Ví la película "Antes De Partir" y es excelente. Me encantó la película. Una de las mejores actuaciones de Jack Nicholson y Morgan Freeman. Es una genial comedia dramática. Es muy triste y entretenida.
La verdad es un peliculón de 10 puntos.
Muy linda y conmovedora película.

La verdad es que nunca había esperado mucho de esta película, pero ciertas personas me hablaron bastante bien de este film haciendo que me entraran ganas de verla.
La trama nos presenta a dos ancianos que sufren un cáncer terminal y que apenas le dan varios meses de vida. Son dos hombres que no han disfrutado del todo la vida ya que la han dedicado a trabajar, y ahora que ven el final de su camino deciden hacer una lista donde se recogen algunas cosas que quieren hacer antes de morir. Comienza así un viaje que exprime todo lo que le pueden sacar a la vida, haciendo que no haya límite de edad ni salud para poder disfrutar del momento y del día a día.
Rob Reiner es un director que tiene películas muy buenas como "Algunos hombres buenos" o "Cuenta conmigo", y otras que no me gustan mucho como "La princesa prometida" o "Cuando Harry encontró a Sally". Así que es un director del que siempre me puedo esperar cualquier cosa. En esta ocasión su dirección resulta bastante sencilla contando con cierto toque de sensibilidad mezclado con momentos que acaban siendo un poco típicos que hacen que uno intuya bastante el desarrollo.
Y es que la trama cae en muchos aspectos tópicos, dando la sensación un poco de haber visto todo antes. Una trama llena de momentos donde se reflexiona sobre aprovechar el momento y vivir la vida a tope. Un aspecto que ya ha sido bastante trillado en el mundo del cine, y aunque siempre resulta interesante y aquí funciona en algunos momentos; hay que reconocer que resulta muy predecible.
Creo que este el gran fallo de la película. Que aunque distraiga y entretenga; y tenga momentos en los que toca la fibra sensible; hay que reconocer que no innova demasiado.
El director decide optar con dos grandes pesos pesados del mundo del cine para que su historia llegue a buen puerto. Jack Nicholson y Morgan Freeman protagonizan este film realizando un trabajo a la altura de las expectativas. Ambos realizan un soberbio trabajo haciendo que en este aspecto la película sea buena, y el espectador disfrute con los personajes a los que dan vida.
En fin, "Ahora o nunca" es una película que consigue ser curiosa para ver y con la que se pasa un rato agradable. Pero también es una historia que resulta bastante predecible, contando con una historia que cae bastante en ciertos tópicos dando un resultado no tan brillante.

Ni comedia, ni drama. Ni se toma a cachondeo el tema del cáncer (que nadie debería), ni tampoco se recrea en la enfermedad y sus consecuencias para el cuerpo y para el alma (que nadie lo soportaría).
Cuando se acerca la muerte, hay que exprimir la vida, y eso es lo que van a hacer estos dos amiguetes.
El reparto es perfecto. ¿Puede haber un "abuelo" más entrañable y adorable que Morgan Freeman? ¿Y qué mejor actor que Jack Nicholson para hacer de cascarrabias insufrible que oculta un buen corazón sin saberlo?
Pues aquí tenemos a estos dos monstruos de la interpretación juntos. Casi solo por ellos ya hay que verla. La película no sería la misma con otros. Pero la historia también es buena, porque como mínimo nos hace pensar un poquito en la vida.
A pesar de la triste situación, el film es positivo e incluso divertido, gracias al carisma de los presonajes, y como se complementan en cumplir la lista.
Es un canto a la amistad y a la vida muy recomendable, siempre y cuando no se vea con un estado de ánimo demasiado bajo, claro.

Es una película entretenida sobre un tema muy delicado pero que consigue que en algunas partes te consigas sonreír.

Los actores, espectaculares, alucinantes, sin palabras, esta película es lo que es gracias a ellos consiguen llenar la pantalla ya sea llorando, riendo o aburriendo, por que reconozco que en algunos ratos me aburrí bastante pero en el fondo es una película notable por que no llega a ser ni por asomo un peliculón lamentablemente por culpa de la dirección y el guión, por que todo relacionado con el reparto es de 10, esa es la pena que solamente la salve esto.

Por lo demás es una película pasable y más bien recomendada para alquilarla por que es una película entrañable que es para verla con la familia y sobretodo si algún familiar ha pasado por esa horrible enfermedad por que sabrá lo que se sufrió.

AHORA O NUNCA es una película con muy buenas intenciones y con un planteamiento diferente en torno a temas tan delicados como la muerte. No obstante, por culpa de un guión previsible, lleno de tópicos y con situaciones poco creibles desaprovecha un buen punto de partida. Es más, sino fuera por la presencia de estos dos grandes monstruos de la interpretación, sería un título totalmente olvidable y pasaría desapercibido por las carteleras. El gancho fundamental de Ahora o Nunca, no lo olvidemos, son estos actores que bordan unos personajes que tienen mucho de si mismos y que ya les hemos visto interpretar en ocasiones precedentes. El contrapunto de caracteres no puede ser más opuesto. Nicholson es histriónico, egocéntrico, orgulloso, cínico, vividor y socarrón. Por el contrario, Freeman es sabio, contenido, sobrio, generoso, familiar y humilde. Es un prototipo habitual que estos genios dominan a la perfección y es evidente que han disfrutado de lo lindo en la primera ocasión que trabajan juntos. Se nota como la química entre ellos es especial y algunas réplicas en los diálogos son geniales. Se agradece también el tono optimista y vitalista que aligera situaciones tan dramáticas, evitando subrayar la tragedia y el miedo a la muerte. Sin duda, la parte ambientada en el hospital cuando se conocen los protagonistas es lo más logrado porque transmite cierta naturalidad y sencillez a través del día a día de los enfermos, sus inquietudes, rarezas y anécdotas de todo tipo. Después, se da un giro al guión y cuando intentan llevar adelante sus deseos incumplidos antes de morir, hay escenas y secuencias forzadas, nada convincentes, rodadas con ritmo pero de una forma precipitada. A pesar de todo, y aún reconociendo que Rob Reiner no era el director más adecuado con esa tendencia a copiar el estilo de Frank Capra, esta película merece la pena ser vista única y exclusivamente por la presencia de dos actores ya clásicos y opuestos entre sí: Nicholson y Freeman. Hay que quitarse el sombrero con ellos y ¡Qué les quiten lo bailao!.