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La rueda de la maravilla

Drama En la Coney Island de la década de los 50, el joven Mickey Rubin (Timberlake), un apuesto salvavidas del parque de atracciones que quiere ser escritor, cuenta la historia de Humpty (Jim Belushi), operador del carrusel del parque, y de su esposa Ginny (Winslet), una actriz con un carácter sumamente volátil que trabaja como camarera. Ginny y Humpty pasan por una crisis porque además él tiene un problema con el alcohol, y por si fuera poco ... [+]
Críticas 114
Críticas ordenadas por utilidad
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8
21 de mayo de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa nueva peli del viejo Woody, técnicamente perfecta (fotografía asombrosa), te atrapa de principio a fin. En tono sureño T. Willians, el relato es una vez más y de forma a la vez novedosa, un recorrido por las pasiones de la clase humilde americana en su camino al éxito o al fracaso, al la felicidad o la desgracia, dentro del crisol experimental de la sociedad americana. como pega que le resta un punto, la pequeña trampa final que el zorro nos tiende para terminar el relato como cree que debe acabar. Perdonable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es increíble que el marido no descubra que la mujer eludió advertir a la hija, lo que hubiese dado un fin posiblemente mucho más trágico al relato..
7
27 de mayo de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen vuelve con una historia inspirada en los años 50, en donde lo que primero nos puede llamar la atención es su puesta en escena, ya que toda ella está genialmente presentada.

Su historia nos muestra un triángulo amoroso, en triángulo que se vuelve retorcido en algunos momentos y que enganchará al espectador.

Si que es cierto, que es sello de Allen está muy presente en toda la película y que está destinada a aquellos que les guste su cine. ya que su guión, diálogos y forma de presentar la película es muy característica del director que busca sobre todo gustar a su público más fiel.

Aunque está nueva película de Allen no ha cosechado todo lo que se podría esperar de ella, no hay que pensar es estamos ante una película menor del director, ya que es una más que notable cinta, con un buen guión, una buena presentación de los personajes y una historia para nada vana.

Lo más destacable de la película es sin duda la grandísima actuación de Kate winslet, una actuación sublime, no tiene ningún pero, llena de fuerza, sentimiento y asombrosa, una actuación magistral, pero también hay que decir que está bien rodeada de unos secundarios que hacen unos trabajos bastante buenos. Justin está más que bien.

Una de las cosas que menos nos puede gustar es ese juego que tiene Allen con la luz, que en ocasiones puede resultar demasiado artificial.

Como conclusión podemos decir que estamos ante una notable película, que aunque no esté entre las mejores de su director, tampoco es algo menor, ya que es una película llena de emoción al más puro estilo de su director.

Lo mejor: Kate sin lugar a dudas
Lo mejor: Algunos pasajes resultan demasiado artificiales.
Recomendada: SI

@cineypunto
8
12 de junio de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wonder Wheel (2017) es una película de Woody Allen dura, trágica, endulzada con la magnífica y colorida paleta perteneciente a la veterana mirada de Vittorio Storaro y filmada por la otra mirada, la del realizador neoyorquino que tantos personajes preñados de asuntos humanos nos ha mostrado desde que en su primer guión cinematográfico What’s New, Pussycat? en 1965, inició su particular andadura por el universo de las pantallas, hasta llegar a un parque de atracciones como expresión máxima del ocio, la diversión y el divertimento, lo contrario que los personajes protagonistas de las historias que inundan de fracasos la tragedia colectiva del grupo.

La angustiosa sensación de la monotonía en Ginny (Kate Winsley), el rudo conformismo de quien habla cuando está sobrio y pega cuando está ebrio de Humpty (James Belushi), la ilimitada angustia de la torpeza amenazada de Carolina (Juno Temple), la inmediatez amorosa de la impaciente juventud de Mickey (Justin Timberlake) y la inmadura estupidez personificada en Richie (Jack Gore), un muchacho sin rumbo, sin nada, solo; conforman el conglomerado ramillete de personajes de difícil cohesión que se marchita entre tanta luz y la desbordada alegría de los visitantes entre las barracas de feria en Coney Island.

Wonder Wheel es el alegre escenario de los fracasados, el dramático colorido en una paleta donde las gamas tienden al gris oscuro de nuestros confundidos protagonistas escondidos entre prohibidas copas, peligrosos romances, criminales acciones, recuerdos del pasado que vuelven como fantasmas en pena, desde la irresponsable insensatez enfrentada a la angustia de callados fracasos y la progresiva pérdida de la juventud, la monotonía de lo cotidiano, la insostenible angustia, la irrefrenable juventud creadora, o el inestable futuro.

Allen equilibra los personajes protagonistas con los acertados roles que Juno Temple, Justin Timberlake y Jack Gore protagonizan entre la inestabilidad y la búsqueda emocional a lo que viene a poner el personal equilibrio los enviados Nick (Steve Schirripa) y Angelo (Tony Sirico), dos mensajeros con un recado muy concreto, donde no cabe la compasión, ni la cobardía del arrepentido, dejando un vacío emocional de trágicas consecuencias morales cuando el castigo se presenta sin llamar, con la pérdida de volver a enamorarse, del insoportable peso de la conciencia y de la vuelta a lo cotidiano, a la paleta donde, como si de un mantra se tratase, la nublada monotonía del gris oscuro, continúa instalada en Ginny acompañada por el dual Humpty sobrio en su discreta vida o ebrio con sus violentos fantasmas del pasado.

Kate Winsley nos deja una interpretación absoluta junto a la del veterano James Belushi, dos personajes para los anales referenciables en el universo del realizador neoyorquino, así como para los singulares dramas que representan, guionizados desde la veteranía de Woody donde, el acumulado fracaso de Ginny Delorean por ser alguien en el mundo del espectáculo, se une al ruinoso inestable, aunque voluntarioso simplón Humpty; dos grandes interpretaciones mimetizadas desde el más absoluto realismo actoral.

Si en Poderosa Afrodita (1995) Allen ponía en escena, entre otros dioses, a Tiresias, Zeus, o Yocasta preconizando las bondades sobre las flaquezas de los amantes; en Wonder Wheel lo hace desde Ananké dadora de la existencia sobre el destino y las compulsivas actitudes humanas, entre las cuales Ginny, Humpty, Mickey, y Richie; reflejado en el azar de sus convulsivas existencias constatadas en este gran metraje producto de la generosidad dramática de su autor.
8
25 de julio de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es muy fuerte. Muy fuerte en el sentido de intensa.

El director consigue hasta que incluso Justin haga un buen papel, y el dramatismo de sus protagonistas (especialmente Kate) es esencial para transmitir tan fuertemente tan fuertes emociones.

El director juega también mucho con la escenografía. Seguramente un segundo visionado permita percatarse de detalles fáciles de omitir en la primera vez.

Un poco machacona la canción cincuentera que suena repetidas veces, pero bueno, me imagino que esto es ya cuestión de gustos.

La película no tarda en atraparte, pero aconsejo darle la oportunidad si en los muy primeros minutos la encuentras un poco floja. Es muy difícil que te decepcione si la terminas.

Aunque lo fuerte no es la línea general de su argumento, aconsejo no leer la sinopsis de FilmAffinity (ni, en realidad, ninguna otra, la verdad). A mí me hizo resistirme a ver la película durante un tiempo, cosa de la que me he arrepentido enormemente al verla finalmente.
6
1 de agosto de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con apenas un par de variantes este comentario podría ser un calco del que realicé a la anterior cinta de Allen, "Café Society". Resumiendo: el diseño de producción y la fotografía magistral de Vittorio Storato son los auténticos protagonistas. Allen se deja llevar de la nostalgia lógica cuando ya se tiene una edad y acude a los clásicos cuando se pone dramático. Lo hizo reelaborando a Tennessee Williams con "Blues Jasmin" con sobresaliente acierto y vuelve a hacerlo ahora con Eugene O´Neill aunque esta vez partiendo de un texto propio y sin acierto. Básicamente porque Allen aunque sea un genio no es Elia Kazan o John Ford y no da en este caso con el tono que requiere la propuesta que plantea. No puede haber medias tintas. La distancia que toma Allen con la narración a cámara del personaje de Timberlake nos aleja de "las tripas" de los mismos. La dirección de actores parece dejada a su suerte. Es como si las mujeres (Winslet y Temple) se lo tomaran en serio y los hombres (Belushi y Timberlake) estuvieran relajados, exentos de la carga emocional que el libreto indudablemente lleva en esta historia de perdedores, de falsas ilusiones como la que provoca el subirse a lo más alto de la noria para no ir a ninguna parte y volver de nuevo a poner los pies en la tierra. Uno no puede menos de imaginar esta historia en blanco y negro (seguro que Storato seguía bordandolo) y con el mismo reparto principal de "El tranvia". A uno se le ponen los dientes largos del drama tan brutal que se puede llevar a las tablas con este texto, haciéndole algunos arreglillos con permiso del maestro. Allen iba mucho a Coney Island de pequeño, lo que no sabemos es si le daba por quemar todo lo que pillaba. En cualquier caso se convirtió en un incendiario magistral. 

cineziete.wordpress.com
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