La venganza de la casa del lago
2009 

5.4
11,054
Terror. Thriller
Remake de la película "La última casa a la izquierda", dirigida por Wes Craven en 1972. Mari Collingwood llega con sus padres a la casa que tienen junto al lago para pasar unos días. Esa misma tarde, saliendo por la zona con su amiga Paige, ambas son secuestradas por Krug, un psicópata que ha escapado de la cárcel, y sus compañeros, su perturbada novia Sadie, su sádico hermano Francis, y su anulado hijo Justin. (FILMAFFINITY)
22 de julio de 2009
22 de julio de 2009
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente no merezca más de cuatro o cinco estrellitas, pero le concedo seis porque -si bien su armazón argumental es prosaico y trillado a más no poder- la peli de Iliadis es, al fin y al cabo, un ejercicio de género ágil, vibrante y tremendamente eficaz. Con ello quiero decir que “La última casa a la izquierda” es el típico thriller que gustará bastante a los entusiastas de las emociones fuertes y quizás no tanto a espectadores algo más exigentes. Dicen, incluso, los que han visto la versión original de Craven que este remake es más bien flojillo. Así pues, aviso a navegantes: la peli es del montón, no es de terror (que quede claro) y de sutil poco tiene. Aún así, si eres tan visceral como yo y te apetece comerte las uñas durante un par de horitas, hazme caso: acuesta tus neuronas y saca de paseo tus instintos más elementales y primarios. Disfrutarás.
10 de junio de 2014
10 de junio de 2014
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realismo que nos ofrecían cintas como "La matanza de Texas" (Tobe Hooper, 1974) y que marcó el terror para siempre ha quedado atrás. Ahora toca sufrir con un realismo muy crudo y que va directo a violar nuestros tímidos ojos a partir de un torrente de imágenes que por su descarada acumulación terminan por removernos las entrañas. La clave está en el uso de esas imágenes y la forma en las que se presentan. El remake de "La última casa a la izquierda" (Wes Craven, 1972), que a la vez es un título inspirado en "El manantial de la doncella" (Ingmar Bergman, 1960), es un ejemplo de este hiperrealismo que se puso de moda a finales de los años 2000 y que renovó unos terrores que ya habían caducado. Mientras que los años 90 se despedían con una revitalización del terror adolescente, la década de los 2000 trajo una remesa de historias centradas en la violencia explícita que, de tanto en tanto, resultaba convincente. El acierto residía en servir una receta arriesgada y llena de ingredientes bien utilizados por unos productores americanos inspirados en las historias sangrientas de la llamada Nouvelle Horreur Vague.
Teniendo en cuenta la irrefrenable tendencia de copiar una y otra vez antiguos títulos del género por parte de la industria de Hollywood, no era de esperar que apareciese este título que tan adaptable es a esta nueva moda caracterizada por las historias más viscerales y sangrientas. Veamos, pues, qué es lo que decidieron hacer sus productores ante esta revisión del ya clásico título de Craven en el que Mari, una frágil adolescente ilusionada por sus competencias en el deporte de natación y melancólica por la reciente muerte de su hermano pequeño, va a pasar el verano con su familia a una casa situada en medio de un bosque. Como cada año, la joven se divierte con sus amigos pero su disfrute se verá frustrado por el ataque de unos desconocidos. Una vez finalizada la brutal carnaza, los individuos se verán atrapados por una fuerte tormenta y pedirán alojamiento en la casa de los padres de la joven muchacha.
La premisa tiene el mismo argumento de la cinta original y por ello sigue resultando impactante. El cambio lo encontramos en la actualización de su envase, que se adapta a los cánones actuales dando rienda suelta a una dirección de Dennis Illiadis llena de pulso y nerviosismo, perfectamente acompañada de la cuidada y tenebrosa fotografía de Sharone Meir. Gracias a su impecable factura y a un guión pausado y que se toma su tiempo en introducirnos en el horror, la película convence en su primera mitad consiguiendo un alto nivel de tensión, lo que nos hace pensar que estamos ante una obra de inusual dignidad entre las de su género. Ello es acaso lo que consigue ganarse nuestra confianza, hasta el punto de abandonarnos al desquiciante e imparable ritmo de la historia. Así llegamos a vivir junto a la protagonista un horror repugnante y sin piedad que conduce a una deseada venganza, en la línea del más puro "rape and vengance"; una venganza que Illiadis sabe cómo contar en los tiempos que corren y que consigue llegar a un punto de placer desagradable tan contradictorio como efectivo.
Tras la alentadora promesa de la introducción, la cinta cambia de protagonistas y se centra en la búsqueda del refugio de los atacantes para trasladarnos a una segunda mitad totalmente diferente. Casualmente los villanos llegan a la casa de los familiares de Mari, la chica que acaban de violar y asesinar, y estos les ofrecen alojamiento en su casa. Poco a poco, los padres comienzan a tomar consciencia de lo que ha sucedido y descubren quiénes son los inquilinos que acaban de aposentar en la sala de invitados. Al problema central se le suma la llegada de Mari, que ha sobrevivido al brutal ataque, y los intentos desesperados de los padres para mantenerla a salvo. Este tramo llega a niveles de tensión de alto calibre, en los que el director mantiene los deseos de venganza bien retenidos para que la gula del espectador vaya creciendo.
El segundo plato del menú resulta lo más divertido por brindarnos una venganza descarada, ya que, tal como dice el refrán, esta vez se va a servir bien fría por parte de los familiares de la joven protagonista, que dejarán de ser las víctimas para convertirse los verdugos. Así es como llegamos a un juego de persecución que contiene alguno de los mayores aciertos del film, centrando esta historia en un puro divertimento lleno de angustia que evita reflexiones sobre la violencia y se detiene en freír nuestros nervios con una impresionante destreza de los espacios pequeños, acción estilizada y una rica intención de planos. Y es en la dirección donde encontraremos el mayor acierto del film, pues Illiadis coge como puede un guión que en realidad está en bastante mal estado y le añade todo aquello que hace falta para camuflar unos defectos que no tardarán en hacerse notar. Las situaciones empiezan a desvincularse del nivel de coherencia del que habían gozado hasta entonces, y cuando la película debe empezar a encaminarse hacia su desenlace, el exceso de altos clímax acaba por hacer perder el tono, dando lugar a unas situaciones descabelladas que su director no consigue dominar.
*Sigue en el apartado "spoiler" por falta de espacio*
Teniendo en cuenta la irrefrenable tendencia de copiar una y otra vez antiguos títulos del género por parte de la industria de Hollywood, no era de esperar que apareciese este título que tan adaptable es a esta nueva moda caracterizada por las historias más viscerales y sangrientas. Veamos, pues, qué es lo que decidieron hacer sus productores ante esta revisión del ya clásico título de Craven en el que Mari, una frágil adolescente ilusionada por sus competencias en el deporte de natación y melancólica por la reciente muerte de su hermano pequeño, va a pasar el verano con su familia a una casa situada en medio de un bosque. Como cada año, la joven se divierte con sus amigos pero su disfrute se verá frustrado por el ataque de unos desconocidos. Una vez finalizada la brutal carnaza, los individuos se verán atrapados por una fuerte tormenta y pedirán alojamiento en la casa de los padres de la joven muchacha.
La premisa tiene el mismo argumento de la cinta original y por ello sigue resultando impactante. El cambio lo encontramos en la actualización de su envase, que se adapta a los cánones actuales dando rienda suelta a una dirección de Dennis Illiadis llena de pulso y nerviosismo, perfectamente acompañada de la cuidada y tenebrosa fotografía de Sharone Meir. Gracias a su impecable factura y a un guión pausado y que se toma su tiempo en introducirnos en el horror, la película convence en su primera mitad consiguiendo un alto nivel de tensión, lo que nos hace pensar que estamos ante una obra de inusual dignidad entre las de su género. Ello es acaso lo que consigue ganarse nuestra confianza, hasta el punto de abandonarnos al desquiciante e imparable ritmo de la historia. Así llegamos a vivir junto a la protagonista un horror repugnante y sin piedad que conduce a una deseada venganza, en la línea del más puro "rape and vengance"; una venganza que Illiadis sabe cómo contar en los tiempos que corren y que consigue llegar a un punto de placer desagradable tan contradictorio como efectivo.
Tras la alentadora promesa de la introducción, la cinta cambia de protagonistas y se centra en la búsqueda del refugio de los atacantes para trasladarnos a una segunda mitad totalmente diferente. Casualmente los villanos llegan a la casa de los familiares de Mari, la chica que acaban de violar y asesinar, y estos les ofrecen alojamiento en su casa. Poco a poco, los padres comienzan a tomar consciencia de lo que ha sucedido y descubren quiénes son los inquilinos que acaban de aposentar en la sala de invitados. Al problema central se le suma la llegada de Mari, que ha sobrevivido al brutal ataque, y los intentos desesperados de los padres para mantenerla a salvo. Este tramo llega a niveles de tensión de alto calibre, en los que el director mantiene los deseos de venganza bien retenidos para que la gula del espectador vaya creciendo.
El segundo plato del menú resulta lo más divertido por brindarnos una venganza descarada, ya que, tal como dice el refrán, esta vez se va a servir bien fría por parte de los familiares de la joven protagonista, que dejarán de ser las víctimas para convertirse los verdugos. Así es como llegamos a un juego de persecución que contiene alguno de los mayores aciertos del film, centrando esta historia en un puro divertimento lleno de angustia que evita reflexiones sobre la violencia y se detiene en freír nuestros nervios con una impresionante destreza de los espacios pequeños, acción estilizada y una rica intención de planos. Y es en la dirección donde encontraremos el mayor acierto del film, pues Illiadis coge como puede un guión que en realidad está en bastante mal estado y le añade todo aquello que hace falta para camuflar unos defectos que no tardarán en hacerse notar. Las situaciones empiezan a desvincularse del nivel de coherencia del que habían gozado hasta entonces, y cuando la película debe empezar a encaminarse hacia su desenlace, el exceso de altos clímax acaba por hacer perder el tono, dando lugar a unas situaciones descabelladas que su director no consigue dominar.
*Sigue en el apartado "spoiler" por falta de espacio*
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
"La última casa a la izquierda" tiene un puñado de cosas buenas que prometían una fórmula renovada del título ya conocido. Es loable el esfuerzo del director por llenar de simbología las direcciones que toman los personajes: la izquierda constituye el camino del error y la muerte, mientras que la derecha los encauza hacia lugares seguros. No obstante, Illiadis pierde el rumbo en el último tramo, y las carencias de guión provocan que la brújula se descontrole. Excesivamente centrado en el modo como se desarrolla la venganza, el final de esta nueva versión resulta tal despropósito que no parece haber sido cocinado por la misma persona, pues apuesta por un golpe de efecto vacío de talento y gusto.
Terminado el postre que no está a la altura de la minuta, uno tiene la sensación de que aquello que antes parecía fresco -por fin un gran remake- no es más que otro producto lleno de aciertos técnicos y de dirección que, sin embargo, envasa algo caducado alarmantemente habitual: el nuevo cine de terror precocinado.
Lo mejor: Su sofisticada dirección en la primera hora del metraje, centrada en los detalles que consiguen una tensión incesante.
Lo peor: El final y que la construcción del tierno personaje de Mari solamente esté al servicio de un mayor impacto en las escenas crudas.
Para más críticas del género consulta el blog "Terror Crítico": http://terrorcritico.wordpress.com/
Terminado el postre que no está a la altura de la minuta, uno tiene la sensación de que aquello que antes parecía fresco -por fin un gran remake- no es más que otro producto lleno de aciertos técnicos y de dirección que, sin embargo, envasa algo caducado alarmantemente habitual: el nuevo cine de terror precocinado.
Lo mejor: Su sofisticada dirección en la primera hora del metraje, centrada en los detalles que consiguen una tensión incesante.
Lo peor: El final y que la construcción del tierno personaje de Mari solamente esté al servicio de un mayor impacto en las escenas crudas.
Para más críticas del género consulta el blog "Terror Crítico": http://terrorcritico.wordpress.com/
9 de julio de 2009
9 de julio de 2009
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra más de Craven que formará parte de la galería de remakes primero “Las colinas tienen ojos” y pronto “Pesadilla en Elm Street”, de las tres ésta es la menos conocida y quizás menos interesante pues su planteamiento es un tanto repetitivo y se tiene la sensación de haberlo visto todo. De entrada y dadas las malas críticas que ha cosechado mi expectativa era nula de cara a su visionado, no obstante a medida que pasaban los minutos no puedo dejar de reconocer que su visceral tratamiento de la violencia lejos de ser efectista me ha parecido realista y al contrario de lo que leído el desconocido Dennis Iliadis ha tenido firmeza y determinación a la hora exponer su capacidad para implicar al espectador con los desagradables hechos que van sucediendo, esto es, que si lo pasamos mal (como me ha sucedido a mí) logra su objetivo. Mucha cámara al hombro y una puesta en escena descolorida y oscuro forman parte de las armas que usa el director para alcanzar sus objetivos, sin olvidar el punto más importante como son los actores, todos estupendos y creíbles con la mención especial para Tony Goldwing (el eterno malo de “Ghost”, Monica Potter, Garret Dillahunt (que no se cansa de hacer malo) y Sarah Paxton que sin sus aportaciones nada de lo expuesto tendría sentido alguno. El film no es que sea de lo mejor del género ni mucho menos, eso sí supera con creces la mediocridad del film original, como lo hizo Alexandre Aja con el suyo y deja claro que Craven es un director sobrevalorado cuyas ideas son prácticas para remakes efectivos. Ya veremos que pasa con “Pesadilla en Elm Street”.
11 de julio de 2009
11 de julio de 2009
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía muchas ganas de ver esta película. Aun sin haber visto la original, pensé que la podría superar en medios y demás por los tiempos más modernos que corren. Ahora que la he visto, he de decir que me ha encantado.
La historia no es original, pero sin duda logran plasmar los sentimientos de dolor, rabia, venganza... que en ella toman protagonismo. Por otro lado, la crudeza y las escenas tan explícitas hacen que el espectador ser retuerza y eso en este tipo de cintas es positivo. Logra mantener la tensión en todo momento, sin aburrir ni un solo instante y haciendo que te pongas de los nervios.
Por otro lado, los efectos son muy buenos, con muertes muy duras y buenísimas actuaciones. En conclusión: magnífica...!
La historia no es original, pero sin duda logran plasmar los sentimientos de dolor, rabia, venganza... que en ella toman protagonismo. Por otro lado, la crudeza y las escenas tan explícitas hacen que el espectador ser retuerza y eso en este tipo de cintas es positivo. Logra mantener la tensión en todo momento, sin aburrir ni un solo instante y haciendo que te pongas de los nervios.
Por otro lado, los efectos son muy buenos, con muertes muy duras y buenísimas actuaciones. En conclusión: magnífica...!
18 de julio de 2009
18 de julio de 2009
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las pocas películas que han logrado transmitirme tensión, con un buen desarrollo y unos actores acertados en sus papeles. En mi opinión una pelicula recomendable y entretenida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la parte negativa destaco el papel de la amiga de la chica. La verdad es que me dieron ganas de que desapareciese de escena. Quizás por eso la quitan de en medio pronto.
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