El hilo fantasma
2017 

6.8
17,742
Drama. Romance
En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds conoce a Alma (Vicky Krieps), una dulce joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la ... [+]
6 de febrero de 2018
6 de febrero de 2018
27 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que esta película ha encantado a la crítica y ya está en la lista de favoritas a los premios Óscar. Nada que discutir a la magnífica interpretación del protagonista Daniel Day-Lewis, un endiosado y maniático diseñador de moda, ni a la contención interpretativa de Lesley Manville como la hermana, y tampoco a Vicky Krieps en su papel de Alma, la camarera extranjera de un hotel de montaña, que atraída por el glamour del sastre, resulta increiblemente sofisticada, inteligente y con el desparpajo y la técnica que se necesitan para desfilar con clase ante la gran sociedad de Londres. Alguien me lo tendría que explicar.
Sin embargo ¿qué hay más allá de las actuaciones brillantes, de la estupenda puesta en escena, de la refinada ambientación y de la exhibición de vestuario?. Por cierto, a mi me ha gustado más la ropa que viste Daniel, que la de todos sus modelos femeninos.
No he sabido ver nada más que la historia fría y sin pizca de humor, de un sastre neurótico, que fruto de su éxito profesional entre la clase alta, se cree un artista genial; el relato de la relación pseudosadomasoquista que establece con su amante y la visualización de los comportamientos retorcidos y cargantes de ambos, pretendidamente tolerables por la sutileza con que los visten.
Sin embargo ¿qué hay más allá de las actuaciones brillantes, de la estupenda puesta en escena, de la refinada ambientación y de la exhibición de vestuario?. Por cierto, a mi me ha gustado más la ropa que viste Daniel, que la de todos sus modelos femeninos.
No he sabido ver nada más que la historia fría y sin pizca de humor, de un sastre neurótico, que fruto de su éxito profesional entre la clase alta, se cree un artista genial; el relato de la relación pseudosadomasoquista que establece con su amante y la visualización de los comportamientos retorcidos y cargantes de ambos, pretendidamente tolerables por la sutileza con que los visten.
19 de febrero de 2018
19 de febrero de 2018
27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
45/15(16/02/18) Sobrevalorado film del otrora (en lo que a mí respecta) grandioso californiano Paul Thomas Anderson, como sí hubiera sido abducido por alguien distinto. Y es que el director y guionista había cimentado su aura de genial creador desde su ópera prima “Hard eight” (1996), su maravillosa “Boogie Nights” (1997) con excelsos efluvios scorsesianos, el excelso retrato de una sociedad al borde del abismo con mucho del Raymond Carver de “Short cuts” derivando en la épica “Magnolia” (1999), acabando su gloriosa (hasta ahora, pues aún no he perdido la esperanza) tetralogía de obras brillantes (su debut no entra en la cuenta) con la homérica “There Will Be Blood”(2007), aparte dejo el borrón que fue su intento de comedia romántica con “Punch-Drunk Love” (2002), pero hete aquí que PTA parece haberse embebido de sí mismo y desde entonces cambiando una vez de registro da tumbos de un lado a otro con films tan insulsos y pretenciosos como The Master (2012), un film caótico-detectivesco con ínfulas a Raymond Chandler como “Inherent Vice” (2014), hasta llegara esta aburridísima nadería que es “El hilo invisible” con pretensiones más allá de lo que da su lisérgico relato. Historia de retrato de personalidades enfermizas, patológicas, misantrópicas, con desarrollo que se alarga más que ver el video del viaje de unos amigos, estirándose sin sentido alguno más allá de subrayar una y otra vez lo obvio, ello intentando regalarnos al final una conclusión que dé sentido a todo, y en realidad cuando llegamos a este punto (sado-masoquista) el espectador (o sea yo) está ya desconectado y no le importa lo que ocurra a estos nada empáticos roles. Un melodrama de pasiones contenidas (insanas), latentes a punto de estallar, romance entre un diseñador de trajes de mediana edad, narcisista egocéntrico manioso, y una joven obsesiva, apasionada, retorcida, sostenido el artificio en realidad no por su fatuo guión, si no por la calidad de su exquisita ambientación, que en su minimalismo rozando lo teatral expone bien la asfixia de unos protagonistas cuasi-constantemente encerrados en una casa en la que parece no entrar el aire, con solo tres personajes de relevancia (la pareja protagónica y la hermana del modisto), creando sensación de aislamiento con el resto del mundo, acentuado por la ausencia de planos generales exteriores. Una vez más navego contra corriente, y es que la cinta ha sido nominada a seis Oscar entre ellos a mejor película, director y actor protagonista en la figura del siempre carismático Daniel Day Lewis (también actriz de reparto para Lesley Manville; banda sonora para Jony Greenwood); y vestuario para Mark Bridges. A esta película le viene que ni pintado el cuento de Hans Christian Andersen “El traje del rey”. Anderson recurrió a las carreras de varios diseñadores británicos del período (como Charles James) para inspirarse para los trabajos de su protagonista Reynolds Woodcock.
La cinta tiene su núcleo en un enfrentamiento de personalidades, Woodcock y Alma, marcadas que pasan en su amor por diferentes fases, una radiografía psíquica de seres traumados, el con un marcado síndrome de Edipo y ella con escondido sentido de la psicopatía, dos seres que se entrelazan en un amor-odio sereno pero con las brasas subyaciendo en sus ententes. Woodcock es un tipo frío, distante, introvertido, perfeccionista, obseso de su trabajo, tiene en su hermana a una especie de Pepito Grillo, él un diseñador de ropa de la alta sociedad; En el otro lado (del ring) está Alma, joven que cae en gracia al sastre, en apariencia dulce, en apariencia frágil, ero es la apariencia, pues por dentro bulle una chica tanto o más obsesiva que su amante; Y éntrelos dos se establecerá una relación que desemboca en lo malsano, donde lo sugerido es mínimo, pues más parece un amor platónico que físico, y es que no hay apenas contacto físico entre los dos, no los vemos acostados juntos, no los vemos acariciarse, esta relación se mueve en las miradas, en lo cuasi-espiritual que en lo carnal (ausente total). Pero esta envenenada relación me queda lejana, en otro mundo, me es impostada, porque lo dicta el guión.
Daniel Day Lewis como es habitual en él está sensacional bordando con mesura y contención su irascible papel, dota a su rol de sofisticación, pasión, misantropía, lástima que haya anunciado que este será su última interpretación y que lo deja, espero se arrepienta. En su debe decir que la química con Vicky Krieps es bastante pobre; Vicky Krieps es todo un descubrimiento aportando toda una gama de matices aun personaje complejo y ambiguo; Lesley Manville está fenomenal como la hermana del protagonista, con laconismo y una fuerza expresiva maravillosa, en un rol con reminiscencias a la ama de llaves Mrs. Danvers encarnada por una majestuosa Judith Anderson en el clásico hitchcockiano “Rebeca” (1940).
La puesta en escena es muy buena en el sentido de acentuar el estado de ánimo melancólico necesario, una especie de por momentos anclaje en el tiempo, donde el resto del mundo fuera de la casa no existe, gracias en parte al claustrofóbico diseño de producción de Mark Tildesley (“El jardinero fiel” o “Sunshine”), destacando el escenario de la residencia del protagonista, donde la fotografía del propio Paul Thomas Anderson crea como lugar ajeno al mundo, donde apenas entra la luz, filmado en tonos arenosos tenues-macilentos, deteniéndose el objetivo en encuadres singulares del lugar, deleitándose en los vestidos, en las telas; La música es obra del inglés Jonny Greenwood (“There will be blood” o “Puro vicio”), envolviendo los fotogramas en omnipresentes melodías sorteadas de notas discordantes en base a deliciosas piezas de piano y violín, punteando el metraje de sentimientos misteriosos y con auras dramáticos.
La cinta tiene su núcleo en un enfrentamiento de personalidades, Woodcock y Alma, marcadas que pasan en su amor por diferentes fases, una radiografía psíquica de seres traumados, el con un marcado síndrome de Edipo y ella con escondido sentido de la psicopatía, dos seres que se entrelazan en un amor-odio sereno pero con las brasas subyaciendo en sus ententes. Woodcock es un tipo frío, distante, introvertido, perfeccionista, obseso de su trabajo, tiene en su hermana a una especie de Pepito Grillo, él un diseñador de ropa de la alta sociedad; En el otro lado (del ring) está Alma, joven que cae en gracia al sastre, en apariencia dulce, en apariencia frágil, ero es la apariencia, pues por dentro bulle una chica tanto o más obsesiva que su amante; Y éntrelos dos se establecerá una relación que desemboca en lo malsano, donde lo sugerido es mínimo, pues más parece un amor platónico que físico, y es que no hay apenas contacto físico entre los dos, no los vemos acostados juntos, no los vemos acariciarse, esta relación se mueve en las miradas, en lo cuasi-espiritual que en lo carnal (ausente total). Pero esta envenenada relación me queda lejana, en otro mundo, me es impostada, porque lo dicta el guión.
Daniel Day Lewis como es habitual en él está sensacional bordando con mesura y contención su irascible papel, dota a su rol de sofisticación, pasión, misantropía, lástima que haya anunciado que este será su última interpretación y que lo deja, espero se arrepienta. En su debe decir que la química con Vicky Krieps es bastante pobre; Vicky Krieps es todo un descubrimiento aportando toda una gama de matices aun personaje complejo y ambiguo; Lesley Manville está fenomenal como la hermana del protagonista, con laconismo y una fuerza expresiva maravillosa, en un rol con reminiscencias a la ama de llaves Mrs. Danvers encarnada por una majestuosa Judith Anderson en el clásico hitchcockiano “Rebeca” (1940).
La puesta en escena es muy buena en el sentido de acentuar el estado de ánimo melancólico necesario, una especie de por momentos anclaje en el tiempo, donde el resto del mundo fuera de la casa no existe, gracias en parte al claustrofóbico diseño de producción de Mark Tildesley (“El jardinero fiel” o “Sunshine”), destacando el escenario de la residencia del protagonista, donde la fotografía del propio Paul Thomas Anderson crea como lugar ajeno al mundo, donde apenas entra la luz, filmado en tonos arenosos tenues-macilentos, deteniéndose el objetivo en encuadres singulares del lugar, deleitándose en los vestidos, en las telas; La música es obra del inglés Jonny Greenwood (“There will be blood” o “Puro vicio”), envolviendo los fotogramas en omnipresentes melodías sorteadas de notas discordantes en base a deliciosas piezas de piano y violín, punteando el metraje de sentimientos misteriosos y con auras dramáticos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final el artificio se resume en una relación sadomasoquista entre obsesivo compulsivo, en la que ella envenena de vez en cuando, se supone que controladamente para no llegar a matarlo, solo enfermarlo, para de este modo “regalarle” un descanso en cama con sus cuidados y de este modo tenerlo para ella sola un tiempo, enfermizo romance se queda corto.
En conjunto me es una cinta insustancial, pretenciosa, no me llega, olvidable. Fuerza y honor!!!
PD: Repito espero no sea la última actuación en cine del gran Lewis, sería un broche insípido para loe norme de sus dotes.
En conjunto me es una cinta insustancial, pretenciosa, no me llega, olvidable. Fuerza y honor!!!
PD: Repito espero no sea la última actuación en cine del gran Lewis, sería un broche insípido para loe norme de sus dotes.
4 de febrero de 2018
4 de febrero de 2018
92 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
La frase del título la dice el protagonista en uno de los momentos de la película y la resume perfectamente.
La alta puntuación y las críticas profesionales favorables ,sin duda se deben a consideraciones comerciales porque no responden a lo que ofrece esta película.
Es soberanamente aburrida, hasta la desesperación, tanto en su largo preámbulo para describirnos lo patológico de las personalidades de sus protagonistas; Una evidente desde el inicio y la otra escondida hasta el tercio final, como en su desenlace, que se alarga indefinidamente para aparentemente, reservarnos una sorpresa final, que francamente ya no interesa nada, porque sólo quieres salir del cine corriendo.
Es probable que le den un oscar al vestuario (Despliegan todos los modelos del modisto), o a la fotografía e incluso uno postrero a Daniel Day-Lewis, que afirma que tras esta película abandona la interpretación pero para los seres humanos que pagamos un dinero por ir al cine, va a ser una de las películas que situaremos en el top de las peores que hemos visionado.
La alta puntuación y las críticas profesionales favorables ,sin duda se deben a consideraciones comerciales porque no responden a lo que ofrece esta película.
Es soberanamente aburrida, hasta la desesperación, tanto en su largo preámbulo para describirnos lo patológico de las personalidades de sus protagonistas; Una evidente desde el inicio y la otra escondida hasta el tercio final, como en su desenlace, que se alarga indefinidamente para aparentemente, reservarnos una sorpresa final, que francamente ya no interesa nada, porque sólo quieres salir del cine corriendo.
Es probable que le den un oscar al vestuario (Despliegan todos los modelos del modisto), o a la fotografía e incluso uno postrero a Daniel Day-Lewis, que afirma que tras esta película abandona la interpretación pero para los seres humanos que pagamos un dinero por ir al cine, va a ser una de las películas que situaremos en el top de las peores que hemos visionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Os la resumo: Narra la relación sado masoquista entre un obsesivo compulsivo y una psicópata, que llegan a una simbiosis enfermiza en la que ella vuelve "manejables" las obsesiones de él, envenenándole periódicamente, pero sin matarle, de forma que así puede alejarlo de su trabajo y tenerlo sólo para ella durante los períodos de convalecencia del modisto. Supongo, que eso y que está rodeada de un ambiente preciosista y una narración que casi podría ser una obra de teatro (Todo interiores: casa-estudio, automóvil, restaturante y sala de fiestas) es lo que emociona a la crítica profesional.
¡ Ahorraos el dinero!!!
¡ Ahorraos el dinero!!!
17 de marzo de 2018
17 de marzo de 2018
46 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escuche muchas recomendaciones sobre esta película (en la radio por ejemplo). Decidí ir a verla, pensando que me iba a encontrar con un “peliculon”. Es lenta, aburrida, predecible. El argumento es interesante, un obsesivo estructurado, una dama que llega para “desestructurar”. Ninguno me transmitió nada; y aunque de cine se muy poco, si algo tengo claro, es que un largometraje tiene que generar alguna emoción; de no ser así, se descarta.
No vale la pena pagar por ella, tampoco volver a verla. Da sueño y tiene excesos de escenas insignificantes .
Película perdible por demás.
No vale la pena pagar por ella, tampoco volver a verla. Da sueño y tiene excesos de escenas insignificantes .
Película perdible por demás.
17 de febrero de 2018
17 de febrero de 2018
29 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este dramón sobre la relación romántica entre un modisto con traumas, un señor estirado, viejo maniático sin sangre en las venas, siempre de mal genio, obsesivo y déspota, un tío raro, que diría mi abuela, y una jovencita de corazón puro que lucha por conquistar su amor, por sentirse necesitada por él, debo reconocer que no logró interesarme en ningún momento. Mi escaso criterio solamente me permite apreciar la elegancia con que está contada la historia - la fotografía muy bien, y tal -, y ya. Será que uno va haciéndose mayor, o que a ciertas horas no conviene ponerse a ver nada, la cruda verdad es que la película me pareció un soberano coñazo, me costó mantener los ojos abiertos, terminé la proyección hecho trizas.
Sin duda el protagonista posee un talento enorme, sin duda los fantasmas que atormentan su alma son de mucha sustancia, pero eso no le da derecho a tratar a todo el mundo como a una mierda, a comportarse con esos aires de superioridad tan insufribles. A mí no me cayó bien.
Sin duda el protagonista posee un talento enorme, sin duda los fantasmas que atormentan su alma son de mucha sustancia, pero eso no le da derecho a tratar a todo el mundo como a una mierda, a comportarse con esos aires de superioridad tan insufribles. A mí no me cayó bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todos los vestidos que salen en la película me han parecido horrorosos.
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