La camarera del Titanic
Drama. Romance
Francia, 1912. Horty, un joven obrero gana el concurso anual de fuerza que organiza su empresa: el premio es un billete de ida y vuelta para ir a Southampton a ver la partida del Titánic. Durante la noche, una hermosa muchacha llama a su habitación del Gran Hotel de Southampton y le pide alojamiento. Es una camarera del Titanic: debe embarcar al día siguiente y todos los hoteles de la ciudad estan completos. A la mañana siguiente, ella ... [+]
6 de octubre de 2010
6 de octubre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como un sueño ebriagador se define la película, en el que un hombre canta el amor más intenso, más puro y verdadero. De una intensidad admirable, es ciertamente la historia no de unos personajes, sino del amor puro, mostrado en su plenitud. La melancolía, la añoranza, la soledad, el desconcierto y un dolor contenido son sentimientos que afloran en nuestro personaje masculino.
La ambientación y la fotografía contribuyen a crear aún más si cabe esa atmósfera preciosista que tan bien le viene al rey de los sentimientos: el amor. La música con su efecto trágico, intimista y envolvente, con ciertos toques nostálgicos, consigue transmitir la sensación del verdadero amor pasional e ideal, anhelado e inalcanzable, que flota de forma constante en toda la película.
La ambientación y la fotografía contribuyen a crear aún más si cabe esa atmósfera preciosista que tan bien le viene al rey de los sentimientos: el amor. La música con su efecto trágico, intimista y envolvente, con ciertos toques nostálgicos, consigue transmitir la sensación del verdadero amor pasional e ideal, anhelado e inalcanzable, que flota de forma constante en toda la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un obrero casado con una joven mujer lleva una existencia sencilla, hasta que un día conoce a una hermosa camarera que trabaja en el famoso barco conocido como el Titanic. Este encuentro cambiará su vida por completo, enamorándose perdídamente de ésta.
24 de diciembre de 2015
24 de diciembre de 2015
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Por ser una película de Bigas Luna, resulta sorprendente...
Los obreros de una compañía fundidora en Francia tienen una competencia deportiva cada año y, por tercera vez consecutiva, gana el joven marido de una mujer deseada por el director. El premio en esta ocasión es inverosímil: un viaje a Southampton, Inglaterra, para ver zarpar al Titanic y, de paso, dejar al director el camino libre a la esposa. En la noche de su arribo al hotel inglés de lujo, el obrero premiado recibe la visita de una camarera del Titanic que le pide alojamiento, pues todos los cuartos están ocupados; comparten la cama, pero no ocurre nada más entre ellos. A la mañana siguiente, la mujer aborda el transatlántico y el hombre observa desde lejos que un fotógrafo la retrata, compra el retrato y vuelve con él a Francia; sus compañeros ven la foto y preguntan insistentes por la relación; el protagonista responde con la verdad, pero al escuchar el rumor de que su esposa tuvo un romance con el director, inventa su propio romance con la camarera. Pletórico de imaginación romántica y erótica, el relato cautiva imprevisiblemente a la concurrencia del bar, que crece día con día para escucharlo, suma inclusive a las esposas de los obreros y trasciende hasta causar la visita de un viejo y famoso actor italiano, ahora director de teatro ambulante, para contratar al convincente narrador y actor nato…
Espléndida historia de origen literario, puesta en escena con una exquisita ambientación de la época (principios del siglo pasado en Francia-Inglaterra), excelente fotografía de tono ligeramente oscuro y actuaciones precisas y sutiles, inclusive para interpretar a los obreros más burdos. A mitad de la película, un micrófono invade el cuadro y, aunque no es muy evidente, sabotea todo el diseño de arte que, si no fuera por ese detalle, alcanzaría la perfección.
Los obreros de una compañía fundidora en Francia tienen una competencia deportiva cada año y, por tercera vez consecutiva, gana el joven marido de una mujer deseada por el director. El premio en esta ocasión es inverosímil: un viaje a Southampton, Inglaterra, para ver zarpar al Titanic y, de paso, dejar al director el camino libre a la esposa. En la noche de su arribo al hotel inglés de lujo, el obrero premiado recibe la visita de una camarera del Titanic que le pide alojamiento, pues todos los cuartos están ocupados; comparten la cama, pero no ocurre nada más entre ellos. A la mañana siguiente, la mujer aborda el transatlántico y el hombre observa desde lejos que un fotógrafo la retrata, compra el retrato y vuelve con él a Francia; sus compañeros ven la foto y preguntan insistentes por la relación; el protagonista responde con la verdad, pero al escuchar el rumor de que su esposa tuvo un romance con el director, inventa su propio romance con la camarera. Pletórico de imaginación romántica y erótica, el relato cautiva imprevisiblemente a la concurrencia del bar, que crece día con día para escucharlo, suma inclusive a las esposas de los obreros y trasciende hasta causar la visita de un viejo y famoso actor italiano, ahora director de teatro ambulante, para contratar al convincente narrador y actor nato…
Espléndida historia de origen literario, puesta en escena con una exquisita ambientación de la época (principios del siglo pasado en Francia-Inglaterra), excelente fotografía de tono ligeramente oscuro y actuaciones precisas y sutiles, inclusive para interpretar a los obreros más burdos. A mitad de la película, un micrófono invade el cuadro y, aunque no es muy evidente, sabotea todo el diseño de arte que, si no fuera por ese detalle, alcanzaría la perfección.
2 de enero de 2021
2 de enero de 2021
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Bigas Lunas se aparta de su sello sexual e irreverente con esta película hecha poesía, de mucho lirismo en palabras e imágenes.
Al igual que la superproducción de James Cameron, el cineasta español pareciera que toma como base (para ilustrar su historia de amor) la célebre frase de "Un tranvía llamado Deseo": "No quiero realidad, quiero magia", porque "La camarera del Titanic" también reflexiona sobre el sentido del cine; de cómo las personas (espectadores) no quieren ver una trama prosaica, de mujeres y hombres teniendo la vida corriente que tenemos todos. No. La gente quiere poesía, resignificación de la realidad (que es propio al arte, en este caso al séptimo arte).
Sino pregúntense por qué el movimiento cinematográfico Dogma 95 (la realidad sin más) no prendió.
Pero el dato clave:
Al igual que la superproducción de James Cameron, el cineasta español pareciera que toma como base (para ilustrar su historia de amor) la célebre frase de "Un tranvía llamado Deseo": "No quiero realidad, quiero magia", porque "La camarera del Titanic" también reflexiona sobre el sentido del cine; de cómo las personas (espectadores) no quieren ver una trama prosaica, de mujeres y hombres teniendo la vida corriente que tenemos todos. No. La gente quiere poesía, resignificación de la realidad (que es propio al arte, en este caso al séptimo arte).
Sino pregúntense por qué el movimiento cinematográfico Dogma 95 (la realidad sin más) no prendió.
Pero el dato clave:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
"La camarera del Titanic" muestra a su protagonista "adornando", "condimentando" su simple (y muy corta) historia de amor para cautivar con este relato a sus oyentes, al igual que como lo hace la anciana de la película de James Cameron.
Pero la gran, GRAN diferencia, es que en la cinta de Bigas Lunas se hace explícito que se "novela" la historia de amor. En cambio, en el "Titanic" de James Cameron se esconde apropósito el dato que se novela la historia de amor (aunque el guión da como 10 pistas) para que el público viva la magia de un romance llevado a escala épica, a escala "hollywoodense" por un anciana que fue actriz y formó parte de ese mundo mágico.
Porque finalmente no queremos realidad, queremos magia.
Pero la gran, GRAN diferencia, es que en la cinta de Bigas Lunas se hace explícito que se "novela" la historia de amor. En cambio, en el "Titanic" de James Cameron se esconde apropósito el dato que se novela la historia de amor (aunque el guión da como 10 pistas) para que el público viva la magia de un romance llevado a escala épica, a escala "hollywoodense" por un anciana que fue actriz y formó parte de ese mundo mágico.
Porque finalmente no queremos realidad, queremos magia.
25 de junio de 2023
25 de junio de 2023
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"La camarera del Titanic", dirigida por Bigas Luna en 1997, cuenta con la notable actuación de Aitana Sánchez-Gijón en un papel destacado. La trama se desarrolla en torno a Horty, interpretado por Olivier Martinez, un hombre que afirma ser un superviviente del hundimiento del Titanic, y su relación con Marie, interpretada por Sánchez-Gijón, una camarera que se siente atraída por Horty.
La participación de Aitana Sánchez-Gijón en la película añade un nivel adicional de profundidad y calidad interpretativa. Sánchez-Gijón es conocida por su versatilidad y su capacidad para transmitir emociones sutiles y complejas. En "La camarera del Titanic", ofrece una interpretación convincente de Marie, mostrando una combinación de curiosidad, deseo y vulnerabilidad a medida que se involucra cada vez más en la historia de Horty.
La química entre Olivier Martinez y Aitana Sánchez-Gijón en pantalla es palpable, lo que añade un elemento emocional convincente a la trama. Ambos actores logran transmitir la tensión y la atracción mutua entre sus personajes, lo que enriquece la narrativa y hace que las interacciones sean creíbles y cautivadoras.
La dirección de Bigas Luna saca provecho de las habilidades interpretativas de Sánchez-Gijón al crear momentos intensos y emotivos en la historia. Su presencia en pantalla aporta una sensibilidad y una complejidad adicional a la película, enriqueciendo la exploración de temas como la ilusión y la pasión.
En términos generales, "La camarera del Titanic" se beneficia de la participación de Aitana Sánchez-Gijón, quien aporta una actuación destacada y una profundidad emocional a la película. Su interpretación enriquece las interacciones con los demás personajes y contribuye al desarrollo de la trama de manera significativa.
Aunque la película presenta algunos desafíos en términos de ritmo y desarrollo narrativo, la actuación de Aitana Sánchez-Gijón junto con el resto del elenco brinda momentos memorables y logra captar la atención del espectador. Su presencia fortalece la calidad general de la película y la convierte en una experiencia cinematográfica más gratificante.
En resumen, Aitana Sánchez-Gijón desempeña un papel destacado en "La camarera del Titanic", aportando una actuación convincente y enriqueciendo la película con su talento y habilidad interpretativa. Su química con los demás actores y su capacidad para transmitir emociones complejas hacen que su participación sea un elemento valioso en el análisis crítico de la película dirigida por Bigas Luna.
La participación de Aitana Sánchez-Gijón en la película añade un nivel adicional de profundidad y calidad interpretativa. Sánchez-Gijón es conocida por su versatilidad y su capacidad para transmitir emociones sutiles y complejas. En "La camarera del Titanic", ofrece una interpretación convincente de Marie, mostrando una combinación de curiosidad, deseo y vulnerabilidad a medida que se involucra cada vez más en la historia de Horty.
La química entre Olivier Martinez y Aitana Sánchez-Gijón en pantalla es palpable, lo que añade un elemento emocional convincente a la trama. Ambos actores logran transmitir la tensión y la atracción mutua entre sus personajes, lo que enriquece la narrativa y hace que las interacciones sean creíbles y cautivadoras.
La dirección de Bigas Luna saca provecho de las habilidades interpretativas de Sánchez-Gijón al crear momentos intensos y emotivos en la historia. Su presencia en pantalla aporta una sensibilidad y una complejidad adicional a la película, enriqueciendo la exploración de temas como la ilusión y la pasión.
En términos generales, "La camarera del Titanic" se beneficia de la participación de Aitana Sánchez-Gijón, quien aporta una actuación destacada y una profundidad emocional a la película. Su interpretación enriquece las interacciones con los demás personajes y contribuye al desarrollo de la trama de manera significativa.
Aunque la película presenta algunos desafíos en términos de ritmo y desarrollo narrativo, la actuación de Aitana Sánchez-Gijón junto con el resto del elenco brinda momentos memorables y logra captar la atención del espectador. Su presencia fortalece la calidad general de la película y la convierte en una experiencia cinematográfica más gratificante.
En resumen, Aitana Sánchez-Gijón desempeña un papel destacado en "La camarera del Titanic", aportando una actuación convincente y enriqueciendo la película con su talento y habilidad interpretativa. Su química con los demás actores y su capacidad para transmitir emociones complejas hacen que su participación sea un elemento valioso en el análisis crítico de la película dirigida por Bigas Luna.
6 de diciembre de 2024
6 de diciembre de 2024
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Oficioso, eficaz, con tendencia a la ortodoxia, pero perdiendo ese punto de irreverente, de macarra, de hombre fuera de las costuras del sistema que tanto le caracterizó en sus comienzos y en sus películas más célebres.
Hombre de cine, a qué dudar, capaz de hacer películas interesantes, como ésta. Muy bien rodada, muy bien contada, por momentos emotiva, contando una historia sencilla y con matices.
Una novela de Didier Decoin, autor desconocido para mi, con guión del director y de Cuca Canals (que tampoco sé quién es).
Me gusta la fotografía, en un tono muy pálido en la parte de la minería, y algo más alegre cuando aparece la dama. Efecto muy buscado, claro. Blancos y negros en la minería, color en la alegría.
Poderosas actuaciones de Aitana Sánchez-Gijón y Olivier Martínez, que tienen verdadera química en pantalla.
Más que una mentira, es la historia de un deseo. De una querencia tan fuerte por el lado más carnal del deseo y de la vida que es capaz de hacer saltar las costuras de la moralidad, de la virtud y de la civilización social.
Tiene su gracia, pero no es una obra mayor de Luna, que tiene un cine más característico que éste.
Además me parece demasiado larga. Sé que dura 100 minutos, algo usual en el metraje actual, pero se me ha hecho larga. Tiene poco recorrido dramático y se agota a los cuarenta minutos. Sabes lo que va a pasar y no está contado de una manera tan especial como para llamar tu atención.
Está bien, sin más.
Hombre de cine, a qué dudar, capaz de hacer películas interesantes, como ésta. Muy bien rodada, muy bien contada, por momentos emotiva, contando una historia sencilla y con matices.
Una novela de Didier Decoin, autor desconocido para mi, con guión del director y de Cuca Canals (que tampoco sé quién es).
Me gusta la fotografía, en un tono muy pálido en la parte de la minería, y algo más alegre cuando aparece la dama. Efecto muy buscado, claro. Blancos y negros en la minería, color en la alegría.
Poderosas actuaciones de Aitana Sánchez-Gijón y Olivier Martínez, que tienen verdadera química en pantalla.
Más que una mentira, es la historia de un deseo. De una querencia tan fuerte por el lado más carnal del deseo y de la vida que es capaz de hacer saltar las costuras de la moralidad, de la virtud y de la civilización social.
Tiene su gracia, pero no es una obra mayor de Luna, que tiene un cine más característico que éste.
Además me parece demasiado larga. Sé que dura 100 minutos, algo usual en el metraje actual, pero se me ha hecho larga. Tiene poco recorrido dramático y se agota a los cuarenta minutos. Sabes lo que va a pasar y no está contado de una manera tan especial como para llamar tu atención.
Está bien, sin más.
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