Buscando justicia
4.6
2,546
Acción
Gino Felino (Steven Seagal) es un detective de policía de Brooklyn, que un día recibe una llamada comunicándole que su mejor amigo Bobby Lupo (Joe Spataro) ha sido asesinado, a plena luz del día, en la calle y delante de su esposa e hijos, por el capo mafioso Richie Madano (William Forsythe), enemigo de ambos desde su juventud. Gino emprenderá una furiosa caza de Madano, que campa descontrolado por la ciudad. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2020
4 de junio de 2020
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el apogeo de su carrera el Aikidoka Steven Seagal protagonizó la que sin duda sería una de sus mejores y mas recordadas películas.
La historia gira en torno a un policía, Gino Felino, cuyo mejor amigo es asesinado en plena calle delante de su familia por el cruel y sádico Richie Madano, un criminal, rival de Felino desde que eran niños y ahora fuera de control debido a su adicción al crack. Gino recorrerá las oscuras y peligrosas calles de Brooklyn para dar caza a Madano arrasando a quien se interponga en su camino.
Violenta y Brutal, Buscando Justicia se sitúa junto a "Señalado por la muerte" como las mas salvajes y brillantes películas de acción de Seagal, quien cuenta aquí con un digno oponente , William Forshyte, quien borda el papel en cada aparición en pantalla hasta el punto de que el propio Seagal, egocéntrico a mas no poder, pidió que se recortaran parte de sus escenas en la película ya que sentía que Forshyte lo estaba eclipsando en la pantalla.
El film tiene momentos magníficos como la pelea del Bar, totalmente improvisada por Seagal, los diálogos de Seagal reflexionando sobre Dios y la vida y sus esfuerzos de ofrecer algún momento emotivo como la detención del padre de Madano, inocente de las fechorías de su hijo.
En esta película Seagal aún estaba joven , atlético y con ganas de comerse la pantalla y eso da pie a una película trepidante y salvaje, imprescindible para los fans de Seagal en su mejor época.
La historia gira en torno a un policía, Gino Felino, cuyo mejor amigo es asesinado en plena calle delante de su familia por el cruel y sádico Richie Madano, un criminal, rival de Felino desde que eran niños y ahora fuera de control debido a su adicción al crack. Gino recorrerá las oscuras y peligrosas calles de Brooklyn para dar caza a Madano arrasando a quien se interponga en su camino.
Violenta y Brutal, Buscando Justicia se sitúa junto a "Señalado por la muerte" como las mas salvajes y brillantes películas de acción de Seagal, quien cuenta aquí con un digno oponente , William Forshyte, quien borda el papel en cada aparición en pantalla hasta el punto de que el propio Seagal, egocéntrico a mas no poder, pidió que se recortaran parte de sus escenas en la película ya que sentía que Forshyte lo estaba eclipsando en la pantalla.
El film tiene momentos magníficos como la pelea del Bar, totalmente improvisada por Seagal, los diálogos de Seagal reflexionando sobre Dios y la vida y sus esfuerzos de ofrecer algún momento emotivo como la detención del padre de Madano, inocente de las fechorías de su hijo.
En esta película Seagal aún estaba joven , atlético y con ganas de comerse la pantalla y eso da pie a una película trepidante y salvaje, imprescindible para los fans de Seagal en su mejor época.
14 de julio de 2020
14 de julio de 2020
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi película favorita de Steven Seagal es “Buscando justicia”. No puedo evitarlo. Y es que ya, desde el mismo título, todo es una ironía. Porque debería haberse titulado “Buscando revancha”.
La trama de la película es muy original: asesinan al compañero de Seagal y éste da caza al criminal por toda la ciudad dejando un reguero de sangre a su paso. Tenéis que estar pendientes porque si no, os podéis perder entre tanta trama.
La película es macarra a más no poder. Steven Seagal llega a la primera escena del crimen vestido con una boina militar. Eso ya marca el tono de la cinta. Y enfrente tiene al maravilloso William Forsythe, uno de esos secundarios que siempre, siempre, están bien.
Esta es la película que reúne todos los clichés del cine de acción de los 90. Si dentro de 100 años alguien quiere saber cómo era el cine de esa época, solo tiene que ponerse esta película: un policía a punto de divorciarse, sin tiempo para ver a su hijo, al que asesinan a su compañero y decide tomarse la justicia por su mano.
Solo por englobar todos esos elementos, está en mi Top 1. Imprescindible verla en versión original, eso sí, porque Steven Seagal habla en tres idiomas: inglés, español e italiano en función la gente con la que se va cruzando por Brooklyn.
Un retrato de barrio rodado a pie de calle. Y es la película en la que Seagal tiene más diálogos, por lo que su personaje tiene un poco más de personalidad y se distancia un poco del cliché. Por todo ello la película tiene un toque que la eleva por encima del resto. Si hasta tiene un monólogo hablando con Gina Gershon donde sostiene la escena en primer plano solo hablando. Su interpretación aquí era más cínica y divertida que en otras películas donde ni siquiera sonríe.
Costó 14 millones de dólares y recaudó más de 40, lo que está muy bien para películas de acción de serie B.
Podéis revisar la filmografía de Steven Seagal (no de la última década, ni la anterior) pero si volvéis al inicio de los 90 y las miráis con otros ojos, puede que descubráis algunas cosas interesantes.
Lo mejor: Steven actúa y lo hace en tres idiomas
Lo peor: ha quedado bastante en el olvido
La trama de la película es muy original: asesinan al compañero de Seagal y éste da caza al criminal por toda la ciudad dejando un reguero de sangre a su paso. Tenéis que estar pendientes porque si no, os podéis perder entre tanta trama.
La película es macarra a más no poder. Steven Seagal llega a la primera escena del crimen vestido con una boina militar. Eso ya marca el tono de la cinta. Y enfrente tiene al maravilloso William Forsythe, uno de esos secundarios que siempre, siempre, están bien.
Esta es la película que reúne todos los clichés del cine de acción de los 90. Si dentro de 100 años alguien quiere saber cómo era el cine de esa época, solo tiene que ponerse esta película: un policía a punto de divorciarse, sin tiempo para ver a su hijo, al que asesinan a su compañero y decide tomarse la justicia por su mano.
Solo por englobar todos esos elementos, está en mi Top 1. Imprescindible verla en versión original, eso sí, porque Steven Seagal habla en tres idiomas: inglés, español e italiano en función la gente con la que se va cruzando por Brooklyn.
Un retrato de barrio rodado a pie de calle. Y es la película en la que Seagal tiene más diálogos, por lo que su personaje tiene un poco más de personalidad y se distancia un poco del cliché. Por todo ello la película tiene un toque que la eleva por encima del resto. Si hasta tiene un monólogo hablando con Gina Gershon donde sostiene la escena en primer plano solo hablando. Su interpretación aquí era más cínica y divertida que en otras películas donde ni siquiera sonríe.
Costó 14 millones de dólares y recaudó más de 40, lo que está muy bien para películas de acción de serie B.
Podéis revisar la filmografía de Steven Seagal (no de la última década, ni la anterior) pero si volvéis al inicio de los 90 y las miráis con otros ojos, puede que descubráis algunas cosas interesantes.
Lo mejor: Steven actúa y lo hace en tres idiomas
Lo peor: ha quedado bastante en el olvido
17 de julio de 2012
17 de julio de 2012
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí otra de las mejores películas de Steven Seagal. La historia desde luego no es muy original, pero eso no quiere decir que sea mala, ya que la acción esta asegurada desde el principio de la película hasta el final por lo que el aburrimiento es nulo. Lo bueno de esta es que cuenta con buenos actores conocidos (Steven Seagal, William Forsythe y algunos más) esto lo digo porque los últimos films de Steven Seagal son un bodrío, a diferencia de los primeros de su carrera, como este.
En fin, una buena película que merece la pena ver si eres fan de Steven Seagal.
En fin, una buena película que merece la pena ver si eres fan de Steven Seagal.
6 de junio de 2012
6 de junio de 2012
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda forma parte de "My Steen Seagal's top 5". Es una de las más violentas y de las que tiene los mejores diálogos.
El personaje de Steven Seagal se construye sin permisos, es decir, todos sabemos que un personaje que interpreta Seagal no tiene cabida en la realidad pero sobre esas bases se construyen sus films y su menudo éxito como actor.
No tiene uno de los mejores argumentos dentro de las cintas de Seagal pero es de las más violentas y de las que tiene más coreografías 'improvisadas' (de esas en las que usa lo que tiene en la mano).
Lo mejor: la escena en el bar del hermano de Forsythe y los diálogos con la hermana de éste.
Lo peor: que la poli le de carta blanca para que haga su matanza.
El personaje de Steven Seagal se construye sin permisos, es decir, todos sabemos que un personaje que interpreta Seagal no tiene cabida en la realidad pero sobre esas bases se construyen sus films y su menudo éxito como actor.
No tiene uno de los mejores argumentos dentro de las cintas de Seagal pero es de las más violentas y de las que tiene más coreografías 'improvisadas' (de esas en las que usa lo que tiene en la mano).
Lo mejor: la escena en el bar del hermano de Forsythe y los diálogos con la hermana de éste.
Lo peor: que la poli le de carta blanca para que haga su matanza.
27 de abril de 2017
27 de abril de 2017
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"...Dios no quiera que lo encuentre antes que usted, porque ya sabe lo que haré".
En la calle la ley se impone a base de sangre y plomo, y no hay lugar para la ética, la piedad o el perdón.
Es la ley de Brooklyn o, lo que es lo mismo, la de un hombre ciego de ira y en busca de venganza. Puedo jurar que esas palabras se me quedaron incrustadas en los oídos y ya no las pude olvidar, palabras pronunciadas por el protagonista de manera sosegada pero residiendo en cada una de ellas un sentimiento irrefrenable de muerte, y conociendo la clase de métodos que se gastaba en cada película el actor que lo interpreta sabía que todo aquello no iba a llevar más que a un camino.
Hubo un tiempo en que para algunos de nosotros las estrellas de la acción eran dioses en nuestra preadolescencia y juventud. Cuando hablaban de venganza sentíamos que temblaba el suelo y sus miradas de odio hacia los villanos se clavaban como cuchillos; aquello sólo lo podían conseguir tipos que hoy en día ya no existen ni por asomo en el cine, y Steven Seagal era uno de ellos, consagrado gracias a pequeños clásicos como "Por Encima de la Ley" o "Señalado por la Muerte"; tras este exitoso trabajo, realizado en el seno de la 20th Century Fox, volvería a los brazos de la Warner para rodar "Buscando Justicia".
El guión de David L. Henry encontraría a John Flynn para llevarlo a la gran pantalla, conocido por su estilo directo, seco y violento (lo cual dejó patente en títulos como "La Organización Criminal", "Rolling Thunder" o "Encerrado"), sin duda el director perfecto para la ocasión. La escena de apertura, iniciada con una cita del dramaturgo Arthur Miller, nos pone en situación de la forma más cruda: un chulo pega una paliza sin compasión a una de sus chicas; al otro lado de la calle, el detective Gino Felino observa el espectáculo y no puede contenerse, por lo que interviene, estampando finalmente a ese negro indeseable en el parabrisas de un coche.
No han pasado ni cuatro minutos y ya se nos advierte de lo que está por venir; un psicópata adicto al crack con grandilocuentes aires de gángster llamado Richie Madano asesina a Bobby, el mejor amigo de Gino, declarando una guerra abierta en la ciudad, que le enfrentará con la policía y la mafia. Al haberse criado junto a los dos anteriores el asunto es aún más personal; a Gino no le importa ni un bando ni otro, él no se detendrá hasta haber atrapado a Richie, usando todos los métodos que sean necesarios. La historia, que sigue de cerca los principios de "McQ", es una de las más viejas que existen: el duro policía que toma venganza por la muerte de un amigo que no resulta tan inocente como creía.
Mil veces lo hemos visto y no obstante la fórmula sigue resultando efectiva, sobre todo cuando está bien presentada, y el director lo logra con creces. "Buscando Justicia" exuda el mejor "thriller" callejero, sucio y violento, engarzado en una producción ochentera (pese a datar de comienzos de los '90) que hereda y degenera al mismo tiempo (ojo a cómo aparece representada la mafia) el espíritu de las novelas "pulp" y los policíacos de antaño.
Así se nos sumerge en un mundo desencantado y oscuro, sujeto a normas dictadas por los más fuertes, que dominan como animales su territorio, un submundo de lacras sociales, drogas, prostitución, violencia y corrupción siempre en movimiento, con el que conviven los personajes, personajes de trazo grueso, abyectos, sádicos, violentos a placer, hechos a su perdición como Bobby o Richie, o resignados a la desgracia, como el sr. Madano, Pattie, Rica o Gino, quien a lo largo de la noche removerá cielo y tierra para encontrar a Richie mientras éste provoca el caos por toda la ciudad, llegando al enfrentamiento definitivo cuando sus hombres penetren en su hogar.
Flynn demuestra una vez más su pericia como director de acción, haciendo ciertas concesiones al videoclip y un especial hincapié en la extrema violencia (seguramente estemos ante la película más brutal de Seagal, y la pelea final lo atestigua), manteniéndose un ritmo emocionante de principio a fin, apoyado en una banda sonora memorable. William Forsythe encarna a uno de los villanos más repulsivos y chiflados del cine, acompañado de los buenos Jerry Orbach, Jo Champa, Ronald Maccone y la guapísima Gina Gershon, mientras que vemos a John Leguizamo en un breve cameo.
Steven Seagal, por su parte, se muestra aquí algo distinto, pese a que su Gino Felino no es sino una extensión del Toscani de "Por Encima de la Ley"; sin embargo le vemos más desatado e implacable que nunca (para recordar el momento de la taberna, donde se va cargando uno tras otro a los hombres de Vinnie con una bola de billar), al tiempo que prueba su versatilidad como actor dramático sirviéndose de algunos grandes diálogos por parte de Henry, los cuales refuerzan el tono melancólico y desmitificador del film.
Pese a los problemas de rodaje (la relación entre el actor y el director era pésima por la incompetencia del primero, del que se aseguraba que siempre retrasaba la producción) y los muchos cortes que se impusieron al metraje, de dos horas de duración (reducidas para su estreno comercial y a menudo por mandato de Seagal, quien aseguraba que el personaje de Forsythe restaba importancia al suyo), "Buscando Justicia" fue todo un éxito, ganándose el favor de la taquilla aunque no de los críticos, que se ensañaron con ella, sobre todo por su explícita violencia.
Una suerte de "western" urbano, sucio y visceral, convertido en un clásico del género de los '90, rematado con un cachondo final repleto de secuencias del protagonista en acción que viene a indicarnos que la película es suya y de nadie más, al ritmo de esa mítica "Don't Stand in my Way" cantada por Gregg Allman.
En la calle la ley se impone a base de sangre y plomo, y no hay lugar para la ética, la piedad o el perdón.
Es la ley de Brooklyn o, lo que es lo mismo, la de un hombre ciego de ira y en busca de venganza. Puedo jurar que esas palabras se me quedaron incrustadas en los oídos y ya no las pude olvidar, palabras pronunciadas por el protagonista de manera sosegada pero residiendo en cada una de ellas un sentimiento irrefrenable de muerte, y conociendo la clase de métodos que se gastaba en cada película el actor que lo interpreta sabía que todo aquello no iba a llevar más que a un camino.
Hubo un tiempo en que para algunos de nosotros las estrellas de la acción eran dioses en nuestra preadolescencia y juventud. Cuando hablaban de venganza sentíamos que temblaba el suelo y sus miradas de odio hacia los villanos se clavaban como cuchillos; aquello sólo lo podían conseguir tipos que hoy en día ya no existen ni por asomo en el cine, y Steven Seagal era uno de ellos, consagrado gracias a pequeños clásicos como "Por Encima de la Ley" o "Señalado por la Muerte"; tras este exitoso trabajo, realizado en el seno de la 20th Century Fox, volvería a los brazos de la Warner para rodar "Buscando Justicia".
El guión de David L. Henry encontraría a John Flynn para llevarlo a la gran pantalla, conocido por su estilo directo, seco y violento (lo cual dejó patente en títulos como "La Organización Criminal", "Rolling Thunder" o "Encerrado"), sin duda el director perfecto para la ocasión. La escena de apertura, iniciada con una cita del dramaturgo Arthur Miller, nos pone en situación de la forma más cruda: un chulo pega una paliza sin compasión a una de sus chicas; al otro lado de la calle, el detective Gino Felino observa el espectáculo y no puede contenerse, por lo que interviene, estampando finalmente a ese negro indeseable en el parabrisas de un coche.
No han pasado ni cuatro minutos y ya se nos advierte de lo que está por venir; un psicópata adicto al crack con grandilocuentes aires de gángster llamado Richie Madano asesina a Bobby, el mejor amigo de Gino, declarando una guerra abierta en la ciudad, que le enfrentará con la policía y la mafia. Al haberse criado junto a los dos anteriores el asunto es aún más personal; a Gino no le importa ni un bando ni otro, él no se detendrá hasta haber atrapado a Richie, usando todos los métodos que sean necesarios. La historia, que sigue de cerca los principios de "McQ", es una de las más viejas que existen: el duro policía que toma venganza por la muerte de un amigo que no resulta tan inocente como creía.
Mil veces lo hemos visto y no obstante la fórmula sigue resultando efectiva, sobre todo cuando está bien presentada, y el director lo logra con creces. "Buscando Justicia" exuda el mejor "thriller" callejero, sucio y violento, engarzado en una producción ochentera (pese a datar de comienzos de los '90) que hereda y degenera al mismo tiempo (ojo a cómo aparece representada la mafia) el espíritu de las novelas "pulp" y los policíacos de antaño.
Así se nos sumerge en un mundo desencantado y oscuro, sujeto a normas dictadas por los más fuertes, que dominan como animales su territorio, un submundo de lacras sociales, drogas, prostitución, violencia y corrupción siempre en movimiento, con el que conviven los personajes, personajes de trazo grueso, abyectos, sádicos, violentos a placer, hechos a su perdición como Bobby o Richie, o resignados a la desgracia, como el sr. Madano, Pattie, Rica o Gino, quien a lo largo de la noche removerá cielo y tierra para encontrar a Richie mientras éste provoca el caos por toda la ciudad, llegando al enfrentamiento definitivo cuando sus hombres penetren en su hogar.
Flynn demuestra una vez más su pericia como director de acción, haciendo ciertas concesiones al videoclip y un especial hincapié en la extrema violencia (seguramente estemos ante la película más brutal de Seagal, y la pelea final lo atestigua), manteniéndose un ritmo emocionante de principio a fin, apoyado en una banda sonora memorable. William Forsythe encarna a uno de los villanos más repulsivos y chiflados del cine, acompañado de los buenos Jerry Orbach, Jo Champa, Ronald Maccone y la guapísima Gina Gershon, mientras que vemos a John Leguizamo en un breve cameo.
Steven Seagal, por su parte, se muestra aquí algo distinto, pese a que su Gino Felino no es sino una extensión del Toscani de "Por Encima de la Ley"; sin embargo le vemos más desatado e implacable que nunca (para recordar el momento de la taberna, donde se va cargando uno tras otro a los hombres de Vinnie con una bola de billar), al tiempo que prueba su versatilidad como actor dramático sirviéndose de algunos grandes diálogos por parte de Henry, los cuales refuerzan el tono melancólico y desmitificador del film.
Pese a los problemas de rodaje (la relación entre el actor y el director era pésima por la incompetencia del primero, del que se aseguraba que siempre retrasaba la producción) y los muchos cortes que se impusieron al metraje, de dos horas de duración (reducidas para su estreno comercial y a menudo por mandato de Seagal, quien aseguraba que el personaje de Forsythe restaba importancia al suyo), "Buscando Justicia" fue todo un éxito, ganándose el favor de la taquilla aunque no de los críticos, que se ensañaron con ella, sobre todo por su explícita violencia.
Una suerte de "western" urbano, sucio y visceral, convertido en un clásico del género de los '90, rematado con un cachondo final repleto de secuencias del protagonista en acción que viene a indicarnos que la película es suya y de nadie más, al ritmo de esa mítica "Don't Stand in my Way" cantada por Gregg Allman.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y sí, para satisfacción del público, y, por ende, del propio Gino, éste se cruzará al final (como estaba claramente pronosticado) con el desgraciado del coche que tira por la ventana al pobre cachorro.
Todo termina bien para todos y el círculo se cierra con una graciosa escena donde el perro también se cobrará, como su dueño, su justo castigo (usando su orina en lugar de una escopeta).
Un colofón que deja bien demostrado la manera en que este film se retrata a los hombres como animales.
Todo termina bien para todos y el círculo se cierra con una graciosa escena donde el perro también se cobrará, como su dueño, su justo castigo (usando su orina en lugar de una escopeta).
Un colofón que deja bien demostrado la manera en que este film se retrata a los hombres como animales.
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