Haz click aquí para copiar la URL

Ángel

Drama Maria es la esposa de Sir Frederick Barker, aristócrata británico que hace tiempo que no le presta atención. Enfadada, se va a París sin decírselo a su marido. Maria conoce allí a Anthony Halton, un americano con quien cena y visita los monumentos de la ciudad... (FILMAFFINITY)
Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
6
6 de octubre de 2013
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al maestro Lubitsch se le daban mejor las comedias. Por lo que he visto hasta el momento no tengo ningún problema en afirmar que con su humor me lo he pasado divinamente viendo y disfrutando en muchas ocasiones el tejido que sólo los cineastas como él saben ofrecer a una película. No he visto ni la mitad de la mitad (seguramente no veré mucho más) de su filmografía, de ahí lo arriesgado de mi opinión, pero no encuentro que la trascendencia vaya con Lubitsch y más, ahora voy a lo que interesa, teniendo en cuenta este flojito "Ángel". A esas alturas no tenía que ceder a ninguna imposición, de hecho creo que él mismo produce la película, con lo que la elección de la Dietrich y la dirección directa de su interpretación, es culpa sólo de Lubitsch, culpa por defecto para mí, para otros virtud y sabia elección... Para mí llamar "Ángel" a Marlene Dietrich me parece cachondeo.

Ya sé que estas opiniones sobre las divas del cine clásico son totalmente impopulares pero qué le vamos a hacer, no pienso decir lo que no he visto, que es lo referente a la belleza y la sublime presencia que la mayoría subraya cuando hablan de esta actriz. A mí me parece muy poco atractiva, lo cual no aporta ni quita nada a la película, lo que sí que es grave es su actuación tan lamentablemente átona, como si le diera igual ponerle los cuernos a uno, como si no hubiera drama alguno ante la disyuntiva de irse con un hombre o con otro. Si Lubitsch pretendía mostrar la crueldad de una situación amororsa tan complicada como lo es cuando hay tres bandas, no consigue transmitir el drama, ni muchísimo menos, a través de la interpretación de Dietrich. No, para nada muestra el desgarro interior que sería oportuno, el complicadísimo dilema, y ese es un lastre enorme, porque si es cierto que el amor cuando duele es porque es amor de verdad, entonces en este caso más bien todo parece un juego pasajero. Dietrich ni sufre ni padece, una lástima.

Tampoco creo que con una actuación desbordada hubiera hecho una obra maestra a esta película, el tema no da para tanto, al fin y al cabo es la historia de gente acomoda, privilegiados, viven en la cumbre de la sociedad y lo mejor que tienen es un servicio de lo más peculiar. Ahí es donde me gusta Lubitsch, en el complemento circunstancial que coloca al lado de los protagonistas: los del servicio, la mujer que vende flores... Por lo demás, no es más que una película muy del montón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tampoco la hace mejor el final, en el cual la Dietrich se sube al tren que la lleva a Viena, se va con el marido, su choza, su posición y su servicio inmejorable, dejando solo al enamorado en Paris con su melodía de piano o de violín. Qué más dará una cosa u otra, ese final abrupto no es extraordinario...
9
8 de noviembre de 2015
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues tenían bastante en común, pero a la hora de la verdad Lubitsch y Marlene Dietrich coincidieron, laboralmente hablando, para hacer una película, una película que dejó insatisfecha a la actriz, que el público ignoró, que sufrió la incomprensión de la crítica cuando se estrenó en 1937, error, craso error, porque “Ángel” es un concentrado de cine del maestro Lubitsch, que parte de un triángulo típico y tópico de mujer entre dos hombres, para ofrecer un relato depurado al máximo en tres actos, París, Londres, París, donde todo se ve, casi nada se dice, para evitarse más líos de la cuenta con la censura de las buenas costumbres que tenía las tijeras bastante fáciles.

Marlene, guapísima, es la esposa de un importante hombre público en Londres y añora su pasado alegre que intenta recordar visitando a su antigua celestina-duquesa en París, ahí el destino la pone en contacto con un hombre encantador que volverá a ver, por supuesto, en Londres. Tenemos a Marlene, pues, entre un matrimonio rebosante de complicidad y una pasión irrefrenable, una situación marital parecida a la que había conocido cinco años antes en “La Venus rubia”, y con el mismo hombre, el elegante Herbert Marshall, londinense, 47 años, el actor de la pierna amputada durante la primera guerra mundial. Dos años antes de hacer reír a la Garbo en “Ninotchka”, el norteamericano Melvyn Douglas encarna aquí la dulce tentación que se le presenta a Marlene, los dos tienen aquí 36 años.

Se le reprocha a “Ángel” su intriga banal, su cortesía extremada y glacial, pasó sin duda que no era para nada una comedia, a pesar de los intermedios graciosos de los criados Edward Everett Horton y Ernest Cossart, Marlene, que acababa de lograr un éxito comercial del que estaba muy necesitada con “Deseo”, dirigida por Frank Borzage y producida por el propio Lubitsch, encajó mal este revés en un momento, pues complicado para ella, la actriz acababa de adoptar la nacionalidad norteamericana, para escandalera de las autoridades nazis, Lubitsch lo había hecho unos años antes. En pleno rodaje de “Ángel”, los exhibidores la incluyeron en la lista de las cinco venenos del “box office” junto a actrices como Bette Davis, Garbo, o Katharine Hepburn, lo más probable es que unos y otros, acostumbrados a hablar del famoso toque Lubitsch, se quedaran desconcertados ante la seriedad que rezumaba esta mujer, tan inalcanzable como un ángel sin alas.
7
25 de febrero de 2009
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película ES Marlene Dietrich. Su inigualable mirada sustenta una película que argumentalmente no aporta nada nuevo. Muchas de las producciones de los años 20 y 30 basaron su éxito comercial en actrices como Gloria Swanson, Louise Brooks, Greta Garbo o la citada Dietrich, basándose la expresividad y belleza de sus rostros (las tres primeras fueron divas del cine mudo). Sin embargo, la calidad general de sus películas no siempre se correspondia a esos grandes nombres, y para mí este es un claro ejemplo. Más si cabe cuando en el reparto Lubitsch contó con actores tan solventes como Melvyn Douglas y Herbert Marshall (quien colaboró en varias ocasiones con él), además del estupendo secundario Everett Horton. Pese a que estos realizan una buena interpretación, sus dotes cómicas están desaprovechadas, al dar más importancia a la parte romántica de la narración. La historia del trío amoroso a día de hoy la hemos visto miles de veces. Y donde realmente se desenvuelve bien Lubitsch es en la comedia pura, dejando los aspectos conyugales en segundo plano (véase Un ladrón en la alcoba o una mujer para dos).
En definitiva, una comedia entretenida con buenos toques de humor, técnicamente intachable (sobretodo por el genial uso del fuera de campo), pero a la que en su conjunto le falta empaque. Recomendada especialmente para seguidores de la Dietrich, que aquí sin duda alguna hace honor al título de la película.
6
22 de agosto de 2010
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de no ser una de las películas más reconocidas de este director, recomiendo verla aunque sea únicamente para asistir a un ejemplo de libro del llamado toque Lubitsch:un guion al filo de la censura con temas como la infidelidad o la prostitución y numerosas escenas fuera de cámara (los comentarios de los mayordomos o el teléfono captando la melodía del piano).

Muy buena interpretación de Marlene Dietrich. Sinceramente, creo que nadie podría haber hecho mejor ese papel.
9
13 de agosto de 2014
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Ha visto usted cuán infantiles son la mayoría de las parejas en la intimidad de sus hogares? Pelean por tripa... Se ponen histéricos porque les dicen feos... Hablan de separarse porque alguno fue sorprendido mirando a alguien atractivo del sexo contrario... Cogen a golpes a los niños porque les han hablado en el tono y con las palabras que ellos mismos les enseñaron a punta de ejemplo… Y en resumen, son dos niños grandes aparentando ser adultos ante los demás y ¡jugando a ser papás en la intimidad! Por eso es que andamos como andamos. ¿Y formación? ¿Y solicitar ayuda profesional? “¿Ir a un psicólogo o a donde un terapeuta holístico -te dicen- ¡acaso estamos locos!?”... Pero, me pregunto entonces ¿Qué otra cosa, sino una suerte de locura, es vivir de esta manera?

En esta sociedad de niños grandes, encontrar parejas con un carácter estructurado, con equilibrada tolerancia, autovaloración y estabilidad emocional, no es cosa fácil, porque, aún entre los “profesionales” de las humanidades se puede ver ocasionalmente tal desequilibrio, que es para quedarse pasmado.

Por eso me encanta cuando aparece una película como “ANGEL” (o como “La muñeca de París”, “Marruecos”, “Esta mujer es mía” y algunas otras), porque se siente un aire fresco en la existencia al ver -aunque tan solo sea cinematográficamente-, a un trío de personajes que están parados con pies firmes sobre la tierra, porque eligen a conciencia; entienden claramente que en la vida se gana y se pierde, y que todo es tan solo un préstamo; saben también que hay que saber retirarse a tiempo y que, en ocasiones, es mejor elegir lo que ahora es seguro que lo que tan solo puede ser una aventura.

Ángel, es la mujer que, ante la falta de disponibilidad de tiempo de su marido para ella, de pronto siente que podría abrirle paso a una aventurilla pero, al temer que podría volverse algo más que eso, huye sensatamente… sin presentir que el destino querrá seguir jugando con ella. Anthony Halton, aspiraba tan solo a una ocasional aventura parisina, pero se ha encontrado con una mujer que ¡Arde París! y queda prendado para siempre. Y Frederick Barker, sabe con plena conciencia que está más casado con su profesión como servidor del Estado que con su esposa y que, en tales condiciones, una infidelidad es cosa que puede surgir en cualquier momento. Porque el sexo es como el agua, busca salida por cualquier rendija.

Y cuando hay entendimiento, la razón aplica.Y cuando hay tanto amor hacia la pareja como hacia uno mismo, perdonar ni siquiera es necesario porque simplemente se comprende. Y cuando con esta integridad se hace parte del juego de la existencia, todo luce maravilloso.

Marlene Dietrich, Melvyn Douglas y Herbert Marshall, intachables. El guión de Samson Raphaelson basado en la obra de Melchior Lengyel, con diálogos muy bien limados y sobrio por donde se mire. Y la dirección de Ernst Lubitsch en un alto nivel de buen gusto y definición. Para el recuerdo de grandes momentos del cine, la escena de la comida entre el trío protagonista, cuando al apreciar la manera como han quedado los platos, se puede leer mucho más de lo que consiguen apreciar los fisgones empleados.

¿Y si será que dejaremos algún día de ser niños grandes y aprendemos a vivir como personas adultas?

¡Esta es una película Imprescindible!
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para