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¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú

Comedia. Bélico Convencido de que los comunistas están contaminando los Estados Unidos, un general ordena, en un acceso de locura, un ataque aéreo nuclear sorpresa contra la Unión Soviética. Su ayudante, el capitán Mandrake, trata de encontrar la fórmula para impedir el bombardeo. Por su parte, el Presidente de los EE.UU. se pone en contacto con Moscú para convencer al gobierno soviético de que el ataque no es más que un estúpido error. Mientras tanto, ... [+]
Críticas 176
Críticas ordenadas por utilidad
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9
15 de julio de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial película del maestro Kubrick, con un Peter Sellers multitarea que está que sale (Inquietante a la vez que desternillante doctor Strangelove), y también Sterling Hayden ("¿ha visto alguna vez a un comunista bebiendo agua?").

Una de las mejores comedias que he visto (comedias buenas se pueden contar con los dedos). La escena de la bomba (parodiada en "Los Simpsons") se queda para siempre en la retina, y el discurso del Dr. Strangelove casi hace que me parta en dos (atención el embajador ruso que se parte de risa y se le nota que se muerde los labios mientras el Dr. Strangelove sigue hablando majaderías e intenta liberar a su guante de la silla). Altamente recomendable.
9
6 de marzo de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son escenas brillantes las absurdas reflexiones del Gral. Ripper y las reacciones del Capitán Mandrake; la explicación del problema del Gral. Tugirdson ante el presidente y el diálogo con este (ejem…el plan que tuvo su aprobación Sr. Presidente); las llamadas del presidente al primer ministro ruso (no te enfades Dimitri); la llamada del Capitán Madrake al presidente (rogándole a la operadora que le ponga a cobro revertido)…

Es genial el uso del blanco y negro, los claroscuros, los primeros planos contrapicados de los personajes más chiflados en los momentos más dramáticos; las escenas generales de la sala del Pentágono con la mesa redonda y los mapas de fondo; las escenas claustrofóbicas en el interior de los aviones acompañadas de una angustiosa música….

Eso sí, las maquetas de los bombarderos son penosas, pero me da igual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El guion de esta película es sencillamente brillante. Explica la posibilidad de una guerra total por decisión de un mando que se vuelve loco en una base aérea por un absurdo plan de defensa termonuclear en el que se salta la cadena de mando sin necesidad de la decisión del presidente y del Pentágono. Y la incapacidad de estos de anular el ataque a la Unión Soviética que además tiene un plan automático de destrucción total en caso de ataque enemigo.
10
15 de marzo de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente la obra más irónica sarcástica y cruel de Stanley Kubrick. Un tema tan candente y delicado, como lo era la guerra fría. En un primer momento pensó en crear una película con un tono mucho más serio pero finalmente vio que la sátira era la mejor manera para demostrar el absurdo del conflicto.

La obra es una adaptación de la novela de Peter George, “Red Alert”. George había sido un expiloto de las fuerzas británicas, al que la paranoia sobre la guerra fría le estaba volviendo cada vez más esquivo. Aún así Kubrick vio en Terry Southern la mejor posibilidad para que realizara el guión. Southern había demostrado su capacidad irónica en una novela de carácter surrealista como lo era “The Magic Christian”.

Curiosamente había sido Sellers el que había puesto en unión al director y guionista. El cómico recibió un ejemplar del libro de Southern y decidió regalarle uno a Kubrick, a sabiendas de que el humor del libro iba muy a tono con el del director. Kubrick insistió en el fichaje de Peter Sellers. La productora, Columbia, había aceptado la idea pero con la condición de que Sellers interpretará más de un personaje. Puede parecer una tontería de primeras, pero era una manera de acentuar la comicidad de la película, además no era el único precedente, ya en la magnífica “Ocho Sentencias de Muerte” Alec Guiness había interpretado más de un papel. De hecho, Kubrick le pidió a Sellers que se fijará en esta película para que viera un modelo a seguir.

Aparte de la contratación de importantes actores como Pickens, y Hayden (este último ya había colaborado con Kubrick en “Atraco Perfecto”) uno de los protagonistas más importantes se trató de Ken Adam, el creador de los diversos decorados para la película (recordemos que los interiores tienen un papel muy relevante en la película). Quizá el más destacado de todos se trata de la sala donde se desarrolla el conflicto principal, la sala de operaciones del gobierno norteamericano. Para este modelo Adam se fijó en películas como “Dr.no”, y demás obras de la saga de espías de James Bond. Estaba claro que se quería tirar hacia esa idea estética de película de espionaje. La sala demuestra un ambiente claustrofóbico de primer nivel, con una luz principal central que iluminé la escena y la mesa.

El argumento es desolador y cruel. Aún así los efectos cómicos siguen funcionando hoy en día. Lo más destacable es el contraste entre personajes e historia. Los personajes son excéntricos y demuestran su vis cómica mediante sus inesperadas reacciones y absurdos diálogos, mientras que la situación que les acompaña resulta totalmente verídica. Repasemos los protagonistas de la película, Un piloto tejano vestido totalmente como Cowboy que llevará su misión hasta las últimas consecuencias aunque le cuesten la muerte, también tenemos a un presidente inútil que no es capaz de afrontar la situación, el científico alemán del presidente (con ramalazos nazis incluidos) a un militar anticomunista y un embajador ruso al que la situación le resulta un tanto indiferente.

Para potenciar la ironía y el sarcasmo Kubrirck se sirve de pequeñas anécdotas que se alían con la absurdez de ciertos momentos. El mismo título de la película es un claro ejemplo de esto (no el título en español, sino el original). Vemos el cartel en la posición militar donde se inicia la fin del mundo mientras vemos las letras grandes que anuncian “PEACE IS OUR PROFESION”, ironía en su máximo esplendor. El nombre de las bombas recuerda a las lanzadas en Hiroshima i Nagasaki. Mención especial a la canción que se utiliza de tono cada vez que Kubrick nos enseña las escenas en el avión, una canción patriótica norteamericana, “when Johny comes marching home”, que habla del regreso del soldado a casa, hecho que se contrasta con la ironía de que esos hombres sabe del destino fatal que les aguarda. O esa canción final, de Vera Lynn (nos volveremos a ver…bajo un cielo azul) mientras estalla la guerra nuclear que pone fin a la existencia humana.

Además las similitudes con los personajes reales de la época parecen evidentes. Henry Kissinger parece ridiculizado en el personaje del científico Alemán interpretado por Sellers.

Kubrick eliminó una secuencia final, en la que se planeaba una lucha final de tartas, se llegó a grabar pero Kubrick la descartó porque sabía que habría sido pasarse de la ralla y habría acabado con la sensación final de realidad que quiere imprimir en último momento, para que se nos congele el corazón una vez nos hemos reído ante una situación tan dramática.

A destacar las escenas del asalto en el campamento militar, en las que el director se enfunda la cámara en mano para dotar de mayor veracidad a la obra y acercarse en ciertos momentos al tono documentalista.

Parece que Kubrick acertó por el tono irónico de la película, pues pese a que la fortuna crítica de la película fue dispar (por otra parte, como pasó siempre con todas las películas del maestro) fue más dura con otra película que pretendía ser mucho más elevada, como fue “Punto Límite” del siempre interesante Sidney Lumet.

http://neokunst.wordpress.com/2013/03/15/ciclo-kubrick-telefono-rojo-volamos-hacia-moscu/
10
30 de julio de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick era, y sigue siendo (a través de su legado), parte de un excepcional grupo de genios que son alabados de manera (virtualmente) universal por sus creaciones; incansable, minucioso con su trabajo, detallista y reservado, su vasto entendimiento sobre la motivación de las acciones de las personas le permitía contar historias complejas, con finales (en algunos casos) abiertos a la especulación y sobre temas sumamente controversiales; ejemplos notorios dentro de la carrera de Kubrick son: la “edad en el amor" o, mas directamente, la efebofilia (atracción sexual de adultos hacia adolescentes) en la película Lolita (1962), la existencia de vida fuera de la tierra en 2001: A Space Odissey, la vida de un delincuente adolescente en A Clockwork Orange o el día a día de un joven soldado durante la Guerra de Vietnam en Full Metal Jacket. Además abordando estos temas de forma bastante cruda, y sin emitir juicio sobre sus personajes.

Si tomamos en cuenta su contexto histórico, Dr. Strangelove es una película difícil para las 2 superpotencias que luchaban por repartirse el mundo, por los tópicos de fondo y la forma en que propone estos mismos, haciendo algo parecido a una comedia con toques kafkianos. Y aquí, Stanley Kubrick prueba que a pesar del pesimismo sobre la raza humana que, de cierto modo, exhibía en sus películas, también poseía un sentido del humor, aunque bastante oscuro.

Tratando de no revelar tanto sobre la trama, Dr Strangelove es una película que nos habla de un mundo en guerra fría, visto desde el punto de vista de los militares de EE.UU , quienes reciben la noticia de que un general con problemas psicológicos inicia un ataque nuclear, no autorizado por el presidente, hacia la (en entonces) URSS. Y vemos la perspectiva desde 3 puntos de vista, o historias que se desenvuelven de manera paralela: Los soldados en el avión enviado a ejecutar la misión, el cuartel que da la orden y los altos mandos que se reúnen en el NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial, por su sigla en inglés).

El film, en algunos casos interpretado como incoherente y de narrativa confusa, cobra mucho mas sentido al tomar en cuenta su premisa “Cómo aprendí a dejar de preocuparme y a amar la Bomba", es necesario tener en mente el subtitulo dado que de esto se trata la película y nos los explica con un inesperado final.

Es una producción genial, que limita con lo surreal y con grandes dosis de controversia, tocando temas como: la reciente Crisis de los Misisles con Cuba en 1962 (que mantuvo al mundo alerta cerca de 13 días, bajo amenaza de una guerra nuclear a escala planetaria), la política de contención de EE.UU. hacia la llamada “Amenaza comunista", la confusa lógica detrás de la llamada “Disuasión nuclear" y la Carrera Armamentista, la “Operación Paperclip" que extrajo a las “grandes mentes" de la Alemania Nazi para darles trabajo en las fuerzas armadas de Estados Unidos y por sobre todo la incompetencia de las altas autoridades (por falta de comunicación o de visión, por exceso de patriotismo o paranoia y también por desequilibrio o debilidad mental). Todo esto con la critica general de la falibilidad de nuestra humanidad, sus creaciones y nuestras medidas de seguridad que consideramos infalibles.
9
6 de agosto de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick puso sobre el tapete las nefastas posibilidades de la guerra fria. Basada en la novela de Peter George militar que se suicidó por esas fechas. Una comedia satírica de como podría acabar la humanidad. Gracias al saber hacer de Peter Sellers nos reímos con cada uno de sus papeles, que al menos interpreta tres. Cada uno más hilarante que el anterior.
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