El audaz
8.2
31,985
Drama
Eddie Felson (Newman) es un joven arrogante y amoral que frecuenta con éxito las salas de billar. Decidido a ser proclamado el mejor, busca al Gordo de Minnesota (Gleason), un legendario campeón de billar. Cuando, por fin, consigue enfrentarse con él, su falta de seguridad le hace fracasar. El amor de una solitaria mujer (Laurie) podría ayudarlo a abandonar esa clase de vida, pero Eddie no descansará hasta vencer al campeón sin ... [+]
22 de julio de 2010
22 de julio de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los títulos emblemáticos en la filmografía de Paul Newman, donde encarna a Eddie Felson, jugador profesional de billar, en esta amarga y ácida visión sobre el éxito y del precio que a veces hay que pagar para conseguirlo. En esta visión tan particular, se nos muestra el éxito y el fracaso como caras de una misma moneda y de lo sencillo que puede resultar traspasar esa sutil linea que los separa.
Película con 9 nominaciones a los oscars, de los que finalmente solo llegó a obtener 2 de ellos. Aunque Paul Newman estuvo también nominado, no lo recibió en aquella ocasión y tuvo que esperar 25 años más para "dar vida" de nuevo a Eddie Felson, curiosamente, en El color del dinero de Scorsese para llevarse tan preciado galardón. Posteriormente obtendría dos oscars más, de caracter honorífico.
Por su cuidada fotografía en blanco y negro, su buen guión y puesta en escena y por la calidad en la interpretación de todos sus personajes, hacen que ésta sea una película que merezca la pena revisar.
Que la disfruteis.
Película con 9 nominaciones a los oscars, de los que finalmente solo llegó a obtener 2 de ellos. Aunque Paul Newman estuvo también nominado, no lo recibió en aquella ocasión y tuvo que esperar 25 años más para "dar vida" de nuevo a Eddie Felson, curiosamente, en El color del dinero de Scorsese para llevarse tan preciado galardón. Posteriormente obtendría dos oscars más, de caracter honorífico.
Por su cuidada fotografía en blanco y negro, su buen guión y puesta en escena y por la calidad en la interpretación de todos sus personajes, hacen que ésta sea una película que merezca la pena revisar.
Que la disfruteis.
28 de agosto de 2010
28 de agosto de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda una película que va más allá del billar, la historia base está centrada en el juego pero el juego del billar representará el juego de la vida.
Una película simplemente genial a pesar de que se centre en un tema triste pero real, las miserias humanas.
Partimos de la idea de que es una película que ha marcado la vida de muchos cinéfilos y en mi caso es una película que me ha hecho reflexionar y mucho.
Cuando termino de ver una película y vuelvo a ver algunas partes de ésta es porque esta película encierra un fondo y en este caso un gran fondo humano.
El billar es la base de esta historia que habla de los ganadores y perdedores pero no en el juego sino en la vida.
La película describe las miserias humanas, cada personaje representará un lado del alma y sus miserias, miserias encerradas en el alcohol, el dinero, la soledad, el vicio, el juego, todo aquello que hace al hombre menos persona.
Pero no todo es malo y triste en esta película también se habla de amor, el amor como el motor de la ilusión, de como dos seres perdidos en la vida se unen para apoyarse el uno al otro, de la necesidad del amor y cariño que ambos sienten aunque no sea necesario decirlo, se plasma y se siente.
Un amor muy especial es el que ambos personajes sienten.
Piper Laurie se come la pantalla con esa mirada tan triste y desolada marcada por una infancia bastante dramática, una mujer en busca de amor, de amar y se amada.
Paul...qué se puede decir de él, se come a bocados el personaje, resulta tan real y creíble que su mirada y sonrisa desaparecerán al final de la película y con ello el último suspiro de alegría de esta película.
El juego representará el juego de la vida, de como es necesario ser machacado y marcado por la vida para poder tener “carácter” de como la inocencia se pierde cuando la vida te saca el 75% de tu partido.
La película es una profunda reflexión sobre las miserias humanas.
Una inteligente dirección retrata el alma de estos personajes, la ambientación, la poderosa y peculiar fotografía, la música, los escenarios, todo es un conjunto perfecto para adentrarse en el alma de estos personajes, a cual de ellos mejor descritos y dirigidos.
Una película simplemente genial a pesar de que se centre en un tema triste pero real, las miserias humanas.
Partimos de la idea de que es una película que ha marcado la vida de muchos cinéfilos y en mi caso es una película que me ha hecho reflexionar y mucho.
Cuando termino de ver una película y vuelvo a ver algunas partes de ésta es porque esta película encierra un fondo y en este caso un gran fondo humano.
El billar es la base de esta historia que habla de los ganadores y perdedores pero no en el juego sino en la vida.
La película describe las miserias humanas, cada personaje representará un lado del alma y sus miserias, miserias encerradas en el alcohol, el dinero, la soledad, el vicio, el juego, todo aquello que hace al hombre menos persona.
Pero no todo es malo y triste en esta película también se habla de amor, el amor como el motor de la ilusión, de como dos seres perdidos en la vida se unen para apoyarse el uno al otro, de la necesidad del amor y cariño que ambos sienten aunque no sea necesario decirlo, se plasma y se siente.
Un amor muy especial es el que ambos personajes sienten.
Piper Laurie se come la pantalla con esa mirada tan triste y desolada marcada por una infancia bastante dramática, una mujer en busca de amor, de amar y se amada.
Paul...qué se puede decir de él, se come a bocados el personaje, resulta tan real y creíble que su mirada y sonrisa desaparecerán al final de la película y con ello el último suspiro de alegría de esta película.
El juego representará el juego de la vida, de como es necesario ser machacado y marcado por la vida para poder tener “carácter” de como la inocencia se pierde cuando la vida te saca el 75% de tu partido.
La película es una profunda reflexión sobre las miserias humanas.
Una inteligente dirección retrata el alma de estos personajes, la ambientación, la poderosa y peculiar fotografía, la música, los escenarios, todo es un conjunto perfecto para adentrarse en el alma de estos personajes, a cual de ellos mejor descritos y dirigidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las actuaciones son prodigiosas y se debe a la gran mano de un peculiar director.
Con un comienzo brutal, Rossen nos adentra en el mundo del billar para dirigir su historia hacia lados más profundos, el amor y sus cadenas.
Después de haberla visto una vez y algo más, considero necesario verla muchas más veces, seguro que cada vez que la vea descubriré nuevas cosas y me ayudará más a la reflexión.
El buscavidas me ha hecho recordar a la película del año 49, El Manantial, la cual parte de la base de la arquitectura para analizar la integridad humana.
Al igual que en el Buscavidas se analizan personajes y sus miserias y las dos películas coinciden en la misma cosa, el deseo del fracasado de hacer fracasar al hombre con ilusión y alma, la necesidad de moverlo a su antojo, la idea de machacar al hombre con espíritu porque en ellos todo ha muerto y solamente desean que todo lo de su alrededor también muera.
De esto se habla, del alma humana, del alma humana muerta y sin ilusión; el amor será el motor que dará la vida, el dinero el camino de matarla.
Con un final prodigioso, Newman pone fin a esta historia con un hombre que tiene carácter, y mucho, desgraciadamente de que manera se tiene que aprender en la vida.
La única cosa que no entiendo bien es la necesidad del suicidio, es necesario un suicidio pero está un poco mal encaminada la historia para llegar hacia este punto pero intentaré con el tiempo digerirlo y entenderlo.
Quizás una de las frases que más me han marcado ha sido cuando dice que no solamente es importante el talento en la vida sino el carácter, pero a que precio se tiene carácter en esta vida...
Una obra que iré revisando con el tiempo pues hay mucho jugo en este partido.
Con un comienzo brutal, Rossen nos adentra en el mundo del billar para dirigir su historia hacia lados más profundos, el amor y sus cadenas.
Después de haberla visto una vez y algo más, considero necesario verla muchas más veces, seguro que cada vez que la vea descubriré nuevas cosas y me ayudará más a la reflexión.
El buscavidas me ha hecho recordar a la película del año 49, El Manantial, la cual parte de la base de la arquitectura para analizar la integridad humana.
Al igual que en el Buscavidas se analizan personajes y sus miserias y las dos películas coinciden en la misma cosa, el deseo del fracasado de hacer fracasar al hombre con ilusión y alma, la necesidad de moverlo a su antojo, la idea de machacar al hombre con espíritu porque en ellos todo ha muerto y solamente desean que todo lo de su alrededor también muera.
De esto se habla, del alma humana, del alma humana muerta y sin ilusión; el amor será el motor que dará la vida, el dinero el camino de matarla.
Con un final prodigioso, Newman pone fin a esta historia con un hombre que tiene carácter, y mucho, desgraciadamente de que manera se tiene que aprender en la vida.
La única cosa que no entiendo bien es la necesidad del suicidio, es necesario un suicidio pero está un poco mal encaminada la historia para llegar hacia este punto pero intentaré con el tiempo digerirlo y entenderlo.
Quizás una de las frases que más me han marcado ha sido cuando dice que no solamente es importante el talento en la vida sino el carácter, pero a que precio se tiene carácter en esta vida...
Una obra que iré revisando con el tiempo pues hay mucho jugo en este partido.
4 de febrero de 2011
4 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
-"Has nacido para perder"-... Siempre recordaré esta excepcional película por esta frase, frase que marcó mi idilio con el séptimo arte y que, de una u otra manera, dejó una fuerte huella en mi persona, al fin y al cabo, el cine es comunicación. -"Has nacido para perder"-, vuelve a resonar como un eco que sacude mi cabeza... ¿puede existir afirmación más demoledora dirigida a una persona?. En mi modesta opinión, son estas palabras las que definen perfectamente la esencia de la película.
Eddie Felson es un extraordinario jugador de billar, ostenta un don innato y único para este juego, confía ciegamente en su talento, desprecia y se burla del resto de jugadores, pero esta vanidad le hace cometer un craso error: creer que es el único aliado de la victoria, y esa creencia que él considera absoluta, no lo es, lo que le hace sucumbir ante El Gordo de Minnessota, éste no es tan guapo y apuesto, carece de su porte y elegancia, pero... también es diestro en el juego y es acreedor de una cualidad que Eddie no tiene: el carácter. Y esto es lo que el abyecto personaje interpretado por George C. Scott le reprocha, que tiene talento pero no tiene carácter. Esta carencia le hace incapaz de manejar su propio destino, por ello Eddie está abocado al fracaso y a la autodestrucción, porque al mismo tiempo posee la virtud en el arte del juego y el estigma innato del perdedor, porque su descomunal talento está reñido con la fragilidad de su alma, porque Eddie en sí mismo es todo y es nada, y sólo cuando corona la cima del ocaso es cuando descubre el carácter, tal vez ya demasiado tarde. Es entonces cuando en su revancha vence a El Gordo de Minnessota, pero el precio que ha tenido que pagar por ello ha sido tan alto... Por ello, Eddie en su paso por el mundo, al igual que Bukowski, siempre transitará por la angosta senda del perdedor.
Eddie Felson es un extraordinario jugador de billar, ostenta un don innato y único para este juego, confía ciegamente en su talento, desprecia y se burla del resto de jugadores, pero esta vanidad le hace cometer un craso error: creer que es el único aliado de la victoria, y esa creencia que él considera absoluta, no lo es, lo que le hace sucumbir ante El Gordo de Minnessota, éste no es tan guapo y apuesto, carece de su porte y elegancia, pero... también es diestro en el juego y es acreedor de una cualidad que Eddie no tiene: el carácter. Y esto es lo que el abyecto personaje interpretado por George C. Scott le reprocha, que tiene talento pero no tiene carácter. Esta carencia le hace incapaz de manejar su propio destino, por ello Eddie está abocado al fracaso y a la autodestrucción, porque al mismo tiempo posee la virtud en el arte del juego y el estigma innato del perdedor, porque su descomunal talento está reñido con la fragilidad de su alma, porque Eddie en sí mismo es todo y es nada, y sólo cuando corona la cima del ocaso es cuando descubre el carácter, tal vez ya demasiado tarde. Es entonces cuando en su revancha vence a El Gordo de Minnessota, pero el precio que ha tenido que pagar por ello ha sido tan alto... Por ello, Eddie en su paso por el mundo, al igual que Bukowski, siempre transitará por la angosta senda del perdedor.
30 de abril de 2011
30 de abril de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los 10 primeros minutos de esta película son auténticamente geniales, me llegan al alma y revuelven mis entrañas. Me siento identificado y emocionado: Un dia de sol, dos vendedores o representantes, dos viajantes deciden "hacer pellas". Es un dia soleado, por la mañana temprano, han pasado horas conduciendo por un vasto itinerario para realizar su trabajo... Todo el resto de la gente está trabajando. Posiblemente se trate de un lunes, el fin de semana ha pasado y todo el mundo trabaja. Pues bien, en ese preciso lunes, cuando todo el mundo sufre el comienzo de su semana en el trabajo, ellos deciden "hacer pellas", divertirse mientras los demás trabajan, disfrutar de su libertad. Hacer uso de esa libertad: VIVIR, DISFRUTAR DE LA VIDA, ROMPER LAS REGLAS, NO IR A TRABAJAR, QUEDARSE EN LA CAMA...y lo hacen: Aparcan el coche y entran en un bar de carretera una soleada mañana de lunes de invierno. Apenas hay gente en el bar... ¡es demasiado temprano! Pero ellos deciden ponerse a jugar a billar. (Recuerdo que cuando hacía pellas en el "cole", íbamos a unos billares a jugar a futbolín o a billar, o a veces a las "máquinas", y nos fumábamos unos celtas cortos mientras dejábamos pasar la mañana del lunes...). Ese inicio de la película, con la transgresión de las normas establecidas, de tomar la libertad por la mano, de romper con los convencionalismos, esa mañana de lunes soleado en invierno cuando todos trabajan es, para mí, algo que toca el alma y remueve mis emociones, o mis recuerdos emocionales, hasta lo más profundo de mi ser. Me recuerda a otra película, "Los 400 golpes" de Truffaut, cuando los dos amigos de clase deciden hacer pellas. Así pues, hay una conexión temporal y emocional entre estas dos grandes películas de la cinematografía mundial. El resto, en ambos casos, os sugiero/recomiendo que lo veáis: No hay mejor forma de sentirlo, porque es un cine cuya visión debe hacerte vibrar.
24 de agosto de 2011
24 de agosto de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cruda historia sobre la ambición, el orgullo, el triunfo y el miedo al fracaso que se convierte en la eterna lucha contra uno mismo, todo ello sobre una mesa de billar en la que juegan tres magníficos personajes que se servirán como espejo de sus propias debilidades y removerán en lo más profundo del espectador. Laurie desborda ternura en su mirada, George C. Scoot sin duda en el mejor papel de su vida, soberbio, mientras Newman, brillante, aparece como el rostro más perfecto que jamás tuvo la autodestrucción.
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