El Francotirador
1978 

8.0
51,428
Drama. Bélico
Tres amigos, amantes de la caza y que trabajan como obreros en una fábrica de fundición de acero de Pennsylvania, pasan juntos las últimas horas antes de despedirse para ir a luchar como voluntarios a la guerra de Vietnam, un conflicto bélico que les cambiará a todos la vida para siempre. (FILMAFFINITY)
16 de agosto de 2021
16 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película dura, tremendamente dura y con un guión sobrecogedor pero a la vez absorbente entre su profunda melancolía envolvente y conmovedora, en la que contemplaremos unas actuaciones inconmensurables… Y donde, en mi opinión, De Niro terminó de alcanzar el título de Gran Maestro de la interpretación, ya antes; de obtener El Oscar por “Toro salvaje”.
Michael Cimino fue un director poco prolífico y de éxito irregular -tanto en crítica cómo en taquilla- pero sin duda esta, sola cinta, le encumbró en la Historia del cine. Una cinta magistralmente realizada entre fantásticos y desmesurados números musicales, bucólicas escenas de caza entre celestes y cristalinos paisajes en contraste con la angustiosa descripción de los oscuros pasillos del infierno.
Una película cuyo argumento discurre entre varios palos; el de la guerra, el de las secuelas de ésta, el de la amistad, el del amor, el de la tradición, el de la forma de vida de una segunda generación de emigrantes, en este caso rusos, y en este caso en la América profunda. Pero el argumento principal es tan viejo como el cine y sumamente habitual en el género bélico mas sobre esto hablaré seguidamente en el spoiler….
Michael Cimino fue un director poco prolífico y de éxito irregular -tanto en crítica cómo en taquilla- pero sin duda esta, sola cinta, le encumbró en la Historia del cine. Una cinta magistralmente realizada entre fantásticos y desmesurados números musicales, bucólicas escenas de caza entre celestes y cristalinos paisajes en contraste con la angustiosa descripción de los oscuros pasillos del infierno.
Una película cuyo argumento discurre entre varios palos; el de la guerra, el de las secuelas de ésta, el de la amistad, el del amor, el de la tradición, el de la forma de vida de una segunda generación de emigrantes, en este caso rusos, y en este caso en la América profunda. Pero el argumento principal es tan viejo como el cine y sumamente habitual en el género bélico mas sobre esto hablaré seguidamente en el spoiler….
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
…El argumento del que les hablaba, también presente en el guión de “El cazador”, dice así: Dos amigos, enamorados de la misma mujer, deben partir juntos a la guerra donde uno de ellos deberá morir no sin que el otro lo haya intentado todo para evitarlo y así, tras rendir los debidos honores al amigo perdido, reemprender sin remordimientos la vida tan esperada… y quedarse con la chica -frase, al menos en otros tiempos, tan del cine-.
Pero por si este argumento no les convence; les ofrezco otro:
En el sonido de una sola bala,
de un certero disparo en la cabeza;
la manera será de alzar la pieza,
se jura el cazador mientras escala.
Las fauces de la guerra en que recala,
más le afirman en esta su certeza,
junto al sabor a sangre en la maleza,
entre campos de arroz y caña rala.
Ya solos y perdidos se desecan,
donde el río no corre y se represa,
tan lejos del hogar; y del invierno…
Mas; botas de cosaco bien se secan,
y “Maikel” cumplirá con su promesa,
ya deba retornar aun al infierno…
Pero por si este argumento no les convence; les ofrezco otro:
En el sonido de una sola bala,
de un certero disparo en la cabeza;
la manera será de alzar la pieza,
se jura el cazador mientras escala.
Las fauces de la guerra en que recala,
más le afirman en esta su certeza,
junto al sabor a sangre en la maleza,
entre campos de arroz y caña rala.
Ya solos y perdidos se desecan,
donde el río no corre y se represa,
tan lejos del hogar; y del invierno…
Mas; botas de cosaco bien se secan,
y “Maikel” cumplirá con su promesa,
ya deba retornar aun al infierno…
1 de diciembre de 2023
1 de diciembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inconmensurable obra maestra de Cimino en dos actos (o tres, según se vea): un primer acto donde se muestra la camaradería, amistad y el costumbrismo de un grupo de amigos trabajadores jóvenes norteamericanos en un pueblo industrial norteño (Pittsburgh, Pennsylvania), y la boda ortodoxa rusa de uno de ellos; y, un segundo acto donde se muestra la guerra de Vietnam y sus horripilantes daños morales, psicológicos y físicos (incluyendo el macabro juego de la ruleta rusa).
Mención aparte se merece la excepcional música empleada en el film con la "Cavatina" de Stanley Myers y el "Agnus Dei" de Samuel Barber.
Mención aparte se merece la excepcional música empleada en el film con la "Cavatina" de Stanley Myers y el "Agnus Dei" de Samuel Barber.
27 de mayo de 2024
27 de mayo de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual que Johnny cogió su fusil en la cinta de Trumbo, Nicky (Walken) eleva su revólver a las sienes para ejecutar el misterio de la ruleta rusa.
En ambos casos para mostrar, una vez más, "Los desastres de la guerra". La versión goyesca de las secuelas mentales que quedan en el alma de los combatientes que sobreviven.
El misterio de la bala solitaria en el tambor batiente. La ruleta rusa ejecutada en Vietnam por soldados americanos de origen ruso, recién casado uno de ellos según el rito de la iglesia ortodoxa y las costumbres, bailes y músicas de su tierra de origen.
Una gran película con un caprichoso guion que se recrea presentando a un grupo de jóvenes de Pensilvania a punto de marchar a la guerra. Casi la tercera parte del metraje ocupa. Bien empleado tiempo pues muestra los entresijos de los personajes, sus caracteres. Lo mejor de toda la realización.
¿Un canto a la amistad como sostienen las críticas? Nada de eso. Michael (Niro), el gran protagonista y líder del grupo, desprecia abiertamente a su cuadrilla de "amigos-albóndigas" y sus juegos infantiles. Con la excepción de los dos que lo acompañarán a Vietnam, Steven (Savage) y sobre todo Nicky al que advierte la clave de la caza del venado, "Un solo disparo. En la cabeza".
Y aun en estos dos casos hay más de compañerismo, camaradería y compromiso, "No me dejes allí", que verdadera amistad.
Maravillosa banda sonora, fotografía, ambientación, vestuario, paisajes. Extraordinarias interpretaciones.
Escenas que han quedado para siempre en la historia del cine bélico, como la balada de despedida que interpreta John al piano, que concluye con el ruido de las hélices de un helicóptero aterrizando en la jungla vietnamita. Un juego que luego veremos en "Apocalypse Now". O la mirada perdida de Nicky contemplando desde la ventana del hospital de Saigón los féretros alineados para repatriar los cadáveres de los soldados muertos.
Angustia, máxima tensión dramática cuando Nicky inicia el rito de coger una vez más su revolver con una única bala en el tambor. "Un solo disparo. En la cabeza".
Una gran película. No se la pierdan.
En ambos casos para mostrar, una vez más, "Los desastres de la guerra". La versión goyesca de las secuelas mentales que quedan en el alma de los combatientes que sobreviven.
El misterio de la bala solitaria en el tambor batiente. La ruleta rusa ejecutada en Vietnam por soldados americanos de origen ruso, recién casado uno de ellos según el rito de la iglesia ortodoxa y las costumbres, bailes y músicas de su tierra de origen.
Una gran película con un caprichoso guion que se recrea presentando a un grupo de jóvenes de Pensilvania a punto de marchar a la guerra. Casi la tercera parte del metraje ocupa. Bien empleado tiempo pues muestra los entresijos de los personajes, sus caracteres. Lo mejor de toda la realización.
¿Un canto a la amistad como sostienen las críticas? Nada de eso. Michael (Niro), el gran protagonista y líder del grupo, desprecia abiertamente a su cuadrilla de "amigos-albóndigas" y sus juegos infantiles. Con la excepción de los dos que lo acompañarán a Vietnam, Steven (Savage) y sobre todo Nicky al que advierte la clave de la caza del venado, "Un solo disparo. En la cabeza".
Y aun en estos dos casos hay más de compañerismo, camaradería y compromiso, "No me dejes allí", que verdadera amistad.
Maravillosa banda sonora, fotografía, ambientación, vestuario, paisajes. Extraordinarias interpretaciones.
Escenas que han quedado para siempre en la historia del cine bélico, como la balada de despedida que interpreta John al piano, que concluye con el ruido de las hélices de un helicóptero aterrizando en la jungla vietnamita. Un juego que luego veremos en "Apocalypse Now". O la mirada perdida de Nicky contemplando desde la ventana del hospital de Saigón los féretros alineados para repatriar los cadáveres de los soldados muertos.
Angustia, máxima tensión dramática cuando Nicky inicia el rito de coger una vez más su revolver con una única bala en el tambor. "Un solo disparo. En la cabeza".
Una gran película. No se la pierdan.
24 de enero de 2010
24 de enero de 2010
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las espectativas eran grandes antes de ver esta película. Tenía bastante ilusión por verla.
Pensaba: que bién lo voy a pasar esta tarde de Domingo viendo este peliculón.
No puede estar sobrevalorada, ya que tampoco es tan vieja, y la gente tiende a valorarlas más cuantos más años tenga la peli. Buenos actores, con lo cual, me asegura buenas interpretaciones. Largo metraje.... Esto promete.
Pues al final nada de nada. La película se alarga y se alarga sin el menor atisvo de entretenimiento. El inicio es realmente soporífero. La primera hora es literalmente eterna. Se aguanta porque está empezando y piensas que cuando los personajes vayan al Vietnam algo cambiará y se vivirán situaciones más interesantes, y si, algo más interesante se hace, pero básicamente porque se incluyen una serie de partidas de la ruleta rusa, con los protagonistas de prisioneros de los vietnamitas, que consiguen añadir algo de tensión, pero nada más. Esta parte, que para mí es la mejor de la peli, solamente dura unos 40 minutos, que en 3 horas queda muy diluido. Luego nos encontramos con la vuelta de Robert De Niro a su país y el reencuentro con sus amigos, y de nuevo, se cae otra vez en el más absoluto aburrimiento.
Las interpretaciones de los actores tampoco llegan nada, son actuaciones en general, totalmente planas, carentes de sentimientos, quiza sobresale algo Christopher Walken, pero, Robert De Niro no es el otras veces . Si se quería realmente plasmar los sentimientos de este,(Robert de Niro), de culpabilidad, con respecto a lo que les había acaecido a sus compañeros en Vietnam, la verdad es que han fracasado estrepitosamente.
Sin duda otra película sobrevalorada que irá diréctamente a mí lista al acabar de escribir esta crítica.
Pensaba: que bién lo voy a pasar esta tarde de Domingo viendo este peliculón.
No puede estar sobrevalorada, ya que tampoco es tan vieja, y la gente tiende a valorarlas más cuantos más años tenga la peli. Buenos actores, con lo cual, me asegura buenas interpretaciones. Largo metraje.... Esto promete.
Pues al final nada de nada. La película se alarga y se alarga sin el menor atisvo de entretenimiento. El inicio es realmente soporífero. La primera hora es literalmente eterna. Se aguanta porque está empezando y piensas que cuando los personajes vayan al Vietnam algo cambiará y se vivirán situaciones más interesantes, y si, algo más interesante se hace, pero básicamente porque se incluyen una serie de partidas de la ruleta rusa, con los protagonistas de prisioneros de los vietnamitas, que consiguen añadir algo de tensión, pero nada más. Esta parte, que para mí es la mejor de la peli, solamente dura unos 40 minutos, que en 3 horas queda muy diluido. Luego nos encontramos con la vuelta de Robert De Niro a su país y el reencuentro con sus amigos, y de nuevo, se cae otra vez en el más absoluto aburrimiento.
Las interpretaciones de los actores tampoco llegan nada, son actuaciones en general, totalmente planas, carentes de sentimientos, quiza sobresale algo Christopher Walken, pero, Robert De Niro no es el otras veces . Si se quería realmente plasmar los sentimientos de este,(Robert de Niro), de culpabilidad, con respecto a lo que les había acaecido a sus compañeros en Vietnam, la verdad es que han fracasado estrepitosamente.
Sin duda otra película sobrevalorada que irá diréctamente a mí lista al acabar de escribir esta crítica.
8 de diciembre de 2007
8 de diciembre de 2007
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡CONTIENE DETALLES DEL ARGUMENTO!
Se ha dicho repetidamente que esta es una película sobre la amistad y las esperanzas frustradas, la perdida de la inocencia, etc. Creo que todo eso es correcto, pero podría afinarse un poco más. Lo que Cimino pone sobre el tapete de juego es la vida misma, la inminencia de aquello que escapa a nuestro control, que es la perfecta definición de la guerra, el azar a cada momento, la suerte a vida o muerte, ávida de muerte. Cimino enmarca la guerra entre dos celebraciones religiosas (en la saga de "El Padrino", Coppola introduce idéntico marco aunque por distintos y más complejos motivos), la una de vida y la otra de muerte, una boda y un funeral. La celebración previa a la partida a Vietnam está fatalmente condicionada por la incertidumbre que planea sobre la vida de los tres voluntarios. Cada momento aunque aparentemente trivial es vivido por ellos como esencial e irrepetible, y también por el espectador que no puede evitar palpar la angustia de tres vidas que sabe condenadas. Todo ocurre demasiado deprisa. La celebración, como si les fuera la vida en ello, la intensidad, la fiebre, el delirio, la fiesta.
El ritual de la caza es sobre todo un rito de amistad como demuestran las pequeñas pullas entre los amigos. A uno de ellos simulan abandonarle en la carretera, una y dos veces, para recogerle a la tercera; a otro, Mike no quiere prestarle sus botas, se las niega dos veces y a la tercera consentirá de mala gana porque al cabo es un amigo. Con este “ritornello” intrascendente en apariencia Cimino nos adelanta la auténtica puesta a prueba de la amistad en la que Mike tratará de recuperar a su amigo Nick de la progresiva descomposición mental que sufre. Se encontrará con él en Vietnam en tres ocasiones, la primera siendo ambos prisioneros río arriba, la segunda después de ser licenciado por el trauma vivido y la tercera tras el frustrado regreso a casa, después de vivir la ausencia del amigo, remontando nuevamente el Mekong (en un viaje que ya en esta película, como en “Apocalypse Now” supondrá un descenso dantesco a los infiernos, al corazón de las tinieblas conradiano). Nick negará a su amigo tres veces como en el episodio evangélico y se perderá irremediablemente.
La amistad entre Mike y Nick quedarán en nuestras retinas unidas a la mirada imperiosa de De Niro y a la sonrisa a la vez insana e inocente de Christopher Walken. Durante el cautiverio de ambos, la mirada afirmativa y voluntariosa de De Niro es capaz de crear la duda en su victimario, en el contraplano del vietnamita podemos apreciar una ligera reacción de duda pese a que no pueda siquiera sospechar lo que ocurrirá momentos después. Se trata de la misma fijeza de un Travis en "Taxi Driver" de una violencia contenida y a punto de explotar, la misma presión a la que reaccionaba nervioso el chulo Harvey Keitel.
Se ha dicho repetidamente que esta es una película sobre la amistad y las esperanzas frustradas, la perdida de la inocencia, etc. Creo que todo eso es correcto, pero podría afinarse un poco más. Lo que Cimino pone sobre el tapete de juego es la vida misma, la inminencia de aquello que escapa a nuestro control, que es la perfecta definición de la guerra, el azar a cada momento, la suerte a vida o muerte, ávida de muerte. Cimino enmarca la guerra entre dos celebraciones religiosas (en la saga de "El Padrino", Coppola introduce idéntico marco aunque por distintos y más complejos motivos), la una de vida y la otra de muerte, una boda y un funeral. La celebración previa a la partida a Vietnam está fatalmente condicionada por la incertidumbre que planea sobre la vida de los tres voluntarios. Cada momento aunque aparentemente trivial es vivido por ellos como esencial e irrepetible, y también por el espectador que no puede evitar palpar la angustia de tres vidas que sabe condenadas. Todo ocurre demasiado deprisa. La celebración, como si les fuera la vida en ello, la intensidad, la fiebre, el delirio, la fiesta.
El ritual de la caza es sobre todo un rito de amistad como demuestran las pequeñas pullas entre los amigos. A uno de ellos simulan abandonarle en la carretera, una y dos veces, para recogerle a la tercera; a otro, Mike no quiere prestarle sus botas, se las niega dos veces y a la tercera consentirá de mala gana porque al cabo es un amigo. Con este “ritornello” intrascendente en apariencia Cimino nos adelanta la auténtica puesta a prueba de la amistad en la que Mike tratará de recuperar a su amigo Nick de la progresiva descomposición mental que sufre. Se encontrará con él en Vietnam en tres ocasiones, la primera siendo ambos prisioneros río arriba, la segunda después de ser licenciado por el trauma vivido y la tercera tras el frustrado regreso a casa, después de vivir la ausencia del amigo, remontando nuevamente el Mekong (en un viaje que ya en esta película, como en “Apocalypse Now” supondrá un descenso dantesco a los infiernos, al corazón de las tinieblas conradiano). Nick negará a su amigo tres veces como en el episodio evangélico y se perderá irremediablemente.
La amistad entre Mike y Nick quedarán en nuestras retinas unidas a la mirada imperiosa de De Niro y a la sonrisa a la vez insana e inocente de Christopher Walken. Durante el cautiverio de ambos, la mirada afirmativa y voluntariosa de De Niro es capaz de crear la duda en su victimario, en el contraplano del vietnamita podemos apreciar una ligera reacción de duda pese a que no pueda siquiera sospechar lo que ocurrirá momentos después. Se trata de la misma fijeza de un Travis en "Taxi Driver" de una violencia contenida y a punto de explotar, la misma presión a la que reaccionaba nervioso el chulo Harvey Keitel.
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