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Kramer vs. Kramer

Drama Cuando Ted Kramer (Hoffman), un ejecutivo de publicidad, es abandonado por su mujer (Streep), tiene que hacerse cargo por primera vez de su hijo: deberá conquistar el afecto del niño y hacer de padre y madre a la vez, sin descuidar su carrera profesional. (FILMAFFINITY)
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10
9 de febrero de 2021 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película con un guión perfecto y unas actuaciones soberbias, sobre todo de Hoffman, Streep y el niño. Me ha emocionado mucho en varias partes de la misma, además de ser fluida a la vez que pausada: combinación que no es fácil de casar.

El desayuno es una de las partes clave de la historia, cómo va evolucionando, desde el desastre del principio, aquel sin palabras y el último, donde todo está perfectamente coordinado.

La educación de los niños empieza por los pequeños detalles. No se trata de ser autoritario, sino de dar a entender a un niño que está creciendo y está indefenso ante su ignorancia del mundo, la seguridad de seguir unas pautas sencillas. La escena del helado de chocolate es una lección de cómo marcar un límite.

Las risas son un ingrediente importante en toda película dramática como esta. Por eso se recibe con agrado el encuentro en el pasillo entre la compañera de trabajo y el vástago.

Y no sé por qué, pero se humedecieron mis ojos al ver la caída del columpio y todo lo que vino detrás. Sin duda, la secuencia de la película.
7
2 de septiembre de 2021 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kramer Vs. Kramer (1979), dirigida por Robert Benton, retrata la historia de un padre que debe afrontar la crianza de su hijo luego de que su mujer abandone el hogar. Obtuvo el premio Oscar a mejor película. Con Dustin Hoffman y Meryl Streep.

Por Nicolás Bianchi

Es difícil pensar en algún motivo cinematográfico por el cual Kramer Vs. Kramer puede ser premiada en detrimento de Apocalypse Now, pero eso fue lo que decidió la Academia en 1980. El film es un drama familiar muy bien filmado que contiene dos actuaciones vibrantes, que también fueron reconocidas con una estatuilla, aunque lejos está de la mucho más ambiciosa e icónica película de Francis Ford Coppola.

Más allá de las comparaciones, la historia que Benton adaptó de una novela de Avery Corman, expresa una mirada conservadora sobre los roles del hombre y la mujer en la familia. Mientras que la crianza por parte de la madre es vista como una obligación, cuando el padre asume esa tarea adquiere un carácter heroico, aunque involuntariamente se de cuenta de lo injusto del planteo.

Ted Kramer (Dustin Hoffman) es un exitoso publicista que en el día en el que lo ascienden llega un poco más tarde de lo habitual a su casa. Excitado y alegre, no repara en su mujer Joanna (Meryl Streep), que atraviesa una crisis y lo espera con las valijas hechas para anunciarle que se va. Ted en principio no toma en serio lo que Joanna le dice, pero la mujer, que rompe en llanto, continúa firme en su actitud y parte.

A partir de entonces tanto Ted como su hijo Billy (Justin Henry) son mostrados como víctimas del abandono de Joanna. La vida cotidiana de ambos se descalabra, Ted comienza a tener problemas en el trabajo y Billy está emocionalmente muy dolido por la actitud de su madre. Cuando, luego de unos meses, ambos se adaptan a la nueva realidad, la mujer reaparece, esta vez con la forma de una amenaza.

La primera toma de Joanna luego de su partida la encuentra detrás de un vidrio de un café, en frente de la salida del colegio de Billy, desde donde puede ver sin ser vista. Sus brazos están levemente extendidos sobre la ventana, en una pose amenazante, como una fiera que busca lanzar sus zarpas sobre una presa. El personaje luego tiene la posibilidad de explicar su parecer en un bar con Ted, pero la postura del hombre siempre prima.

Más allá de algunas actitudes violentas de Ted que hoy no entrarían dentro del canon de lo correcto, en la película se puede entrever constantemente un señalamiento a la actitud de Joanna. Su actitud provocó el desbarranco laboral de su marido. Cuando van a juicio, ella, sin el peso de la crianza de Billy, se encuentra ganando más dinero que él. ¿A través de esos detalles la película, sin buscarlo, no le da la razón al personaje de Joanna?

Más que por el valor de la película en sí, el género de drama familiar siempre permite mirar el estado de los valores reinantes en el pasado. Cuando los 70 ya terminaban las mujeres, luego de los movimientos feministas que comenzaron en los años 60, debían volver a sus hogares para criar a los hijos. Si la responsabilidad caía en los padres ellos se convertían en héroes y ellas en villanas.

Se encuentra disponible en distintas plataformas (Google Play, Vudu, Amazon). Contacto: [email protected].
9
17 de diciembre de 2021 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Precioso drama familiar que funciona perfectamente a todos los niveles, dirección, guión, actuaciones, todo es fantástico.

Muestra una historia real y siempre actual, pero detrás de cada escena hay un parentesco con nuestras vidas, una vez llegados a este punto en la vida te planteas la vida familiar y profesional.

De esto trata esta película, de la vida familiar y profesional, no solamente de la custodia de un niño.

Las actuaciones son magistrales, estamos ante unos actores que fueron lo mejor de aquella época, una historia realmente bien dirigida, muy lejos del sentimentalismo que hoy en día estas historias suelen tener, aquí todo está muy bien calculado para observar y reflexionar, y esto me ha pasado.

Cuando veo la historia, la admiro por todas las razones que he comentado, pero admiro la reflexión secundaria que produce una historia así.

El trabajo, del que un día te pueden tirar sin ningún tipo de piedad, porque solamente eres una cifra y una ganancia, y les da igual tu posición y situación social, mientras la vida pasa y al final, si tienes suerte, te das cuenta de que lo más importante lo has dejado de lado.

La película es una preciosa reflexión sobre valores humanos y familiares, tratados con sabiduría y precisión.
10
13 de julio de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
KRAMER VS. KRAMER (1979)
Dir. Robert Benton
Con Dustin Hoffman, Meryl Streep, Justin Henry, Jane Alexander, Petra King, Melissa Morell, Howard Duff, George Coe, JoBeth Williams, Howland Chamberlain y Dan Tyra

10/10
Basada en la novela homónima de Avery Corman, ¿Por qué sigue siendo una película que funciona? Porque es tan actual la temática que son personas y situaciones tan realistas (en este caso, el divorcio y el rol de los padres en la crianza de sus hijos).

Es inteligente en el guión como conocemos sus puntos de vista, sobre la vida laboral y la familiar… ni hablar de los derechos.

Es excelente el nivel psicológico que maneja, más que nada por las increíbles actuaciones de todos los actores que uno es más creíble del otro.

Más que recomendable, una joya.

Un ejecutivo y su hijo son abandonados por su esposa, quien regresa tras un tiempo y exige la custodia legal del niño.
7
19 de julio de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kramer contra Kramer no es un drama en absoluto superado como afirman muchos de los que vierten sus opiniones en esta página.
¿Cómo va a estar superada una situación a la que en el mundo occidental, a día de hoy, van a tener que enfrentarse casi la mitad de las parejas que contraen matrimonio?. Al revés. Kramer contra Kramer es un drama cotidiano muy, muy, cotidiano y muy astuto en su tratamiento para la década en la que se realizó, a la que no se le pueden negar sus muchas virtudes en el tratamiento de la misma a pesar de que Benton también nos cuela unas cuántas trampillas y trucos de prestidigitador de salón para dirigir las simpatías del público en la dirección que él defiende.
Es decir, objetiva y equidistante no es desde luego. Benton examina la situación desde un punto de vista masculino naturalmente, relegando a la protagonista femenina a una posición secundaria y circunstancial. Es decir, ella abandona al niño (lo del abandono al marido es perfectamente lícito y fácilmente comprensible) de la noche a la mañana, sin que pueda alegar más razón que la de que se encuentra al borde de una depresión nerviosa, sin que por ello recurra antes a un médico, un psicólogo o a un abogado que podrían ayudarla a encauzar la situación sin necesidad de tomar tan drástica decisión. Pero año y medio después, reaparece para exigir la custodia del niño y hacer tambalear el nuevo orden doméstico y familiar que su exmarido había construido.
Y yo creo que esto lo hace porque el director quiere plantear una situación que sí era novedosa en la época. Benton pretende denunciar de alguna manera ante el público, sobre la, en su opinión, injusticia que supone la aplicación de una ley que por norma concedía la custodia de los hijos a la madre, suponiéndolas más capacitadas por el simple hecho de serlo, cuando lo que aquí se expone es que ese rol no corresponde en realidad a ningún género sino que cualquiera puede ejercerlo, ya sea hombre o mujer según se den las circunstancias.
Pero Benton hace trampas en el juego. Primero, porque no creo que esa ley (ya antigua, ahora se legisla más habitualmente a favor de la custodia compartida), se rigiera ciegamente por una razón prejuiciosa como la de suponer que una mujer estaba más capacitada que un hombre para criar un hijo. Lo que ocurría es que la inmensa mayoría de las mujeres eran las que se hacían cargo de ello en la época y, si no había una razón de peso que lo impidiera (drogadicción, malos tratos, problemas mentales o algo así), era de lo más normal que los jueces se inclinaran en favor de la persona a cuyo cargo había estado más tiempo el niño. Una cuestión de pura lógica.
Ahora bien esa ley ha cambiado porque la situación ha cambiado. Desde que las mujeres salieron del hogar en la misma medida que el hombre y, al tiempo, el hombre se ha ido involucrando más y más en la educación y cuidados del niño, es normal que la ley también vaya cambiando. No son asuntos prejuiciosos, es sentido común, al niño no se le debe malear más de lo necesario. Necesita la estabilidad que siempre ha conocido, !qué más da que provenga de un padre, una madre o una pareja!. Y por supuesto que habrá casos de injusticias flagrantes, en favor de uno u otro, la ley no es infalible pero si permiten que me moje en estos asuntos, yo creo que los hijos en la mayoría de los casos se quedan con quien deben quedarse. No es cuestión de machismo ni feminismo. Es cuestión de que el que tenga un hijo, sea hombre o mujer, debe involucrarse con él desde el principio hasta el fin, vamos a dejarnos de roles y reparto de tareas. Un hijo no es lo mismo que escaquearse de a ver quién pasa el aspirador, quién cocina o pone la lavadora. Ahí no debería de haber reparto de tareas o roles y si lo hay ya supone un desequilibrio que luego los jueces no tienen más remedio que tratar de solucionar.
Pero como esta pareja ya parte de un desequilibrio notorio (él es un yuppie de éxito de los de trabajo absorbente, sin horarios, que ignora hasta en qué curso va su hijo y ella, una ama de casa, las 24 horas enchufada a su hijo y condenada a esperar a su marido por las noches sin más horizontes) y Benton quiere resolver el asunto en favor de el hombre, no tiene más remedio que despachar a la madre haciendo que se vaya lejos y que él "descubra" a partir de entonces lo que realmente significa la paternidad (que no es, simplemente, traer la caza a la cueva). Y se revelará, milagrosamente, como un magnífico padre ideal, capaz de sacrificar su éxito y su carrera (no puede contratar niñeras a pesar de que gana un pastizal), aunque hasta entonces ese niño seguramente ignorara que lo tuviera.

Ella, por su parte y también milagrosamente, pasa de ser una mujer anodina, sin horizontes (coartada por su marido que, al parecer, no quería que trabajara a lo que ella cedía en aras de hacerle feliz). La mujer de carrera universitaria y prestigioso pasado laboral que se sacrifica por su familia (esto no hay quien se lo crea, estamos hablando de una pareja joven, con estudios superiores, de mentalidad moderna, de clase media alta), que al poco de separarse pasa a conseguir un magnífico y envidiable puesto laboral donde gana más que él, ahora que no se encuentra subordinada a las esclavas demandas del marido y del hijo (que en ningún momento se comprende que fueran tantas o que no pudiera compaginarlas con un trabajo dada la situación económica desahogada que se les supone). Que no estamos hablando de una madre de doce hijos de baja condición social, que malvive con el bajo salario del marido obrero y ha de sacarlos adelante como sea. Un caso así sí que sería comprensible si lo que se quiere denunciar es el problema de conciliación pero en un caso como éste, eso no es creíble.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En cualquier caso, el juez dicta sentencia a favor de la madre a pesar de su caso de abandono de hogar y también aquí presento yo mis dudas. No me creo que un juez resuelva tan fácilmente un caso así. Tengo mis dudas. El abandono de un niño era una falta gravísima aun en la época y no me creo que los jueces mediaran tan a la ligera en favor de la mujer. Esto también contiene un tufillo de manipulación para presentar al hombre como víctima de una ley injusta.
Y, claro, a pesar de tanto sesgo poco objetivo e irreal, Benton no quería cerrar el film con un final infeliz después de que todos los espectadores nos habíamos aliado con Dustin al que habíamos llegado a admirar como padre coraje. Así que Benton resuelve haciendo que Meryl abra los ojos ante la nueva joya de padre en la que se había convertido Hoffman cediéndole la custodia en toda justicia simbólica para satisfacción de un público que necesita que todo se ponga en su lugar.

Pero hay que decir en favor de Benton que la manipuladora historia se encuentra relatada de un modo sencillo y admirable. Se puede estar de acuerdo o no con sus planteamientos pero la cinta se conduce con una precisión y fluidez magnificas. Los diálogos son muy buenos, el guion también. Incide en muchos puntos interesantes y no pierde el tiempo en tonterías y los momentos dramáticos no se salen de madre en ningún momento. Algo difícil de lograr con este tipo de temas. Y una cosa más. Las actuaciones son impresionantes, se mire por donde se mire. En este tipo de dramas es donde se puede admirar de verdad la habilidad y maestría de unos actores que, si fueran más más mediocres, habrían derrumbado la película como se derrumba un castillo de naipes. Todo el entramado se encuentra ahí. Un gran guion (no tan honesto como lo venden) y unos actores excelentes muy bien dirigidos por Robert Benton. Una película de esas construidas para conmover el corazón del espectador y que lo logra, al margen de que su tesis sea sostenible o no.
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