fondos cantan horriblemente a “chroma key”, incluso cuando Yates se sirve de los desenfoques.
Así pues y sin darle muchas vueltas o ponerme a parir todos y cada uno de los elementos individuales, les digo que Warner vuelve a tropezar con la misma piedra tras comprar todas las papeletas para hacerlo. David Yates empaña su currículum de competente director de encargo, debido a una cinta torpe, apresurada, vacua, complaciente y manufacturada. “La leyenda de Tarzán” tiene un ritmo adecuado que permite no sufrir demasiado durante 109 minutos, pero todos sus demás apartados desde guión a reparto, son desastrosos. Está mal enfocada desde el planteamiento argumental, está rodada con prisas innecesarias, mal ensamblada y vendida como algo que no es. Porque esta no es una película de Tarzán, es una película condescendiente, lánguida y cobarde sobre un superhéroe con los poderes de un Aquaman o un Antman africano y la vida y los traumas de Batman. Dejando atrás el espíritu aventurero, alegre y libertino del personaje para convertirlo en un antihéroe superheroico post-Nolan. Y hay una cosa que tengo bien clara, Tarzán no es un héroe de acción.
4 de agosto de 2016
4 de agosto de 2016
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que ya le estoy cogiendo el tranquillo a esta gente tan "chic", críticos super importantes y profesionales. Lo único que has de hacer es no hacerles ni puto caso. Parece ser que ~$egun les convenga, la peli es buena o mala.
Pues esta cinta es cojonuda para una buena tarde de cine. Lo tiene todo. Accion, historia, argumento, romance, lealtad y todo acaba encajando en una selva llena de bichos que, digitales o no, están muy muy currados.
No hay que ponerle pegas a todo joder. Con esas guisas mandariamos a tomar viento toda la saga de star wars o la aclamada avatar por exceso de efectos especiales.
Recomendada 100%
Pues esta cinta es cojonuda para una buena tarde de cine. Lo tiene todo. Accion, historia, argumento, romance, lealtad y todo acaba encajando en una selva llena de bichos que, digitales o no, están muy muy currados.
No hay que ponerle pegas a todo joder. Con esas guisas mandariamos a tomar viento toda la saga de star wars o la aclamada avatar por exceso de efectos especiales.
Recomendada 100%
21 de julio de 2016
21 de julio de 2016
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarzán, versión David Yates (en su primera película después del apoteósico final que dio a Harry Potter y antes de regresar, este mismo año, al mundo mágico de JK Rowling con Animales fantásticos y dónde encontrarlos), es una correcta cinta de aventuras. De hecho, es posible que sea la mejor cinta no animada que se ha hecho del personaje de Edgar Rice Burroughs en mucho tiempo, o quizás en toda la historia del cine. Estéticamente es bellísima, los efectos visuales lucen espectaculares, es entretenida gracias a su ajustado metraje y está rodada con enorme gusto por Yates, que ya ha demostrado con creces que es un gran, y versátil, realizador.
Sin embargo, hay un problema si una película de aventuras se tiene que plantar prácticamente en el minuto 50 para que empiecen a pasar cosas. No es que antes no haya sido interesante (la cinta cuenta con un buen desarrollo de personajes del que se benefician especialmente los dos estupendos protagonistas, Alexander Skarsgard y Margot Robbie; a Christoph Waltz vamos a dejarlo a un lado, porque por muchos dos Oscar que tenga, hace siempre lo mismo y pone siempre la misma cara. No sé si a un gran actor que siempre hace lo mismo se le puede seguir llamando un buen actor...), pero sin duda le falta acción y le falta espectacularidad más allá de los efectos visuales. El otro problema es su indefinición. La película no sabe muy bien lo que quiere ser. Parece presentar una historia "nueva", con cierto contenido político incluso, pero cada dos por tres está deteniendo la narración para insertar flashbacks sobre la historia más clásica de Tarzán y su relación con Jane. Es como si Yates, queriendo presentar algo nuevo, no pudiera desprenderse de la imagen clásica del personaje por miedo a... ¿a qué? ¿a que la gente no lo reconozca o no le guste?
Con todo, correcta cinta que devuelve el sabor clásico de las aventuras africanas de uno de los personajes míticos de la literatura universal.
Lo mejor: Su estética, bellísima, y el esfuerzo notable de Margot Robbie y Alexander Skarsgard por hacer interesantes sus personajes
Lo peor: No tiene claras sus intenciones
Sin embargo, hay un problema si una película de aventuras se tiene que plantar prácticamente en el minuto 50 para que empiecen a pasar cosas. No es que antes no haya sido interesante (la cinta cuenta con un buen desarrollo de personajes del que se benefician especialmente los dos estupendos protagonistas, Alexander Skarsgard y Margot Robbie; a Christoph Waltz vamos a dejarlo a un lado, porque por muchos dos Oscar que tenga, hace siempre lo mismo y pone siempre la misma cara. No sé si a un gran actor que siempre hace lo mismo se le puede seguir llamando un buen actor...), pero sin duda le falta acción y le falta espectacularidad más allá de los efectos visuales. El otro problema es su indefinición. La película no sabe muy bien lo que quiere ser. Parece presentar una historia "nueva", con cierto contenido político incluso, pero cada dos por tres está deteniendo la narración para insertar flashbacks sobre la historia más clásica de Tarzán y su relación con Jane. Es como si Yates, queriendo presentar algo nuevo, no pudiera desprenderse de la imagen clásica del personaje por miedo a... ¿a qué? ¿a que la gente no lo reconozca o no le guste?
Con todo, correcta cinta que devuelve el sabor clásico de las aventuras africanas de uno de los personajes míticos de la literatura universal.
Lo mejor: Su estética, bellísima, y el esfuerzo notable de Margot Robbie y Alexander Skarsgard por hacer interesantes sus personajes
Lo peor: No tiene claras sus intenciones
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