La invasión de los ladrones de cuerpos
1956 

7.6
17,400
Ciencia ficción. Fantástico. Terror
En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2025
4 de mayo de 2025
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Invasion of the Body Snatchers (1956) es una obra fundamental del cine fantástico que trasciende su modestia presupuestaria para convertirse en una de las alegorías más inquietantes de la historia del cine. Dirigida por Don Siegel y basada en la novela de Jack Finney, la película utiliza con inteligencia los códigos del noir, el thriller paranoico y la ciencia ficción para explorar un miedo muy concreto: la pérdida de identidad en una sociedad que tiende peligrosamente a la uniformidad. Visualmente sobria y narrativamente eficaz, se construye desde el fuera de campo y la insinuación, generando una angustia que crece a medida que la aparente normalidad del entorno empieza a resquebrajarse.
Lo que hace especial a esta película no es sólo su atmósfera opresiva ni su ritmo milimétrico, sino la capacidad para condensar en una historia sencilla una radiografía de la psique colectiva estadounidense en plena Guerra Fría. Como otras cintas de su época, puede leerse como metáfora del miedo al comunismo, al conformismo suburbano o incluso a la represión emocional del modelo americano. Sin embargo, su grandeza está en que esas capas interpretativas no las impone, sino que las sugiere. Es un cine que confía en la inteligencia del espectador. El terror no proviene de criaturas monstruosas, sino del vecino de al lado que parece exactamente igual... pero ya no siente.
Kevin McCarthy, con su progresiva deriva hacia la histeria, encarna al ciudadano común que empieza a dudar de todo lo que le rodea. La película se vale de su transformación interna para arrastrar al espectador a un clímax verdaderamente angustioso. Hay imágenes memorables —la fábrica de vainas en el invernadero, la autopista con coches ignorando su desesperado grito— que siguen siendo eficaces décadas después. Y si bien algunos matices interpretativos pueden parecer hoy rudimentarios, la puesta en escena compensa con creces: sombras expresionistas, uso tenso del espacio, y un tempo narrativo que sabe cuándo acelerar y cuándo dejar al silencio hacer su trabajo.
Más allá de su lectura política o sociológica, Invasion of the Body Snatchers es una oda al cine de ideas. Aquel que, sin necesidad de grandes efectos, logra perturbar al espectador desde lo íntimo. Su influencia se extiende por toda la ciencia ficción posterior —de Alien a The Thing, pasando por The Stepford Wives— y sus múltiples remakes dan cuenta de su vigencia. Pero ninguna versión ha igualado la elegancia seca y la precisión narrativa del original. Es una película que solo hace que mejorar con el paso del tiempo.
Lo que hace especial a esta película no es sólo su atmósfera opresiva ni su ritmo milimétrico, sino la capacidad para condensar en una historia sencilla una radiografía de la psique colectiva estadounidense en plena Guerra Fría. Como otras cintas de su época, puede leerse como metáfora del miedo al comunismo, al conformismo suburbano o incluso a la represión emocional del modelo americano. Sin embargo, su grandeza está en que esas capas interpretativas no las impone, sino que las sugiere. Es un cine que confía en la inteligencia del espectador. El terror no proviene de criaturas monstruosas, sino del vecino de al lado que parece exactamente igual... pero ya no siente.
Kevin McCarthy, con su progresiva deriva hacia la histeria, encarna al ciudadano común que empieza a dudar de todo lo que le rodea. La película se vale de su transformación interna para arrastrar al espectador a un clímax verdaderamente angustioso. Hay imágenes memorables —la fábrica de vainas en el invernadero, la autopista con coches ignorando su desesperado grito— que siguen siendo eficaces décadas después. Y si bien algunos matices interpretativos pueden parecer hoy rudimentarios, la puesta en escena compensa con creces: sombras expresionistas, uso tenso del espacio, y un tempo narrativo que sabe cuándo acelerar y cuándo dejar al silencio hacer su trabajo.
Más allá de su lectura política o sociológica, Invasion of the Body Snatchers es una oda al cine de ideas. Aquel que, sin necesidad de grandes efectos, logra perturbar al espectador desde lo íntimo. Su influencia se extiende por toda la ciencia ficción posterior —de Alien a The Thing, pasando por The Stepford Wives— y sus múltiples remakes dan cuenta de su vigencia. Pero ninguna versión ha igualado la elegancia seca y la precisión narrativa del original. Es una película que solo hace que mejorar con el paso del tiempo.
20 de abril de 2014
20 de abril de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argumento:
En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos. (FILMAFFINITY)
Juicio:
Es más fácil que su remake te guste más y es evidente que ha pasado un poco (por decir algo) el tiempo por ella. Pero "La invasión de los ladrones de cuerpos" es un estimable y entretenido clásico que merece la pena revisionar tanto por las urgencias morales y sociales que retiene de su época, como por sus habilidades y referentes para el futuro. Al menos para mí, no es tampoco una joya atemporal o un prodigio dentro de su género.
En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos. (FILMAFFINITY)
Juicio:
Es más fácil que su remake te guste más y es evidente que ha pasado un poco (por decir algo) el tiempo por ella. Pero "La invasión de los ladrones de cuerpos" es un estimable y entretenido clásico que merece la pena revisionar tanto por las urgencias morales y sociales que retiene de su época, como por sus habilidades y referentes para el futuro. Al menos para mí, no es tampoco una joya atemporal o un prodigio dentro de su género.
7 de junio de 2021
7 de junio de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Hay algo más aterrador que te roben el cuerpo?
Clásico de serie B para la denuncia política de la paranoia anticomunista de los años 50 en EEUU.
Don Siegel, lo mismo dirigía cine negro, del oeste o una de terror.
Una película simple en medios que consiguió buenas críticas desde su estreno.
Con un poco de imaginación suple la falta de medios de hacer algo más espectacular, pues prácticamente no hay ni un solo efecto especial en toda la película.
Retrata con perfección el miedo colectivo de ser "contagiado" por el enemigo puede estar entre nosotros.
El origen del mal no se presenta como una fuerza exterior contra la que se ha de luchar, sino como un enemigo que se infiltra en la sociedad, la domina y la maneja con sigilo e impunidad. Una demostración brillante de eficacia narrativa.
Lo mejor: Actores y ambientación.
Lo peor: Son un poco pardillos los protagonistas.
Clásico de serie B para la denuncia política de la paranoia anticomunista de los años 50 en EEUU.
Don Siegel, lo mismo dirigía cine negro, del oeste o una de terror.
Una película simple en medios que consiguió buenas críticas desde su estreno.
Con un poco de imaginación suple la falta de medios de hacer algo más espectacular, pues prácticamente no hay ni un solo efecto especial en toda la película.
Retrata con perfección el miedo colectivo de ser "contagiado" por el enemigo puede estar entre nosotros.
El origen del mal no se presenta como una fuerza exterior contra la que se ha de luchar, sino como un enemigo que se infiltra en la sociedad, la domina y la maneja con sigilo e impunidad. Una demostración brillante de eficacia narrativa.
Lo mejor: Actores y ambientación.
Lo peor: Son un poco pardillos los protagonistas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los planos finales del personaje principal, desquiciado, mirando a la cámara y grita "tú serás el siguiente"; como final y como mensaje es un gran final.
22 de diciembre de 2013
22 de diciembre de 2013
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su época resultó totalmente original, se empezaban a poner de moda las películas de alienígenas, está bien desarrollada y tiene tensión. Se le encasilló en cine de terror, pero hoy se la consideraría más un thriller.
9 de diciembre de 2010
9 de diciembre de 2010
21 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata temas tan duros como la represión socio-política y la corrupción en los altos mandos y es muy admirable que alguien se atreviese a llevar a la gran pantalla una adaptación de la obra literaria de Jack Finney, pero voy a ser claro: esto es cine.
En lo que a mí se refiere, busco en una película el placer que traen consigo un buen guión, una buena dirección, una bonita fotografía o unas actuaciones que me hagan creer en lo que estoy viendo. Y la verdad, aquí no me encuentro nada de eso.
Mi enhorabuena al cámara porque es de lo poco que se salva. Mantiene los planos firmes y se mueve con soltura, aunque para su desgracia, muchas veces toma el peor camino, haciendo caso a las órdenes del señor Siegel. El director, la verdad, es que no sé lo que pretende. Asustar, inquietar, iluminar al mundo o simplemente subirse al lema "Juntos por una buena causa", pero a mi la verdad es que me deja con una cara de gilipollas cuando termino de verla que ni Ed Wood. Teniendo en cuenta que el guión es una de las mayores basuras que he tenido ante mis narices, le daría a Siegel el beneficio de la duda en cuanto a su trabajo en esta película (no hablo de sus otras obras y no dudo de su capacidad cinematográfica), pero es que el tipo se empeña en que una película que no llega a la hora y media se te haga eterna. Y lo peor de todo es que se te hace interminable una historia que un niño de cinco años te puede resumir en diez minutos sin dejarse nada. Igual la caga tanto porque no sabía que estaba haciendo una película con tintes políticos.
La primera media hora es pasable. "Interesante", pensaba mientras daba comienzo la película y llegaba el primer giro. Luego, llegado un punto, el castillo comienza a derrumbarse a gran velocidad, de modo que pasas del interés al hastío casi sin darte cuenta. Cuando los fallos en la trama se cubren con calidad, se convierten en meros detalles, pero cuando se toma al espectador por tonto, pasan a ser cagadas.
Luego leo en una crítica a alguien que dice que "si da para tres remakes será por algo". Tócate los huevos Manolete. Entonces Casablanca debe de ser una mierda como un piano, porque de momento no tiene remake (y esperemos que si algún día se hace no sea a través de la disparatada idea de Madonna)
Se puede utilizar el cine para "salir" de una dura opresión y para expresarse libremente, y es algo muy de admirar, pero de ahí a que sea la hostia la película solo por tener crítica social... Por esa regla de tres, 'Jarabe de palo' es el mejor grupo actual y Tim Allen es el tipo más altruista del mundo por hacer películas de Santa Claus, criticando que la magia de la navidad se está perdiendo.
Resumiendo que es gerundio: admirable crítica social, mala película. Y si, se puede hacer todo junto y hacerlo bien. ¿Las uvas de la ira? ¿La ley del silencio? ¿Matrix? ¿Cualquiera de zombis?
En lo que a mí se refiere, busco en una película el placer que traen consigo un buen guión, una buena dirección, una bonita fotografía o unas actuaciones que me hagan creer en lo que estoy viendo. Y la verdad, aquí no me encuentro nada de eso.
Mi enhorabuena al cámara porque es de lo poco que se salva. Mantiene los planos firmes y se mueve con soltura, aunque para su desgracia, muchas veces toma el peor camino, haciendo caso a las órdenes del señor Siegel. El director, la verdad, es que no sé lo que pretende. Asustar, inquietar, iluminar al mundo o simplemente subirse al lema "Juntos por una buena causa", pero a mi la verdad es que me deja con una cara de gilipollas cuando termino de verla que ni Ed Wood. Teniendo en cuenta que el guión es una de las mayores basuras que he tenido ante mis narices, le daría a Siegel el beneficio de la duda en cuanto a su trabajo en esta película (no hablo de sus otras obras y no dudo de su capacidad cinematográfica), pero es que el tipo se empeña en que una película que no llega a la hora y media se te haga eterna. Y lo peor de todo es que se te hace interminable una historia que un niño de cinco años te puede resumir en diez minutos sin dejarse nada. Igual la caga tanto porque no sabía que estaba haciendo una película con tintes políticos.
La primera media hora es pasable. "Interesante", pensaba mientras daba comienzo la película y llegaba el primer giro. Luego, llegado un punto, el castillo comienza a derrumbarse a gran velocidad, de modo que pasas del interés al hastío casi sin darte cuenta. Cuando los fallos en la trama se cubren con calidad, se convierten en meros detalles, pero cuando se toma al espectador por tonto, pasan a ser cagadas.
Luego leo en una crítica a alguien que dice que "si da para tres remakes será por algo". Tócate los huevos Manolete. Entonces Casablanca debe de ser una mierda como un piano, porque de momento no tiene remake (y esperemos que si algún día se hace no sea a través de la disparatada idea de Madonna)
Se puede utilizar el cine para "salir" de una dura opresión y para expresarse libremente, y es algo muy de admirar, pero de ahí a que sea la hostia la película solo por tener crítica social... Por esa regla de tres, 'Jarabe de palo' es el mejor grupo actual y Tim Allen es el tipo más altruista del mundo por hacer películas de Santa Claus, criticando que la magia de la navidad se está perdiendo.
Resumiendo que es gerundio: admirable crítica social, mala película. Y si, se puede hacer todo junto y hacerlo bien. ¿Las uvas de la ira? ¿La ley del silencio? ¿Matrix? ¿Cualquiera de zombis?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Solo sienten emociones colectivas, pero digo yo que alguno sería el primero en pensar en el colectivo, ¿no? ¿No significa eso que el total se forma a partir de la individualidad? Y si el primer individuo pensó, ¿no sería lógico que acabaran pensando todos? Ups...
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