El irlandés
7.2
39,179
Thriller. Drama
Frank Sheeran fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial, estafador y sicario que trabajó con algunas de las figuras más destacadas del siglo XX. 'El irlandés' es la crónica de uno de los grandes misterios sin resolver del país: la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa. Un gran viaje por los turbios entresijos del crimen organizado; sus mecanismos internos, sus rivalidades y su conexión con la política... Adaptación del ... [+]
17 de diciembre de 2019
17 de diciembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Martin Scorsese nos trae una verdadera joya a sus 77 años, nada mas y nada menos que una de sus mejores películas y su película de mafia mas madura, supongo que debido a su experiencia y edad. No se donde la colocaría, pero entre las 3 primeras seguro.
Esto es una verdadera gozada de tres horas y media, toda la vida de una persona interpretada magníficamente por De niro, desde que se adentra en el mundo de la mafia. Incluso algunas escenas de mas atrás, el montaje es extraordinario.
Además Scorsese se atreve con nueva tecnología, para sentar un precedente en el cine, aunque no es perfecta todavía, porque al principio canta (sobre todo en De niro), pero te vas haciendo a ella hasta que se te olvida que está ahí, me parece un trabajo tremendo igualmente.
Para acompañar a De Niro tenemos a uno de los mas grandes como es Al pacino, trabajando por segunda vez juntos. Y sorprendentemente, la primera vez que trabaja con Scorsese.
Y dejo para el final, el que se merece el óscar si o si: Joe Pesci. Sus papeles siempre suelen dar miedo por lo locos que son, pero en esta ocasión da miedo por otro motivo, hace su actuación mas contenida en su carrera, un tipo "casi" retirado, impresionante.
Gracias Scorsese, que te critiquen todo lo que quieran, puedes decir lo que te de la gana en esta industria.
Esto es una verdadera gozada de tres horas y media, toda la vida de una persona interpretada magníficamente por De niro, desde que se adentra en el mundo de la mafia. Incluso algunas escenas de mas atrás, el montaje es extraordinario.
Además Scorsese se atreve con nueva tecnología, para sentar un precedente en el cine, aunque no es perfecta todavía, porque al principio canta (sobre todo en De niro), pero te vas haciendo a ella hasta que se te olvida que está ahí, me parece un trabajo tremendo igualmente.
Para acompañar a De Niro tenemos a uno de los mas grandes como es Al pacino, trabajando por segunda vez juntos. Y sorprendentemente, la primera vez que trabaja con Scorsese.
Y dejo para el final, el que se merece el óscar si o si: Joe Pesci. Sus papeles siempre suelen dar miedo por lo locos que son, pero en esta ocasión da miedo por otro motivo, hace su actuación mas contenida en su carrera, un tipo "casi" retirado, impresionante.
Gracias Scorsese, que te critiquen todo lo que quieran, puedes decir lo que te de la gana en esta industria.
22 de mayo de 2020
22 de mayo de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me costó entrar en la película. Y la cogí con ganas. Soy admirador de Scorsese y de De Niro, y no son los únicos alicientes que tiene. Me moría de ganas de disfrutar de cada minuto de El irlandés...pero...
La primera media hora es muy Scorsese y tiene a Robert De Niro en casi cada fotograma...pero no logré conectar. Quizá, aunque el ritmo no es frenético, sí nos da mucha información y datos para situarte de manera un tanto precipitada y con secuencias algo inconexas. Una presentación a lo Scorsese, pero no tan conseguida como nos tiene acostumbrados. Me noté algo aburrido de "lo de siempre", la verdad es que me sorprendí de mi propia frialdad y distancia. Tampoco ayudó no creerme a mi idolatrado actor...y la causa de eso fue comprobar que hasta él tiene límites. No son limites interpretativos, si no corporales. Al camaleón le he visto grandes transformaciones físicas...pero no creo acertado forzar ciertas cosas. El Cine es magia, hace creíble lo increíble, pero creo que se han equivocado con el Frank Sheeran joven. En esa primera media hora, no vi verdad, no fui capturado por un ritmo fluido, y nada consiguió retener mi interés, pero la cosa cambia a lo diametralmente opuesto después de esos treinta minutos, que resultan mucho mas largos que las tres horas restantes. La película despega y se desata la bestia. Y por fin se puede disfrutar del trabajo de De Niro...y también del de Scorsese...y del maravilloso elenco.
Gran trabajo narrativo y escenas sublimes con interpretaciones inmensas. Scorsese demuestra su maestría y absoluto dominio de los planos y secuencias para meternos en la escena y casi formar parte de ella. En cuanto a los actores, no conozco cómo era Jimmy Hoffa, pero Pacino nos brinda un personaje altamente carismático y creíble, no sé si algo pasado, pero sin duda creíble. Contenido está Pesci, y soberbio. Con mucho menos carisma, pero con una presencia discretamente poderosa. Y De Niro, hacía tiempo que no me hacia disfrutar fuera de la comedia. Me alegro de poder deleitarme con otro trabajo suyo, lleno del magnetismo y la fuerza que siempre le ha caracterizado. El resto del reparto está a la altura y crean escenas de alto nivel interpretativo.
Como digo al principio, lo único que se me hace cuesta arriba son los primeros minutos, después me atrapa y me sumerge en ese tramo de la historia estadounidense, haciéndomela vivir desde dentro, desde un punto de vista privilegiado, el de Frank Sheeran, haciéndome sentir cada situación como si estuviera allí. Es una gozada entender las miradas entre ellos, sus gestos. No hacen falta diálogos ni voces en off para entender todo a través de los ojos azules del irlandés, una mirada bajo el filtro artificial que colorea sus ojos, terriblemente sincera y real. Escenas donde las imágenes son las que hablan con brillante elocuencia y diálogos cargados de verdad hacen de las tres horas, un tiempo sorprendentemente breve e intenso.
La película habla de la mafía, de cómo alguien que es ajeno poco a poco se introduce y encuentra su sitio en ella, de su influencia en los acontecimientos que han marcado la historia, de su poder, sus intereses, las rivalidades intrínsecas, su particular idiosincrasia... pero también habla de amistad, de lealtad, de sacrificios, decisiones, estilos de vida, personalidades... del perdón, pero sobretodo, del tiempo, del paso del tiempo, de cómo el inexorable tiempo pasa por encima de todo y de todos. De la tendencia natural y humana de reflexionar sobre cómo lo has usado cuando notas que se te está acabando.
La primera media hora es muy Scorsese y tiene a Robert De Niro en casi cada fotograma...pero no logré conectar. Quizá, aunque el ritmo no es frenético, sí nos da mucha información y datos para situarte de manera un tanto precipitada y con secuencias algo inconexas. Una presentación a lo Scorsese, pero no tan conseguida como nos tiene acostumbrados. Me noté algo aburrido de "lo de siempre", la verdad es que me sorprendí de mi propia frialdad y distancia. Tampoco ayudó no creerme a mi idolatrado actor...y la causa de eso fue comprobar que hasta él tiene límites. No son limites interpretativos, si no corporales. Al camaleón le he visto grandes transformaciones físicas...pero no creo acertado forzar ciertas cosas. El Cine es magia, hace creíble lo increíble, pero creo que se han equivocado con el Frank Sheeran joven. En esa primera media hora, no vi verdad, no fui capturado por un ritmo fluido, y nada consiguió retener mi interés, pero la cosa cambia a lo diametralmente opuesto después de esos treinta minutos, que resultan mucho mas largos que las tres horas restantes. La película despega y se desata la bestia. Y por fin se puede disfrutar del trabajo de De Niro...y también del de Scorsese...y del maravilloso elenco.
Gran trabajo narrativo y escenas sublimes con interpretaciones inmensas. Scorsese demuestra su maestría y absoluto dominio de los planos y secuencias para meternos en la escena y casi formar parte de ella. En cuanto a los actores, no conozco cómo era Jimmy Hoffa, pero Pacino nos brinda un personaje altamente carismático y creíble, no sé si algo pasado, pero sin duda creíble. Contenido está Pesci, y soberbio. Con mucho menos carisma, pero con una presencia discretamente poderosa. Y De Niro, hacía tiempo que no me hacia disfrutar fuera de la comedia. Me alegro de poder deleitarme con otro trabajo suyo, lleno del magnetismo y la fuerza que siempre le ha caracterizado. El resto del reparto está a la altura y crean escenas de alto nivel interpretativo.
Como digo al principio, lo único que se me hace cuesta arriba son los primeros minutos, después me atrapa y me sumerge en ese tramo de la historia estadounidense, haciéndomela vivir desde dentro, desde un punto de vista privilegiado, el de Frank Sheeran, haciéndome sentir cada situación como si estuviera allí. Es una gozada entender las miradas entre ellos, sus gestos. No hacen falta diálogos ni voces en off para entender todo a través de los ojos azules del irlandés, una mirada bajo el filtro artificial que colorea sus ojos, terriblemente sincera y real. Escenas donde las imágenes son las que hablan con brillante elocuencia y diálogos cargados de verdad hacen de las tres horas, un tiempo sorprendentemente breve e intenso.
La película habla de la mafía, de cómo alguien que es ajeno poco a poco se introduce y encuentra su sitio en ella, de su influencia en los acontecimientos que han marcado la historia, de su poder, sus intereses, las rivalidades intrínsecas, su particular idiosincrasia... pero también habla de amistad, de lealtad, de sacrificios, decisiones, estilos de vida, personalidades... del perdón, pero sobretodo, del tiempo, del paso del tiempo, de cómo el inexorable tiempo pasa por encima de todo y de todos. De la tendencia natural y humana de reflexionar sobre cómo lo has usado cuando notas que se te está acabando.
29 de enero de 2020
29 de enero de 2020
3 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Jamás digas lo que piensas a alguien que no sea de la familia», espetó Vito Corleone a su hijo Sonny por actuar impulsivamente ante un miembro de otra familia. Corresponde a una línea de El Padrino (Francis Ford Coppola) y reflejaba el oscuro mundo de secretos que debían ocultar los mafiosos para sobrevivir en un ambiente peligroso donde la muerte aguardaba a la vuelta de la esquina. Será útil comparar esta obra mayor del séptimo arte con El Irlandés, no sólo por tratarse de dos películas del hampa organizada, sino por abordar de diferente modo el comportamiento de los criminales, que echaban mano a la extorsión, intimidación y soborno para lograr influencia dentro de la sociedad. Los acontecimientos violentos no daban tregua en la cinta de Coppola, intercalando escenas familiares, muy luminosas, con otras oscuras y nocturnas, donde la violencia hablaba por los personajes (el guion se centraba en lo externo), en cambio, Martin Scorsese le ha dado una vuelta de tuerca al género al hacernos partícipes del mundo interior de otro grupo de criminales que ejercían su influencia a través de los sindicatos, particularmente aquel presidido por Jimmy Hoffa entre 1957 y 1971 (interpretado por un histriónico Al Pacino) que logró agrupar a más de dos millones de camioneros en su período de mayor apogeo.
En El Padrino cada puerta que se cierra implica que alguien ha quedado fuera del círculo íntimo de la familia, más bien de su círculo de poder, limitando al ámbito hogareño el accionar de las mujeres y niños. Algo parecido ocurre en El Irlandés, donde los personajes femeninos son apenas un esbozo y las puertas que se cierran han sido reemplazadas por conversaciones en torno a la mesa de un bar donde los intercambios de palabras al oído implicarán frecuentemente que el que no participa de esos conciliábulos podría ser la próxima víctima.
Quizás El Irlandés no sea de esas películas de gánsteres, de ritmo frenético y montaje agresivo, que nos acostumbró Scorsese en Buenos Muchachos y Casino, y que también reunían entre su elenco a Robert De Niro y Joe Pesci.
Los viajes entre ciudades que se repiten representan las decisiones que van tomando los gánsteres en su vida, todas muy a prisa, pero que al final no conducen a ninguna parte. La carretera es un símbolo tan importante como lo que ocurría tras las puertas en el mundo de Coppola.
Al contrario de El Padrino, estos gánsteres tendrán que pagar en la cárcel por la violencia desatada. Tampoco habrán legado algo importante, la familia los abandona y se puede dar muerte incluso a las personas más cercanas. Salvaguardan sus intereses políticos y económicos mediante la traición. Es una película de gánsteres crepuscular. Ya no hay legado y las familias desaparecerán de sus órbitas. La vejez los alcanzará y terminarán sus días en el más solitario abandono. En la saga de El Padrino siempre aparecería otro hombre fuerte al interior de la familia, en cambio, en El Irlandés se cortarán todos los hilos y los círculos de poder dejarán de existir para siempre.
En El Padrino cada puerta que se cierra implica que alguien ha quedado fuera del círculo íntimo de la familia, más bien de su círculo de poder, limitando al ámbito hogareño el accionar de las mujeres y niños. Algo parecido ocurre en El Irlandés, donde los personajes femeninos son apenas un esbozo y las puertas que se cierran han sido reemplazadas por conversaciones en torno a la mesa de un bar donde los intercambios de palabras al oído implicarán frecuentemente que el que no participa de esos conciliábulos podría ser la próxima víctima.
Quizás El Irlandés no sea de esas películas de gánsteres, de ritmo frenético y montaje agresivo, que nos acostumbró Scorsese en Buenos Muchachos y Casino, y que también reunían entre su elenco a Robert De Niro y Joe Pesci.
Los viajes entre ciudades que se repiten representan las decisiones que van tomando los gánsteres en su vida, todas muy a prisa, pero que al final no conducen a ninguna parte. La carretera es un símbolo tan importante como lo que ocurría tras las puertas en el mundo de Coppola.
Al contrario de El Padrino, estos gánsteres tendrán que pagar en la cárcel por la violencia desatada. Tampoco habrán legado algo importante, la familia los abandona y se puede dar muerte incluso a las personas más cercanas. Salvaguardan sus intereses políticos y económicos mediante la traición. Es una película de gánsteres crepuscular. Ya no hay legado y las familias desaparecerán de sus órbitas. La vejez los alcanzará y terminarán sus días en el más solitario abandono. En la saga de El Padrino siempre aparecería otro hombre fuerte al interior de la familia, en cambio, en El Irlandés se cortarán todos los hilos y los círculos de poder dejarán de existir para siempre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El director ahora nos cuenta la historia de Frank Sheeran, un estafador que se inició como conductor de camiones, hablándonos en primera persona desde la soledad de un geriátrico y a través de una voz en off que relata los acontecimientos contenidos en largos raccontos. Hay un casamiento importante que sucedió hace no tantos años, el cual será el preludio de la muerte del famoso sindicalista. Dentro de ese relato, el director desarrolla un complicado juego de lealtades, primero con Russell Bufalino (Joe Pesci) a quien conoció por azar durante una travesía por carretera.
En otro racconto muy ingenioso (tras una llamada telefónica) Sheeran conocerá a Jimmy Hoffa y se transformará en su brazo derecho, no sólo su hombre de confianza, sino un verdadero amigo que compartirá momentos entrañables con su esposa e hijas. Peggy será la preferida y el punto de vista de censura del violento accionar de Frank.
La película transcurre en tres actos articulados por un montaje meticuloso que recurre a impecables elipsis y planos secuencia que realmente nos involucran en este mundo de poder llevado al límite. En el primero detalla la lealtad de Frank Sheeran con Bufalino, en el segundo su relación con Jimmy Hoffa, y en el tercero (novedoso punto de vista) aborda los últimos años en la cárcel de este grupo de delincuentes que apenas se acuerdan de sus fechorías y asesinatos. Claro que tienen remordimientos (mundo interior) pero la vida no les dará nuevas oportunidades. El otrora poderoso Russell Bufalino, ahora se conduce apenas sobre una silla de ruedas.
El personaje de Pesci tiene menos minutos en pantalla, pero es el más complejo. Maneja los hilos (como El Padrino de Marlon Brando) sin jamás levantar la voz, simplemente escucha y decide quien sobrevive y quien muere. Es un viejo respetable al que sólo el peso de los años logrará arrebatar su vitalidad.
En el personaje de De Niro se estructura el relato y en todo momento nos damos cuenta de lo doloroso que fue para él darle muerte a su amigo Jimmy Hoffa. La lealtad hacia Bufalino era imposible de contrarrestar para seguir con vida, pero se podría decir que los dos tiros en la nuca del sindicalista en realidad significaron un final piadoso, rápido y sin dolor. Frank apenas lograba ocultar la culpa ante la mujer de Hoffa y ante Peggy simplemente no podía ocultar su miseria. En sus últimos años intentó acercarse a sus hijas, pero ellas no se compadecieron de las circunstancias de Frank. Se relacionó con la iglesia, no tanto por la religión, sino para hablar con alguien, pero jamás confesó que había dado muerte al sindicalista. Se llevaría el secreto a la tumba, junto con el sufrimiento de la familia de Hoffa.
En otro racconto muy ingenioso (tras una llamada telefónica) Sheeran conocerá a Jimmy Hoffa y se transformará en su brazo derecho, no sólo su hombre de confianza, sino un verdadero amigo que compartirá momentos entrañables con su esposa e hijas. Peggy será la preferida y el punto de vista de censura del violento accionar de Frank.
La película transcurre en tres actos articulados por un montaje meticuloso que recurre a impecables elipsis y planos secuencia que realmente nos involucran en este mundo de poder llevado al límite. En el primero detalla la lealtad de Frank Sheeran con Bufalino, en el segundo su relación con Jimmy Hoffa, y en el tercero (novedoso punto de vista) aborda los últimos años en la cárcel de este grupo de delincuentes que apenas se acuerdan de sus fechorías y asesinatos. Claro que tienen remordimientos (mundo interior) pero la vida no les dará nuevas oportunidades. El otrora poderoso Russell Bufalino, ahora se conduce apenas sobre una silla de ruedas.
El personaje de Pesci tiene menos minutos en pantalla, pero es el más complejo. Maneja los hilos (como El Padrino de Marlon Brando) sin jamás levantar la voz, simplemente escucha y decide quien sobrevive y quien muere. Es un viejo respetable al que sólo el peso de los años logrará arrebatar su vitalidad.
En el personaje de De Niro se estructura el relato y en todo momento nos damos cuenta de lo doloroso que fue para él darle muerte a su amigo Jimmy Hoffa. La lealtad hacia Bufalino era imposible de contrarrestar para seguir con vida, pero se podría decir que los dos tiros en la nuca del sindicalista en realidad significaron un final piadoso, rápido y sin dolor. Frank apenas lograba ocultar la culpa ante la mujer de Hoffa y ante Peggy simplemente no podía ocultar su miseria. En sus últimos años intentó acercarse a sus hijas, pero ellas no se compadecieron de las circunstancias de Frank. Se relacionó con la iglesia, no tanto por la religión, sino para hablar con alguien, pero jamás confesó que había dado muerte al sindicalista. Se llevaría el secreto a la tumba, junto con el sufrimiento de la familia de Hoffa.
15 de noviembre de 2019
15 de noviembre de 2019
23 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Martin Scorsese supo darle forma a un universo cinematográfico donde pocos como él se adentraron en la vida de los gánsteres con tal profundidad, logrando construir verdaderas obras maestras con actores como Robert De Niro, Harvey Keitel o Joe Pesci, a los que reúne en su nueva película en la que regresa al mundo del hampa, repasando una parte de la historia del siglo pasado de los Estados Unidos, en un relato vibrante y personal.
Partiendo del libro “I Heard You Paint Houses”, de Charles Brandt, que ha adaptado para la gran pantalla el guionista Steven Zaillian, se narra la historia de Frank Sheeran (De Niro), veterano de la Segunda Guerra Mundial, el irlandés del título que trabajaba como chófer de un camión y que poco a poco se fue relacionando con diferentes personalidades hasta llegar a colaborar con el poderoso líder sindical Jimmy Hoffa (Al Pacino), a quien conoce gracias a su amigo Russell Bufalino (Joe Pesci), convirtiéndose en la figura encargada de ejecutar el trabajo sucio para los suyos.
El relato viaja constantemente en el tiempo, y así Scorsese se toma el tiempo, con ayuda de la tecnología para rejuvenecer a sus actores, para contarnos mucho de cada uno de sus personajes, de como se conocen y como terminan involucrándose, de sus relaciones familiares y así hasta llegar a verlos como ancianos que cargan sobre si el peso de sus actos y decisiones, excepto a Hoffa, de quien se sabe un día desapareció y nunca más se supo de él, tema que la película también aborda a detalle y que se convierte en una parte importante del conflicto de Sheeran en sus últimos días.
La narración de Scorsese se modifica de acuerdo a lo que se va contando, en una primera parte todo es más vertiginoso, similar a lo visto en ‘Goodfellas’ o ‘’The Wolf of Wall Street’, con muchos diálogos y una edición y planos secuencias precisos, y un destacadísimo trabajo cinematográfico de Rodrigo Prieto, mientras que en el segundo tramo donde se aborda la etapa madura de los personajes, la narración se torna más calma, íntima e introspectiva, donde las miradas dejan de lado a las palabras y los silencios se vuelven implacables, como el paso del tiempo y la culpa a cuestas.
La película es larga, mucho, son casi tres horas y media pero Scorsese se las arregla para no perder el ritmo y hace que no se sientan tanto, y sabe bien aprovechar cada minuto para contar su historia de mafiosos, pero también para dar un buen repaso por la historia reciente de su país, en un periodo en el que Hoffa supo hacer valer su poder y enfrentar a los Kennedy por igual, aunque esto se aborda de manera lateral, pues Marty no pierde nunca el foco sobre sus personajes y lo que quiere contar.
Y lo que nos cuenta son esas historias que él vio desde niño y que conoce a la perfección, que le han permitido dar forma a una muy sólida filmografía con varias obras maestras a cuestas y con un grupo de actores a los que hace brillar como en sus mejores tiempos, con un trabajo descomunal de Joe Pesci y De Niro, lo mismo Harvey Keitel y su breve aparición y haciendo destacar sobre todo a Pacino en su primera colaboración juntos, al que muestra contenido y en plena forma, logrando así una de sus mejores películas, que ya es mucho decir, un relato intenso, introspectivo y apabullante en más de un sentido. Sin duda, estamos ante uno de los mejores directores de la historia del cine que ha alcanzado, una vez más, llegar a lo más alto.
https://tantocine.com/el-irlandes-de-martin-scorsese/
Partiendo del libro “I Heard You Paint Houses”, de Charles Brandt, que ha adaptado para la gran pantalla el guionista Steven Zaillian, se narra la historia de Frank Sheeran (De Niro), veterano de la Segunda Guerra Mundial, el irlandés del título que trabajaba como chófer de un camión y que poco a poco se fue relacionando con diferentes personalidades hasta llegar a colaborar con el poderoso líder sindical Jimmy Hoffa (Al Pacino), a quien conoce gracias a su amigo Russell Bufalino (Joe Pesci), convirtiéndose en la figura encargada de ejecutar el trabajo sucio para los suyos.
El relato viaja constantemente en el tiempo, y así Scorsese se toma el tiempo, con ayuda de la tecnología para rejuvenecer a sus actores, para contarnos mucho de cada uno de sus personajes, de como se conocen y como terminan involucrándose, de sus relaciones familiares y así hasta llegar a verlos como ancianos que cargan sobre si el peso de sus actos y decisiones, excepto a Hoffa, de quien se sabe un día desapareció y nunca más se supo de él, tema que la película también aborda a detalle y que se convierte en una parte importante del conflicto de Sheeran en sus últimos días.
La narración de Scorsese se modifica de acuerdo a lo que se va contando, en una primera parte todo es más vertiginoso, similar a lo visto en ‘Goodfellas’ o ‘’The Wolf of Wall Street’, con muchos diálogos y una edición y planos secuencias precisos, y un destacadísimo trabajo cinematográfico de Rodrigo Prieto, mientras que en el segundo tramo donde se aborda la etapa madura de los personajes, la narración se torna más calma, íntima e introspectiva, donde las miradas dejan de lado a las palabras y los silencios se vuelven implacables, como el paso del tiempo y la culpa a cuestas.
La película es larga, mucho, son casi tres horas y media pero Scorsese se las arregla para no perder el ritmo y hace que no se sientan tanto, y sabe bien aprovechar cada minuto para contar su historia de mafiosos, pero también para dar un buen repaso por la historia reciente de su país, en un periodo en el que Hoffa supo hacer valer su poder y enfrentar a los Kennedy por igual, aunque esto se aborda de manera lateral, pues Marty no pierde nunca el foco sobre sus personajes y lo que quiere contar.
Y lo que nos cuenta son esas historias que él vio desde niño y que conoce a la perfección, que le han permitido dar forma a una muy sólida filmografía con varias obras maestras a cuestas y con un grupo de actores a los que hace brillar como en sus mejores tiempos, con un trabajo descomunal de Joe Pesci y De Niro, lo mismo Harvey Keitel y su breve aparición y haciendo destacar sobre todo a Pacino en su primera colaboración juntos, al que muestra contenido y en plena forma, logrando así una de sus mejores películas, que ya es mucho decir, un relato intenso, introspectivo y apabullante en más de un sentido. Sin duda, estamos ante uno de los mejores directores de la historia del cine que ha alcanzado, una vez más, llegar a lo más alto.
https://tantocine.com/el-irlandes-de-martin-scorsese/
30 de noviembre de 2019
30 de noviembre de 2019
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso no significa que cada una de las escenas de esta monstruosa y auto indulgente película de 3.5 horas sea aburrida. Se puede rescatar, por decir, una hora de esta historia, otra de mafia aunque más “intimista” o “sentimental”, más interesante que Godfellas y Casino por sus mayores implicaciones políticas, relativamente exploradas. Los últimos 40 minutos, en cambio, son de Scorsese intentando ser Charlie Kaufman (Synecdoche, Adaptation) o algo así y no funcionan para nada.
En cuanto al uso del CGI para rejuvenecer a los actores: distrae. En un puñado de escenas con De Niro funciona bien, pero la mayor parte del tiempo llama demasiado la atención. Además, las caras no se corresponden al tono y energía de las voces y cuerpos. Las performances son arruinadas por los fallidos intentos de Pesci y De Niro de actuar como sus versiones jóvenes. No les sale y no es creíble. Al Pacino sí brilla en comparación, al ser el único todavía capaz de hablar rápido y/o gritar. No estoy diciendo que ejecute una precisa interpretación del Hoffa real, pero su energía salvó la película para mí, y el tramo enfocado en él es lo mejor del film.
¿Con gente joven interpretando las versiones jóvenes de los protagonistas? Quizás podría perdonar que sea tan larga, gracias a una mayor energía proveniente de ellos. ¿Con un corte de 2.5 horas? Quizás podría perdonar la ridiculez de actores tan grandes intentando pasar por adultos jóvenes. Pero así, simplemente no puedo darle a esta película más que un cinco.
En cuanto al uso del CGI para rejuvenecer a los actores: distrae. En un puñado de escenas con De Niro funciona bien, pero la mayor parte del tiempo llama demasiado la atención. Además, las caras no se corresponden al tono y energía de las voces y cuerpos. Las performances son arruinadas por los fallidos intentos de Pesci y De Niro de actuar como sus versiones jóvenes. No les sale y no es creíble. Al Pacino sí brilla en comparación, al ser el único todavía capaz de hablar rápido y/o gritar. No estoy diciendo que ejecute una precisa interpretación del Hoffa real, pero su energía salvó la película para mí, y el tramo enfocado en él es lo mejor del film.
¿Con gente joven interpretando las versiones jóvenes de los protagonistas? Quizás podría perdonar que sea tan larga, gracias a una mayor energía proveniente de ellos. ¿Con un corte de 2.5 horas? Quizás podría perdonar la ridiculez de actores tan grandes intentando pasar por adultos jóvenes. Pero así, simplemente no puedo darle a esta película más que un cinco.
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