Gestos, movimientos, imagenes, miradas... No hacen falta palabras para hacer una gran película... "Hierro 3", un buen ejemplo.
Para mi gusto, Lee y Jae hacen geniales interpretaciones.
La recomendaria a todos los que busquen algo un poco diferente a lo que estamos acostumbrados.
Suave, curiosa, completa.
Precioso final.
¡Gracias Kim Ki-Duk!

Yo, admirador incansable de ese realismo mágico que transmiten artistas como Kusturica o Jeunet, o en otro mundo, el grandioso García Márquez, quedé maravillado con esta gran película de un director desconocido para mí del que jamás olvidaré su nombre. Se trata, simplemente, de una historia original, bonita, sencilla. No hacen falta palabras para decir ni versos para hacer poesía. Hace falta talento, y un alma. Ese es el problema del cine, y del mundo en general: la carencia de almas. Este coreano, demuestra tener una, al menos respecto al arte, y demuestra saber plasmarla en una película en la que critica temas actuales como el maltrato sin caer en lo sentimentaloide, o en otros tan necesarios como los sueños, básicos para vivir, sin caer en lo facil. Preciosa historia de amor, de sueños, de caricias con la cámara, de poesía. Gran película, de las que te hacen sonreír durante horas.

Es imposible no disfrutar viendo esta película. Como bien dicen y se puede confirmar al ver este film, una imagen vale más que mil palabras... Estoy encantada con la suma delicadeza con la que se desenvuelve la trama.
En mi opinión es una película imprescindible para todos los amantes del cine.

Pues van 2 anormales y se enamoran. Como no hablan y va todo de miradas, queda muy lírico y fisno. Él arregla cosas, que puede ser una alegoría de algo o que tiene un TOC, pero vamos, que me la pela. También le va el golf, que es lo que le da el título a la cosa. Está muy bien contada, y se nota que el director es muy sensible y tal, pero todo esto me pilla muy mayor. Me creo más una peli de Marvel dirigida por Almodóvar. Si te gusta el cine de miradas con canciones moras, la recomiendo.

Singular episodio de amor sin palabras pero que a pesar de todo entretiene y mucho, su director Kim Ki-duk (“Primavera, Verano, Otoño ... y Primavera”) desarrolla con verdadera delicadeza visual una historia con un fuerte trasfondo social en la que los sentimientos se transmiten sin utilizar el lenguaje, cada mirada y cada gesto es un paso hacia adelante en la historia, las imágenes se convierten en las verdaderas protagonistas, sobre ellas recae el peso del argumento y cada plano adquiriere una importancia máxima. Como espectador, la originalidad de la cinta te atrapa progresivamente, no hay nada previsible en su desarrollo que alcanza su cenit en un final metafórico e inteligente.