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Zona de interés

Drama El comandante de Auschwitz Rudolf Höss y su esposa Hedwig se esfuerzan en construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín cerca del campo. (FILMAFFINITY)
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8
15 de mayo de 2024 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jonathan Glazer se prodiga poco en la gran pantalla, pero cuando lo hace, entra como un elefante en una cacharrería.
Sexy beast, Reencarnación, Under the skin. Tres películas muy diferentes entre sí, pero con algo en común, que es la lógica polémica que arrastraron.
La zona de interés no iba a ser menos, pero por suerte, es mucho mejor película a todos los niveles que sus predecesoras. Ha ganado el Óscar, de hecho, a las mejor cinta internacional. Dejando de lado si se lo merecía o no por encima de otras como La sociedad de la nieve, lo que está claro es que Glazer consigue exactamente lo que se proponía: retratar el horror conviviendo puerta con puerta con una vida idílica de portada de revista y jardín de competición internacional. No hay trama, así que no la busquen. Sólo están Rudolf Höss, su esposa Hedwig y sus hijos viviendo su vida cotidiana, como la de cualquier hijo de vecino, mientras a lo lejos, o no tan lejos, suenan disparos y se oyen en funcionamiento los hornos crematorios de Auschwitz.
Glazer retrata semejante contraste con buenos intérpretes (vaya 2023 tuvo Sandra Huller) y una sabiduría visual y narrativa apabullante. El tercio final es de antología, sobre todo con ese contraste que plantea en los últimos segundos entre presente y pasado, y esa bajada por las escaleras hacia una oscuridad física y sobre todo moral absoluta.
En definitiva, no es la obra maestra que se ha dicho, en absoluto, y probablemente será olvidada en no mucho tiempo por la mayoría de cinéfilos, pero sin duda su visionado es impactante, y su técnica es estupenda.

Lo mejor: Que consigue precisamente lo que busca: reflejar el horror frente a una vida de revista de moda.
Lo peor: No es la obra maestra que nos han vendido
8
16 de mayo de 2024 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprendo que es el tiempo de los productos audiovisuales virales ultrabreves. Aunque no, no lo comprendo. No alcanzo a entender cómo nos hemos dejado torturar gratuitamente con imágenes inconexas que van más allá del humor, más allá de la violencia, más allá de la belleza. Nos toca vivir el tiempo de las demasiadas trampas. Si no es frenético es aburrido. ¿Quién sabe cuándo se pondrá a la venta el colirio definitivo para no perder ni un milisegundo en pestañear?

La zona de interés es una película perfectamente ubicada en su tiempo. Trae esta cuestión en su forma de expresarse. Aunque no lo parezca, está conectada con el vídeo montado con un móvil y subido a una red social. En la red social crees que eliges ver. Los personajes de esta magnífica película creen que eligen no escuchar. Los sucesos acontecen en un ámbito marginal que acapara poderosamente nuestra atención. Es como si dejásemos correr los vídeos virales mientras hacemos el esfuerzo de pensar en otra cosa.

Martin Amis conjeturó esta idea hace más de 10 años y Jonathan Glazer la llevó a la pantalla al año pasado. La polémica en torno a su discurso en los Óscars es significativa. Mal lugar, el mejor lugar para decir lo que no se debe. A mí me parece que se debe hablar de lo que no se puede hablar. Afuera en el campo solo se escucha lo que sucede dentro del campo. No hay cortina que anule el sonido. El maquillaje no tapa el olor, dice una canción. El humo se abre paso a través de un precioso día. La magia es para la noche. Los niños crecen con salud.
7
9 de marzo de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
            Película que ganó el Gran Premio de Jurado en el Festival de Cannes. Y que quieren que les diga, tiene valores, pero también tiene carencias; como casi todos los proyectos que hacemos. El posicionamiento inicial de la historia es lo que más me ha gustado. Presentar el horror de la guerra y de la maquinaria Nazi para conquistar terrenos en base al terror infligido a los que se le oponían y haciéndolo desde el punto de vista de la banalidad de una vida familiar, me pareció muy brillante. No nos muestra el espanto de lo que sucedió en los campos de concentración, eso ya lo sabemos hasta la saciedad. Dejar que sea nuestra imaginación la que ponga la crueldad de lo sucedido es lo mejor, quizás de las pocas cosas valorables de esta película.

            La historia del holocausto está contada desde el interior de una casa, de vida familiar del comandante del campo de concentración de Auschwitz. Y los protagonistas de las acciones son su mujer, sus hijos, su servidumbre, etc. Como ven, es una cruel película de guerra en la que lo menos que vemos son soldados. No me negarán que es un planteamiento, por lo menos, novedoso. El ritmo lento, más lento que el de una cinta normal, refuerza la idea principal de lo tediosos que era la existencia en una casa familiar en la que las actividades más emocionantes del día era cuidar el jardín. Esa ausencia de motivaciones y lo lánguido de esas vidas se refuerza con la parsimonia, rozando la pesadez, de los planos y los pausados movimientos de los personajes. Aun así, he de decir que la película no se me hizo larga. Bueno, es de agradecer que el metraje no se extendió al uso y costumbre del cine actual, quizás porque la historia no daba para más.

            Esa es quizás la gran carencia de este film. La idea es muy buena, para mí, genial; pero se queda ahí. Estas todo el tiempo esperando a que pase algo y nunca pasa nada. Estamos ante una narración en la que veremos una concatenación de acciones intrascendentes, como las miles que hacemos nosotros a lo largo del día. Realmente era como en sus propias vidas, nunca pasaba nada. Eso hace que las reuniones sobre crear un nuevo crematorio en el que poder aniquilar a más presos judíos, produzcan un horror que nos ponen en la mente de esos asesinos que estaban convencidos de que, lo importante no era las vidas de la gente, si no la forma en que, con sus muertes, ellos subirían en el escalafón de mando. Eso reproduce esa sensación que tenemos hoy en día de que nada de lo que se hizo en la Alemania Nazi, tuvo sentido moral.

            Además, la inclusión de cosas excéntricamente originales fue, seguramente, lo que cautivo a los jurados que la han nominado. Pero que empiece la película con 3 minutos de un fondo negro con una música me parece un snobismo que la aleja del gran público. Casi todos mis amigos que la han visto les ha parecido soporífera. Y claro, ellos no son críticos de cine, son espectadores y, la película, si no vas buscando detalles y te centras en la historia, aburrir… aburre.

            Creo que la secuencia final, en el museo, resume con brillantez todo lo que quiere contar en este guión. Con el tiempo, en la actualidad, solo nos queda recordar el horror y el sinsentido de lo que fueron los campos de concentración y con esta película queda claro que no lo hicieron locos demenciados, lo hicieron gente normal como usted o como yo; con sus familias y sus vidas cotidianas.

            Otra cosa que destaco es la fotografía. Quizás debería haber estado nominada. No hay grandes recursos que no hayan sido panorámicas y travellings. Como cuando rodamos nuestros cortometrajes. Y, cuando los planos son en el interior de la casa del matrimonio, los picados y contrapicados nos hacen rememorar una visión “voyeurística”, vamos, como si fueran las cámaras de Gran Hermano vigilando todos los movimientos de los habitantes de la casa. Todo con una sensación de vida cotidiana sin alicientes.

            Otra sorpresa agradable fue ver a la esposa del protagonista, interpretada por Sandra Hüller. No la conocía y he tenido que ver dos películas suyas en menos de una semana. Le voy a seguir la pista. En las dos ha estado sobresaliente. No olviden que está nominada al Óscar, este año, por su papel de la sospechosa del asesinato de su marido en “Anatomía de una caída”. En cuanto a Glazer, el director, diré que me encantó el planteamiento disruptivo, pero tiene que adaptarse un poco más a lo que el público entiende y las excentricidades se pagan. Por ejemplo, no entendí la secuencia final.

            Tampoco veo justificada la nominación al Mejor Guion Adaptado. Esta historia está construida a partir de la novela homónima de Martin Amis. En ella se recoge el amor sentido por un oficial nazi por la esposa de su comandante; cosa que no aparece aquí, por ningún lado. Así que, tramposamente, lo que hizo Glazer es tomarle prestada la idea y tergiversarla a su gusto. Y eso, no es de Óscar, amigos.

            Por cierto, como está nominada a la Mejor Película Internacional, compite con la nuestra de J.A. Bayona “La sociedad de la nieve” y no puedo opinar, porque todavía no la he podido ver. Ya me vale.


Más críticas en: https://luisalbertoserrano.wordpress.com/oscars-2024
Escúchala en el pódcast: https://open.spotify.com/episode/7ibtIoDzeCm7fgtxwo1MBW
7
14 de marzo de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que parecen más un ejercicio de estilo que una narración audiovisual. En esta peli pasan pocas cosas. Lo que atrapa nuestra atención no es tanto un hilo de acontecimientos, sino el escenario en que transcurren. Me ha recordado un poco a "La cinta blanca", de Haneke. Hay un horror implícito en la cotidianidad del enemigo atroz, en su indiferencia a la aniquilación de los principios humanos más básicos.
Personalmente no comulgo con el pensamiento tantas veces visto en el cine de que todos los nazis, indistintamente, eran malos y no tenían escrúpulos. Sospecho que la realidad debió ser más compleja y cruel. Que muchos alemanes que ingresaron en las filas nacionalsocialistas se darían cuenta de la barbarie a la que se había llegado (y que no se sospechaba al iniciarse la guerra), que un buen número de ellos desertaría al no querer formar parte de ese delito masivo y descabellado. Que el olor a cadáver quemado, que la tortura, que el odio terminaría por tener efectos devastadores en muchos soldados.
En el apartado técnico, la película es un recital de fotografía, sonido (por el que se ha llevado un Oscar) y montaje
12 de mayo de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La zona de interés” es una película dramática estadounidense-británica-polaca de 2023, escrita y dirigida por Jonathan Glazer, basada libremente en la novela del mismo nombre de Martin Amis. La película está protagonizada por Christian Friedel como Maximilian Aue, un oficial de las SS que se muda a una casa junto al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

Es una película poderosa y perturbadora que ofrece una visión única del Holocausto. La película es particularmente eficaz en su exploración de la banalidad del mal. Aue es un personaje complejo y matizado que es tanto víctima como victimario. Glazer lo retrata con una sutileza y una empatía que lo hacen inquietantemente realista.

La película también es visualmente impresionante. La fotografía de Robbie Ryan es evocadora y sombría, y la música de Mica Levi es inquietante y atmosférica.

A modo de conclusión, decir que “La zona de interés” es una película importante y atemporal que es una valiosa adición al canon cinematográfico sobre el Holocausto. Es imprescindible para cualquiera que esté interesado en el Holocausto o en la exploración de la naturaleza del mal.

Nota: 7,5/10.
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