Ema
2019 

6.5
3,362
Drama
Ema, una joven bailarina, decide separarse de Gastón luego de entregar a Polo en adopción, el hijo que ambos habían adoptado y que fueron incapaces de criar. Desesperada por las calles del puerto de Valparaíso, Ema busca nuevos amores para aplacar la culpa. Sin embargo, ese no es su único objetivo, también tiene un plan secreto para recuperarlo todo. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2020
13 de septiembre de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Distante, incomprensible, pedante... cuajada de escenas alargadas innecesariamente, y otras que aportan muy poco a la estructura del entramado.
En ningún momento conseguí traspasar la barrera, me resultó explicita en exceso. Y las partes que hubieran debido explicarse no las entendías.
Desde hace unos años valoro con dedo hacia arriba las críticas negativas bien argumentadas, son las que en gran mayoría, aportan una visión más real de lo que vamos a encontrar y te evitan perder el tiempo con un tipo de cine agotado, que se ensambla para las plataformas de streaming, convertidas en las grandes devoradoras de material visual.
Pese al reconocimiento por parte de los "entendidos" a mi me aburrió, salvo únicamente a Catalina Saavedra, a quien recordaba de "LA NANA..." auténtica obra maestra del cine chileno.
En ningún momento conseguí traspasar la barrera, me resultó explicita en exceso. Y las partes que hubieran debido explicarse no las entendías.
Desde hace unos años valoro con dedo hacia arriba las críticas negativas bien argumentadas, son las que en gran mayoría, aportan una visión más real de lo que vamos a encontrar y te evitan perder el tiempo con un tipo de cine agotado, que se ensambla para las plataformas de streaming, convertidas en las grandes devoradoras de material visual.
Pese al reconocimiento por parte de los "entendidos" a mi me aburrió, salvo únicamente a Catalina Saavedra, a quien recordaba de "LA NANA..." auténtica obra maestra del cine chileno.
12 de febrero de 2020
12 de febrero de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui con muchas expectativas. Chile, el país más solvente y complejo del cono sur. Con una economía estable pero desequilibrada. Una sociedad madura, y muy tensionada. En fin, Chile, que está superando a España en cuestiones regulatorias y organizativas. Y a la vez, el Chile caótico actual, que desconcierta y desmoraliza hasta a los propios sectores de izquierdas.
Si quise ver la película para aproximarme a la realidad chilena, fracasé. Salí con una respetable empanada mental.
El director, Larraín, me pareció solvente, con una narrativa sólida. Buen manejo de actores, exteriores y puesta en escena. La parte documental, la presentación de los personajes institucionales o sociales (directores de colegio, asistentes sociales, la trama urbana... ) están bien contadas.
Si quise ver la película para aproximarme a la realidad chilena, fracasé. Salí con una respetable empanada mental.
El director, Larraín, me pareció solvente, con una narrativa sólida. Buen manejo de actores, exteriores y puesta en escena. La parte documental, la presentación de los personajes institucionales o sociales (directores de colegio, asistentes sociales, la trama urbana... ) están bien contadas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A partir de ahí el guion entra en la ciénaga de unas confusas relaciones interpersonales. En las que no hay límites y sí mucha dosis de inseguridad y autodestrucción. Increíbles roles parentales, morbosas relaciones desestructuradas que se quieren presentar como habituales; pasividad de la gente que se deja invadir en su área personal por cualquier extraño...
Y el colmo de Ema, que reina en ese contexto y manipula a unos y otros a su antojo, sin acusar, ni ella, ni nadie, el menor desgaste psíquico.
Y para terminar, el reguetón como expresión de una mística fusional urbana (como pueda ser el cannabis o el cante jondo para determinados grupos). Ridículo.
Cine sólido pero construido sobre una base social y personal friki; similar al trabajo -sólo por citarlo- de Almodóvar y similares.
Una pena.
Y el colmo de Ema, que reina en ese contexto y manipula a unos y otros a su antojo, sin acusar, ni ella, ni nadie, el menor desgaste psíquico.
Y para terminar, el reguetón como expresión de una mística fusional urbana (como pueda ser el cannabis o el cante jondo para determinados grupos). Ridículo.
Cine sólido pero construido sobre una base social y personal friki; similar al trabajo -sólo por citarlo- de Almodóvar y similares.
Una pena.
17 de enero de 2020
17 de enero de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
De fotografía impecable, música precisa y actuaciones de gran nivel (especialmente Catalina Saavedra). Nos encontramos con una película un tanto arriesgada pero deliberadamente provocadora. Sus intenciones son evidentes , pero lo polémico o la valentía de romper cánones logra un mayor impacto si se hace en base a la coherencia sucesiva del guión, más en en la suma constante de factores, algo que esta película no consigue del todo y concluye de una forma que quizás no estuvo a la altura de lo osado de la propuesta. Sin duda, merece verla al menos 2 veces, ya que tiene uno par de diálogos memorables que permiten entender los paradigmas más juveniles y cómo éstos buscan hacer reaccionar a quienes van sumando años.
Quizás fue solo mi caso, pero en varias ocasiones, sentí que la música impedía que se oyeran algunos diálogos, especialmente en las escenas con los niños. No se si hay un trabajo poco prolijo de la mezclas de audio y ecualizaciones o simplemente el teatro donde la vi influyó demasiado.
Quizás fue solo mi caso, pero en varias ocasiones, sentí que la música impedía que se oyeran algunos diálogos, especialmente en las escenas con los niños. No se si hay un trabajo poco prolijo de la mezclas de audio y ecualizaciones o simplemente el teatro donde la vi influyó demasiado.
27 de enero de 2020
27 de enero de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Larraín es un chileno que hizo una película que logró tatuar la incomodidad en mi mente. Entró en mi cabeza desde el primer árido y oscuro fotograma y desde entonces no he podido desalojarla de ahí. Me refiero a El Club (2015). Película imprescindible donde el director explora la culpa en un grupo de eclesiásticos en un retiro dorado tras algún que otro desliz con algún prematuro prójimo.
Tras ella hizo dos películas igualmente experimentales como Neruda (2016) y Jackie (2016). Con ésta última logró salir airoso de un encargo venido de Hollywood, no poca cosa para un director sudamericano, y logró crear una pieza rara, fría y que contentó a crítica y público.
En 2019, en España estrenada en 2020, volvió con Ema. Larraín se atreve a retratar a una bailarina de regueaton en la Chile contemporánea. Ya habló de Chile en su No (2012), pero de una Chile del pasado. Ema habla de hoy. De los hijos post dictadura. Luchamos por la libertad, ya la tenemos...¿Y ahora? ¿En qué usan la libertad? ¿Saben administrarse ellos mismos? La trama es algo enrevesada. Ema es un ser que no logro radiografiar; o es bipolar o una manipuladora. Una niña mimada que no sabe lo que quiere. Y como niña mimada sabe reorientar a los astros para que vayan por la dirección que ella desee.
El guión puede parecer una mezcla curiosa de cosas irrelevantes pero al final está todo justificado. La música, aunque no me guste el regueaton, está bien usada. Durante todo el metraje hay sonidos. Unas veces agradables, etéreos, y otras veces más bruscos en momentos más complicados psicológicamente para los personajes.
La gente sabe latín. Ema, aparentemente poligonera y un ser bastante simple, logra manejar los hilos de otras personas en mayor altura para conseguir lo que quiere. La verdadera inteligencia es la más elemental.
https://serycine.wordpress.com/
Tras ella hizo dos películas igualmente experimentales como Neruda (2016) y Jackie (2016). Con ésta última logró salir airoso de un encargo venido de Hollywood, no poca cosa para un director sudamericano, y logró crear una pieza rara, fría y que contentó a crítica y público.
En 2019, en España estrenada en 2020, volvió con Ema. Larraín se atreve a retratar a una bailarina de regueaton en la Chile contemporánea. Ya habló de Chile en su No (2012), pero de una Chile del pasado. Ema habla de hoy. De los hijos post dictadura. Luchamos por la libertad, ya la tenemos...¿Y ahora? ¿En qué usan la libertad? ¿Saben administrarse ellos mismos? La trama es algo enrevesada. Ema es un ser que no logro radiografiar; o es bipolar o una manipuladora. Una niña mimada que no sabe lo que quiere. Y como niña mimada sabe reorientar a los astros para que vayan por la dirección que ella desee.
El guión puede parecer una mezcla curiosa de cosas irrelevantes pero al final está todo justificado. La música, aunque no me guste el regueaton, está bien usada. Durante todo el metraje hay sonidos. Unas veces agradables, etéreos, y otras veces más bruscos en momentos más complicados psicológicamente para los personajes.
La gente sabe latín. Ema, aparentemente poligonera y un ser bastante simple, logra manejar los hilos de otras personas en mayor altura para conseguir lo que quiere. La verdadera inteligencia es la más elemental.
https://serycine.wordpress.com/
2 de febrero de 2020
2 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inquietante y descarada trama de malas decisiones jóvenes y relaciones tóxicas: hijos abandonados, falta de dinero, sexo y delitos. Ni la cultura reguetonera, ni el Chile moderno brillan tanto como la crítica promete. El simbolismo del fuego, las preciosas imágenes de Valparaiso y la música urbana recrean una estética poderosa que aparece de forma intermitente e inconexa acompañando, a ratos, una historia que no reluce hasta el final.
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