Los amantes pasajeros
2013 

4.3
27,089
Comedia
Un grupo de estrafalarios pasajeros viaja de Madrid a Ciudad de México en un avión cuya tripulación es absolutamente esperpéntica. Durante el vuelo, una grave avería hace que los pasajeros de clase business, al verse inevitablemente al borde de la muerte, se sientan inclinados a revelar los asuntos más íntimos de su vida. Todo ello desembocará en una comedia caótica y disparatada. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2013
9 de abril de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas han sido las expectativas que se han creado en torno a Los amantes pasajeros, y no es para menos. La nueva película de Pedro Almodóvar es una comedia grotesca sin melodramas que se desarrolla en un avión con destino a México que, en realidad, nunca llega a salir del espacio aéreo español debido a una avería que se descubre en pleno vuelo. Los pasajeros de clase turista son anestesiados por los auxiliares de vuelo a base de relajantes musculares para que no cunda el pánico (¿una alegoría de la España actual? ¿un reflejo del mundo del Almodóvar del s. XXI?) y los pasajeros de primera, junto con la tripulación, son los únicos conscientes del peligro y se preparan para lo peor a base de confesiones de última hora, coreografías surrealistas y agua de Valencia "condimentada".
Hasta ahí todo bien. La fórmula podría haber funcionado a la perfección si no fuera por tres aspectos principales: ni la trama se desarrolla íntegramente en el entorno aéreo o aereoportuario ni sus personajes llegan a establecer un vínculo verosímil de historias entrecruzadas, por lo que sus apariciones conforman una suma números paródicos y chistes que por separado pueden causar gracia (o no) pero en su conjunto resultan esperpénticos y gratuitos. Y es que parece que Almodóvar se ha solidarizado con el alto índice de paro del país y ha decidido contribuir con la causa a base de una infinita cartera de actores hasta el punto de desviar la trama fuera de los confines del avión (de donde nunca debió salir salvo en el momento del despegue o el aterrizaje), perdiendo la oportunidad de generar un ambiente claustrofóbico y un ritmo de tensión in crescendo que hubiera dotado a la película de la fuerza y unicidad de la que carece. Además, la única historia que se desarrolla más allá del espacio aéreo es el inverosímil trío amoroso conformado por Guillermo Toledo (un galán rompecorazones que no le llega a la suela de los zapatos a precedentes y verdaderos “pichasbravas” como Fernando Guillén en Mujeres al borde de un ataque de nervios o Nacho Martínez en Matador), Paz Vega (que, aunque apenas pronuncia palabra, está maravillosa en su papel de “loca-del-coño”) y Blanca Suárez (una cándida jovencita desengañada que no está dispuesta a caer de nuevo en las mismas redes) y cuya relevancia es nula en el desarrollo del resto de personajes de la trama.
Y es que esa es la mayor debilidad de Los amantes pasajeros: el puzzle de personajes no llega a encajar y lo único que da cierta sensación de unidad es la continua irreverencia y mamarrachez de la película y la fuerte carga estética y plástica, que si bien es maravillosamente retro, colorista y apetecible, no satisface las expectativas puestas en un director al que seguramente se le exija demasiado pero al que también queremos igual tanto por sus obras maestras (Átame, Matador, Mujeres al borde de un ataque de nervios...) como por sus fracasos más estrepitosos (La Mala Educación o Kika). Almodóvar se lo ha dejado fácil a sus detractores que la tacharán de ridícula, vulgar, gratuita y superficial (y con razón) pero también hay que destacar que si bien el guión deja mucho que desear, sí que recordaremos la película por sus maravillosas actuaciones: el inefable y delicioso cameo Pe-Banderas, una Cecilia Roth sublime de musa sadomasoquista, una Lola Dueñas virgen y vidente y el trío de maricas malas formado por Javier Cámara, Raúl Arévalo y Carlos Areces (que siempre nos regala momentos inolvidables desde el "Julia Folla con Julio" en Extraterrestre hasta el "Yo también creo mucho en el culo" en la presente película), por no olvidar su séquito de azafatas mariliendre (entre las que se encuentra La Terremoto de Alcorcón). Pedro, que sé que me lees, gracias por estrellarte en la pantalla de vez en cuando y regalarnos el placer de ponerte un poco a parir.
(reseña originalmente publicada en la revista notodo.com)
Hasta ahí todo bien. La fórmula podría haber funcionado a la perfección si no fuera por tres aspectos principales: ni la trama se desarrolla íntegramente en el entorno aéreo o aereoportuario ni sus personajes llegan a establecer un vínculo verosímil de historias entrecruzadas, por lo que sus apariciones conforman una suma números paródicos y chistes que por separado pueden causar gracia (o no) pero en su conjunto resultan esperpénticos y gratuitos. Y es que parece que Almodóvar se ha solidarizado con el alto índice de paro del país y ha decidido contribuir con la causa a base de una infinita cartera de actores hasta el punto de desviar la trama fuera de los confines del avión (de donde nunca debió salir salvo en el momento del despegue o el aterrizaje), perdiendo la oportunidad de generar un ambiente claustrofóbico y un ritmo de tensión in crescendo que hubiera dotado a la película de la fuerza y unicidad de la que carece. Además, la única historia que se desarrolla más allá del espacio aéreo es el inverosímil trío amoroso conformado por Guillermo Toledo (un galán rompecorazones que no le llega a la suela de los zapatos a precedentes y verdaderos “pichasbravas” como Fernando Guillén en Mujeres al borde de un ataque de nervios o Nacho Martínez en Matador), Paz Vega (que, aunque apenas pronuncia palabra, está maravillosa en su papel de “loca-del-coño”) y Blanca Suárez (una cándida jovencita desengañada que no está dispuesta a caer de nuevo en las mismas redes) y cuya relevancia es nula en el desarrollo del resto de personajes de la trama.
Y es que esa es la mayor debilidad de Los amantes pasajeros: el puzzle de personajes no llega a encajar y lo único que da cierta sensación de unidad es la continua irreverencia y mamarrachez de la película y la fuerte carga estética y plástica, que si bien es maravillosamente retro, colorista y apetecible, no satisface las expectativas puestas en un director al que seguramente se le exija demasiado pero al que también queremos igual tanto por sus obras maestras (Átame, Matador, Mujeres al borde de un ataque de nervios...) como por sus fracasos más estrepitosos (La Mala Educación o Kika). Almodóvar se lo ha dejado fácil a sus detractores que la tacharán de ridícula, vulgar, gratuita y superficial (y con razón) pero también hay que destacar que si bien el guión deja mucho que desear, sí que recordaremos la película por sus maravillosas actuaciones: el inefable y delicioso cameo Pe-Banderas, una Cecilia Roth sublime de musa sadomasoquista, una Lola Dueñas virgen y vidente y el trío de maricas malas formado por Javier Cámara, Raúl Arévalo y Carlos Areces (que siempre nos regala momentos inolvidables desde el "Julia Folla con Julio" en Extraterrestre hasta el "Yo también creo mucho en el culo" en la presente película), por no olvidar su séquito de azafatas mariliendre (entre las que se encuentra La Terremoto de Alcorcón). Pedro, que sé que me lees, gracias por estrellarte en la pantalla de vez en cuando y regalarnos el placer de ponerte un poco a parir.
(reseña originalmente publicada en la revista notodo.com)
9 de julio de 2013
9 de julio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué dificil es el género de la comedia! una finísima línea separa el humor inteligente y atrevido del humor chabacano y simple.
Los amantes pasajeros no ha caminado sobre esta línea, directamente se la pasó sin pensar.
En un falso intento por reverdecer el ingenio de tiempos pasados (Mujeres al borde de un ataque de nervios), Pedro Almodóvar nos presenta una película coral, en espacio cerrado y con pretensión de sacar los más básicos instintos y trapos sucios de cada personaje (El ángel exterminador versión kitsch).
El resultado es que no hay avance en la historia porque no hay historias que contar. Con un comienzo torpe y absurdo, todo cae en el ridículo más inverosímil y la vulgaridad inunda todo el conjunto. Intenta darle un aire de inteligencia añadiendo temas de actualidad como la corrupción, la crisis económica y escándalos de la familia real. Pero ni con esas tenemos algo sólido.
La troupe interpretativa debo decir que hace un buen trabajo, aunque los personajes creados para ellos por el director estén tan vacíos. Cecilia Roth se salva de la quema como actriz y como personaje.
El trío de "enfants Almodóvar" son a menudo algo irritantes y excesivos en sus conversaciones. Y ni si quiera el número musical I'm so excited logra dibujar una sonrisa en la cara.
Reconozco cierta valentía al presentar una película como esta, fiel a la estética de su creador pese a las críticas del público.
Pero hay que ser consecuentes y reconocer que por muchos premios que Almodóvar tenga, no es Dios. Y se puede equivocar, y para muestra... un botón, siendo él mismo el primero que acepte un comentario negativo sobre su trabajo, como hemos recibido todos en nuestra vida.
Los amantes pasajeros no ha caminado sobre esta línea, directamente se la pasó sin pensar.
En un falso intento por reverdecer el ingenio de tiempos pasados (Mujeres al borde de un ataque de nervios), Pedro Almodóvar nos presenta una película coral, en espacio cerrado y con pretensión de sacar los más básicos instintos y trapos sucios de cada personaje (El ángel exterminador versión kitsch).
El resultado es que no hay avance en la historia porque no hay historias que contar. Con un comienzo torpe y absurdo, todo cae en el ridículo más inverosímil y la vulgaridad inunda todo el conjunto. Intenta darle un aire de inteligencia añadiendo temas de actualidad como la corrupción, la crisis económica y escándalos de la familia real. Pero ni con esas tenemos algo sólido.
La troupe interpretativa debo decir que hace un buen trabajo, aunque los personajes creados para ellos por el director estén tan vacíos. Cecilia Roth se salva de la quema como actriz y como personaje.
El trío de "enfants Almodóvar" son a menudo algo irritantes y excesivos en sus conversaciones. Y ni si quiera el número musical I'm so excited logra dibujar una sonrisa en la cara.
Reconozco cierta valentía al presentar una película como esta, fiel a la estética de su creador pese a las críticas del público.
Pero hay que ser consecuentes y reconocer que por muchos premios que Almodóvar tenga, no es Dios. Y se puede equivocar, y para muestra... un botón, siendo él mismo el primero que acepte un comentario negativo sobre su trabajo, como hemos recibido todos en nuestra vida.
14 de septiembre de 2013
14 de septiembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los amantes pasajeros se debería de titular "los pasajeros amantes" pues el "asunto de la entrepierna" es el eje sobre el que gira casi toda la película.
Una línea aérea llamada “LA PENINSULA”, en clara alusión a “IBERIA” (antiguo nombre de otra conocida “península” que adoptó la compañía aérea que todos conocemos), un aeropuerto de “LA MANCHA”, recordando el absoluto fracaso del aeropuerto de Ciudad Real, nombres ambos que parecen inspirados en las historietas de Mortadelo y Filemón, y ciertos guiños a la actualidad: como son el directivo corrupto o una señora que dice haber tenido relaciones con el rey y algún que otro personaje friki… junto con unos colores de viñeta (que es lo único que se salva), hacen de esta película una especie de comic grotesco en plan historieta que desde luego no creo que tenga mucho afán por pasar a la historia del cine.
Los personajes típicos en toda peli de Almodovar: “las locas” desquiciadas, drogadictas y alcohólicas, una de ellas muy beata por supuesto (¡como no!.. ¡había que reírse de la religión!…), los tíos macizos tratados como hombres-objeto con abultados paquetes para dar gusto a la audiencia gay y femenina, pero sin ningún otro papel más relevante en la peli y casi diría que sin apenas diálogos, el piloto casado y su copiloto, ambos heteros pero con una sexualidad dudosa que acaba tirando por donde todos nos imaginábamos por que “todos sabemos que es mejor que te la coma un tío”, la muchacha virgen y “salida” pero que, como no podría ser de otra forma, al final se desfoga….. todo esto aderezado con la música, cuanto más hortera mejor, casi siempre presente en las pelis de Almodovar y un desmadre sexual como fin de fiesta a base de mamadas , polvetes y sexo a tutiplén…. Con todo este aliño, nos presentan una película que pretende ser graciosa y atrevida pero que tiene menos argumento que algunas de las pelis porno que he visto.
Para dar caché a la peli y que se venda, tenemos a las figuras españolas de Hollywod haciendo pequeños cameos; Penélope Cruz, Banderas y Paz Vega con unos micro-papeles estúpidos que no tienen la más mínima gracia (como por el contrario ocurre con los cameos en las películas de Santiago Segura).
Una historia coral de varios personajes sin sentido aderezada con unas situaciones sexuales más propias de una peli serie B de la época del “quiero y no puedo” del destape, cuando aquí nos sorprendía oír en el cine palabras como polla, mamada o sesenta y nueve.
Vamos, un bodrio con la marca Almodóvar que si se pone cachondo (o cachonda) con éstas cosas más le valía dedicarse al sexo explícito inventando quizás la “porno-comedia” por que , desde luego, estas transgresiones de chico malote del “caca-culo-pedo-pís” versión polla- culo-paquete-mamada-sesentaynueve ya aburren.
Como ya he dicho anteriormente, se salva la ambientación y la fotografía y por supuesto la interpretación de Javier Cámara y sus compañeros azafatos.
Una línea aérea llamada “LA PENINSULA”, en clara alusión a “IBERIA” (antiguo nombre de otra conocida “península” que adoptó la compañía aérea que todos conocemos), un aeropuerto de “LA MANCHA”, recordando el absoluto fracaso del aeropuerto de Ciudad Real, nombres ambos que parecen inspirados en las historietas de Mortadelo y Filemón, y ciertos guiños a la actualidad: como son el directivo corrupto o una señora que dice haber tenido relaciones con el rey y algún que otro personaje friki… junto con unos colores de viñeta (que es lo único que se salva), hacen de esta película una especie de comic grotesco en plan historieta que desde luego no creo que tenga mucho afán por pasar a la historia del cine.
Los personajes típicos en toda peli de Almodovar: “las locas” desquiciadas, drogadictas y alcohólicas, una de ellas muy beata por supuesto (¡como no!.. ¡había que reírse de la religión!…), los tíos macizos tratados como hombres-objeto con abultados paquetes para dar gusto a la audiencia gay y femenina, pero sin ningún otro papel más relevante en la peli y casi diría que sin apenas diálogos, el piloto casado y su copiloto, ambos heteros pero con una sexualidad dudosa que acaba tirando por donde todos nos imaginábamos por que “todos sabemos que es mejor que te la coma un tío”, la muchacha virgen y “salida” pero que, como no podría ser de otra forma, al final se desfoga….. todo esto aderezado con la música, cuanto más hortera mejor, casi siempre presente en las pelis de Almodovar y un desmadre sexual como fin de fiesta a base de mamadas , polvetes y sexo a tutiplén…. Con todo este aliño, nos presentan una película que pretende ser graciosa y atrevida pero que tiene menos argumento que algunas de las pelis porno que he visto.
Para dar caché a la peli y que se venda, tenemos a las figuras españolas de Hollywod haciendo pequeños cameos; Penélope Cruz, Banderas y Paz Vega con unos micro-papeles estúpidos que no tienen la más mínima gracia (como por el contrario ocurre con los cameos en las películas de Santiago Segura).
Una historia coral de varios personajes sin sentido aderezada con unas situaciones sexuales más propias de una peli serie B de la época del “quiero y no puedo” del destape, cuando aquí nos sorprendía oír en el cine palabras como polla, mamada o sesenta y nueve.
Vamos, un bodrio con la marca Almodóvar que si se pone cachondo (o cachonda) con éstas cosas más le valía dedicarse al sexo explícito inventando quizás la “porno-comedia” por que , desde luego, estas transgresiones de chico malote del “caca-culo-pedo-pís” versión polla- culo-paquete-mamada-sesentaynueve ya aburren.
Como ya he dicho anteriormente, se salva la ambientación y la fotografía y por supuesto la interpretación de Javier Cámara y sus compañeros azafatos.
23 de noviembre de 2013
23 de noviembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gusta. Me parece insulsa, sin gracia y con un estilo más próximo a las "españoladas" de los 70 y 80 que a un cine moderno. Muy "teatral" y forzada. Las bromas no fluyen y son profundamente cargantes. Además los personajes, los arquetipos de Almodóvar son repetitivos hasta la saciedad, las "locas", las mujeres desengañadas, los hombres (unos cerdos, por supuesto, o maltratando a mujeres o ladrones) Muy cargante de verdad. Y si, hemos pillado la metáfora del aeropuerto vacío y los escándalos financieros e inmobilarios, gracias!
6 de enero de 2014
6 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menuda porquería de película, una auténtica basura, un engendro, un bodrio, un horror y una grandísima mierda...posiblemente la peor peli española que yo recuerde en muchísimos años. Antes de ver una peli siempre me gusta venir aquí y ver qué nota tiene y algunos titulares por encima, sabía que no sería gran cosa pero madre mía......me he quedado traumatizado por esta bazofia.
De verguenza ajena.
De verguenza ajena.
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