Esta es una película de acción. Pura y dura. Por fortuna, Mel Gibson se ha olvidado (relativamente) de los delirios de grandeza de su anterior bodrio, y nos presenta una muy entretenida cinta de aventuras. Aunque no empieza demasiado bien. La primera parte resulta bastante prescindible. Con la mitad de tiempo sobraba para contar el saqueo, y el transporte...nunca entendí la necesidad que tienen los directores de recrearse de forma innecesaria. La concreción es una virtud que escasea, y que se agradece muchoen estos tiempos.

Cuando al fin queda claro que esto sólo es un divertimento, y empieza lo bueno...Gibson sabe imprimirle el ritmo adecuado, y hace un vertiginoso ejercicio, en el que no da ningún respiro al espectador. Esta especie de “Rambo Maya” nos hace pasar un más que entretenido rato, y todo ello con una muy cuidada factura técnica. Lástima que los actores no estén a la altura. Aunque se le agradece al director eso de que ruede en la lengua originaria. Es un detalle que me gusta, la verdad. Y el detalle de no dejar que se doble la película, me gusta aun más.

Pero incluso, esa trepidante segunda parte tiene varios momentos obvios y facilones. Se intenta crear tensión de la manera más burda y tópica posible. Ahí Gibson nos demuestra que es, simplemente, un director efectista, con buen manejo de la técnica, pero que no podrá ser un grande (al menos, de momento), porque la originalidad brilla por su ausencia.

Con respecto a su gusto por la sangre gratuita...en Apocalypto no me molesta. Más bien me divierte. Todo lo contrario que en “La pasión de Cristo”, en la que uno acababa cansado y hastiado de ver tanta violencia...llegaba un punto en el que no producía rechazo...ni rechazo, ni nada, uno se acababa saturando. Aquí es una violencia mucho menos trascendente, y se agradece.

Así que si esperan una reflexión sobre la cultura maya, aquí no van a encontrar nada de eso. Si quieren ver una de acción medio decente, aquí tienen su película.

Satisfacción. Ese es mi estado de ánimo al ver esta película de Gibson, ante el que me descubro porque ha sido capaz de ofrecerme dos de las mejores películas que he visto: ésta y "Braveheart". Visualmente es impactante y aunque la he visto en una pantalla de TV de 42", lamento no haberla podido ver en una buena pantalla de cine. Las escenas son duras y reales (ja,ja,ja, a los que hablan de cine gore), y el desconocido reparto lo borda.
Pero además estoy muy satisfecho porque aprecio que el sentir general sobre la película es muy positivo (lo que por otra parte me sorprende), aunque evidentemente hay los cenizos de siempre (no quiero ni saber lo que les gusta a los que la han valorado con un 1). Tengo la suerte de que mis "almas gemelas" han coincidido plenamente conmigo y creen haber visto una obra maestra.
Acabaría con un comentario sobre una crítica de un lumbreras: "película ágil, extraordinaria, entretenida y visualmente insólita", comenta E. Rodríguez Marchante para ABC, y le da una nota de 3 sobre 5 (que es lo mismo que 6 sobre 10). Pues macho, ¿qué tiene que tener una película para que la pongas un 8? Llega mi hijo de 11 años y me da la solución: la película ha de ser superágil, superextraordinaria, superentretenida y visualmente superinsólita. Seré tonto, y yo no había caído en ello.

A mi me ha tenido en vilo 2 horas y me ha entretenido, eso es lo que quiero de una película!! Si quisiera saber de los mayas me iría a los libros.

Vamos a ver, es una película, nadie ha dicho que tenga que seguir un rigor histórico ( vida y costumbres mayas y aparición de los españoles) ni que no puedan existir escenas o argumentos un tanto inverosímiles (en las películas de miedo el protagonista siempre decide abrir la puerta del armario para ver que hay, cuando todo el mundo en sano juicio echaría a correr... En esta película el protagonista decide dejar a su familia en el sitio quizas menos adecuado, y ¿¿que??)

Atrevida propuesta de Mel Gibson en mostrarnos a unos mayas de la época precolombina en la que esos indígenas vivieron en carne propia las enseñanzas de unos seres superiores que les hicieron ver la inconsciencia de los sacrificios humanos, que desde el punto de vista primitivo de esa raza salvaje de indios lacandones, era imperante el rito sangriento para calamar la furia de los dioses paganos. Dioses inexistentes. Solo una inteligencia superior, pudo sacar de la barbarie a ese pueblo maya. Y nos hace ver que era impensable que estos nativos edificaran grandes templos sin una tecnología superior. Gibson nos hace reflexionar sobre el misterio del astronauta de Palenque y de la fuga que emprendió el maya, a través de las insondables selvas lacandonas ante la visita de los invasores Agartos, con su mensaje de sabiduría para que algún día el hombre se librara de los dioses crueles y despiadados que nublaban su alma.

Una película que lo tiene todo, acción, suspense, sorpresas. Sin duda totalmente recomendable a todo aquel que no le moleste estar dos horas leyendo. Mi valoración para esta película es un 10, aparte de un olé bien grande a Mel Gibson, que desde Braveheart no se lo ha merecido.