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La leyenda de Tarzán

Aventuras Ya hace años que Tarzán (Alexander Skarsgård) abandonó la jungla africana para llevar una vida aburguesada como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su esposa Jane (Margot Robbie). Pero un día le ofrecen el cargo de embajador en el Congo. En realidad, todo forma parte de un plan ideado por un capitán belga (Christoph Waltz), aunque los responsables de llevarlo a cabo no están preparados para ello. (FILMAFFINITY)
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6
13 de abril de 2018 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bastante mejor de lo que me pensaba. La vi obligado y acabé satisfecho. Muy del estilo del último Kong Skull Island, es decir, la principal virtud es el atractivo visual, bonitos paisajes magníficamente fotografiados, buenos efectos, en general visualmente muy preciosista, un espectáculo.

Luego de guión está mejor que Kong puesto que desarrolla mucho más los personajes. La peli se ambienta varios años después de la historia original de Tarzán, podríamos llamarla una secuela de Greystoke, pero no hace falta haberla visto porque hace los flashbacks necesarios para poner en contexto al espectador a lo largo del relato.

Resumiendo, muy entretenida, y sin prescindir de desarrollar personajes e historia, que no se hacen cansinos pese a ser una historia mil veces contada, que era lo que me temía tanto de este Tarzán como de Kong y ambas me gustaron porque conseguían dar una vuelta de tuerca a lo ya sabido y mostrado anteriormente en vez de volver a contar lo mismo.

En general me parece el mejor Tarzán que he visto y creo que he visto todos los que se han hecho a lo largo de la historia. Sorprendente. Aunque tampoco es que tenga que ser una obra maestra ni mucho menos para ser el mejor Tarzán.

Solo le pondría una pega, por ser quisquillosos, y es que creo que Alexander Skarsgard no tiene cara de ser suficientemente rudo para el personaje. Quizá sea preferencia personal pero me hubiese gustado más un actor con una cara más a lo Jason Statham. Y no digo que fuese Statham sino alguien con ese tipo de rostro rudo, no un principito pitminí como Skarsgard. Pero bueno, el chaval se esfuerza en convencer así que lo acepto.
2
31 de enero de 2017 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “The Legend Of Tarzan” (2016) de David Yates con Alexander Skarsgård, Margot Robbie, Christoph Waltz, Samuel L. Jackson y Djimon Hounsou entre otros; basado en la novela “Tarzan Of The Apes” (1914) de Edgar Rice Burroughs.
La acción inicia cuando Tarzan regresa al Congo junto a su esposa Jane, engañados por El Capitán belga, Leon Rom, iniciando una historia de aventura y peligro.
Digitalizada hasta la médula, la trama se enfoca demasiado en su agarrotado héroe contra un villano simplón, más que en las grandes ideas que levanta a su paso; pues Tarzan es la dicha y el abandono, sobre todo la fantasía de vivir en armonía con la creación; y no trata sobre luchas en El Congo… así, al convertir a Tarzan en otro simple superhéroe, el “blockbuster” de Yates, desperdicia a uno de los más grandes nombres de la literatura.
“The Legend Of Tarzan” (2016) no es una actualización de “La Leyenda”, no hay carga filosófica sobre qué significa ser diferente, o si está mal serlo… ni del valor de la naturaleza, la importancia de preservar los ecosistemas, etc.
Aquí no hay historia del bebé encontrado y criado por monos, él ya está grandecito… todo su pasado queda determinado por una mirada vacía, para que vengan los “flashbacks” que no aportan nada… ni hablar de las escenas fuera de tono, que hay 2 algo pasadas para ser un filme PG-13 con secuencias de violencia, sensualidad y diálogo grosero.
Del reparto, “The Legend Of Tarzan” (2016) está hecho a La Mayor Gloria de Alexander Skarsgård, lucimiento personalísimo con un imponente físico, abdominales altamente desarrollados, pero sin mostrar palmito, y no se vale el grado de mojigatería, pues el característico taparrabo, aparece rápidamente al final…
¡No hay gracia!
Margot Robbie hace de “Princesa florero en peligro”; Christoph Waltz no ha logrado exorcizarse de su personaje Hans Landa de “Inglourious Basterds” (2009), aquí como el antagonista principal de nombre Leon Rom, tomado de un personaje histórico real de nacionalidad belga, que nada tiene que ver con la historia de Tarzan; Samuel L. Jackson haciendo de Samuel L. Jackson, por sus chistes tontorrones y estupideces “cómicas”, lo terminé odiando, y aquí hace del personaje histórico real, llamado George Washington Williams, que tampoco tiene que ver con el Tarzan de Burroughs; y Djimon Hounsou es casi un cameo.
Y es que hay numerosas películas sobre Tarzan, muchas no tienen conexión alguna con la novela de Burroughs; se han hecho al menos 89 filmes desde 1918, que incluyen las más famosas, que bien pongo como referencia absoluta del personaje y son:
“Tarzan The Ape Man” (1932), “Tarzan, The Ape Man” (1981), “Greystoke: The Legend Of Tarzan, Lord Of The Apes” (1984), hasta el momento, la adaptación más fiel al libro, nominada a 3 Premios Oscar: Mejor actor de reparto (Ralph Richardson), guión adaptado, y maquillaje; y “Tarzan” (1999), película animada producida por Walt Disney Pictures, ganadora de 1 Premio Oscar a La Mejor Canción “You'll Be in My Heart”, interpretada por Phil Collins.
Pero lo que más importa a los productores de “The Legend Of Tarzan” (2016) es el dinero, que por cierto, de $180 millones de presupuesto, solo ha recaudado $57 millones, desde su estreno el pasado 27 de junio; que la convierte en un rotundo FRACASO; además de la afrenta por ningunear un éxito de la literatura, transformándolo en un superhéroe vacío, y en la crecida, embobar al espectador.
Así las cosas, la doy por NO RECOMENDADA, por tanto, no tendrá nota en el blog Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
5
27 de julio de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedes hacer, y menos estrenar, una película tan aburrida en pleno verano, cuando la gente desea desconectar las neuronas en el cine después de pasarse el día en la playa. La palabra que mejor define la nueva aventura del rey de la jungla, esta ‘La Leyenda de Tarzán’, es sin duda “aburrida”.

Es como si los responsables del guión (Stuart Beattie, Craig Brewer, John Collee y Adam Cozad sobre la novela de Edgar Rice Burroughs) quisieran hacer una retrato excesivamente reflexivo de lo que conlleva ser Tarzán. Es cierto que, a estas alturas, un personaje así tiene muy difícil sorprendernos pero este mismo año nos hemos topado con un regreso a la jungla mucho más entusiasta: ‘El libro de la selva’, que contaba la misma historia pero con mucho más brío y ganas. Mientras, en ‘La Leyenda de Tarzán’, todo es más oscuro, más pesado, más difícilmente digerible.

Y aunque tiene un elenco de actores (Alexander Skarsgård, Margot Robbie, Christoph Waltz, Samuel L. Jackson o Djimon Hounsou) de primera línea, ninguno luce lo que debería, es más, me atrevería a decir que Samuel no encuentra su sitio en la cinta y que Waltz repite una vez más su estereotipando tipo de villano. Ese que tantas veces le hemos visto los últimos años.

Tampoco lucen los apabullantes efectos especiales si no hay una sola pizca de emoción. A la hora de película, la pesadez de los flashbacks hace que me tenga sin cuidado la historia central.

Es pues que, ‘La Leyenda de Tarzán’, es un soso y aburrido regreso a la jungla. El enfoque distinto que se buscaba darle termina dejando tocada la película. Hay cositas, muy pequeñas, que funcionan evitando el desastre, pero dejándola lejos del esperado resultado final. Una lástima.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
5
28 de julio de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarzán, el rey de los monos, ahoga su inconfundible grito de guerra en finas tazas de té que sujeta con sus gigantescas manos, mientras se presenta en sociedad como el Lord Greystoke que siempre fue, un burgués llamado John Clayton III, que decidió cambiar las lianas de la jungla congoleña por sedosas cortinas anglosajonas y vivir con su amada Jane lejos de los interminables peligros de la naturaleza, dejando atrás todo rastro de familia y origen.

David Yates sitúa esta inédita historia sobre el hombre mono tras los hechos acontecidos en Greystoke, la leyenda de Tarzán (1984), con la intención de adoptar un nuevo enfoque sobre el personaje de Edgar Rice Burroughs, pero sin llegar a abandonar sus más arraigadas características. Tarzán (Alexander Skarsgård) se verá obligado a volver a su verdadera tierra natal, acompañado de su esposa Jane (Margot Robbie) y de George Washington Williams (Samuel L. Jackson) para investigar los oscuros planes del capitán belga Leon Rom (Christoph Waltz).

La narrativa de Yates, algo indecisa en su apuesta por lo novedoso, descansa sobre flashbacks que rememoran acontecimientos pasados de la vida de Tarzán, lastrando el ritmo de un primer tercio algo irregular y pausado. Progresivamente, la película toma carrerilla gracias a la espectacular recreación de la selva y su fauna, aunque ciertas escenas no eviten caer en un misterioso “déjà vu”, más teniendo aún reciente el visionado del remake de El Libro de la Selva (2016), con el que la cinta guarda ciertos paralelismos, tanto en el apartado estético, como en el tratamiento, a ratos, naturalista del mensaje.

Si observamos más allá del complejo entramado argumental que, actualmente, caracteriza a este tipo de Blockbusters modernos, observamos cierto renqueo en el desarrollo de sus subtramas e incluso en la resolución de algunas acciones; poco desarrollo de personajes que a priori resultaban interesantes; y, a veces, cambios bruscos de tono que devienen en usos algo forzados del humor, como si la película intentase crear un producto siguiendo una serie de instrucciones que no terminan de encajar con las ideas de partida, conformando piezas a medio camino entre lo clásico y lo moderno, pero sin llegar a pertenecer a ninguno de estos ámbitos por completo.

Algo así debió pasarle a Tarzán, un hombre con raíces humanas arraigadas en un territorio hostil e indomable que acabó convirtiéndose en el único hogar posible, en la única patria aceptable, pero que siempre se mantuvo reacio y dubitativo sobre su pertenencia real a cualquiera de los mundos que llegó a habitar, hasta que, finalmente, desde la pasión y la paz que despierta la vuelta al hogar, pudo encontrar en su propia familia la clave que da sentido a toda una leyenda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si quieren leer más sobre cine aquí les dejo mi blog y mi perfil de Twitter, donde comento las pelis que veo:

https://elmurodedocsportello.wordpress.com/

https://twitter.com/JesulinGonzalez
5
29 de julio de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sostengo la teoría de que determinadas películas calan en el espectador de modo distinto en función de la edad que tiene cuando las ve. Un largometraje que nos gustó en la infancia, probablemente seguirá sugestionándonos en cierta manera en la etapa adulta, aunque reconozcamos en los posteriores visionados su falta de rigor o la utilización de recursos ridículos y poco creíbles. Por el contrario, si esa misma cinta la vemos por vez primera cuando ya somos mayores, podremos tacharla fácilmente de absurda o calificarla de mediocre y prescindible. Personalmente, nunca he sido demasiado aficionado al personaje de Tarzán, aunque de pequeño asistí a muchas de sus aventuras en televisión y lograron captar mi interés. Sin embargo, esta nueva adaptación cinematográfica del célebre personaje no ha hecho mella alguna en mí.
El cineasta inglés David Yates -conocido hasta la fecha por ser el responsable de cuatro de los films de la saga de Harry Potter- se sitúa detrás de la cámara. En dichos títulos ya demostró su corrección técnica y cierta habilidad narrativa para las tramas de acción e intriga. Con este último proyecto cambia de personaje, aunque no de estilo, y pretende llevar a cabo la revisión moderna de un icono cuya esencia posee cierto toque arcaico. Pero, en mi opinión, una propuesta diferente de este protagonista no debe hacerse a base de actualizarlo sino, más bien, de aprovechar para la narración esa estética antigua que lo caracteriza. Si no, el riesgo de obtener un resultado desnaturalizado es elevado, ya que Tarzán es primitivo y, si se filma bajo la influencia de los videoclips y de los programas de la generación MTV, se distorsiona su auténtico carácter. El resultado final, por lo tanto, es irregular.
Aunque correcto en la forma (qué menos, después de invertir la friolera de ciento ochenta millones de dólares en su rodaje), termina siendo demasiado frío y distante en el fondo. Tal vez sea yo, con mis ojos cada vez más adultos, quien incremente la distancia, pero no puedo evitar calificarla de obra prefabricada y poco honesta con la peculiar idiosincrasia del denominado “hombre mono”. En este caso, los efectos de luz, el uso de la cámara lenta y la grandilocuencia de algunas de las secuencias restan credibilidad a una trama que, con más sencillez, hubiese funcionado mucho mejor.
Ha transcurrido largo tiempo desde que Tarzán abandonase la selva africana para emprender una existencia aburguesada en compañía de su amada esposa Jane. Repentinamente, su apacible y aristocrática vida de hombre casado dará un giro inesperado cuando requieran sus servicios como emisario comercial y sea invitado a regresar al Congo. Detrás de tal oferta se esconde un siniestro plan ideado por un codicioso comerciante que, para obtener unos diamantes hallados en África, tiende una trampa al que fuese rey de la jungla.
Tras dos semanas de exhibición en el mercado norteamericano, la película ha recuperado casi la mitad de su presupuesto, pero está por ver si termina por ser rentable o no. Lo que parece evidente es que no pasará a la Historia del Séptimo Arte como referente del personaje creado por el escritor Edgar Rice Burroughs.
Por lo que respecta al apartado interpretativo, el protagonista es el actor sueco Alexander Skarsgård, que ha participado en largometrajes tan dispares como “Melancolía” de Lars von Trier, “¿Qué hacemos con Maisie?” de Scott McGehee y David Siegel o “Battleship” de Peter Berg. Por lo que respecta al personaje de Jane, corre a cargo de la mediática Margot Robbie, empeñada en demostrar que su mayor recurso (quizás el único) delante de la cámara es el atractivo físico. Más conocidos son Christoph Waltz (dando vida de nuevo a un villano) y el prolífico Samuel L. Jackson.
www.cineenpantallagrande.bogspot.com
@gerardo_perez_s
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