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Un día de furia

Drama En Los Ángeles, durante una jornada especialmente agobiante a causa del calor y del colapso del tráfico, de repente, un ciudadano normal se rebela de manera violenta y destructiva contra todo lo que lo rodea. Bill Foster (Michael Douglas) no es más que un hombre corriente que supera como puede las frustraciones de cada día y que lo único que quiere es regresar a casa. Un oficial del departamento de policía (Robert Duvall) intentará ... [+]
Críticas 128
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7
28 de febrero de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Un día de furia" (1993) es, con seguridad, una de las películas más representativas del mundo en el que muchos viven. Una cinta estrenada en la época posterior al (y heredera del) Reaganismo (Clinton ganó ese mismo año), que reflejó con precisión el sentir de muchos en una sociedad, la estadounidense, que, treinta años después, es la misma en todas las mínimamente desarrolladas, orientales incluidas.

La historia nos confronta con su protagonista y su existencia basada en el sometimiento y la esclavitud voluntaria. Una vida, la de un estadounidense de clase media, idealizada desde la infancia e incentivada por cada pieza que la compone, dominada por una existencia huera, falta de sentido y regida por principios absurdos.

Como bien apunta otro comentarista, William Foster, su protagonista, no es un mindundi con un enorme enfado ocasional; es un ingeniero denodado que, durante gran parte de su vida laboral, ha trabajado para un contratista militar. Desde pequeño ha seguido las normas de la sociedad, ha sido un buen ciudadano, ha estudiado, ha trabajado duro, se ha casado y ha consumido como dictan las reglas sociales. Ha seguido cada norma sin rebelarse ni chistar en voz alta. Y todo, ¿para qué?

Porque el personaje de Douglas, en su cuarentena, está harto. Se ve despedido, divorciado, sin derecho a acercarse a su retoño, y se siente un peón más, un mero número, en un sistema que ha perdido cualquier humanidad, porque lo único que importa es producir y consumir. Una situación que se desboca cuando, por causa de una colección de incidentes triviales, cae la última gota. La que hace, no que el vaso bose, sino que la presa reviente.

Es en ese instante cuando Foster estalla. Se ha hartado de una vida futil en donde nada compensa; en donde su única existencia la ha dedicado a trabajar, a aguantar, a resistir idioteces; en donde los justos son maltratados y los sinvergüenzas premiados; en donde es obligatorio probar que no se necesita dinero para que a uno se lo quieran prestar. Foster se descubre así atrapado, sin familia, sin ni siquiera derecho a ver a su hija, aunque sí obligado a mantenerla. Un hombre ya perdido en la vida que, tras haber respetado las reglas, descubre que éstas son cadenas.

Foster no es, además, ningún beato porque, lejos de presentárscenos como una víctima inmaculada, es descrito como un tipo con defectos, los cuales quedan plasmados en la orden de alejamiento de su exmujer. Justo a ojos de un juez, pero no así a los suyos, quien seguramente está cansado de ser la persona de la que todos se aprovechan: el Estado, su exmujer, su antigua empresa, y hasta la sociedad que ya ni se molesta en tratar con consideración y humanidad a sus miembros.

"Un día de furia" es un buen alegato contempóraneo contra la sociedad actual. Uno en donde incluso los mejor posicionados laboralmente no dejan de ser más que números a ojos de los gobiernos. Los mismos que han permitido toda clase de injusticias, a veces incluso tolerando a los más olvidados actuar como sinvergüenzas. Una sociedad egoista de mentiras, de apariencias, de conformismo, de gente adocenada por las herramientas del momento.

Estamos ante una película tremendamente personal, en tanto que cada cual le encuentra las lecturas que mejor le parecen, y en la que casi todos los espectadores buscarán compararse para concluir si se identifican con los males del protagonista o no. Una característica que da mucho juego, tanto entre quienes la defienden como entre quienes la repudian pues, al final, será la experiencia de todos y cada uno de nosotros la que dicte sentencia.

En resumen, no está entre lo mejor del cine, pero no pasa desapercibida. Quizás peque de simple, pero no se le puede negar un punto de razón. Lo más triste es que, lo que hace treinta años parecía una ficción exagerada, hoy pocos se atreverían a tildarla como tal.
7
3 de agosto de 2007 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién no ha fantaseado alguna vez con huir de un atasco y de la vorágine de la ciudad llevándose a todo lo que se pase por delante? Vivimos en un mundo despiadado y nuestro amigo no pudo contenerse. No seamos puritanos; es lo que todo el mundo querríamos hacer pero no nos atrevemos por el "qué dirán". El protagonista es un buen hombre que un día decide dejar de fingir y dar al mundo lo mismo que él ha recibido desde pequeño: palos.
6
27 de diciembre de 2009 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el relato sucede durante una tarde. William Foster (Michael Douglas) quiere volver a casa para llegar a tiempo al cumpleaños de su hija... pero durante el camino se encuentra con las típicas trabas de la metrópoli actual.

Es cierto que la película tiene un ritmo lento y que, salvo esos pequeños momentos que nos regala con los que todo ser que vive en una urbe se identifica, no nos da nada más. Pero esos cómplices momentos merecen la pena. Esta es una película que gustará a aquellos que:

- Solo tienen un billete de 10€ para montar en autobús y el conductor del autobús les echa porque no acepta billetes de gran tamaño... y se resignan maldiciendo en silencio a la burocracia.

- Les hacen rellenar formularios burocráticos que luego no sirven para nada.

- Cuando van a una heladería y quieren un helado de nata con chocolate, odian tener que hacer el ridículo ponunciando Stracciatella y desearían decir "¿que narices es eso? ¡solo quiero un puñetero helado de nata con chocolate, ¿es que no se puede poner en nuestro idioma?"... pero no dicen nada y hacen el ridículo finalmente.

- Echan pestes sobre las obras que no sirven para nada útil en la ciudad, son retrasadas, y solo se hacen para justificar la inversión. O para aquellos madrileños que pasaban todos los días por "Sol" durante 5 años y vieron a los obreros de fomento comerse los mocos mientras sorteaban resignados con paciencia socavones.

- Cuando van a un burger y les preguntan que clase de salsa quieren enumerando una larga lista, les dan ganas de decir "¡solo quiero una pu-- hamburgesa!"

- Cuando se despiertan porque una moto pasa atronando por la calle a las 4 de la mañana tocando el claxon, y piensan porque narices les gustan a los moteros las motos ruidosas aparte de para fardar egoistamente si hay motos solenciosas igual de buenas...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... Si es usted uno de estos tipos pero es equilibrado, tiene consideración por la sociedad y se aguanta ante las incomodidades de la ciudad, vea "Un día de furia". Cada vez que pase por una calle cortada por un socavón que la tiene bloqueada (y no sabe realmente en que consiste la obra)... no podrá evitar imaginarse la escena de la película donde Michael Douglas, rifle en mano, arremete contra los obreros.

Por supuesto lo del personaje de Douglas es exagerado porque además es propenso a la violencia y algo perturbado. Pero hay que reconocer que los momentos de tensión previos que vive son compartidos por todos, y sus reacciones no dejan de tener cierta metáfora. Todos nos sentimos como su protagonista, la diferencia es que él saca su furia de manera violenta y nosotros tenemos crisis de ansiedad.

Es una buena película de desahogo con la que me alegro al ver que mi límite aun no ha llegado al extremo de convertirme en un ser perturbado que va por ahi con una escopeta. Yo, tras la incómoda jornada diaria, vuelvo a casa, me pongo a ver "Un día de furia" y me desahogo: veo a su protagonista tomar un desayuno fuera del horario permitido en una burger, salir de su coche en pleno atasco y abandonarlo... y todo sin mover un pie del sofa y sin hacer daño a nadie. Así es el cine.

Insisto en que es una película de ritmo lento y su trama global tampoco es excesivamente buena... pero esas pequeñas escenas y ese Michael Douglas con furia contenida, la cara sudada y la vena de la frente hinchada lo dice todo. Además los secundarios que lo acompañan están muy bien.

Lo mejor: Todas las escenas en la que el personaje de Douglas se revela contra la sociedad urbanizada.
Lo peor: Su lentitud en algunos puntos.
7
26 de septiembre de 2006 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que la película está bien, y cuenta sin grandes alardes una historia concreta; quizá a veces cae en tópicos (ambiente entre policías, bandas callejeras, etc). A mi al menos me resultó bastante creible, pues es una situación en la que puede llegar a encontrarse alguien. Un hombre al que han echado del trabajo y que está divorciado (con orden de alejamiento respecto a su hija), se encuentra en un atasco y llega a tal grado de agobio que decide tomar una decisión y bajarse del coche. Y así transcurre su día, en el que yo creo que por azar, una situación o un desencuentro le va llevando a otro, lo que degenera en una espiral de violencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Creo que la idea de Bill era ir a ver a su hija el día de su cumpleaños, pero no pensaba hacer lo que al final estuvo a punto de llevar a cabo. Fue a través de los encuentros como fue recabando armas cada vez más peligrosas, y llegando a un grado de violencia también creciente. Recordemos que al coreano no le toca, aunque sí sus productos. Al siguiente le golpea con el bate en un brazo. Al siguiente le dispara en la pierna, y finalmente mata al vendedor de armas. He de reconocer que, pese a la tragedia, algunas escenas me resultaron divertidas (como la de la hamburguesería o la de la tienda del coreano).
8
10 de noviembre de 2008 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, comienzo esta crítica con el título...el sueño de muchos. No quiero decir que muchos soñemos con coger un arma y salir a la calle a liarnos a tiros con todo el mundo. Sino que todos soñamos con ese día en el que nos echamos la manta a la cabeza y pasamos de todo y de todos y hacemos lo que nos venga en gana, aunque no sea lo politicamente correcto.
¿ Cuántos de nosotros no hemos soñado con sacarnos la lotería y mandar al jefe a tomar por saco ? ¿ o ir al banco y decirle al director que nos negó el préstamo que nos vamos a otro banco ?

Pues esto es lo que me viene a la cabeza cada vez que disfruto de esta maravillosa película. El comienzo es perfecto en su puesta en escena, un colapsus automovilístico de narices, ruidos por todas partes ( bocinas, insultos, música, niños gritando ), pleno mes de agosto con un calor asfixiante y encima...la mosca cojonera. Pues que hace el tipo, coge su maletín y deja el coche allí...tal cual. Me marcho a casa, dice el nota.

Esto da comienzo a un día loco, lleno de anécdotas que ni en su peor sueño imaginaría el protagonista. ( ver spoiler 1 )
Con el paso de los minutos iremos entendiendo el comportamiento psicópata de este hombre y que es lo que lo ha llevado a actuar de esta forma. ( ver spoiler 2 )

Michael Douglas encarna una de sus interpretaciones más memorables, con ese pelo cortado a lo cepillo y esa pinta de oficinista, nos sorprenderá llevando a cabo acciones que ninguno de nosotros podría imaginar al comienzo del film.

Me encanta poder disfrutar siempre de Robert Duvall, es un placer para mis ojos. El poli que se encuentra en el último día de trabajo y resulta que se ve envuelto en varias historias rocambolescas que tienen un mismo denominador común...un hombre con camisa blanca y corbata.

Recomendadísima para pasar un rato en tensión sobre como puede actuar un hombre normal y corriente cuando pierde la cabeza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
( spoiler 1 )

1. Todo lo saca de quicio, monta la de Dios en el supermercado porque no le daba cambio de 50 centavos. Analizas la escena y había 1000 formas de obtener el cambio sin cargarse el super.
2. Se encuentra con dos miembros de la banda a los cuales apalea. Al final te das cuenta que en el maletín solo había comida, sin embargo, se niega a entregarlo poniendo su vida en peligro.
3. La escena donde lo tirotean en la cabina de teléfono es irreal, le dan a todos...menos a él. Y además le pega un tiro en la pierna a un pandillero sin venir a cuenta. No estaba en peligro ya.
4. La que lía en la hamburguesería por no servirle un desayuno. Ya aquí te comienzas a imaginar el final. Este acaba frito.
5. En la tienda con el loco, se lo carga a sangre fría. Podía haberlo evitado nuevamente, ya todo le daba igual.

( spoiler 2 )

Cuando visitan a la madre te das cuenta de que vida lleva, con una señora desconfiada y solitaria en contra de su nuera y culpándola por la separación. El hace más de un mes que fue despedido, sin embargo, continúa saliendo de casa a la misma hora. No tiene a su familia y menos aún a su hija. Lo ha perdido todo y lo quiere recuperar cueste lo que cueste. Tristemente es su vida lo que pierde.
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