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El fugitivo

Acción. Intriga La vida del doctor Richard Kimble, un reputado cirujano con una bella esposa y una lujosa casa en un elegante barrio de Chicago, se desmorona el día en que su mujer es brutalmente asesinada por un misterioso manco. Kimble es acusado del crimen y condenado a muerte. Mientras lo trasladan a la cárcel, el autobús donde viaja sufre un accidente que facilita la fuga de varios presos, entre ellos el propio Kimble. El detective Samuel Gerard ... [+]
Críticas 95
Críticas ordenadas por utilidad
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7
30 de agosto de 2011 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la famosa serie de TV The Fugitive.
Este film nos ofrece un buen rato con bastante tensión, actuaciones convincentes, escenarios diferentes de lo que estamos acostumbrados en este tipo de film, acción durante toda la trama y su toque cómico que nos saca de el nudo que se nos crea en algunas escenas.
Un clásico del cine muy recomendable.
Lo mejor: Su inquietante persecución, que nos recordará a Prison Break.
Lo peor: Se nos hace un poco larga pero termina siendo agradable. Hay que tener en cuenta que está basada en una serie y condensar una serie en un film no tiene que ser muy sencillo.
Mejor escena: La huida de comisaria.
Las frases: Ahora es comida para peces. Muy bien coja una caña y pesque al que se lo ha comido.
Curiosidades: Harrison Ford va andando por las vías del tren y se mete en un tunel. Durante un instante se puede apreciar en la parte inferior-central el vehículo donde está montada la cámara que rueda la escena.
En un momento de la cinta, Richard Kimble (Harrison Ford) camina solitario por las vías del tren. Es un pequeño homenaje a la serie de Tv donde en los créditos finales siempre se mostraba la silueta de Kimble (David Janssen) junto a las líneas del tren.
Otros film del director: Reacción en Cadena, Un crimen perfecto y Daño colateral.
6
27 de septiembre de 2018 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
204/18(24/09/18) Exitoso thriller (tercera película más taquillera de 1993 a nivel USA) de acción realizado por Andrew Davis, resulta bastante funcional y recordable por dos escenas (la del accidente del tren y la de la fantasiosa de tirarse el protagonista desde una gran altura por una presa), y por la actuación del gran Tommy Lee Jones (Oscar por esta labor). Más allá de estos picos la cinta se queda en interesante, amena, pero carente de un mínimo calado, con personajes clichés, diálogos inanes, y con metraje que cuanto más avanza más fuelle pierde. El ágil guión de Jeb Stuart (“La jungla de cristal”), y David Twohy (“Pitch Black”), se basan libremente en la serie homónima de televisión emitida por la cadena ABC de 1963 a 1967 del mismo nombre creada por Roy Huggins, en ella a lo largo de cuatro temporadas (120 episodios), su protagonista, David Janssen, da vida para la pequeña pantalla al Dr. Richard Kimble, papel que para esta adaptación al cine heredó Harrison Ford. La película se toma muchas libertades con la premisa original y personajes, tejiendo una historia apenas se parece a la que entretuvo al público televisivo. En aquel entonces, el Dr. Kimble estaba prófugo semana tras semana, y había más en cada episodio que la persecución. Ahora, sin embargo, el vuelo dura dos horas, y atrapar a los criminales es lo único que está en la mente de cualquiera. La cinta tiene su núcleo en el clásico juego de la caza del gato al ratón, en este caso desdoblado, y es que el felino es un majestuoso Tommy Lee Jones, y el roedor sería Harrison Ford, pero este último a su vez es también gato en las pesquisas en que se sumerge en la segunda mitad del metraje poen un relato muy sencillo, que en su segunda mitad se hace moroso en una investigación del protagonista perseguido, esto acentuado por una previsibilidad rayando en lo rancio. Eso sí los amantes de los thrillers de acción convencionales con persecuciones, asesinatos, peleas, accidentes, explosiones, saltos imposibles, fiestas del Día San Patricio, disfrutaran. Es indignante para todo buen cinéfilo que el mismo año en que se estrenó “La edad de la inocencia”, “Misterioso asesinato en Manhattan”, “Atrapado por su pasado”, “Vidas cruzadas”, “Una historia del Bronx”, “Atrapado en el tiempo”, o “Un mundo perfecto”, estas se quedaran fuera de las nominadas y si estuviera este producto palomitero, un insulto a la calidad cinematográfica. “El fugitivo” fue Nominado para siete Premios de la Academia, incluida Mejor Película; Jones ganó el Oscar al Mejor Actor de Reparto. El éxito provocó una secuela, en 1998, US Marshals, con Tommy Lee Jones en su rol de Gerard, pero sin Ford, Wsley Snipes recogió el testigo en un rol calcado.

La cinta tiene un rush inicial absorbente en su poder de generar atención, con un montaje vibrante que mediante el intercalado del aciago presente del protagonista alternándose con el trágico pasado visto en flash-back en blanco y negro, con el crimen, y el posterior juicio, enfatizando la tensión de lo que vemos, un trepidante inicio que desemboca cual traca final en el accidente del bus de presos encadenado con el choque con el tren, todo un alarde de proyectar tensión. Todo con una tremenda capacidad de síntesis en que nos describen la personalidad del protagonista, tipo que es capaz de poner en peligro su vida por salvar a un malherido guardia de la muerte, esto mientras debe salir por la angosta ventana del vehículo, cuando lo hace su visión es la de una locomotora que se acerca de modo inexorable parta arrollarlo, en una imagen como bien he leído recuerda a otra protagonizada por el actor Ford en la spielbergiana “En busca del Arca Perdida”, en que debe huir al inicio de una enorme roca que rueda contra él. Esta potente y tremenda secuencia hecha sin los desnaturalizados CGI, sin miniaturas, se utilizó un tren a tamaño real, y realizada en una sola toma, añadiendo posteriormente a Harrison a la escena, quedando una escena impresionante. Luego entra en acción el estajanovista implacable agente federal Sam Gerard, con su peculiar equipo y fiel equipo, imponiendo una caza salvaje por medio del bosque, derivando en los túneles de una presa (que recuerda a la mítica persecución a Harry Lime en el final de “El tercer hombre”, 1949), hasta esa famosa escena en que Richard a punta con la pistola a Gerard y le dice “Yo no maté a mi esposa” y el hierático Marshall responde “No me importa”, y entonces Kimble salta desde la enorme altura de aparentemente cientos de metros sobre las aguas de la presa. Hasta aquí la cinta te mantiene magnetizado en su frenético ritmo. Pero este tramo de aventuras vira hacia un thriller urbano y a partir de aquí, cuando llegamos con Richard a Chicago la cinta va perdiendo aire, con una investigación ramplona y poco creíble del protagonista, la persecución se agarrota, se pierde intriga y solidez, con situaciones a las que hay que dar patente de corso para tragarlas.

Sencillo congeniar con injusticias que sufre Richard Kimble, encima que su esposa fue matada, fue sentenciado injustamente a muerte, por lo que sus deseos de redimirse pasan a ser los nuestros, desdamos que primero escape y que luego encuentre al culpable. Por lo que el espectador se engancha a su obsesión, con él saltamos de un bus en las vías del tren, huimos por un bosque, nos alimentamos de hierba, corremos por alcantarillas, saltamos por presas, nos infiltramos en un hospital, salvamos la vida de un chaval, se cose heridas en plan Rambo, esquivamos a los federales durante un desfile del Día de San Patricio de los federales por peleamos contra un malvado en un tren, hasta llegar al clímax final en el terrado de un hotel.

Puesta en escena notable para infundir el ritmo elevado, empezando por un fenomenal diseño de producción de J. Dennis Washington (“Un pueblo llamado Dante’s Peak”), filmando en bellos parajes naturales en Carolina del Norte; Tennesse; Chicago… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… Aunque casi la mitad de la película se desarrolla en zonas rurales de Illinois, gran parte principal se rodó en el condado de Jackson en Carolina del Norte, en las Grandes Montañas Humeantes; Esto filtrado por excelente cinematografía del gran Michael Chapman (“Toro Salvaje”), llena algunos fotogramas de panorámicas bellas de los bosques, o de Chicago, como gloriosa la toma de la cascada de agua por la que se lanza Kimble; Esto en miscelánea con el vibrante montaje de un equipo de seis (Don Brochu; David Finfer; Dean Goodhill; Dov Hoenig; Richard Nord; Dennis Virkler), no dejan respiro, sobre todo en el ya alabado primer tramo; Suma una bien amoldada música creada por James Newton Howard (“El Sexto Sentido”), rebosante de energía dinámica.

Harrison Ford da muestras de su porte de everyman, tan a lo James Stewart, tipo con el que es fácil empatizar, transmite bondad, nobleza, integridad, inteligencia, sabiendo emitir un registro emocional estimable (tampoco nunca ha sido un deshecho expresivo a lo De Niro, aunque lo nominaran al Globo de Oro por este Kimble), sabe dotar de naturalidad a su esquivo personaje, aunque aquí su oratoria queda muy limitada a escasas frases, la mayor parte del tiempo huye o investiga ojo avizor. Por cierto el recurso de que al principio parezca un homeless y luego para pasar desapercibido se rejuvenezca resulta gracioso; Pero el auténtico Titán es el carismático Tommy Lee Jones como el Marshall Samuel Gerard, sensacional encarnación de la rectitud, del sentido del deber, de la soberbia, su pétrea y arrugado rostro es formidable como deja entrever emociones, su hieratismo y flema con incisivas grietas, arrojando un humor cínico seco punzante, hace de un líder extraordinario, de cómo maneja las situaciones con electricidad, y temple; Resto del elenco no pasan de esbozantes muletas, eso sí, cumpliendo su cometido el siempre bueno Jeroen Krabbé como el colega de Kimble, Joe Pantoliano como el fiel lugarteniente de Gerard, o Sela Ward como la esposa asesinada de Richard; Destacar la aparición de Julianne Moore, entonces desconocida, en un rol escaso per dejando vigor, era algo más extensa su participación, pero la edición lo cercenó.

Spoiler:

No puedo digerir Richard Kimble salta al vacío desde decenas de metros por la presa y salga indemne, es para lo estudie Iker Giménez, simplemente porque sí, por lo menos nos tenían que haber contado que Kimble tenía súper-poderes y era indestructible, si es humano no es posible creérselo, que sí, quedará espectacular, pero hay suspender los niveles mínimos de realidad para tragárlo; Tampoco entiendo ese tramo final en que Richard ha descubierto quien es el responsable de sus desdichas y va a por él al hotel, que pretendía? Matarlo para ser acusado de asesinato? Lo lógico hubiera sido ofrecer las pruebas a la policía y ya está, además no aporta nada este clímax anticlimático, resulta metido con calzador para veamos lo malo malísimo que es el Dr. Charles Nichols, hiriendo a un policía y queriendo disparar al Gerard, un atropello a la lógica, pues que gana el Dr. Con esta espiral violenta? Un subrayado absurdo a la maldad del villano, sutilmente descrito hasta entonces; Por cierto, resulta bastante difícil de creer que durante las investigaciones previas de la policía cuando mataron a la mujer de Richard nadie diera con el manco y mucho menos con sus motivaciones, y el Dr. Kimble en un par de ratos, perseguido por la ley es capaz de desentrañarlo todo, lo dicho anteriormente, deberían habernos dicho que tenía súper-poderes y todo habría cobrado más sentido; Además como buen súper-héroe su lucha no zoilo es por hacer justicia con su esposa y con él, es por salvar al mundo, y es que al destapar la conspiración farmacéutica, libra al mundo de una medicina tóxica.

En conjunto me queda una interesante, aunque sobrevalorada cinta de acción. Fuerza y honor!!!

Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/09/el-fugitivo.html
5
24 de septiembre de 2021 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico de las películas del gato y el ratón. Vale la pena verla por su valor histórico, pero no es la mejor opción si te interesan las películas de este estilo.

La vi hace poco y creo que envejeció muy mal.
Es una película que se esfuerza mucho por crear una especie de superhéroe americano al estilo John McClane. Un tipo fuerte, inteligente, perspicaz, etc. Pero, como dije, todo es muy forzado. Desde las primeras escenas con su esposa y su vida perfecta hasta el final donde se enfrenta al jefe final. Todo es muy cliché.

Las actuaciones no son memorables tampoco. Harrison Ford solo cumple poniendo su cara bonita. El detective Tommy Lee Jones no pinta mucho, solo es el tipo pesado con el que nunca terminas por empatizar.

En fin, hay opciones mucho mejores.
9
23 de marzo de 2018 Sé el primero en valorar esta crítica
Un inocente acusado injustamente en busca de los asesinos de su mujer. Un marshal dedicado a encontrarle cueste lo que cueste. Un hombre manco del que nadie sospecha.
Son los tres elementos clave de este "thriller" de intriga, sin lugar a dudas uno de los más brillantes e inteligentes realizados en la década de los '90 y llamado a ser, hoy por hoy, un clásico del género.

En realidad, y es algo que a estas alturas lo debe saber ya todo el mundo, "El Fugitivo" es una adaptación cinematográfica de aquella serie de televisión que Roy Huggins creó allá por comienzos de los '60 basándose en el caso real de Sam Sheppard y en el clásico de Daves "La Senda Tenebrosa", una serie que alcanzó grandes cotas de popularidad y recibió varios premios Emmy, emitida por ABC y trasladada a nuestras pantallas gracias a Televisión Española. Todos estaban pendientes de si el falso culpable Kimble lograba cazar al hombre manco antes de que el obstinado Phil Gerard lo pillara primero, con David Janssen, Bill Raisch y Barry Morse dando vida, respectivamente, a estos personajes.
30 años después de su estreno, los productores Arnold y Anne Kopelson deciden tomar la historia de David Twohy y es entonces cuando la Warner Bros. prepara una adaptación modernizada de la serie; actores tan célebres del momento como Kevin Costner o Alec Baldwin son considerados para encarnar a Kimble mientras que Gene Hackman prueba para el papel de Gerard. Quien se pone tras las cámaras es Andrew Davis, hombre curtido en el cine de acción que venía de saborear las mieles del éxito gracias a "Alerta Máxima", la mejor que Seagal protagonizó en sus años dorados.

Ahora Kimble no es el pediatra de aquel pequeño pueblo inventado de Indiana, sino un respetado cirujano de Chicago cuyo mundo queda trastocado como el del protagonista de "El Proceso" al encontrarse a su mujer Helen muerta y al hombre manco culpable del homicidio en libertad; por una incuestionable colección de pruebas incriminatorias, el buen doctor es condenado a morir. Tiempo más tarde, el autobús en el que viaja Kimble hacia su aciago destino sufre un terrible accidente provocado por uno de los presos, lo que será su gran oportunidad de escapar.
El hombre encargado de seguir la pista a Kimble y de su captura no es el teniente detective Phil, sino el marshal Samuel Gerard, quien se medirá en inteligencia con el fugitivo en todo momento; la policía y la opinión pública consideran al doctor un psicópata asesino, pero de todas formas hará lo imposible para dar con el tipo responsable de la muerte de su esposa y así limpiar su nombre. Aunque éste irá descubriendo, poco a poco, que el crimen contra Helen esconde mucho más de lo que parece, una verdadera trama en la que están implicadas personas importantes...personas que él conoce.

Davis vuelve a tomar la ciudad de Chicago como localización y firma, con oficio, nervio y gran manejo del suspense, un "thriller" intenso y absorbente, de trama similar a la de su film "A la Caza del Lobo Rojo", que dirigiera cuatro años antes contando también con Jones en el reparto (quien hace, irónicamente, de fugitivo). Al ver esta película uno tiene la misma sensación que con "Los Intocables", también adaptación de una serie de televisión: la historia es la misma, pero no está contada del mismo modo, y eso es lo que da puntos al guión de Twohy y Jeb Stuart, el cual puede que siga los patrones de la idea de Huggins, pero al mismo tiempo construye sus propias ramificaciones y variables, y de un modo muy perspicaz.
Los acontecimientos de la serie se condensan en poco más dos horas de ritmo frenético aderezado con unos buenos giros de guión, dosis de acción "made in Hollywood", una intriga no muy lejana a la de los films de Frankenheimer, Lumet o Hitchcock (los parecidos con "Falso Culpable" y "Con la Muerte en los Talones" son notables) y un gran despliegue de medios que sirve al director para recrear la cacería humana lo más intensamente posible, siendo el punto fuerte de ésta la "competición" constante entre los protagonistas, iniciada de la forma más dramática en ese túnel donde se da aquel cara a cara mítico entre Kimble y Gerard.

Harrison Ford borda el papel del doctor desesperado por probar su inocencia, muy cercano al que hizo para Polanski en "Frenético" (en aquella le raptaban a la mujer). Este gran actor se enfrenta a un Tommy Lee Jones en estado de gracia, sorprendente en su sobria e implacable visión de Gerard, lo que le hizo buen merecedor del Oscar.
Esta vez Andreas Katsulas da vida al hombre manco, aquí llamado Fredrick Sykes; genial también el equipo marshal interpretado por Joe Pantoliano, Daniel Roebuck y Tom Wood, y en unas apariciones fugaces tenemos a Sela Ward y Julianne Moore. Andrew Davis logró con "El Fugitivo" su obra maestra, saldada con una recaudación que superó en ocho veces su presupuesto, lo que la hizo quedar la 3.ª película más taquillera del año 1.993.

Uno de los grandes "thrillers" americanos que se han rodado, al cual seguiría una secuela tardía y menor, "U.S. Marshals", dirigida por Stuart Baird y donde volvían a aparecer Gerard y todo su equipo, esta vez siguiendo a un agente secreto interpretado por Wesley Snipes.
6
5 de septiembre de 2019 Sé el primero en valorar esta crítica
Una genialidad llena de suspense y acción. El personaje de Harrison Ford se ve convertido en un fugitivo que será perseguido por todas las autoridades policiales que existen casi por error.
Tommy Lee Jones es su gran e inmediato perseguidor. Esa interpretación le valió nominación a los Oscars y posteriormente sacaron una película con él de protagonista y su equipo de Marshals.
Tensión, acción y entretenimiento. No se puede pedir más.
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