La máscara del Zorro
1998 

5.8
38,534
Aventuras. Romance
México, 1821. Un enmascarado y romántico héroe popular, conocido como El Zorro, lucha valientemente contra el dominio colonial español en la Alta California. Sin embargo, la víspera de la liberación de México, el despótico gobernador don Rafael Montero descubre que el Zorro es don Diego de la Vega. Un ataque contra la casa del rebelde, se salda con su captura, la muerte de su mujer, el secuestro de su única hija Elena y la destrucción ... [+]
16 de mayo de 2008
16 de mayo de 2008
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La máscara del Zorro, es sin duda la mejor adaptación que se ha hecho sobre este legendario personaje, además es una película de aventuras realizada a la vieja usanza, (se nota la mano de Spielberg como productor).
La dirección del irregular Martin Campbell es acertada dando una entretenida trama que lográ ser original y emotiva sin caer en lo empalagoso y toca con eficacia y sencillez géneros como el romance, la comedia y la aventura unidos de forma estupenda.
Banderas y Hopkins hacen un dúo maravilloso como alumno y maestro, siendo lo mejor del film por los momentos tan graciosos que nos hacen pasar, ambos realizan sus papeles notablemente, destacando al gran Hopkins que como siempre deslumbra. Catherine Zeta-Jones también realiza su aportación de forma correcta, añadiendo que para mí es sin duda la película donde más bella se ha mostrado.
La acción esta muy bien coreografiada (buenas escenas de combate con espadas), al igual de bien está la ambientación. La duración también es correcta ya que el film dura lo necesario.
Historia de amores, venganzas, honores redondeado por la presencia del misterioso Zorro hacen de esta cinta un largometraje de aventuras más que digno.
La dirección del irregular Martin Campbell es acertada dando una entretenida trama que lográ ser original y emotiva sin caer en lo empalagoso y toca con eficacia y sencillez géneros como el romance, la comedia y la aventura unidos de forma estupenda.
Banderas y Hopkins hacen un dúo maravilloso como alumno y maestro, siendo lo mejor del film por los momentos tan graciosos que nos hacen pasar, ambos realizan sus papeles notablemente, destacando al gran Hopkins que como siempre deslumbra. Catherine Zeta-Jones también realiza su aportación de forma correcta, añadiendo que para mí es sin duda la película donde más bella se ha mostrado.
La acción esta muy bien coreografiada (buenas escenas de combate con espadas), al igual de bien está la ambientación. La duración también es correcta ya que el film dura lo necesario.
Historia de amores, venganzas, honores redondeado por la presencia del misterioso Zorro hacen de esta cinta un largometraje de aventuras más que digno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final era demasiado previsible, podían haberselo currado y sorprender al espectador y no matar al gran personaje de Anthony Hopkins como Diego de la Vega, el primer Zorro.
5 de abril de 2009
5 de abril de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me importa decirlo, creo que ésta es la mejor película del Zorro junto con "La Marca del Zorro" de (1940). Fue una agradable sorpresa este Zorro de 1998. La película recuerda a las viejas cintas de espadachines, y se disfruta con halo de nostalgia de secuencias que se creían desaparecidas en el cine actual. "La Máscara del Zorro" supuso el regreso de un cine clásico: el swashbuckler, y es un regreso a lo grande.
Por aquel entonces Martin Campbell, que ya había dirigido la película de James Bond "Goldeneye", se consagró aquí como un magnífico director de acción. Luego vendría su "Casino Royale", pero yo prefiero estas películas de acción suyas del Zorro, más ligeritas y con más comedia.
"La Máscara del Zorro" tiene de todo y bien mezclado: acción, aventuras, intriga, comedia y drama. Es una película muy entretenida con unas escenas de acción efectistas pero buenas, una historia que es mucho más que la típica de héroe salva a chica y vence a los malotes, y una banda sonora de James Horner muy original y adecuada.
Pero lo mejor de la película son las actuaciones. Todos los protagonistas logran crear unos personajes carismaticos y empáticos, y unos villanos interesantes. Antonio Banderas está excepcional como nuevo Zorro (solo superado por Douglas Fairbanks y, tal vez Tyrone Power) y secundado por dos actores en estado de gracia: El gran Anthony Hopkins que lo borda como siempre y Catherine Zeta-Jones que se convirtió en una nueva promesa y en eso se quedó (no hizo nada destacable después, a excepción de un par de papeles en Chicago y La Trampa donde volvió a brillar). Hay una gran química entre el trío protagonista. Pero es Banderas quien lleva el peso de la cinta (y ya es difícil destacar al lado de Anthony Hopkins que siempre está magnífico haga lo que haga), y es que este papel le viene como anillo al dedo y es de lo mejorcito que ha hecho en USA.
Tal vez la única pega sea que hay puntos en los que es demasiado infantil y otros en los que es demasiado adulta, y la tónica de la cinta acaba sin definirse bien.
Lo mejor: Banderas. Bueno...todos los actores.
Lo peor: Escenas muy adultas que contrastan con otras demasiado infantiloides.
Por aquel entonces Martin Campbell, que ya había dirigido la película de James Bond "Goldeneye", se consagró aquí como un magnífico director de acción. Luego vendría su "Casino Royale", pero yo prefiero estas películas de acción suyas del Zorro, más ligeritas y con más comedia.
"La Máscara del Zorro" tiene de todo y bien mezclado: acción, aventuras, intriga, comedia y drama. Es una película muy entretenida con unas escenas de acción efectistas pero buenas, una historia que es mucho más que la típica de héroe salva a chica y vence a los malotes, y una banda sonora de James Horner muy original y adecuada.
Pero lo mejor de la película son las actuaciones. Todos los protagonistas logran crear unos personajes carismaticos y empáticos, y unos villanos interesantes. Antonio Banderas está excepcional como nuevo Zorro (solo superado por Douglas Fairbanks y, tal vez Tyrone Power) y secundado por dos actores en estado de gracia: El gran Anthony Hopkins que lo borda como siempre y Catherine Zeta-Jones que se convirtió en una nueva promesa y en eso se quedó (no hizo nada destacable después, a excepción de un par de papeles en Chicago y La Trampa donde volvió a brillar). Hay una gran química entre el trío protagonista. Pero es Banderas quien lleva el peso de la cinta (y ya es difícil destacar al lado de Anthony Hopkins que siempre está magnífico haga lo que haga), y es que este papel le viene como anillo al dedo y es de lo mejorcito que ha hecho en USA.
Tal vez la única pega sea que hay puntos en los que es demasiado infantil y otros en los que es demasiado adulta, y la tónica de la cinta acaba sin definirse bien.
Lo mejor: Banderas. Bueno...todos los actores.
Lo peor: Escenas muy adultas que contrastan con otras demasiado infantiloides.
25 de diciembre de 2014
25 de diciembre de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de comentar esta estupenda película, para todos los públicos y por la tanto para ver en familia en estas fechas, me gustaría desearles una Feliz Navidad a todos los usuarios de esta web de cine. Personaje menor en la galería de mitos populares en el género de aventuras, género muy estimable, en mi opinión, que ha producido infinidad de obras maestras. El Zorro, personaje creado por Jhonston McCulley, sólo ha consentido junto a una marea de subproductos, dos aceptables versiones anteriores a la que nos ocupa, una muda, protagonizada por Douglas Fairbanks padre, y otra sonora de Rouben Momoulian, hecha a la medida del galán Tyrone Power. “La máscara del zorro” por lo tanto, se sitúa en medio de una tradición parca en calidad y, gracias a sus méritos, que no son pocos, se erige en espléndida ocasión para el disfrute, con los niños de vacaciones en casa, decir de ella que es una de las mejores películas de aventuras de los últimos años es hacerle simple y elemental justicia.
La trama se ordena a partir de una figura paterna, aunque para ser sinceros, el padre del Zorro es este caso un genitor putativo, más maestro iniciador en las artes sutiles de la venganza que padre en sentido biológico. Hay una sucesión generacional entre el anciano Don Diego (Anthony Hopkins) y el joven Murrieta (Antonio Banderas), un desheredado al que su benefactor educará como un caballero y atractivo justiciero. Con su ritmo endiablado, sus deudas históricas e improbables de la California española y la habilidad con que Martin Campbell esconde las debilidades del guión, que las tiene. El film presenta puntos de interés que hacen indispensable resaltar el cuidado de la puesta en escena, para obtener de ella algo tan elemental y, sin embargo, tan poco frecuente hoy, ver la evolución de los personajes. Otro no menos importante son las peripecias del héroe enmascarado arropado tras la calidez sexy de un enfrentamiento / cortejo con la heroína (Zeta-Jones) de gran belleza.
La película no defrauda al haber sabido conservar los elementos interesantes de las historias anteriores – la personalidad arrojada del justiciero, el humor constante de las réplicas, la espectacularidad de los duelos a espada –, pero convenientemente aderezados con nuevas propuestas. De ahí que cuando el film se adentra por el sendero dramático, el espectador toma empatía por los personajes y quede subyugado a la quimera de lograr la justicia social ante el abyecto tirano. Sin olvidar la belleza en la coreografía de los duelos, con un concepto mucho más realista de la violencia que en entregas anteriores. Hay en esta superproducción producida por Spielberg, un ánimo de resucitar ese cine de aventuras, últimamente denostado.
Hay en la historia reminiscencias de Pigmalión, en torno al aprendizaje del protagonista, así como, alusiones a las mazmorras del Conde de Montecristo en la huída de Don Diego. El binomio Banderas-Hopkins funciona admirablemente y no digamos la química entre el malagueño y la Zeta-jones, la maravillosa, evocadora y épica música de raíces españolas que acompaña el film, creada por James Horner. Todo ello hace de la película una revitalización de un mito de segunda fila, como era el Zorro, convirtiéndolo en un atractivo héroe que gracias al éxito revitalizó un género casi finiquitado. Un film ameno e inteligente que nos retrotrae a los mejores films de aventuras, como “Robín Hood”, “El halcón y la flecha” o “Los tres mosqueteros”, pero con la ventaja añadida de su espectacularidad.
La trama se ordena a partir de una figura paterna, aunque para ser sinceros, el padre del Zorro es este caso un genitor putativo, más maestro iniciador en las artes sutiles de la venganza que padre en sentido biológico. Hay una sucesión generacional entre el anciano Don Diego (Anthony Hopkins) y el joven Murrieta (Antonio Banderas), un desheredado al que su benefactor educará como un caballero y atractivo justiciero. Con su ritmo endiablado, sus deudas históricas e improbables de la California española y la habilidad con que Martin Campbell esconde las debilidades del guión, que las tiene. El film presenta puntos de interés que hacen indispensable resaltar el cuidado de la puesta en escena, para obtener de ella algo tan elemental y, sin embargo, tan poco frecuente hoy, ver la evolución de los personajes. Otro no menos importante son las peripecias del héroe enmascarado arropado tras la calidez sexy de un enfrentamiento / cortejo con la heroína (Zeta-Jones) de gran belleza.
La película no defrauda al haber sabido conservar los elementos interesantes de las historias anteriores – la personalidad arrojada del justiciero, el humor constante de las réplicas, la espectacularidad de los duelos a espada –, pero convenientemente aderezados con nuevas propuestas. De ahí que cuando el film se adentra por el sendero dramático, el espectador toma empatía por los personajes y quede subyugado a la quimera de lograr la justicia social ante el abyecto tirano. Sin olvidar la belleza en la coreografía de los duelos, con un concepto mucho más realista de la violencia que en entregas anteriores. Hay en esta superproducción producida por Spielberg, un ánimo de resucitar ese cine de aventuras, últimamente denostado.
Hay en la historia reminiscencias de Pigmalión, en torno al aprendizaje del protagonista, así como, alusiones a las mazmorras del Conde de Montecristo en la huída de Don Diego. El binomio Banderas-Hopkins funciona admirablemente y no digamos la química entre el malagueño y la Zeta-jones, la maravillosa, evocadora y épica música de raíces españolas que acompaña el film, creada por James Horner. Todo ello hace de la película una revitalización de un mito de segunda fila, como era el Zorro, convirtiéndolo en un atractivo héroe que gracias al éxito revitalizó un género casi finiquitado. Un film ameno e inteligente que nos retrotrae a los mejores films de aventuras, como “Robín Hood”, “El halcón y la flecha” o “Los tres mosqueteros”, pero con la ventaja añadida de su espectacularidad.
28 de enero de 2007
28 de enero de 2007
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en la primera mitad del S.XIX y el despótico gobernador de California logra su sueño, enviar a presidio perpetuo a Don Diego de la Vega, el revolucionario Zorro. Para colmo secuestra al bebé de éste, hija de su idolatrada esposa Esperanza, muerta durante el apresamiento. Veinte años después, Zorro escapa de la cárcel y educa a un fugitivo para que lo releve y se vengue del gobernador.
Antonio Banderas se mete en la piel de un papel que deviene irónico en su persona, el de un rico hacendado español que se une a los californianos en detrimento de los españoles. Pero si bien el género aventurero tradicionalmente propone una mirada burlesca y estilizada de criminales y revolucionarios, The Mask of Zorro se rebela propensa a la parodia y a la pomposidad. Si Douglas Fairbanks y Fred Niblo dibujaron en 1920 el personaje de Zorro como un acróbata socarrón, en 1998 Banderas y Campbell intentan elevar la acrobacia y la socarronería a la quinta potencia y consiguen bordear el ridículo, tanto cuando es un Zorro inexperto (se lo toman a guasa, algunos gags son más propios de una historia de Bugs Bunny (personalmente, me parece de lo más divertido)), como cuando es un Zorro hecho y derecho (ahora ya se lo toman demasiado en serio y resulta solemne en exceso). Por otra parte, la música, que reproduce variaciones sinfónicas del tema pop que se vende con la película, destroza la Malagueña del maestro Lecuona y copia la música de El Cid de Miklos Rozsa, es ignominiosa. En definitiva, que The Mask of Zorro se deja ver a ratos, pero a ratos, sencillamente, no se deja ver.
Antonio Banderas se mete en la piel de un papel que deviene irónico en su persona, el de un rico hacendado español que se une a los californianos en detrimento de los españoles. Pero si bien el género aventurero tradicionalmente propone una mirada burlesca y estilizada de criminales y revolucionarios, The Mask of Zorro se rebela propensa a la parodia y a la pomposidad. Si Douglas Fairbanks y Fred Niblo dibujaron en 1920 el personaje de Zorro como un acróbata socarrón, en 1998 Banderas y Campbell intentan elevar la acrobacia y la socarronería a la quinta potencia y consiguen bordear el ridículo, tanto cuando es un Zorro inexperto (se lo toman a guasa, algunos gags son más propios de una historia de Bugs Bunny (personalmente, me parece de lo más divertido)), como cuando es un Zorro hecho y derecho (ahora ya se lo toman demasiado en serio y resulta solemne en exceso). Por otra parte, la música, que reproduce variaciones sinfónicas del tema pop que se vende con la película, destroza la Malagueña del maestro Lecuona y copia la música de El Cid de Miklos Rozsa, es ignominiosa. En definitiva, que The Mask of Zorro se deja ver a ratos, pero a ratos, sencillamente, no se deja ver.
25 de diciembre de 2006
25 de diciembre de 2006
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuperación por parte de Hollywood del entrañable y mítico personaje del zorro, vengador justiciero en favor de los débiles, al que dan vida en un doble papel Hopkins y Banderas (el primero maestro del segundo), que vienen a sustituir al más recordado intérprete del personaje, allá por los albores del cine: Douglas Fairbanks, Jr.
Es una buena producción y un intento digno y conseguido de recuperar el clásico cine de aventuras: acrobacias, sentido de la acción y del humor, una historia de amor de vocación folletinesca, la sed de venganza y justicia como motor del argumento, los duelos de capa y espada (hay uno entre Banderas y Zeta-Jones muy aprovechable)... La película es sólida, el espectáculo no abruma ni abusa de los medios técnicos actuales que tanto lastiman a veces el cine de hoy en día, se trata de un entretenimiento provechoso en el que la mano del productor Spielberg se nota, para muy bien. El reparto responde (de lo mejor que ha rodado Banderas en su penosa y escuálida carrera USA) y el efectivo James Horner compone otra balada pegadiza, apropiada y bonita: "I want to spend my lifetime loving you".
Así pues, una buena película de aventuras, plasmación más que correcta del entrañable luchador heroico por el pueblo y su causa.
Es una buena producción y un intento digno y conseguido de recuperar el clásico cine de aventuras: acrobacias, sentido de la acción y del humor, una historia de amor de vocación folletinesca, la sed de venganza y justicia como motor del argumento, los duelos de capa y espada (hay uno entre Banderas y Zeta-Jones muy aprovechable)... La película es sólida, el espectáculo no abruma ni abusa de los medios técnicos actuales que tanto lastiman a veces el cine de hoy en día, se trata de un entretenimiento provechoso en el que la mano del productor Spielberg se nota, para muy bien. El reparto responde (de lo mejor que ha rodado Banderas en su penosa y escuálida carrera USA) y el efectivo James Horner compone otra balada pegadiza, apropiada y bonita: "I want to spend my lifetime loving you".
Así pues, una buena película de aventuras, plasmación más que correcta del entrañable luchador heroico por el pueblo y su causa.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here