También la lluvia
2010 

7.1
28,441
Drama
Cochabamba, Bolivia. Año 2000. Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) se han propuesto hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos; a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al modesto presupuesto del que disponen; precisamente por eso elige Bolivia, ... [+]
24 de enero de 2011
24 de enero de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película te atrapa desde el minuto uno. La historia te lleva al pasado y al presente como si el tiempo no hubiéra corrido. Te obliga a pensar, es sensible y dura al mismo tiempo. Cuanto daño hacen y han hecho los invasores que en el mundo han sido. Imperios y multinacionales sin escrúpulos. ¿Será ley de vida?, ¿el grande se come al chico?.
Grandes interprétes. Aparte del trabajo sobresaliente de Luis Tosar y Gael García Bernal sorprenden grátamente Karra Elejalde y el actor y profesor de cine boliviano Juan Carlos Aduviri. En suma, una gran película. Muy entretenida. Gran Icíar Bollaín. Hasta ahora, para mí, su mejor película.
Grandes interprétes. Aparte del trabajo sobresaliente de Luis Tosar y Gael García Bernal sorprenden grátamente Karra Elejalde y el actor y profesor de cine boliviano Juan Carlos Aduviri. En suma, una gran película. Muy entretenida. Gran Icíar Bollaín. Hasta ahora, para mí, su mejor película.
11 de enero de 2011
11 de enero de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me la esperaba buena, pero no tan buena. Icíar Bollaín pasa por los distintos personajes como tocando una melodía que te hace viajar en una montaña rusa de emociones.
Salí del cine pensando ¿cómo narices lo ha hecho?
A pesar de ser una historia coral consigue profundizar en los personajes. Hace que los odies, que los ames, que te parezcan estúpidos o hipócritas y te hace cambiar de opinión sobre ellos.
A pesar de ser una historia que transcurre en tres marcos diferentes (la película, el rodaje y la ciudad) posee una consistencia increíble. Viaja de un marco a otro con una fluidez que pocas veces he visto.
Y encima con un contenido social importante sin resultar pretencioso.
Sin duda han rodado una película dificilísima y les ha quedado genial.
Salí del cine pensando ¿cómo narices lo ha hecho?
A pesar de ser una historia coral consigue profundizar en los personajes. Hace que los odies, que los ames, que te parezcan estúpidos o hipócritas y te hace cambiar de opinión sobre ellos.
A pesar de ser una historia que transcurre en tres marcos diferentes (la película, el rodaje y la ciudad) posee una consistencia increíble. Viaja de un marco a otro con una fluidez que pocas veces he visto.
Y encima con un contenido social importante sin resultar pretencioso.
Sin duda han rodado una película dificilísima y les ha quedado genial.
14 de enero de 2011
14 de enero de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película para el espectador al que el cine político no le disgusta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después de Celda 211, Malamadre sale de la cárcel y ahora es productor de cine en Bolivia.
El persoanje de Costa es el más profundizado en la película, puesto que pasa de ser un hombre ávido de dinero, mejor dicho ahorrar el máximo posible y tener actores dóciles y entregados, a comprender la lucha de los indígenas y solidarizarse con ellos. Cosa que hace que el papel de Luis Tosar parezca la prolongación de Malamadre. "También la lluvia" no es una película fácil, es cine político, de denuncia, que critica la indefensión de los débiles frente a las multinacionales que compran políticos corruptos a los que no les tiembla la mano a la hora de subir los precios de los servicios básicos (¿suena de algo esto, verdad?) el 300%, pese a que la población más desfavorecida no tiene con que vivir.
Por otra parte, "También la lluvia" cuenta cine dentro del cine, los ensayos de los actores antes de rodar, los decorados delante y detrás de la cámara. Y claro la vieja polémica de Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios, en una época en que estos eran pocos menos que seres de segunda.
La habilidad de Bollaín es fusionar las dos realidades para hacer navegar sus personajes por la tensión narrativa del filme. Mientras Costa (Luis Tosar) evoluciona hacia adelante, de la frialdad monetaria del principio hacia tener buenos sentimientos, un poco como Bartolomé de Las Casas; el director (Gael García Bernal) sigue el sentido contrario, del optimismo creativo pasa a la negatividad total al ver que el filme se convierte en una misión imposible por culpa de los acontecimientos políticos (los habitantes de Cochabamba se sublevan contra la multinacional, toman las calles y se enfrentan a la policía) y de la integridad del actor boliviano (Juan Carlos Aduviri) que resulta representar el líder indio del siglo XVI a la vez que es el portavoz incitador a la sublevación en el Cochambamba actual. Arrestado por la policía, el filme no podría acabarse sin él, de manera que Costa sabe que tiene que ir a "untar" al jefe de la policía con 2000 dólares. Lo consigue mediante el pacto que una vez acabado el rodaje la policía volverá a detener al líder para encarcelarlo definitivamente
El remordimiento de conciencia produce el efecto liberador en Costa que rehúsa ante las órdenes del banquero americano que financia la película de abandonar el país, sí o sí.
Costa planta cara. Aunque la desbandada del equipo técnico es casi total, no solo los actores jóvenes españoles acorbadados (Raúl Arévalo...)huyen, también el técnico argentino y la chica mexicana.
Los valientes se quedan:el actor que hace de Colón (Karra Elejalde), grandioso en su papel de borracho de vuelta de todo, es la voz de la conciencia que pese a su estado de permanente embriaguez mantiene en todo momento la lucidez; Costa que se reconcilia con su yo interior; y el director (Gael) sobrepasado por los acontecimientos.
El persoanje de Costa es el más profundizado en la película, puesto que pasa de ser un hombre ávido de dinero, mejor dicho ahorrar el máximo posible y tener actores dóciles y entregados, a comprender la lucha de los indígenas y solidarizarse con ellos. Cosa que hace que el papel de Luis Tosar parezca la prolongación de Malamadre. "También la lluvia" no es una película fácil, es cine político, de denuncia, que critica la indefensión de los débiles frente a las multinacionales que compran políticos corruptos a los que no les tiembla la mano a la hora de subir los precios de los servicios básicos (¿suena de algo esto, verdad?) el 300%, pese a que la población más desfavorecida no tiene con que vivir.
Por otra parte, "También la lluvia" cuenta cine dentro del cine, los ensayos de los actores antes de rodar, los decorados delante y detrás de la cámara. Y claro la vieja polémica de Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios, en una época en que estos eran pocos menos que seres de segunda.
La habilidad de Bollaín es fusionar las dos realidades para hacer navegar sus personajes por la tensión narrativa del filme. Mientras Costa (Luis Tosar) evoluciona hacia adelante, de la frialdad monetaria del principio hacia tener buenos sentimientos, un poco como Bartolomé de Las Casas; el director (Gael García Bernal) sigue el sentido contrario, del optimismo creativo pasa a la negatividad total al ver que el filme se convierte en una misión imposible por culpa de los acontecimientos políticos (los habitantes de Cochabamba se sublevan contra la multinacional, toman las calles y se enfrentan a la policía) y de la integridad del actor boliviano (Juan Carlos Aduviri) que resulta representar el líder indio del siglo XVI a la vez que es el portavoz incitador a la sublevación en el Cochambamba actual. Arrestado por la policía, el filme no podría acabarse sin él, de manera que Costa sabe que tiene que ir a "untar" al jefe de la policía con 2000 dólares. Lo consigue mediante el pacto que una vez acabado el rodaje la policía volverá a detener al líder para encarcelarlo definitivamente
El remordimiento de conciencia produce el efecto liberador en Costa que rehúsa ante las órdenes del banquero americano que financia la película de abandonar el país, sí o sí.
Costa planta cara. Aunque la desbandada del equipo técnico es casi total, no solo los actores jóvenes españoles acorbadados (Raúl Arévalo...)huyen, también el técnico argentino y la chica mexicana.
Los valientes se quedan:el actor que hace de Colón (Karra Elejalde), grandioso en su papel de borracho de vuelta de todo, es la voz de la conciencia que pese a su estado de permanente embriaguez mantiene en todo momento la lucidez; Costa que se reconcilia con su yo interior; y el director (Gael) sobrepasado por los acontecimientos.
17 de enero de 2011
17 de enero de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enorme Icíar Bollaín con el plantemiento de la película y grandes, muy grandes, Lluis, Gael y Karra, al que hacía tiempo que no veía.
"También la lluvia" origina un sentimiento de vergüenza hacia tus antepasados, de todo lo que hicieron en nombre de los reyes y de la religión. Y deja un resquicio a la esperanza, mostrando con toda su crudeza, la explotación y la humillación a la que siguen sometidos los pueblos indígenas, quienes para las autoridades de su propio país ocupan un escalón muy poco por encima de los animales domésticos.
"También la lluvia" origina un sentimiento de vergüenza hacia tus antepasados, de todo lo que hicieron en nombre de los reyes y de la religión. Y deja un resquicio a la esperanza, mostrando con toda su crudeza, la explotación y la humillación a la que siguen sometidos los pueblos indígenas, quienes para las autoridades de su propio país ocupan un escalón muy poco por encima de los animales domésticos.
22 de enero de 2011
22 de enero de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que no ha pasado el tiempo. Los descendientes de los que fueron explotados hace 500 años siguen siéndolo en la actualidad. Las mismas caras, la misma lengua. El paralelismo entre las dos épocas es evidente. En alguna escena todo se funde, como esa en la que unos indios del siglo XVI ayudan a liberar a un compañero detenido... por la policía. Se ha levantado contra el estado de las cosas, de las actuales, pero bien pudiera ser de las pasadas. Icíar Bollaín habla de injusticia, de pobreza, de desesperación y de valiente determinación. La de unas gentes que no tienen nada que perder. Y también de como se puede llegar a abrir los ojos ante lo que en un principio nos parece distante y ajeno, pero que de repente nos envuelve, nos toca de cerca. Es humanidad, solidaridad, apoyo y compromiso con el que padece. Y Luis Tosar nos muestra esta evolución espléndidamente a través de su personaje de Costa. ¿Cómo no coincidir con él? El espectador no puede ser ajeno al conflicto que se le muestra. Como decía fray Antonio Montesinos: ¿Acaso no son hombres? Buena película, en mi opinión, por lo que tiene de denuncia social, por su ritmo, por la expectación que produce la evolución de los acontecimientos y por supuesto, como siempre, por un enorme Luis Tosar.
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