El último de los mohicanos
1992 

7.3
72,587
Aventuras. Acción. Romance
Año 1757, hace tres años que franceses e ingleses luchan en tierras norteamericanas. Mientras que los franceses cuentan con el apoyo de los nativos, los ingleses reclutan a los colonos blancos. Hawkeye -Ojo de halcón- (Daniel Day-Lewis) es un hombre blanco que fue adoptado por los indios mohicanos. Tras salvar de una emboscada de los hurones a Cora Munro (Madeleine Stowe) y a su hermana pequeña Alice (Jodhi May), hijas de un oficial ... [+]
19 de junio de 2017
19 de junio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres títulos en su haber, y dos especiales para televisión. Eso es todo lo que había realizado hasta la fecha de 1992, cuando Michael Mann maravilló tanto a crítica como a público en general con 'El Último Mohicano' (1992), su primer gran largometraje. De sobra es por todos conocido el hito de esta película, que alberga algunas de las imágenes más bellas jamás realizadas. Comienza con una leve descripción; 1757. Franceses e Ingleses, tercer año de la guerra por la disputa del continente norteamericano. Tres hombres, los últimos de un pueblo en extinción se ven envueltos en medio de todo este drama, mientras recorren el Rio Hudson. Esto da lugar a la entrada de la famosísima y maravillosa partitura musical de Trevor Jones y Randy Edelman, mientras observamos planos aéreos de los montañosos prados americanos. 'El Último Mohicano' se diferencia en dos segmentos muy evidentes. Por un lado, en su primer tercio, los acontecimientos se van describiendo en un problemático conflicto bélico, y al mismo tiempo, se da paso a la presentación de los protagonistas. En medio de toda esta vorágine de muerte y sangrienta situación, hacen acto de presencia "Hawkeye" (Ojo de Halcón) (Daniel Day-Lewis) y "Cora" (Madeleine Stowe), los cuales inician un apasionado y espontáneo romance. La presencia de ambos intérpretes en la película es colosal, de ahí que la cámara se centre en sus rostros a cada minuto. Pero es conveniente hacer un alto en el camino. El primer encuentro entre ambos. En esa emboscada fraguada por "Magua" (Wes Studi) y su tribu al batallón inglés. A partir de ahí se construye el inicio de una fascinante aventura entre ríos, montañas y fuertes, siempre acompañada por supuesto de la increíble banda sonora, presente en todo momento. Este es el primer capítulo climático de los tres episodios que para mí existen y están por venir a lo largo del mayúsculo periplo. En la mitad del filme, presenciamos la representación de lo que pudo ser perfectamente una batalla por aquella época. Y pasados unos minutos, estalla el segundo clímax. Una brutal encerrona de "Magua" y los suyos, para provocar una huida hacía una recóndita cueva de la que nacen varias cataratas. Es ahí donde se encuentra cierta icónica secuencia, y en mi opinión, una de las más impresionantemente filmadas de la historia en el cine. Poderosa en todos los sentidos, tanto visualmente, como musicalmente. Mann eleva los decibelios de la música, para el deleite de cualquiera. El amor es ya eterno, y sirve como contrapunto a la fatídica guerra. Creo que a parte de las aventuras de los protagonistas, es de eso mismo de lo que trata esta historia. La belleza del amor por encima de cualquier atentado del ser humano contra la naturaleza. Embaucado por la emoción y una exasperante expectación, llega la tercera ópera de preciosismo en el definitivo y último clímax. Este acto final rinde a un nivel superlativo, atiborrado de situaciones memorables; El acuerdo con el sabio, "Duncan" y su condenado cometido, "Uncas" en lo alto del precipicio, "Magua", víctima de los inesperados y trágicos sucesos de la guerra, defendiendo su postura, y los rostros de Daniel Day Lewis, Madeleine Stowe y Russell Means unificándose para clausurar un prodigio narrativo, y audiovisual como pocos. Los créditos se asoman, y la melodía vuelve para acariciar nuestros tímpanos.
Gracias Michael Mann.
Gracias Michael Mann.
3 de mayo de 2007
3 de mayo de 2007
17 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llevo una gran decepción creyendo que vería algo que estimularía mis sentidos. Pero en fín un comienzo que promete, un desarrollo algo entretenido y espectante de que pase algo interesante, y un final muy poco sorprendente. El protagonista no consigue hacerse con las riendas de su papel y sacarle su máximo partido. En definitiva demasiado fantástica para mi gusto y un final que me dejó una gran sensación vacío.
26 de mayo de 2010
26 de mayo de 2010
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El último mohicano" y "Corrupción en Miami" son dos buenos errores de Michael Mann. Se confirma que nadie es perfecto, ni siquiera el director de auténticos peliculones como "Heat", "El dilema" o "Collateral".
"El último mohicano" es una película facilona facilona de trama "menudo rudo indio más apuesto-me enomoro de él-él se enamora de ella-y nos pasamos todo el rato correteando y tratando de salvarte la vida por lo mucho que nos queremos".
Se merece un 4 y un regular porque la banda sonora es muy buena, ya histórica, y quizá por los últimos veinte minutos, sobre todo la pelea final.
Por lo visto Michael Mann es un animal del asfalto, y eso de irse a rodar a los bosques lo descolocó. Lo suyo es la ciudad y su submundo, y no las historias de amor absurdas perdidas en medio de una guerra colonial en la que además ni siquiera profundiza.
Si no fuera porque aparece en los créditos nunca hubiese dicho que esta película era suya. Pierde completamente su estética y desde luego ni por asomo alcanza la complejidad y la riqueza de argumento de sus posteriores obras. Ni explota la fotografía del entorno en el que está rodada, y eso que una de los principales fuertes de Mann es su habilidad para mostrar al espectador los paisajes.
Bastante bastante flojucha.
"El último mohicano" es una película facilona facilona de trama "menudo rudo indio más apuesto-me enomoro de él-él se enamora de ella-y nos pasamos todo el rato correteando y tratando de salvarte la vida por lo mucho que nos queremos".
Se merece un 4 y un regular porque la banda sonora es muy buena, ya histórica, y quizá por los últimos veinte minutos, sobre todo la pelea final.
Por lo visto Michael Mann es un animal del asfalto, y eso de irse a rodar a los bosques lo descolocó. Lo suyo es la ciudad y su submundo, y no las historias de amor absurdas perdidas en medio de una guerra colonial en la que además ni siquiera profundiza.
Si no fuera porque aparece en los créditos nunca hubiese dicho que esta película era suya. Pierde completamente su estética y desde luego ni por asomo alcanza la complejidad y la riqueza de argumento de sus posteriores obras. Ni explota la fotografía del entorno en el que está rodada, y eso que una de los principales fuertes de Mann es su habilidad para mostrar al espectador los paisajes.
Bastante bastante flojucha.
3 de septiembre de 2006
3 de septiembre de 2006
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una puesta en escena, una fotografía y una banda sonora apabullantes al servicio de una historia clásica (las mejores) interpretada estupendamente.
Anejo a la crítica original:
La acabo de volver a ver y no me canso, con lo cual la crítica original me ha parecido demasiado sucinta. Esta película es una pasada no hay palabras para describir la belleza, la emotividad, y el amor que destilan todos los personajes.
Ala que le subo un punto...venga un 9.
El único fallo es que se recrea demasiado en la plasticidad de los momentos...pero claro no es facil poner límite.
Anejo a la crítica original:
La acabo de volver a ver y no me canso, con lo cual la crítica original me ha parecido demasiado sucinta. Esta película es una pasada no hay palabras para describir la belleza, la emotividad, y el amor que destilan todos los personajes.
Ala que le subo un punto...venga un 9.
El único fallo es que se recrea demasiado en la plasticidad de los momentos...pero claro no es facil poner límite.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final es la bomba...el sacrificio del ingles...uno de los temas que mas me llegan la redención y el amor verdadero y desinteresado. La complicidad con Lewis cuando lo mata...una pasada.
La muerte de la hermana, cuanta dignidad y belleza.
La coreografía de la lucha entre el padre y el hurón...sorprendente...increible...brillante.
La muerte de la hermana, cuanta dignidad y belleza.
La coreografía de la lucha entre el padre y el hurón...sorprendente...increible...brillante.
24 de julio de 2015
24 de julio de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin parecerme una mala película en ningún momento me llega a emocionar.
Daniel Day Lewis me saca de quicio corriendo de aquí para allá toda la película. Parece más la película de Orzowei que la de los mohicanos que apenas toca sus personajes. Sí, andan por ahí pero aunque no estuvieran no se echarían en falta.
Madeleine Stowe muy guapa y punto.
Lo mejor son los paisajes muy bien fotografiados y la BSO pese a que el tema principal, que es muy bueno, me está retumbando en los oídos. También Wes Studi, que del reparto es el único que consigue provocarme alguna emoción.
De las más flojas de Michael Mann.
Daniel Day Lewis me saca de quicio corriendo de aquí para allá toda la película. Parece más la película de Orzowei que la de los mohicanos que apenas toca sus personajes. Sí, andan por ahí pero aunque no estuvieran no se echarían en falta.
Madeleine Stowe muy guapa y punto.
Lo mejor son los paisajes muy bien fotografiados y la BSO pese a que el tema principal, que es muy bueno, me está retumbando en los oídos. También Wes Studi, que del reparto es el único que consigue provocarme alguna emoción.
De las más flojas de Michael Mann.
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