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Jóvenes y rebeldes (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia Serie de TV (1999-2000). 1 temporada. 18 episodios. Aclamada serie de TV convertida en obra de culto. Trata sobre dos grupos de estudiantes (los freaks y geeks del título) en un instituto entre los años 1980 y 1981. Entre sus jóvenes actores se encontraban caras hoy conocidas como Linda Cardellini (E.R.) o Jason Segel (How I Met Your Mother) e incluso estrellas como James Franco (Spider-Man) y Seth Rogen. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
1 de junio de 2012
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soslayando las lógicas prevenciones y prejuicios que puede plantear el abordar una producción norteamericana que trate sobre adolescentes en su típico instituto americano, “Freaks and Geeks” es una de esas series en las que no hay fácil explicación a su desconocimiento por parte del gran público, o algo todavía peor, a su prematura desaparición.

Varios factores contribuyen a encumbrar la serie: una galería de personajes que destilan humanidad y que rápidamente se nos hacen cercanos, gracias al excelente trabajo de los actores y a un casting perfecto; unos diálogos excepcionales, muy cuidados, quizás el punto más fuerte de la serie; el realismo de las situaciones en las que se huye de tramas artificiosas y se apuesta por la proximidad de las vivencias comunes; el predominio de los jóvenes sobre los adultos, reflejado en el papel más secundario de los padres y profesores; la despreocupación por el tratamiento moralizante en las actitudes de los personajes principales, que son tratadas con sinceridad y naturalidad. Todos ellos son elementos que aportan autenticidad y hacen que la identificación funcione como el nexo de unión entre la serie y los espectadores.

Ambientada en el inicio de la década de los 80, hay la suficiente distancia temporal en la serie como para que la nostalgia sea un aliciente más, junto con la privilegiada banda sonora, llena de grandes temas de rock y principal motivo del encarecimiento de cada episodio. Producida por Judd Apatow, uno de los actuales referentes de la comedia al otro lado del Atlántico, el tono divertido se sostiene durante los 18 capítulos que dura la serie, aunque el drama tenga sus puntuales apariciones, dando el contraste necesario para apuntalar la credibilidad. Y algo novedoso –y toda una sorpresa- tratándose de una serie “Made in USA”: un cierto aire de desmitificación del éxito como meta en la vida, la prevalencia de las inclinaciones personales sobre el triunfo social, la construcción de la identidad por encima de las presiones externas, algo que el carismático personaje de Lindsay logra encarnar a la perfección.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The Quiet Man
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11 de julio de 2011
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una serie realmente interesante, e innovadora. Sí, se han hecho muchas, tal vez incluso demasiadas, series que tratan sobre chavales en el instituto, y se nos vendieron como series en las que realmente pasan cosas que ocurren en la vida real dentro de la rutina de unos chavales de instituto y lo que les rodea. He aquí la clave: Realmente te sientes identificado con cosas que ocurren en la serie. O al menos yo, que supongo que fui una especie de mezcla o ser intermedio entre geek y freak. Así es amigos, yo no era un peinarratas que dejó embarazada a su profesora, aquel por el que todas las chicas suspiraban ser su novia y todos los chicos que fuese amigo suyo. Bueno, directamente, no había nadie así en mi instituto...

Tal vez ahora te preguntes... ¿Qué es exactamente un freak del título? ¿Y un geek? Es simple: El freak es simplemente el inadaptado. No cae muy bien a la gente porque es un pasota, que hace cosas que otros no y que tiene una actitud distinta al resto. Por ejemplo, ese tío que es tan sincero que a veces llega a ofenderte, no lame el culo porque sí a la gente para luego criticar por la espalda y que en vez de escuchar a Don Omar (O la basura comercial del momento), opta por escuchar Deep Purple. Y el geek es el conocido como "friki" (Aquí puede haber la confusión, porque obviamente, friki suena más como "freak"). El tío que juega al rol, le gustan los videojuegos, ve pelis de Star Wars y se flipa con ellas o que pese a que (supuestamente) ya no tiene edad para ver dibujos animados o leer comics, sigue haciéndolo. Esos a los que Homer Simpson llamaba "gilís".

El grupo de freaks es unos 3 años mayor que el de los geeks, que son chavales de 12-14 años. La clave de las actuaciones, es que un tío de 30 no hace como que tiene 17, si no que lo hace uno de 17-19 años, lo cual ayuda a identificarte con ellos, y más si nos vamos a la época de Luke Perry. Además, es todo un acierto poner esa diferencia, para así abarcar toda la etapa del instituto, desde primer año al último sin hacer 5 temporadas.

Debido al límite de caracteres, continúo en la parte con spoiler (Pero libre de spoiler, claro):
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Rivas
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20 de febrero de 2011
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo dándole vueltas desde que iba por la mitad de la única temporada que tiene esta serie a una cosa: ¿acaso nos gusta ver lo mismo una y otra vez? ¿No nos cansamos de que tomen al espectador por tonto? Es que tiene que ser eso porque no entiendo como nos hemos visto tantas series sobre institutos, con unos personajes tan estereotipados y unas historias con una profundidad de tres al cuarto y que encima duraban no sé cuantas temporadas. Luego tenemos una serie tan buena como "Freaks and Geeks" que con sólo 12 episodios fue cancelada. Que digo yo, si los que seguían la serie se quejaron de tal manera para que se emitiesen los 6 episodios restantes, algo tendrá esta serie. Es como si las cadenas de televisión prefiriesen vendernos algo barato para que no nos calentemos mucho la cabeza y lo que realmente se plantea como algo diferente, mostrando un producto de calidad, es cancelado.

"Freaks and Geeks" ya digo, tiene a los jóvenes y adolescentes que más pueden parecerse a unos de verdad. Todos sabemos que en la vida real, en un instituto, los estudiantes no se acuestan con sus profesores, ni se pasan el día metiéndose de todo (en todos los sentidos) ni su máxima meta es pillarse una cogorza todos los fines de semana (aunque esto último, hay más de uno que...). Pocos son los que van de malotes para ir aparentando, en el fondo hay algo que los mueve a comportarse como lo hacen y es ahí donde triunfa esta serie. Nos vamos a sentir identificados con todos los protagonistas, de todos se nos van a mostrar sus inquietudes y por qué son como son. Eso sí, aquí nos olvidamos del típico protagonista que cada dos episodios está con una tía diferente y que en general es el terror de las nenas, lo que en las series americanas suele ser el deportista que aspira a conseguir una beca para la universidad.

Tenemos dos grupos: los "freaks" son los que piensan que el instituto no les aporta nada, se saltan las clases, todo el mundo los mira como si fuesen unos vagos que no llegarán a nada y ellos mismos llegan a tener muy poca confianza en sí mismos. Por otro lado están los "geeks", aquellos que también son marginados pero porque los ven como gente rara, tienen gustos diferentes a las de la mayoría, como ir a convenciones de ciencia ficción, ser grandes seguidores de los humoristas de la época, ser nulos en los deportes pero ser buenos estudiantes. Los dos protagonistas, los hermanos Lindsay y Sam Weir, cada uno en uno de estos grupos son los que nos irán mostrando ese momento tan característico en la vida de todos como es la adolescencia desde distintos puntos de vista, en los que una mezcla de ambos será muy parecido a experiencias que nosotros mismos hayamos vivido.

(Sigo sin spoilers)
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Swarley
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16 de julio de 2011
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver la serie entera en dos días (lo admito soy un friki haha, sé que tragarse 900 minutos en 48 horas no era plan, pero es que no había nada mejor que hacer y me siento la persona más feliz del mundo en estos dos días pasados.No sabría explicar realmente el efecto que me ha causado esta serie, quizás me ha cambiado la vida.La serie es una jodida maravilla, tiene una extraña manera de aplastar a los secundarios que es brutal ( que fué de Cindy Sanders? , y del profesor de gimnasia de los chicos? y del hermano de Neal con su famoso beso? y de Millie? y del abusón de Alan? y del padre de Neal? ), puede parecer muy simple explicándolo con simples palabras, pero os animo a que la veáis, os invito súper encarecidamente a hacerlo, es algo que es vital ver antes de morir , es algo auténtico y profundo con lo que realmente se disfruta, todo es tan real y clavado que no me queda más remedio de darle un 9 ( equivale a un 10 para el resto de usuarios que no me conocen ).Me hizo llorar y reir al mismo tiempo, fue como vivir un sueño pasado y perdido y recordar mis pasos por el colegio y recordar las inquietudes que tenía en esos momentos, que si ir al cine de ciencia ficción con los mismos amigos de siempre, juegos frikis de mesa las noches del finde, que estás coladísimo por una chica con la que te acabas dando cuenta que ser muy guapa no significa que sea la que más mola.
He visto muchas películas que aborda el tema del instituto pero ninguna se acerca a esta fantástica serie, en general las mejores son de los 80 ya sean Sixteen candles, la chica de rosa, El club de los cinco, Can buy me love, de temas más duros como Speak de la chiquilla de Crepúsculo y ya de tema de la comedia como Supersalidos y las dos primeras partes de American Pie.
Un saludo
Guilamps
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24 de noviembre de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del estreno de una serie televisiva pueden suceder cuatro cosas: a) que la audiencia responda favorablemente, consiga grandes cuotas de audiencia, el producto se convierta en todo un fenómeno de éxito y regalen cromos con el rostro de sus protagonistas en los paquetes de phoskitos; b) que consiga una audiencia suficientemente aceptable lo que, junto con un posible éxito de crítica y una pequeña legión de fervientes seguidores, provoque que siga en antena con la esperanza de que el resto de la población se interese por ella y de el salto a la categoría anterior; c) que los datos de audiencia no sean suficientes y que, a pesar de las buenas críticas y de un residual grupo de incondicionales, la serie sea finalmente cancelada (previo algún probable intento de cambio de horario e incluso de canal); y d) que el producto estrenado no interese ni a crítica ni a público, con lo cual sea fulminantemente finiquitado y toda la población salga a las calles danzando el baile de la victoria y entonando el “yes, we can”.

Pero detengámonos un instante en la categoría “c”, que es la que nos interesa. Los programas pertenecientes a este grupo jamás lograrán convertirse en series de éxito ni lograrán grandes cuotas de pantalla. A pesar de ello todavía les queda una última salida a la que difícilmente podrán aspirar los productos del resto de categorías: pueden llegar a convertirse en series de culto (lo cual funciona más como título honorífico que otra). Para ello lo ideal sería que la serie no cuente con demasiados capítulos, que no sea muy comprendida por una gran mayoría de la población, que la crítica especializada le haya dado su beneplácito y que, a poder ser, fuera injustamente cancelada dejando la obra parcialmente incompleta. Si además estamos hablando de un producto americano nunca estrenado en nuestro país y que solamente se puede encontrar en versión original subtitulada en ciertos programas de descarga a través de la red (dudo mucho que por bajarme una serie cancelada hace ya más de diez años en EE.UU. y que jamás llegó a nuestro país en ningún formato posible, me esté cargando la industria de nadie), no hace más que añadirle épica al enorme placer que produce poder ver, por fin, la fantástica FREAKS AND GEEKS.

El título se podría traducir como COLGADOS Y PARDILLOS, o algo por el estilo. Hace referencia a dos de los tipos de grupos sociales que se pueden encontrar dentro de un instituto de secundaria. El primero está compuesto por fumetas desencantados del colegio con ganas de acabar sus estudios para no tener que seguir las estrictas reglas del centro y que no logran sacarse de encima la sensación de estar perdiendo el tiempo dentro de sus paredes. El segundo pertenece a los empollones, víctimas constantes de abusos, aficionados a los cómics, la ciencia ficción y los juegos de rol. A pesar de que la primera impresión sería de que ambos grupos no podrían estar más alejados el uno del otro, lo cierto es que guardan una estrecha relación: ambos son unos inadaptados sociales incapaces de integrarse dentro la estructura que se forma dentro del colegio.

La primera referencia que me vino a la cabeza cuando empecé a ver Freaks and geeks fue la serie Aquellos maravillosos años, debido a la edad del protagonista, al tono melancólico/humorístico de todo el conjunto y por el hecho de estar ambientada en una época anterior, haciendo de ello un elemento determinante de la historia. De hecho, Aquellos maravillosos años era una serie de 1988 ambientada veinte años antes, en 1968, mientras que Freaks and geeks es una serie del año 2000 también ambientada veinte años atrás, exactamente en 1980. Realmente creo que Freaks and geeks se adelantó a su tiempo y a la moda de recuperar la década de los '80. Años después todo el mundo se subiría al carro.

Uno de los mayores logros de la serie es la sensación de normalidad que transmite. Y por raro que suene, eso es muy de agradecer. Es cierto, está ambientada en los ochenta, pero no viste a sus protagonistas como auténticos mamarrachos disfrazados. Además trata el tema de la adolescencia sin caer en los tópicos de cierta ficción americana que tiende a exagerar sobremanera este tipo de tramas con productos que: a) o nos muestra a unos protagonistas que se emborrachan hasta las trancas después de ingerir accidentalmente un sorbo de cerveza en una fiesta para, acto seguido, ingresar en alcohólicos anónimos mientras, con lágrimas en los ojos, confiesan a sus padres que han aprendido la lección (yo esto lo he visto); o b) nos muestra a unos protagonistas descendiendo con esquíes una montaña de cocaína mientras en la meta les espera un cuantioso grupo de compañeras de clase, potenciales prostitutas de lujo, desnudas dentro de un jacuzzi mientras ingieren grandes cantidades de alcohol y barbitúricos.

Y es que la serie no va de eso. Va de adolescentes, sí, pero reales. Con sus problemas, sus aspiraciones, sus dudas, sus gustos y sus amores, de manera que muchos de nosotros nos veamos reflejados en ellos en algún momento de la trama (y no solo en un único personaje). Freaks and geeks es una serie que habla de las primeras veces. El grupo de freaks está a punto de acabar el instituto, les tocará tomar decisiones difíciles y salir al mundo real, donde serán tratados como adultos, por primera vez. El grupo de geeks está en plena edad del pavo y para ellos todo es nuevo (y sí, estoy hablando de chicas). Para hacerlo la serie utiliza un lenguaje amable, en tono de comedia simpática, que logra enganchar desde su capítulo piloto, con un cierto punto de melancolía y aderezado todo ello con la música de la época como Led Zeppelin, The Who, Deep Purple, Van Halen o Kiss, entre otros.
Jefe Dreyfus
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