Nausicaä del Valle del VientoAnimación
7.6
21,966
Animación. Aventuras. Fantástico. Ciencia ficción
En un futuro lejano, mil años después de una guerra de carácter apocalíptico, la Tierra aparece cubierta de bosques plagados de hongos venenosos y de insectos gigantescos. Los hombres han sido diezmados; los supervivientes viven en algunos poblados aislados y sobreviven a duras penas en las cercanías de un bosque contaminado con gases tóxicos e insectos mutantes gigantes, que cubren gran parte de la Tierra. Nausicaä es la princesa de El ... [+]
23 de mayo de 2010
23 de mayo de 2010
32 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante todo hay que dar las gracias a la compañia Aurum por darnos la oportunidad, más de veinte años después, de poner ver estos clásicos Ghibli en el cine.
Y ya puestos, dar las gracias también a esos cines minoritarios que pese a sabiendas que no pueden hacer frente a los multisalas, se plantan con un par de proyectores y dicen: "esta película en V.O.S".
Y una vez agradecido todo, decir que la película en cierto modo me ha dejado tibio.
La historia, basada en una novela gráfica japonesa del mismo nombre y del mismo Miyazaki, es interesante, un "The Shyamalan's Happening" más ecológico y dotado de filosofía zhen. La fauna mostada es un canto a la imaginación, y el dibujo artesanal un regalo a la vista, como todo lo que sale de la mano de Miyazaki. Su dominio del dibujo ya era palpable, y, fotográficamente, la película presenta planos sugerentes y bien trabajados. Ahora bien, la práctica hace la perfección, y se nota que el maestro también fue antaño aprendiz, dejando una historia coja en el plano narrativo en pos de una vertiente demasiado metafórica, recreándose en exceso en ciertas escenas en el plano melodramático, haciendo así que, paradójicamente, las emociones forzadas pierdan fuerza en su significado.
Otra consecuencia de una narrativa pesada y carente de fluidez es una película aburrida, y no porque dure dos horas, sino porque parece que dure tres. A veces te replanteas una pausicaä para dormir...
Tampoco ayuda, en mi opinión, una banda sonora que me recuerda a aquellas recreativas ochenteras tipo "R-Type", salvándose, eso sí, la canción principal, muy hermosa, y alguna otra más.
Haciendo balance nos queda una cinta curiosa de digno mensaje pero cansina y desaprovechada en gran parte, quedando relegada en gran parte para cinéfilos en busca de los inicios de un maestro o amantes del anime japonés.
Y ya puestos, dar las gracias también a esos cines minoritarios que pese a sabiendas que no pueden hacer frente a los multisalas, se plantan con un par de proyectores y dicen: "esta película en V.O.S".
Y una vez agradecido todo, decir que la película en cierto modo me ha dejado tibio.
La historia, basada en una novela gráfica japonesa del mismo nombre y del mismo Miyazaki, es interesante, un "The Shyamalan's Happening" más ecológico y dotado de filosofía zhen. La fauna mostada es un canto a la imaginación, y el dibujo artesanal un regalo a la vista, como todo lo que sale de la mano de Miyazaki. Su dominio del dibujo ya era palpable, y, fotográficamente, la película presenta planos sugerentes y bien trabajados. Ahora bien, la práctica hace la perfección, y se nota que el maestro también fue antaño aprendiz, dejando una historia coja en el plano narrativo en pos de una vertiente demasiado metafórica, recreándose en exceso en ciertas escenas en el plano melodramático, haciendo así que, paradójicamente, las emociones forzadas pierdan fuerza en su significado.
Otra consecuencia de una narrativa pesada y carente de fluidez es una película aburrida, y no porque dure dos horas, sino porque parece que dure tres. A veces te replanteas una pausicaä para dormir...
Tampoco ayuda, en mi opinión, una banda sonora que me recuerda a aquellas recreativas ochenteras tipo "R-Type", salvándose, eso sí, la canción principal, muy hermosa, y alguna otra más.
Haciendo balance nos queda una cinta curiosa de digno mensaje pero cansina y desaprovechada en gran parte, quedando relegada en gran parte para cinéfilos en busca de los inicios de un maestro o amantes del anime japonés.
2 de enero de 2006
2 de enero de 2006
37 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se puede esperar de estos estudios? Pues imaginación y la mejor animación (no confundir con diseño) del momento.
Da igual que seas niño, adolescente o adulto, si no te impresiona la primera aparición de una gorgona es que tienes un grueso velo delante de tus ojos que te impide ser objetivo con el manga de estos señores.
¿Y qué me decís de las escenas aéreas? Miyazaki vuelve a contagiarnos su pasión por la aviación, de eso no hay duda.
¿Es posible que a alguien no le guste la música de Hisaishi? (La, la, lalala, la, la...)
¡Ah!, no os confundáis los amantes de la mitología griega, los nombres (Nausicaa, gorgona, etc.) se han tomado prestados. Vamos, que no debéis esperar una fiel adaptación; cualquier parecido con los seres originales será pura "coincidencia".
Da igual que seas niño, adolescente o adulto, si no te impresiona la primera aparición de una gorgona es que tienes un grueso velo delante de tus ojos que te impide ser objetivo con el manga de estos señores.
¿Y qué me decís de las escenas aéreas? Miyazaki vuelve a contagiarnos su pasión por la aviación, de eso no hay duda.
¿Es posible que a alguien no le guste la música de Hisaishi? (La, la, lalala, la, la...)
¡Ah!, no os confundáis los amantes de la mitología griega, los nombres (Nausicaa, gorgona, etc.) se han tomado prestados. Vamos, que no debéis esperar una fiel adaptación; cualquier parecido con los seres originales será pura "coincidencia".
19 de mayo de 2010
19 de mayo de 2010
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Orto 1. Primera definición: Noción que remite al origen.
Estrenada ahora después de más de dos décadas desde su estreno, Nausicaä del Valle del Viento es propiamente el primer largometraje animado de Hayao Miyazaki, y el que legitimaría definitivamente el Studio Ghibli como el puntal sobre el que se construiría el mejor anime nipón. Antes, Nausicaä había sido un cómic en papel con un éxito descomunal, y Miyazaki había alcanzado cierto renombre con sus series televisivas sobre el ladrón de guante blanco Lupin (71-79) y un canino Sherlock Holmes (84). Ha sido necesario, entretanto, que la animación salga del parvulario y se haga adulta. Más de veinte años para superar el temor y el temblor con el que se recibieron en su día Porco Rosso (92) o la victoria en Berlín de la genial El viaje de Chihiro (01), La animación ya no es –solo- para niños. Nadie puede dudar que esta última, o bien las maravillas de Pixar (Ratatouille (07), Wall-E (08)o Up (09) (película que abrió insólitamente el festival de Cannes de 2009)), son de lo mejor en lo que llevamos de centuria, o que Fantástico Sr. Fox es lo mejor visto en lo que llevamos de año. Por algo será.
Nausicaä, ahora en los cines, se llevó a la pantalla tras el éxito del manga, como se dijo. En ella aparecen ya de forma original casi todos los tópicos de Miyazaki: su fascinación por los artefactos voladores, ya sean grandes máquinas o enormes insectos (Porco Rosso, El castillo ambulante (04), la mitología primigenia unida a un futurismo apocalíptico en una mezcla del Medioevo con el cyber-punk (muy afín a Moebius y el trabajo gráfico de Jodorowsky (La casta de los metabarones, Los tecnopadres)), el posicionamiento ideológico y político en términos ecológicos, espirituales y naturistas (Mi vecino Totoro (88), La princesa Mononoke (97)) y un protagonismo central de la figura de la Niña/ la Princesa (Mononoke, Chihiro, Ponyo). Por ello, Nausicaä es una maravillosa introducción al universo de Miyazaki, a su magia visual y a su, llamémosle así, pedagogía totórica. Pues si algo caracteriza la obra de Hayao, es su hincapié en la necesidad de salvaguardar el mundo natural, de protegerlo y cuidarlo. Todos sus filmes son llamamientos a la conciencia: en Nausicaä, donde aparece un futuro posnuclear que ha convertido el mundo en una inmensa e infecta Jungla Tóxica que reduce la existencia humana a lugares residuales como el Valle del Viento o la Ciudad de Plácida, la preocupación por el clima y la contaminación se presenta, en palabras de Zizek, como el único problema que importa. Veintiséis años y unas cuantas películas después, el llamamiento de Miyazaki se hace, si acaso, más apremiante aún.
(conitnúa en spoiler)
Estrenada ahora después de más de dos décadas desde su estreno, Nausicaä del Valle del Viento es propiamente el primer largometraje animado de Hayao Miyazaki, y el que legitimaría definitivamente el Studio Ghibli como el puntal sobre el que se construiría el mejor anime nipón. Antes, Nausicaä había sido un cómic en papel con un éxito descomunal, y Miyazaki había alcanzado cierto renombre con sus series televisivas sobre el ladrón de guante blanco Lupin (71-79) y un canino Sherlock Holmes (84). Ha sido necesario, entretanto, que la animación salga del parvulario y se haga adulta. Más de veinte años para superar el temor y el temblor con el que se recibieron en su día Porco Rosso (92) o la victoria en Berlín de la genial El viaje de Chihiro (01), La animación ya no es –solo- para niños. Nadie puede dudar que esta última, o bien las maravillas de Pixar (Ratatouille (07), Wall-E (08)o Up (09) (película que abrió insólitamente el festival de Cannes de 2009)), son de lo mejor en lo que llevamos de centuria, o que Fantástico Sr. Fox es lo mejor visto en lo que llevamos de año. Por algo será.
Nausicaä, ahora en los cines, se llevó a la pantalla tras el éxito del manga, como se dijo. En ella aparecen ya de forma original casi todos los tópicos de Miyazaki: su fascinación por los artefactos voladores, ya sean grandes máquinas o enormes insectos (Porco Rosso, El castillo ambulante (04), la mitología primigenia unida a un futurismo apocalíptico en una mezcla del Medioevo con el cyber-punk (muy afín a Moebius y el trabajo gráfico de Jodorowsky (La casta de los metabarones, Los tecnopadres)), el posicionamiento ideológico y político en términos ecológicos, espirituales y naturistas (Mi vecino Totoro (88), La princesa Mononoke (97)) y un protagonismo central de la figura de la Niña/ la Princesa (Mononoke, Chihiro, Ponyo). Por ello, Nausicaä es una maravillosa introducción al universo de Miyazaki, a su magia visual y a su, llamémosle así, pedagogía totórica. Pues si algo caracteriza la obra de Hayao, es su hincapié en la necesidad de salvaguardar el mundo natural, de protegerlo y cuidarlo. Todos sus filmes son llamamientos a la conciencia: en Nausicaä, donde aparece un futuro posnuclear que ha convertido el mundo en una inmensa e infecta Jungla Tóxica que reduce la existencia humana a lugares residuales como el Valle del Viento o la Ciudad de Plácida, la preocupación por el clima y la contaminación se presenta, en palabras de Zizek, como el único problema que importa. Veintiséis años y unas cuantas películas después, el llamamiento de Miyazaki se hace, si acaso, más apremiante aún.
(conitnúa en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Orto 2. Segunda definición: Salida del sol u otro astro por el horizonte.
Que el de Miyazaki es un cine eminentemente político es algo que puede no parecer claro a primera vista. Y que su política va más allá de una intención buenista en pos del advenimiento de la Nueva Era es algo que tendremos que aclarar. A los tendenciosos new age les gusta pensar en Oriente como el paraíso perdido, mientras que los orientales ven en Occidente el fin del mundo tal como lo conocen: en esta dicotomía, la defensa de Miyazaki es un programa educativo para niños de todo el orbe, sin importar su procedencia. Y, así como los occidentales se comen su Japón como si fuera una magdalena proustiana, esperando que vuelva a salir el sol por oriente, Hayao promueve a la unión holística de los pueblos: como en Nausicaä, donde sólo la fraternidad entre los habitantes del Valle del Viento y Plácida podrá contrarrestar la horrible fuerza desatada por los Tolmekianos, dirigidos por la malvada Princesa Kushana, y devolver todos los horribles Ohms (insectos grandes como montañas, habitantes tóxicos a los que la Princesa Nausicaä adora igualmente) a la Laguna Tóxica. Sólo esa unión de “fuerzas limpias”, representadas por Nausicaä y el joven Príncipe de Plácida, podrá acabar con la maldición contaminante. Aquí, la pedagogía totórica es esencial: todos los niñ@s del mundo son llamados telepoiéticamente a la salvación del mundo natural. Todos los niños del mundo son esos Jóvenes Príncipes y Princesas a los que Lord Yuppa, el tío de Nausicaä que se dedica a recorrer mundo y que, no es baladí, posee un bigote prominente a lo Nietzsche –el filósofo de los llamamientos telepoiéticos-, exhorta de esta guisa: “Los jóvenes no deberían renunciar a sus sueños nunca. El futuro del mundo está en vuestras manos.” Así Hayao.
Orto 3. Tercera definición: Del griego “orthos”: recto, correcto.
La pedagogía como formación siempre ha sido “la ciencia de lo correcto”. La corrección es sólo funcional allí donde algo falla, donde es necesario enderezar algo. Nausicaä, y toda la obra de Miyazaki, es un ejemplo de “corrección” frente al anime insulso (los dragonboles, los caballeros zodiacales, los ranmas y sailor moons…), pero también de “corrección” frente a los desvaríos new age, el falso oriente y el falso orto. Avatar (09) y su azul cerúleo palidecen frente al exuberante imaginario de Miyazaki. Si la primera nos trata como niños en un mundo infantilizado (cif. Vicente Verdú, El estilo del mundo, Ed. Anagrama), el segundo quiere que volvamos a intentar serlo, pero “correctamente”, para volver a empezar. Así Hayao.
Por último, y en aras de la “corrección”, se aconseja ver la nueva versión, y no aquella vetusta versión española que circulara durante años, y donde la Princesa Nausicaä era la Princesa Sandra y a los horripilantes Ohms se les conocía como Gorgonas Gigantes.
Que el de Miyazaki es un cine eminentemente político es algo que puede no parecer claro a primera vista. Y que su política va más allá de una intención buenista en pos del advenimiento de la Nueva Era es algo que tendremos que aclarar. A los tendenciosos new age les gusta pensar en Oriente como el paraíso perdido, mientras que los orientales ven en Occidente el fin del mundo tal como lo conocen: en esta dicotomía, la defensa de Miyazaki es un programa educativo para niños de todo el orbe, sin importar su procedencia. Y, así como los occidentales se comen su Japón como si fuera una magdalena proustiana, esperando que vuelva a salir el sol por oriente, Hayao promueve a la unión holística de los pueblos: como en Nausicaä, donde sólo la fraternidad entre los habitantes del Valle del Viento y Plácida podrá contrarrestar la horrible fuerza desatada por los Tolmekianos, dirigidos por la malvada Princesa Kushana, y devolver todos los horribles Ohms (insectos grandes como montañas, habitantes tóxicos a los que la Princesa Nausicaä adora igualmente) a la Laguna Tóxica. Sólo esa unión de “fuerzas limpias”, representadas por Nausicaä y el joven Príncipe de Plácida, podrá acabar con la maldición contaminante. Aquí, la pedagogía totórica es esencial: todos los niñ@s del mundo son llamados telepoiéticamente a la salvación del mundo natural. Todos los niños del mundo son esos Jóvenes Príncipes y Princesas a los que Lord Yuppa, el tío de Nausicaä que se dedica a recorrer mundo y que, no es baladí, posee un bigote prominente a lo Nietzsche –el filósofo de los llamamientos telepoiéticos-, exhorta de esta guisa: “Los jóvenes no deberían renunciar a sus sueños nunca. El futuro del mundo está en vuestras manos.” Así Hayao.
Orto 3. Tercera definición: Del griego “orthos”: recto, correcto.
La pedagogía como formación siempre ha sido “la ciencia de lo correcto”. La corrección es sólo funcional allí donde algo falla, donde es necesario enderezar algo. Nausicaä, y toda la obra de Miyazaki, es un ejemplo de “corrección” frente al anime insulso (los dragonboles, los caballeros zodiacales, los ranmas y sailor moons…), pero también de “corrección” frente a los desvaríos new age, el falso oriente y el falso orto. Avatar (09) y su azul cerúleo palidecen frente al exuberante imaginario de Miyazaki. Si la primera nos trata como niños en un mundo infantilizado (cif. Vicente Verdú, El estilo del mundo, Ed. Anagrama), el segundo quiere que volvamos a intentar serlo, pero “correctamente”, para volver a empezar. Así Hayao.
Por último, y en aras de la “corrección”, se aconseja ver la nueva versión, y no aquella vetusta versión española que circulara durante años, y donde la Princesa Nausicaä era la Princesa Sandra y a los horripilantes Ohms se les conocía como Gorgonas Gigantes.
4 de diciembre de 2007
4 de diciembre de 2007
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han sido frecuentes las incursiones de Miyazaki en la temática del medio ambiente, la guerra y las hostilidades que acechan a la humanidad y a la naturaleza.
"Nausicaä del Valle del Viento" supuso uno de sus más bellos y brillantes acercamientos al corazón de los conflictos creados por los seres humanos, componiendo una alegoría repleta de riqueza visual, auditiva y espiritual.
En un mundo apocalíptico y agonizante, devorado por sus propios errores (por el odio y el afán de destrucción), varios pueblos viven en la amenaza constante, en una contienda sin fin en la que no se conceden tregua unos a otros. Pero la mayor amenaza la constituye la Jungla Tóxica, una zona que emite unos gases letales y poblada de enormes insectos y extrañas criaturas a las que todo el mundo teme.
Pero, en medio de tanta hostilidad, hay un pueblo pacífico, el Valle del Viento. Nausicaä, su princesa, es una valiente chica de corazón bondadoso, que luchará por encontrar la respuesta al enigma de la existencia de la Jungla Tóxica y abogará por la paz entre los pueblos y entre éstos y la Jungla y, de este modo, tratar detener la destrucción a la que el mundo parece irremediablemente abocado.
Miyazaki elaboró con este drama de animación un manifiesto ecologista y pacifista en el que, mediante la imaginativa poesía de la imagen, de la música y de una trama desbordante en acción y emociones, nos hace reflexionar sobre los males que causamos a la naturaleza y los que nos infligimos a nosotros mismos; que todo viene a ser lo mismo, pues la naturaleza está en nosotros lo mismo que nosotros estamos en ella, y deberíamos pensar en cuidarla un poco más... Y, acercándonos a la naturaleza, sentir su sabio poder y recibir el aprendizaje del respeto a nuestro entorno, el aprendizaje de la tolerancia y de la convivencia pacífica (bonita y lejana utopía, tal y como están las cosas, pero mientras queden soñadores como Miyazaki este planeta seguirá siendo un lugar habitable y pese a todo maravilloso).
Nausicaä nos enseña el incalculable valor de la bondad, de la generosidad y del altruismo y la integridad de un alma limpia que, con la fuerza bienhechora que emana, es capaz de lograr que el odio y la corrupción de los espíritus se evaporen como por ensalmo.
Ojalá hubiera más Nausicaäs en el mundo. Ángeles sin alas venidos a esta tierra agitada para traernos su soplo de aire fresco y su beneficiosa influencia.
Por cierto, es mejor ver esta película en versión original subtitulada que doblada. ¿Por qué, en la traducción al español, llamaron Sandra a la princesa y también les cambiaron los nombres a otros personajes? Qué manía... Vamos, que cambiar de ese modo el nombre de la protagonista es un crimen. Es como robarle su esencia. ¿No es un nombre bonito y sonoro Nausicaä? No lo entiendo...
"Nausicaä del Valle del Viento" supuso uno de sus más bellos y brillantes acercamientos al corazón de los conflictos creados por los seres humanos, componiendo una alegoría repleta de riqueza visual, auditiva y espiritual.
En un mundo apocalíptico y agonizante, devorado por sus propios errores (por el odio y el afán de destrucción), varios pueblos viven en la amenaza constante, en una contienda sin fin en la que no se conceden tregua unos a otros. Pero la mayor amenaza la constituye la Jungla Tóxica, una zona que emite unos gases letales y poblada de enormes insectos y extrañas criaturas a las que todo el mundo teme.
Pero, en medio de tanta hostilidad, hay un pueblo pacífico, el Valle del Viento. Nausicaä, su princesa, es una valiente chica de corazón bondadoso, que luchará por encontrar la respuesta al enigma de la existencia de la Jungla Tóxica y abogará por la paz entre los pueblos y entre éstos y la Jungla y, de este modo, tratar detener la destrucción a la que el mundo parece irremediablemente abocado.
Miyazaki elaboró con este drama de animación un manifiesto ecologista y pacifista en el que, mediante la imaginativa poesía de la imagen, de la música y de una trama desbordante en acción y emociones, nos hace reflexionar sobre los males que causamos a la naturaleza y los que nos infligimos a nosotros mismos; que todo viene a ser lo mismo, pues la naturaleza está en nosotros lo mismo que nosotros estamos en ella, y deberíamos pensar en cuidarla un poco más... Y, acercándonos a la naturaleza, sentir su sabio poder y recibir el aprendizaje del respeto a nuestro entorno, el aprendizaje de la tolerancia y de la convivencia pacífica (bonita y lejana utopía, tal y como están las cosas, pero mientras queden soñadores como Miyazaki este planeta seguirá siendo un lugar habitable y pese a todo maravilloso).
Nausicaä nos enseña el incalculable valor de la bondad, de la generosidad y del altruismo y la integridad de un alma limpia que, con la fuerza bienhechora que emana, es capaz de lograr que el odio y la corrupción de los espíritus se evaporen como por ensalmo.
Ojalá hubiera más Nausicaäs en el mundo. Ángeles sin alas venidos a esta tierra agitada para traernos su soplo de aire fresco y su beneficiosa influencia.
Por cierto, es mejor ver esta película en versión original subtitulada que doblada. ¿Por qué, en la traducción al español, llamaron Sandra a la princesa y también les cambiaron los nombres a otros personajes? Qué manía... Vamos, que cambiar de ese modo el nombre de la protagonista es un crimen. Es como robarle su esencia. ¿No es un nombre bonito y sonoro Nausicaä? No lo entiendo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Yo no estoy ni mucho menos en contra del doblaje, al contrario, me encanta cómo doblan en España las películas (¡menudas voces hay por ahí!) y a mi parecer lo hacen estupendamente, pero al menos que no se carguen por la cara detalles esenciales, en eso sí estoy de acuerdo con los detractores del doblaje. Comprendo que en "El castillo en el cielo" (otra de Miyazaki), por ejemplo, cambiaran el nombre de Laputa (la isla voladora) por Lapuntu, por obvias razones XD. Pero lo que hicieron con Nausicaä no tiene perdón.
En fin, 100% recomendable para los aficionados a la gran animación tradicional japonesa.
En fin, 100% recomendable para los aficionados a la gran animación tradicional japonesa.
25 de abril de 2008
25 de abril de 2008
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad sea dicha es que Nausicaä me ha decepcionado un poco. Es lo que suele pasar cuando consideras a Miyazaki como el más grande de todos los directores de animación (por encima de B. Bird que le sigue en segundo lugar). Y seguramente la culpa no sea de Miyazaki, sino mía, que me pierdo entre tanto insecto, reinos y nombres imposibles de recordar.
Si empiezas por el principio de Miyazaki, notarás la impecable progresión de los estudios Ghibli. Pero si como en mi caso un festival te da a conocer a Miyazaki y lo que haces es ir para atrás en la filmografía del estudio, te percatas de esa carencia en los fondos (evidentemente estamos hablando de los ochenta y no se le pueden pedir peras al olmo, pero cuando ya has probado la langosta es absurdo que intenten de nuevo darte morralla de río).
La historia entretiene, tiene su mensaje y como siempre su pizca de ternura. Es, como todo Miyazaki, altamente recomendable para peques y mayores. Sólo dos años después, este estudio empezaría a crear auténticas joyas cinematográficas.
Si empiezas por el principio de Miyazaki, notarás la impecable progresión de los estudios Ghibli. Pero si como en mi caso un festival te da a conocer a Miyazaki y lo que haces es ir para atrás en la filmografía del estudio, te percatas de esa carencia en los fondos (evidentemente estamos hablando de los ochenta y no se le pueden pedir peras al olmo, pero cuando ya has probado la langosta es absurdo que intenten de nuevo darte morralla de río).
La historia entretiene, tiene su mensaje y como siempre su pizca de ternura. Es, como todo Miyazaki, altamente recomendable para peques y mayores. Sólo dos años después, este estudio empezaría a crear auténticas joyas cinematográficas.
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