Revenant: El renacido
2015 

7.2
73,897
Aventuras. Western
Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
10 de enero de 2016
10 de enero de 2016
151 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy harto de Iñarritu y sus "virguerías" con la cámara. Estoy a favor de que un director haga buenos planos, enfoques y los utilice de forma racional en una película, y me encanta que un director sepa manejar una cámara con destreza. No dudo del virtuosismo del director, González Iñarritu, pero debo decir que estoy más que harto de que en sus películas pese más el dominio de la cámara que la historia. Se supone que los recursos cinematográficos que utiliza deberían estar al servicio de la narración, de la trama, de la película, y no al revés. Aquí, como en muchas de las películas de este director, pesa más el concepto artístico del director, que la historia y la narración en sí mismas. Las películas de Iñarritu son esencialmente lentas, precisamente por culpa de este recurso. Esta película me ha parecido lentísima, en algunos momentos me parecía interminable. Con esos larguísimos planos que le da por marcarse a G. Iñarritu, todo se ralentiza hasta la exasperación. No estoy en contra de utilizar estos recursos en algún momento puntual, pero llenar la película con ellos es un disparate y un horror.
Estoy hasta las narices del marcado onirismo del director, y su tendencia a querer deslumbrar al espectador con su particular filosofía de la soledad, dolor, violencia, melancolía, venganza, etc.... El dolor, la rabia, la soledad, la melancolía, etc., deben estar al servicio de la película y de la historia que se cuenta, y no al revés.
Le pediría al director que no me dé lecciones de cinematografía, mientras no sabe contar una historia, y menos montarla. No sabe contar una historia, porque a esta película le sobra mucho metraje innecesario, y sin embargo, le falta algo que relacione la historia con el pasado del personaje, que por lo demás era un hombre notabilísimo de la época, un superviviente nato y un gran explorador. Por otro lado, el montaje de esta película es una chapuza, que por momentos carece de sentido, y muchas veces nos priva de conocer la historia en profundidad, como el pasado de Hugh Glass, su lucha contra las graves lesiones que padece con los medios de la época (sus peores heridas eran en la pierna, y utilizó gusanos para que se comiesen la carne podrida en su herida), su motivación personal, la misión que estaba llevando a cabo en ese momento, la importancia de las armas en esa época (el rifle de Glass es fundamental en su historia, y aquí se omite por completo cualquier referencia al mismo), el contexto social de la época, etc.
Este director está tan engreído, tan pagado de sí mismo y de su estilo, que ha olvidado lo que es contar una historia. Parece que quiera darnos una lección de cine con cada plano que rueda, y eso desvirtúa el contenido de la película.
Puestos a contar esta historia, yo particularmente me quedo con la película de "El hombre de una tierra salvaje", que sin ser un peliculón, es bastante más entretenida y cuenta la misma historia de Hugh Glass, de forma muchísimo más acertada, a mi juicio.
Esta película está basada en una historia real (la de Hugh Glass, un reconocido trampero y explorador americano de principios del siglo XIX), pero el final y gran parte de la película se la han inventado para dramatizar aún más la historia (el que tenga interés en saber el motivo, puede leer lo que he puesto en el spoiler).
Por cierto, le he puesto un 6, porque reconozco que se puede ver, y que es una película interesante. Pero no la volvería a ver. Es demasiado lenta y pesada como para volver a verla. Es de esas películas que una vez vistas, no te apetece volver a verla (por lo menos a corto o medio plazo).
Estoy hasta las narices del marcado onirismo del director, y su tendencia a querer deslumbrar al espectador con su particular filosofía de la soledad, dolor, violencia, melancolía, venganza, etc.... El dolor, la rabia, la soledad, la melancolía, etc., deben estar al servicio de la película y de la historia que se cuenta, y no al revés.
Le pediría al director que no me dé lecciones de cinematografía, mientras no sabe contar una historia, y menos montarla. No sabe contar una historia, porque a esta película le sobra mucho metraje innecesario, y sin embargo, le falta algo que relacione la historia con el pasado del personaje, que por lo demás era un hombre notabilísimo de la época, un superviviente nato y un gran explorador. Por otro lado, el montaje de esta película es una chapuza, que por momentos carece de sentido, y muchas veces nos priva de conocer la historia en profundidad, como el pasado de Hugh Glass, su lucha contra las graves lesiones que padece con los medios de la época (sus peores heridas eran en la pierna, y utilizó gusanos para que se comiesen la carne podrida en su herida), su motivación personal, la misión que estaba llevando a cabo en ese momento, la importancia de las armas en esa época (el rifle de Glass es fundamental en su historia, y aquí se omite por completo cualquier referencia al mismo), el contexto social de la época, etc.
Este director está tan engreído, tan pagado de sí mismo y de su estilo, que ha olvidado lo que es contar una historia. Parece que quiera darnos una lección de cine con cada plano que rueda, y eso desvirtúa el contenido de la película.
Puestos a contar esta historia, yo particularmente me quedo con la película de "El hombre de una tierra salvaje", que sin ser un peliculón, es bastante más entretenida y cuenta la misma historia de Hugh Glass, de forma muchísimo más acertada, a mi juicio.
Esta película está basada en una historia real (la de Hugh Glass, un reconocido trampero y explorador americano de principios del siglo XIX), pero el final y gran parte de la película se la han inventado para dramatizar aún más la historia (el que tenga interés en saber el motivo, puede leer lo que he puesto en el spoiler).
Por cierto, le he puesto un 6, porque reconozco que se puede ver, y que es una película interesante. Pero no la volvería a ver. Es demasiado lenta y pesada como para volver a verla. Es de esas películas que una vez vistas, no te apetece volver a verla (por lo menos a corto o medio plazo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Siendo cierto que Hugh Glass (DiCaprio) fue abandonado por Bridger y Fitzgerald (como en la película) tras el ataque de la osa, ahí se acaban las similitudes, porque Hugh Glass no mató a ninguno de los dos. A Bridger le perdonó la vida por ser muy joven, y a Fiztgerald no pudo hacerle nada, porque se alistó en el ejército (se conformó con que le devolviese su rifle, un arma muy singular, sobre la que nada se dice en la película, a pesar de su importancia en esa época). Y al jefe de la expedición, Andrew Henry, no lo mató Fiztgerald (murió 8 años después, habiéndose retirado). Por cierto, Fitzgerald y Bridger ayudaron a Glass a matar a la osa grizzly que le atacó, y lo abandonaron porque pensaron que no se recuperaría de las heridas, y tras sufrir un verdadero ataque de los indios. Lo del hijo de Glass se lo han inventado ni más ni menos, seguramente para justificar el ansia vengativa de DiCaprio. La verdad es que el único motivo por el que Hugh Glass hizo lo que hizo, fue fundamentalmente para sobrevivir, que es un argumento por sí mismo. Después quiso vengarse de los dos hombres que lo abandonaron, pero no llegó a matar a ninguno de los dos. Ya se puede uno imaginar que, a principios del siglo XIX, que Glass sobreviviese a esas heridas era algo inconcebible, por no decir un milagro, y la actitud de Fitzgerald y Bridger tampoco sería tan extraña pensando que iba a morir (puesto en perspectiva, Bridger y Fiztgerald abandonaron Glass a su suerte, pero no son los canallas que nos muestran en la película, pues en esos tiempos nadie podía pensar que Glass se recuperaría, y quedándose con el, Bridger y Fiztgerald estaban arriesgando sus propias vidas.).
20 de diciembre de 2015
20 de diciembre de 2015
152 de 206 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminada de haberla disfrutado hace escasamente veinte minutos, la sensación es la de haber visto algo grande, desde la espléndida fotografía que te coge de las tripas desde el primer fotograma, pasando por la crudeza de las escenas (inolvidable ya la de la primera batalla y la lucha con el oso) hasta las interpretaciones, donde DiCaprio da un nuevo recital en una consecución de primeros y primerísimos planos enmarcados en panorámicas boscosas, montañosas y fluviales de quitar el hipo.
Y Tom Hardy da la réplica a un magnífico nivel.
La historia (seca, cruda, realista y real) versa sobre dos temas ancestrales: la supervivencia y la venganza. Aquí, al contrario que en los western clásicos, no hay blancos buenos ni indios malos; aquí, al contrario que en los western "modernos" estilo Bailando con lobos, no hay indios buenos ni blancos malos. Aquí solo hay gente tratando de sobrevivir en un mundo áspero que los humanos hacen más cruel con unos actos que acarrean consecuencias. No hay justicia, solo acción-reacción. No hay honor, solo sed de sangre. Sin embargo, en este infierno que el propio hombre crea, la venganza y la supervivencia son lo único que puede hermanar a unos hombres heridos (como demuestra la magnífica secuencia del bisonte derribado y devorado a cuatro manos por quienes unos segundos antes no veían nada más en su existencia).
Iñárritu no da ningún respiro. Al mejor estilo de Shakespeare o Canción de hielo y fuego, es mejor no encariñarse con ningún personaje. Lo que pasa es la vida, no la idealización de la existencia o de cómo debería ser. En esa vida, DiCaprio nos ofrece estrategias de supervivencia (alguna toma puede recordar a El Imperio contraataca, por cierto. Sí, sí, a Star Wars... y sabréis cuál) que ríete tú de lo que has visto hasta ahora mientras Iñárritu lo filma desde su propia perspectiva, que a mí me parece de lo más adecuada y con unos hallazgos de mucho alcance.
En definitiva, una gran historia, una magnífica puesta en escena, alguna que otra metáfora visual acertadísima, un guion donde priman y se encumbran los silencios (no quiero decir que el texto sea malo, solo que los silencios son mejores) y unas interpretaciones soberbias.
Sí, sí. Quiero decir que, en mi humilde opinión, nadie debería perdérsela. Dicho de otra forma: me ha gustado.
Mucho.
Y Tom Hardy da la réplica a un magnífico nivel.
La historia (seca, cruda, realista y real) versa sobre dos temas ancestrales: la supervivencia y la venganza. Aquí, al contrario que en los western clásicos, no hay blancos buenos ni indios malos; aquí, al contrario que en los western "modernos" estilo Bailando con lobos, no hay indios buenos ni blancos malos. Aquí solo hay gente tratando de sobrevivir en un mundo áspero que los humanos hacen más cruel con unos actos que acarrean consecuencias. No hay justicia, solo acción-reacción. No hay honor, solo sed de sangre. Sin embargo, en este infierno que el propio hombre crea, la venganza y la supervivencia son lo único que puede hermanar a unos hombres heridos (como demuestra la magnífica secuencia del bisonte derribado y devorado a cuatro manos por quienes unos segundos antes no veían nada más en su existencia).
Iñárritu no da ningún respiro. Al mejor estilo de Shakespeare o Canción de hielo y fuego, es mejor no encariñarse con ningún personaje. Lo que pasa es la vida, no la idealización de la existencia o de cómo debería ser. En esa vida, DiCaprio nos ofrece estrategias de supervivencia (alguna toma puede recordar a El Imperio contraataca, por cierto. Sí, sí, a Star Wars... y sabréis cuál) que ríete tú de lo que has visto hasta ahora mientras Iñárritu lo filma desde su propia perspectiva, que a mí me parece de lo más adecuada y con unos hallazgos de mucho alcance.
En definitiva, una gran historia, una magnífica puesta en escena, alguna que otra metáfora visual acertadísima, un guion donde priman y se encumbran los silencios (no quiero decir que el texto sea malo, solo que los silencios son mejores) y unas interpretaciones soberbias.
Sí, sí. Quiero decir que, en mi humilde opinión, nadie debería perdérsela. Dicho de otra forma: me ha gustado.
Mucho.
9 de febrero de 2016
9 de febrero de 2016
91 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Muy bien hecha
No es la perfección técnica de una imagen lo que la hace bella, es su significación potencial como reflejo o símbolo de la emoción que el artista, o el tipo que dirige, pretende capturar. No hay que buscar la imagen perfecta, sino la adecuada, y eso requiere seguramente más intuición artística que destreza.
'El renacido' no sólo busca como loca la imagen perfecta, sino que pretende coleccionar unas cuantas por minuto. Las postales que acumula Iñárritu me parecen de una precisión digital muy loable (como artesanía son intachables), pero no son bellas. Tienen el valor pseudo-inspirador, la belleza epidérmica, de los paisajes manipulados y retocados que aparecen en las guías de viaje o en los calendarios.
2. Muy lírica
El verdadero protagonista de esta historia no me parece el explorador Hugh Glass, ni los indios nativos, ni tampoco el espíritu aventurero o de supervivencia. El destinatario parece ser su propio hacedor: Iñárritu. Tuve la molesta sensación de tener al mexicano al lado, esperando un "qué bueno eres" de mi boca. No critico la vanidad: es humana y seguramente, en ciertas dosis, sea necesaria. Lo criticable es que se la reivindique o, qué mínimo, que no se disimule un poco. Hay algo de ese alarde de virtuosismo de Eisenstein (sus primigenios logros en el montaje) o Kalatozov (la cámara de gran angular), pero a diferencia de aquellas, aquí falta verdadera carne dramática, verdadera poesía o verdadera novedad para alcanzar la grandeza. A Iñárritu le falta guion, le falta(n) personaje(s), le falta conflicto. Sólo le sobra la regia e inmisericorde música. ¿Dónde quedan las pausas?
3. Muy independiente
Entretener y trascender. Rehuír de Hollywood, y ser premiado por Hollywood. "Es la película que jamás te esperarías en Hollywood", dicen algunos de sus artífices, meses antes de recibir 12 nominaciones a los premios que otorga Hollywood. Un director ha de definir en qué liga quiere jugar. Al menos, con cada película.
4. Muy bien interpretada
Den el Óscar a DiCaprio. No porque su actuación sea buena (no lo es, apenas tiene personaje que interpretar, sólo cien muecas de dolor diferentes a lograr). No por su dicción o prosodia (apenas recuerdo una línea de diálogo a remarcar entre sus gruñidos). No porque el muchacho lo pasara canutas rodando en las montañas (las vicisitudes de rodaje son elemento puramente circunstancial). No porque se pelee con un oso hecho por ordenador (y le gane). Simplemente dénselo para que ya no puedan decir que no tiene uno.
Gracias.
No es la perfección técnica de una imagen lo que la hace bella, es su significación potencial como reflejo o símbolo de la emoción que el artista, o el tipo que dirige, pretende capturar. No hay que buscar la imagen perfecta, sino la adecuada, y eso requiere seguramente más intuición artística que destreza.
'El renacido' no sólo busca como loca la imagen perfecta, sino que pretende coleccionar unas cuantas por minuto. Las postales que acumula Iñárritu me parecen de una precisión digital muy loable (como artesanía son intachables), pero no son bellas. Tienen el valor pseudo-inspirador, la belleza epidérmica, de los paisajes manipulados y retocados que aparecen en las guías de viaje o en los calendarios.
2. Muy lírica
El verdadero protagonista de esta historia no me parece el explorador Hugh Glass, ni los indios nativos, ni tampoco el espíritu aventurero o de supervivencia. El destinatario parece ser su propio hacedor: Iñárritu. Tuve la molesta sensación de tener al mexicano al lado, esperando un "qué bueno eres" de mi boca. No critico la vanidad: es humana y seguramente, en ciertas dosis, sea necesaria. Lo criticable es que se la reivindique o, qué mínimo, que no se disimule un poco. Hay algo de ese alarde de virtuosismo de Eisenstein (sus primigenios logros en el montaje) o Kalatozov (la cámara de gran angular), pero a diferencia de aquellas, aquí falta verdadera carne dramática, verdadera poesía o verdadera novedad para alcanzar la grandeza. A Iñárritu le falta guion, le falta(n) personaje(s), le falta conflicto. Sólo le sobra la regia e inmisericorde música. ¿Dónde quedan las pausas?
3. Muy independiente
Entretener y trascender. Rehuír de Hollywood, y ser premiado por Hollywood. "Es la película que jamás te esperarías en Hollywood", dicen algunos de sus artífices, meses antes de recibir 12 nominaciones a los premios que otorga Hollywood. Un director ha de definir en qué liga quiere jugar. Al menos, con cada película.
4. Muy bien interpretada
Den el Óscar a DiCaprio. No porque su actuación sea buena (no lo es, apenas tiene personaje que interpretar, sólo cien muecas de dolor diferentes a lograr). No por su dicción o prosodia (apenas recuerdo una línea de diálogo a remarcar entre sus gruñidos). No porque el muchacho lo pasara canutas rodando en las montañas (las vicisitudes de rodaje son elemento puramente circunstancial). No porque se pelee con un oso hecho por ordenador (y le gane). Simplemente dénselo para que ya no puedan decir que no tiene uno.
Gracias.
24 de diciembre de 2015
24 de diciembre de 2015
93 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, esta película no es muy fácil de criticar, ya que su envoltorio puede llevar fácilmente a engaño, como puede comprobarse tan solo echando un vistazo a las opiniones que hay por aquí. Vayamos a lo concreto.
-La actuación de Di Caprio no es buena. De hecho, resulta bastante mala. Bastante mejor su antagonista. Pero él, no. Lo único que hace es poner continuamente cara de estreñido y masticar carne cruda, aparte de lucir un aspecto entre homeless y desahuciado. Su papel carece de matices, es absolutamente plano, no aporta nada más allá del muñequito "vengativo" que se ha diseñado. Mucho mejor su antagonista.
-La película es horrorosamente larga. Tiene escenas chulas, pero mayormente es aburridísima a partir de su segundo trecho y poco antes de llegar al final.
-La estética pasa de estar muy conseguida -fotografía, paisaje, tono impecables- a convertirse en insultantemente pedante, a que en cada fotograma se te diga: "joder, mira qué naturaleza más descarnada e inhóspita", y esto cansa, cansa mucho, y al final acabas hasta los huevos de tanto árbol nevado y de tanto pedazo de carne cruda.
-¿Por qué siempre que sale una india tiene que hablar en tono bajito y decir frases místicas, profundas y como de ensueño?
Para resumir: la película no carece de golpes de talento, pero el director debería bajarse un poco de su pedestal y hacer cosas más humildes y con más corazón, más memorables, menos cansinas. Podría haber estado mucho mejor sin esa constante presencia "artística" que acaba saturando y causando indigestión.
-La actuación de Di Caprio no es buena. De hecho, resulta bastante mala. Bastante mejor su antagonista. Pero él, no. Lo único que hace es poner continuamente cara de estreñido y masticar carne cruda, aparte de lucir un aspecto entre homeless y desahuciado. Su papel carece de matices, es absolutamente plano, no aporta nada más allá del muñequito "vengativo" que se ha diseñado. Mucho mejor su antagonista.
-La película es horrorosamente larga. Tiene escenas chulas, pero mayormente es aburridísima a partir de su segundo trecho y poco antes de llegar al final.
-La estética pasa de estar muy conseguida -fotografía, paisaje, tono impecables- a convertirse en insultantemente pedante, a que en cada fotograma se te diga: "joder, mira qué naturaleza más descarnada e inhóspita", y esto cansa, cansa mucho, y al final acabas hasta los huevos de tanto árbol nevado y de tanto pedazo de carne cruda.
-¿Por qué siempre que sale una india tiene que hablar en tono bajito y decir frases místicas, profundas y como de ensueño?
Para resumir: la película no carece de golpes de talento, pero el director debería bajarse un poco de su pedestal y hacer cosas más humildes y con más corazón, más memorables, menos cansinas. Podría haber estado mucho mejor sin esa constante presencia "artística" que acaba saturando y causando indigestión.
21 de diciembre de 2015
21 de diciembre de 2015
82 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iñárritu está on fire últimamente. No contento con regalarnos hace un año la que para un servidor es una de las mejores cintas de la década y la primera justa ganadora del Oscar a mejor película en muchísimos años, ahora nos trae “The revenant”, un proyecto que, si bien no juega en la misma liga que “Birdman”, también funciona a las mil maravillas pero de forma totalmente opuesta, ya que ambas películas no podrían ser más diferentes. Mientras que “Birdman” era frenética, ácida, tragicómica y estaba cargada de diálogos, en “The revenant” el guion pasa a tener un papel secundario, siendo un trabajo mucho más pausado y contemplativo.
Es inevitable pensar en Malick cuando ves “The revenant”. Esas panorámicas, esos planos tan exquisitos, tan místicos, de ríos, de árboles, de vientos susurrantes y miradas perdidas. Tras sus magistrales aportaciones a “El árbol de la vida”, “Gravity” y “Birdman”, Lubezki vuelve a demostrar que es un puto genio de la fotografía, porque cada fotograma de “The revenant” destila belleza, una belleza extraña, violenta, la visión cínica de un mundo salvaje de humanos errantes y desalmados. La primera media hora de la cinta nos regala las que sin duda son dos de las mejores escenas del año, dos maravillas técnicas pobladas de planos secuencias y elegantes movimientos de cámara y elevadas por su realismo y crudeza. Voy a tardar mucho en sacarme a ese oso de la cabeza.
Lo que nos lleva al actor protagonista. Yo no sé si es porque está desesperado por conseguir el Oscar o si realmente se implica así en cada papel que hace, pero lo cierto es que Leonardo DiCaprio lo da absolutamente todo en esta película, regalándonos una interpretación totalmente descarnada y completa en un rol que es mucho más de poderío físico que de introspección psicológica. Igualmente impresionante es el trabajo de Tom Hardy, un actorazo que es capaz de decir con una mirada más que muchos otros con una página de diálogos, a la hora de dar vida a Fitzgerald, un personaje traicionero, manipulador y con marcados tintes shakespearianos. Especial mención a su acento sureño, cerrado y a ratos casi ininteligible.
Por último, hablemos un poco del guion. Lo dejo en último lugar porque “The revenant” es un ejercicio que gana más en forma que en contenido, pero eso no significa que el guion sea malo. Es una buena historia basada en hechos reales, un juego de venganzas de la vieja escuela que tiene poco de innovador o de imprevisible. Hay momentos en los que cuesta creer que nuestro protagonista siga vivo después de todas las perrerías que le pasan, pero bueno, el ritmo narrativo es acertado (aunque yo le habría quitado diez o quince minutos de metraje), los personajes están bien dibujados y son coherentes, el desarrollo de la historia es calmado y la simbología onírica es recurrente y se utiliza como medio principal para conocer el flujo de conciencia de Hugh Glass, ya que los diálogos escasean. El tratamiento es frío y cerebral en su mayoría, de forma que la implicación emocional no es prioritaria, pero yo no veo eso como un problema. La resolución, por su parte, no escatima en crudeza y es bastante satisfactoria.
En resumen, me ha parecido un trabajo bastante completo. No se puede decir que sea fácil de digerir, por su carácter metódico y su abultada duración, pero el resultado general es intachable. Maravillosamente dirigida, bella y dolorosa a partes iguales y muy competentemente interpretada, “The revenant” es un poema ensangrentado, inflexible en su forma de hacer y gélido en su enfoque, pero no por ello menos intenso. Una de mis películas favoritas del año. Qué grande eres, Iñárritu.
Calificación: Imprescindible
Es inevitable pensar en Malick cuando ves “The revenant”. Esas panorámicas, esos planos tan exquisitos, tan místicos, de ríos, de árboles, de vientos susurrantes y miradas perdidas. Tras sus magistrales aportaciones a “El árbol de la vida”, “Gravity” y “Birdman”, Lubezki vuelve a demostrar que es un puto genio de la fotografía, porque cada fotograma de “The revenant” destila belleza, una belleza extraña, violenta, la visión cínica de un mundo salvaje de humanos errantes y desalmados. La primera media hora de la cinta nos regala las que sin duda son dos de las mejores escenas del año, dos maravillas técnicas pobladas de planos secuencias y elegantes movimientos de cámara y elevadas por su realismo y crudeza. Voy a tardar mucho en sacarme a ese oso de la cabeza.
Lo que nos lleva al actor protagonista. Yo no sé si es porque está desesperado por conseguir el Oscar o si realmente se implica así en cada papel que hace, pero lo cierto es que Leonardo DiCaprio lo da absolutamente todo en esta película, regalándonos una interpretación totalmente descarnada y completa en un rol que es mucho más de poderío físico que de introspección psicológica. Igualmente impresionante es el trabajo de Tom Hardy, un actorazo que es capaz de decir con una mirada más que muchos otros con una página de diálogos, a la hora de dar vida a Fitzgerald, un personaje traicionero, manipulador y con marcados tintes shakespearianos. Especial mención a su acento sureño, cerrado y a ratos casi ininteligible.
Por último, hablemos un poco del guion. Lo dejo en último lugar porque “The revenant” es un ejercicio que gana más en forma que en contenido, pero eso no significa que el guion sea malo. Es una buena historia basada en hechos reales, un juego de venganzas de la vieja escuela que tiene poco de innovador o de imprevisible. Hay momentos en los que cuesta creer que nuestro protagonista siga vivo después de todas las perrerías que le pasan, pero bueno, el ritmo narrativo es acertado (aunque yo le habría quitado diez o quince minutos de metraje), los personajes están bien dibujados y son coherentes, el desarrollo de la historia es calmado y la simbología onírica es recurrente y se utiliza como medio principal para conocer el flujo de conciencia de Hugh Glass, ya que los diálogos escasean. El tratamiento es frío y cerebral en su mayoría, de forma que la implicación emocional no es prioritaria, pero yo no veo eso como un problema. La resolución, por su parte, no escatima en crudeza y es bastante satisfactoria.
En resumen, me ha parecido un trabajo bastante completo. No se puede decir que sea fácil de digerir, por su carácter metódico y su abultada duración, pero el resultado general es intachable. Maravillosamente dirigida, bella y dolorosa a partes iguales y muy competentemente interpretada, “The revenant” es un poema ensangrentado, inflexible en su forma de hacer y gélido en su enfoque, pero no por ello menos intenso. Una de mis películas favoritas del año. Qué grande eres, Iñárritu.
Calificación: Imprescindible
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