Lunas de hiel
1992 

7.1
12,414
Drama
Nigel (Hugh Grant) y su mujer Fiona (Kristin Scott-Thomas) son un matrimonio británico de crucero para celebrar su séptimo aniversario de boda. A bordo conocen a la atractiva y deshinibida Mimi (Emmanuelle Seigner) y a su marido Oscar (Peter Coyote), un norteamericano que está inválido en una silla de ruedas. Nigel empieza a sentirse atraído por Mimi, y Oscar, que se da cuenta, le propone que intente seducirla, pero antes le cuenta cómo ... [+]
17 de agosto de 2008
17 de agosto de 2008
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Polanski consiguió llevarme la madrugada pasada por su universo denso, inquieto y angustioso durante algo más de dos horas. Un universo cargado de erotismo, de pasión al límite, de una dualidad amor-odio malsana y estranguladora. Destapa las estructuras más básicas, primitivas, viscerales, incómodas y difíciles de abordar de las relaciones amorosas, nos lleva de paseo, un paseo a veces desagradable y cuesta arriba, pero siempre atrayente, por los altibajos del amor y de la pasión sexual, por la convivencia, por las represiones y las desinhibiciones, por las fantasías en su máxima expresión, por la rutina y la inercia, por la conformidad y la resignación a una situación que no satisface y que llega a lastimar, por las desavenencias y los desencuentros que se van pudriendo poco a poco hasta explotar, por la pérdida de la dignidad y del orgullo y de la autoestima, por las tendencias sadomasoquistas...
Todo un paseo, en el que no salimos inmunes, por la inmensa complejidad de algo que, no por ser tan común y una de las mayores aspiraciones de la gran mayoría, tiene por qué ser algo sencillo: las relaciones de pareja.
Polanski elige las dos caras de la moneda. Por un lado, una pareja en apariencia feliz y armoniosa, que celebran su séptimo aniversario de boda en un viaje que les ayude a renovar su amor. Nigel (Hugh Grant) es un hombre pragmático, sensato y equilibrado, y convive tranquilamente con su mujer, Fiona (Kristin Scott Thomas). En el viaje, se encuentran con la otra cara de la moneda. Mimi (una bellísima y sensual Emmanuelle Seigner), una bailarina explosiva, desgraciada y enigmática, casada con Oscar (Peter Coyote), que es parapléjico y también desgraciado, y cínico. La cara y la cruz se encontrarán y Nigel se irá sumergiendo, sin poder resistirse, en el obsesivo, erótico e inquietante pasado de ese extraño matrimonio, a través de los relatos de un nostálgico Oscar que ya sólo vive de sus recuerdos y que no tiene en el mundo a nadie más que a su bella mujer. No pudiendo satisfacerla sexualmente, pretende lanzar a Nigel a sus brazos, interesado morbosamente por ver cómo reacciona el decoroso y controlado marido ejemplar ante tanta sensualidad desbocada... Pero también es el único desahogo que tiene Oscar, y su única manera de seguir sintiéndose vivo. Recordar un tiempo que se marchó para siempre, y tratar de revivirlo a través de la única persona que le escucha (aunque sea de forma escandalizada y sintiendo repulsión a la vez que fascinación).
Navegamos por una narración que asciende por una ola de pasión para luego descender hasta un abismo siniestro y un círculo vicioso destructivo.
Sumergirse en semejante evocación de pasiones viscerales, algo tan ajeno a la sosegada vida de Nigel, perturba todo su interior y ello redundará en su relación con Fiona...
Todo un paseo, en el que no salimos inmunes, por la inmensa complejidad de algo que, no por ser tan común y una de las mayores aspiraciones de la gran mayoría, tiene por qué ser algo sencillo: las relaciones de pareja.
Polanski elige las dos caras de la moneda. Por un lado, una pareja en apariencia feliz y armoniosa, que celebran su séptimo aniversario de boda en un viaje que les ayude a renovar su amor. Nigel (Hugh Grant) es un hombre pragmático, sensato y equilibrado, y convive tranquilamente con su mujer, Fiona (Kristin Scott Thomas). En el viaje, se encuentran con la otra cara de la moneda. Mimi (una bellísima y sensual Emmanuelle Seigner), una bailarina explosiva, desgraciada y enigmática, casada con Oscar (Peter Coyote), que es parapléjico y también desgraciado, y cínico. La cara y la cruz se encontrarán y Nigel se irá sumergiendo, sin poder resistirse, en el obsesivo, erótico e inquietante pasado de ese extraño matrimonio, a través de los relatos de un nostálgico Oscar que ya sólo vive de sus recuerdos y que no tiene en el mundo a nadie más que a su bella mujer. No pudiendo satisfacerla sexualmente, pretende lanzar a Nigel a sus brazos, interesado morbosamente por ver cómo reacciona el decoroso y controlado marido ejemplar ante tanta sensualidad desbocada... Pero también es el único desahogo que tiene Oscar, y su única manera de seguir sintiéndose vivo. Recordar un tiempo que se marchó para siempre, y tratar de revivirlo a través de la única persona que le escucha (aunque sea de forma escandalizada y sintiendo repulsión a la vez que fascinación).
Navegamos por una narración que asciende por una ola de pasión para luego descender hasta un abismo siniestro y un círculo vicioso destructivo.
Sumergirse en semejante evocación de pasiones viscerales, algo tan ajeno a la sosegada vida de Nigel, perturba todo su interior y ello redundará en su relación con Fiona...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por debajo de la apariencia siempre hay tantos instintos agazapados, instintos que a menudo reprimimos y rechazamos porque las normas sociales con frecuencia los consideran impúdicos, indecorosos y hasta pecaminosos... ¿Hasta dónde llegan los límites en el amor y en el sexo?
¿Es que tienen que existir unas reglas que impongan cómo ha de amarse la gente, y que establezcan qué ha de estar permitido y qué no?
Polanski da en el clavo. En la manera de abordar las etapas de las relaciones prolongadas. En su audacia a la hora de plantearnos distintos puntos de vista a la hora de abordar el sexo, la convivencia, los problemas de pareja, la forma de resolverlos, la caída en un vacío degradante...
Angustia, morbo, atracción, repulsión, lástima... Tantas emociones en poco más de dos horas, resaltadas por la fotografía atrevida, exploradora, embriagadora y hasta cruda, por la banda sonora hipnótica de Vangelis complementada por canciones clásicas del pop de los 80, y por un elenco que sin duda dio la talla ante la exigente dirección del controvertido Polanski.
¿Es que tienen que existir unas reglas que impongan cómo ha de amarse la gente, y que establezcan qué ha de estar permitido y qué no?
Polanski da en el clavo. En la manera de abordar las etapas de las relaciones prolongadas. En su audacia a la hora de plantearnos distintos puntos de vista a la hora de abordar el sexo, la convivencia, los problemas de pareja, la forma de resolverlos, la caída en un vacío degradante...
Angustia, morbo, atracción, repulsión, lástima... Tantas emociones en poco más de dos horas, resaltadas por la fotografía atrevida, exploradora, embriagadora y hasta cruda, por la banda sonora hipnótica de Vangelis complementada por canciones clásicas del pop de los 80, y por un elenco que sin duda dio la talla ante la exigente dirección del controvertido Polanski.
24 de noviembre de 2010
24 de noviembre de 2010
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pasión que derriba tabúes, la pasión que arrebata y concentra, la pasión que mata, la pasión que se agota y logra la última supervivencia a través de su transmutación en odio: el mundo de una pareja ¿el mundo de la pareja? Para Bergman, la pareja es un drama existencialista; para Polanski, es un thriller. ¿Y si es una pareja observada por otra pareja? El infierno.
"Lunas de hiel" es la historia de un hombre que cuenta una historia sobre un hombre que le cuenta una historia a otro hombre, para descubrir que el segundo hombre en realidad contaba la historia del primero. Y es que en este borgiano juego, el director es el principio y fin de una reflexión que a pesar de sus fallas, muestra desnudeces varias, más allá de pechos o culos, esto es la autopsia a pecho abierto de un hombre y una mujer que se acechan en círculos, se acercan, se follan, se odian, se dominan, se someten, se degradan y se necesitan.
Cuando Polanski se cansa de jugar al escondite con sus neuras, finaliza con un movimiento que no por inesperado resulta menos lógico. Cuando ya se ha explorado todo y la pasión está revenida y usada, sólo hay una manera de resucitarla *
"Lunas de hiel" es la historia de un hombre que cuenta una historia sobre un hombre que le cuenta una historia a otro hombre, para descubrir que el segundo hombre en realidad contaba la historia del primero. Y es que en este borgiano juego, el director es el principio y fin de una reflexión que a pesar de sus fallas, muestra desnudeces varias, más allá de pechos o culos, esto es la autopsia a pecho abierto de un hombre y una mujer que se acechan en círculos, se acercan, se follan, se odian, se dominan, se someten, se degradan y se necesitan.
Cuando Polanski se cansa de jugar al escondite con sus neuras, finaliza con un movimiento que no por inesperado resulta menos lógico. Cuando ya se ha explorado todo y la pasión está revenida y usada, sólo hay una manera de resucitarla *
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* Matándola.
24 de mayo de 2007
24 de mayo de 2007
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Polansky y su universo enigmático en estado puro. ¡Y qué cuatro patas para un banco! Emmanuelle Seigner con su belleza turbadora y centro merecido de gravedad de toda la historia, Kristin Scott Tomas en contrapunto perfecto, Peter Coyote tan siniestro como natural y Hugh Grant cumpliendo en su línea. Cocktail de pasiones en su máxima expresión, con un desarrollo de la trama lleno de suspense, intriga, sorpresas, irreverencias y morbo a raudales. Todo sobre música de Vangelis. Un viaje trágico a lo más profundo de las pulsiones humanas. Pero nada comparado con la propia vida trágica del autor. Y es que la realidad siempre supera a la ficción, por más que nos empeñemos en lo contrario.
28 de noviembre de 2016
28 de noviembre de 2016
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un retrato tan oscuro como bien construido, sobe la pasión, el poder y el sometimiento, cuando cruzan la barrera para adentrarse en terrenos donde confluyen el deseo y la venganza, como un todo inexpugnable de la razón.
Me hizo recordar aquella frase. El corazón tiene razones que la razón no entiende.
Una historia abigarrada y compleja que te mantiene pendiente, gracias a unos diálogos ciertamente brillantes y bien elaborados, para explicar elementos de tenebrosa complejidad.
Un 7
Me hizo recordar aquella frase. El corazón tiene razones que la razón no entiende.
Una historia abigarrada y compleja que te mantiene pendiente, gracias a unos diálogos ciertamente brillantes y bien elaborados, para explicar elementos de tenebrosa complejidad.
Un 7
11 de julio de 2015
11 de julio de 2015
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colosal, cruda, desesperanzadora, erótica, dramática en su máximo esplendor, obra maestra. Roman Polanski volvió a decir: "Hey, soy uno de los mejores directores de todos los tiempos, aun sigo vigente", aunque nunca lo hizo (creo yo) no hizo falta. Después de crear, si bien la mejor película de terror de todos los tiempos, Rosemary's Baby , realizó esta maravilla, indescriptible, sin precedentes, jamás igualada, ni mucho menos superada.
Basada en la novela de Pascal Bruckner. Roman Polansky nos situa en un barco, donde dos parejas se conocen: dos jovenes ingleses llamados Nigel (Hugh Grant) y Fiona (Kristin Scott Thomas), y una pareja extraña, conformado por Oscar (Peter Coyote), un viejo en silla de ruedas de origen norteamericano, y Mimi (Emmanuelle Seigner), una preciosa francesa.
La película tiene como temas la obsesión, la venganza, la infidelidad, la adicción al sexo y la degradación. Es interesante ya que te hace reflexionar que todos los excesos llegan a aburrir, por más placenteros que sean. También nos muestra como se pueden degradar las personas, ahí el dicho: "pégame, sácame la vuelta, pero no me dejes". El final es brutal. El elenco estuvo de lujo, en especial Peter Coyote con sus historias eróticas, increíbles pero verdaderas y Emmanuelle Seigner con su belleza y sensualidad, muy soberbio ambos. La fotografía estuvo excelente. El guión fue una delicia. Películas así no se ven así nomas. Infinitamente recomendable.
Basada en la novela de Pascal Bruckner. Roman Polansky nos situa en un barco, donde dos parejas se conocen: dos jovenes ingleses llamados Nigel (Hugh Grant) y Fiona (Kristin Scott Thomas), y una pareja extraña, conformado por Oscar (Peter Coyote), un viejo en silla de ruedas de origen norteamericano, y Mimi (Emmanuelle Seigner), una preciosa francesa.
La película tiene como temas la obsesión, la venganza, la infidelidad, la adicción al sexo y la degradación. Es interesante ya que te hace reflexionar que todos los excesos llegan a aburrir, por más placenteros que sean. También nos muestra como se pueden degradar las personas, ahí el dicho: "pégame, sácame la vuelta, pero no me dejes". El final es brutal. El elenco estuvo de lujo, en especial Peter Coyote con sus historias eróticas, increíbles pero verdaderas y Emmanuelle Seigner con su belleza y sensualidad, muy soberbio ambos. La fotografía estuvo excelente. El guión fue una delicia. Películas así no se ven así nomas. Infinitamente recomendable.
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