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Magical Girl

Drama. Thriller Luis (Luis Bermejo), profesor de literatura en paro, trata de hacer realidad el último deseo de su hija Alicia (Lucía Pollán), una niña de 12 años enferma de cáncer terminal: tener el vestido oficial de la serie japonesa de dibujos animados "Mágical Girl Yukiko". El elevado precio del vestido llevará a Luis a intentar encontrar el dinero de forma desesperada cuando conoce a Bárbara (Bárbara Lennie), una atractiva joven casada que sufre ... [+]
Críticas 200
Críticas ordenadas por utilidad
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1
18 de enero de 2018
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película muy lenta. Las escenas parecen que no acaban nunca y en la primera parte de la misma no existe nexo de unión argumental. Por buscarle un único punto bueno, salvaría la actuación de José Sacristán.
En definitiva, película con bastantes premios que deja mucho que desear.
7
14 de marzo de 2015 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante e inclasificable película, con un trabajado guión que va dando forma a una trama que empieza de una manera bastante naif, incluso vulgar, hasta darle la vuelta al calcetín con unas grandes interpretaciones de Bárbara Lennie y José Sacristán. Sin embargo, lo que más destacaría de esta película con una más que interesante fotografía, son sus elipsis en la historia; elipsis que dan sutura a las diferentes historias que se entrecruzan en la trama y que lejos de ser algo accesorio, forman parte de la esencia fundamental de la película. Quizás gran parte de la magia y magnetismo que desprende este largometraje emana justamente de lo que no se cuenta de forma explícita y que nosotros, como espectadores, hemos de dar forma y complemento final.

Sin duda, una de las mejores películas del año en el panorama cinematográfico español.
10
18 de marzo de 2015 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de culto no únicamente pertenecen al cine clásico, no son sólo algo del pasado que ya no existe. Porque, de repente, una película irrumpe en el panorama actual y rompe con todo lo estipulado hasta el momento. 'Magical Girl' es una apuesta, una obra de arte, escrita y dirigida por el talentoso Carlos Vermut, que ajusta su guión con un reparto bien cuidado y enfocado a la perfección para evocar un cuadro hermoso, tétrico, de intereses egoístas y de piezas que rotas que difícilmente se logran encajar.

¿El argumento? Luis, un profesor de literatura en paro, recibe la trágica noticia de que su hija de doce años, Alicia, tiene leucemia y le queda poco tiempo de vida. Desesperado, anhela cumplir uno de los deseos de su hija: la niña quiere el vestido de Magical Girl Yukiko, una serie japonesa. El problema radica en que tal vestido asciende a una cantidad de la que el padre carece. Este inocente y buen propósito es la chispa que desencadena una serie de sucesos oscuros de chantaje y manipulación cuando en la vida de Luis se cruza Bárbara, una mujer con problemas mentales, y Damián, un jubilado profesor de matemáticas.

La originalidad, desde luego está servida. Pero 'Magical Girl' va mucho más allá. La psicología de los personajes es compleja, algo fría, que desconcierta al espectador. En principio, todo lo que se ve despierta un sentimiento de pena y melancolía que se va transformando al mismo tiempo que los personajes van evolucionando. Es un juego complejo y extraordinario. El desarrollo de los diálogos, muy interesantes y bien elaborados, contiene matices muy profundos que sobrecogen y crean un cuadro brumoso que otorga realismo, verosimilitud y una fuerza feroz y desgarradora, que en muy pocas ocasiones se consiguen.

En este cuadro dramático y oscuro se condensa una verdadera obra de culto de nuestro cine español y del cine internacional. Pasando desapercibida entre la cartelera más taquillera y siendo ignorada por los premios más glamuroso, sea, con toda probabilidad uno de los mejores films que se han estrenado en los últimos años. Es fantástico ver, para los amantes del cine, como todavía quedan artistas que aman su trabajo, que anhelan buscar la perfección.

Tal vez 'Magical Girl' se acerca a ella.
3
12 de junio de 2016 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre camina por el paseo de una veraniega playa, junto al ruido de las olas. Cuando termina su largo paseo, que no presenciamos al completo gracias a unas cuidadosas elipsis, se encuentra frente a un restaurante que, al parecer, es uno de los mejores de la costa dado que sirve platos exquisitos y se sirve de una gastronomía tan peculiar como única, alejada de esa morralla para paladares ignorantes que año tras año invade las carteleras de los kioscos playeros.
Sin dudar ni un instante, el hombre cruza la calzada y se planta en el interior de dicho restaurante. A paso inusitadamente lento, recorre la sala principal y se dirige a la terraza en busca de un poco de sol, intentando encontrar un solo sitio en el que una luz ténue no sea la protagonista de la escena cromática. Llegado a tal, escoge una de las mesas, se sienta ante ella y espera, y espera, y espera pacientemente a que se acerque algún camarero (o alguien que, aún no siéndolo, se presente como tal) y proceda a tomarle nota.
Una vez aparece en escena, el camarero le pregunta por los alimentos que desea, y nuestro protagonista (que ya no era tal porque el camarero había pasado a formar parte junto a él de una serie de historias cruzadas) se decide a pedir un bocata de gaviota japonesa, a sabiendas de que en aquel restaurante, a pesar de la fama que tenía en cuanto a comidas extrañas, le sería tremendamente dificil de comer, y ello llevaría a sus responsables por una larga odisea (que incluye todo tipo de prácticas extorsionadoras y sexuales) para conseguir esos dichosos pájaros japos para un cliente que seguramente no vuelva a pasarse por allí en su vida.
Tras unos interminables minutos en los que observamos como nuestro hombre observa con cara de palo el horizonte, pretendiendo ser humanamente dramático, por fin llega el ansiado plato.
Tras un larguísimo plano con encuadre fijo, a larga distancia, en el que observamos cómo el hombre se sirve agua en su vaso, se pone la servilleta al cuello, y le da un bocado a ese manjar, la historia se precipita sin más dilación hacia su última escena, inesperada y tremendamente impactante, en la cual la cara del protagonista cambia a un pálido rostro para posteriormente, aseverar: "Me he comido a mi hijo".

Fin. Ale, ahora adivina de qué iba la película.
6
2 de marzo de 2015 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me quedo con mal sabor de boca despues de ver esta película porque pienso que podía haber sido mucho más de lo que finalmente ha sido. El guión se ve que tiene tela para cortar y hacer un buen traje, y el trabajo de los actores es de los que hacen creibles los personajes, pero el sastre no ha sabido hacer esa prenda que hace que te sientas como un dandy cuanto la llevas. Si eres el director de una oficina bancaria, podrías ir al trabajo con ese traje, y los clientes pensarían que eres un hombre en el que se puede confiar, pero yo que tú, no me lo pondría para ir a la gala de los Goya.
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