La vida en rosa
2007 

7.0
13,855
Drama. Musical
Biografía de la famosa cantante francesa Edith Piaf (1915-1963): su infancia, su adolescencia y su ascensión a la gloria. De los barrios bajos de París al éxito de Nueva York, la vida de Edith Piaf fue una lucha por sobrevivir y amar. Creció en medio de la pobreza, pero su voz mágica y sus apasionados romances y amistades con las grandes personalidades de la época (Yves Montand, Jean Cocteau, Charles Aznavour, Marlene Dietrich, Marcel ... [+]
14 de octubre de 2014
14 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película que trata sobre la vida de Edith Piaf. Magnífica música lógicamente y gran actuación de Marion Cotillard, quizá sobreactuando en algunos momentos, pero esa es una sensación que tengo últimamente con muchas actrices, me pasó también con Cate Blanchett en Blue Jasmine.
Tiene momentazos, pero ante todo muestra que cantar significaba la vida entera para ella y eso es lo que debería significar lo que cada uno de nosotros hacemos, la vida entera.
Tiene momentazos, pero ante todo muestra que cantar significaba la vida entera para ella y eso es lo que debería significar lo que cada uno de nosotros hacemos, la vida entera.
31 de mayo de 2018
31 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora que se está estrenando en todo el mundo la obra “Piaf, voz y delirio”, que interpreta la actriz Mariaca Semprún, una artista integral y versátil que pone voz a la legendaria diva Edith Piaf. Digo, al hilo de este exitoso estreno he recordado y revisado esta maravillosa película de Olivier Dahan, que dirige magistralmente un biopic sobre la vida justamente de la Piaf, y he sentido el deseo de escribir algunas impresiones sobre este film.
La cinta versa sobre la infancia, adolescencia y fama de Edith Piaf (1915-1963) que, viniendo de los barrios bajos de París, recorrió el mundo entero con su voz por bandera. Una mujer que sólo tuvo su prodigiosa voz, que amó intensamente y se relacionó con grandes personajes de la época (Yves Montand, Jean Cocteau, Charles Aznavour, Marlene Dietrich…). En fin, toda una estrella que nunca ha pasado, que continúa deleitándonos con canciones como la que da título a esta obra: “La vie en rose”.
Dahan hace una labor meritoria con un libreto del que son autores él mismo junto a Isabelle Sobelman, que hilan la trama de un biopic de gran fuerza, a veces excesivo y grandilocuente, aunque en general convincente.
Lo que creo que le da intensidad al film son dos aspectos. En primer lugar la Actriz Marion Cotillard (Oscar, Globo de Oro, BAFTA, etc., a mejor actriz), una mujer que puede y sabe meterse de pleno en el cuerpo y el corazón de la tumultuosa Edith, mujer éste excesiva, frágil y mortecina; se sabe por las declaraciones de la Cotillard que se preparó a conciencia, con maestros de canto incluidos, para conseguir el lenguaje, los gestos tan propios de la artista, su expresión corporal o su mirada, de manera que incluso la Cotillard declaró poco menos que se encontró poseída por la Piaf y que luego le resultó complicado desprenderse del personaje que ya habitaba dentro de ella. La cosa es que consigue reconstruir fidedignamente a la estrella francesa con un magisterio envidiable. Y el segundo elemento importantísimo de la película es la voz de la propia Edith Piaf cuyas canciones suenan a lo largo de la cinta lo más granado de su repertorio, lo cual es mucho, sobre todo para aquellos a quienes nos fascina la cantante parisina.
En resumen, una meritoria película construida a base de flash back que es ni más ni menos que una interesante adaptación de la vida de una de las mejores voces femeninas en la historia de la música francesa e internacional, la carismática Edth Piaf, “el gorrión de París”, una artista y una mujer con una existencia trágica marcada por la enfermedad, las adicciones, la pobreza, los excesos y el sufrimiento.
La cinta versa sobre la infancia, adolescencia y fama de Edith Piaf (1915-1963) que, viniendo de los barrios bajos de París, recorrió el mundo entero con su voz por bandera. Una mujer que sólo tuvo su prodigiosa voz, que amó intensamente y se relacionó con grandes personajes de la época (Yves Montand, Jean Cocteau, Charles Aznavour, Marlene Dietrich…). En fin, toda una estrella que nunca ha pasado, que continúa deleitándonos con canciones como la que da título a esta obra: “La vie en rose”.
Dahan hace una labor meritoria con un libreto del que son autores él mismo junto a Isabelle Sobelman, que hilan la trama de un biopic de gran fuerza, a veces excesivo y grandilocuente, aunque en general convincente.
Lo que creo que le da intensidad al film son dos aspectos. En primer lugar la Actriz Marion Cotillard (Oscar, Globo de Oro, BAFTA, etc., a mejor actriz), una mujer que puede y sabe meterse de pleno en el cuerpo y el corazón de la tumultuosa Edith, mujer éste excesiva, frágil y mortecina; se sabe por las declaraciones de la Cotillard que se preparó a conciencia, con maestros de canto incluidos, para conseguir el lenguaje, los gestos tan propios de la artista, su expresión corporal o su mirada, de manera que incluso la Cotillard declaró poco menos que se encontró poseída por la Piaf y que luego le resultó complicado desprenderse del personaje que ya habitaba dentro de ella. La cosa es que consigue reconstruir fidedignamente a la estrella francesa con un magisterio envidiable. Y el segundo elemento importantísimo de la película es la voz de la propia Edith Piaf cuyas canciones suenan a lo largo de la cinta lo más granado de su repertorio, lo cual es mucho, sobre todo para aquellos a quienes nos fascina la cantante parisina.
En resumen, una meritoria película construida a base de flash back que es ni más ni menos que una interesante adaptación de la vida de una de las mejores voces femeninas en la historia de la música francesa e internacional, la carismática Edth Piaf, “el gorrión de París”, una artista y una mujer con una existencia trágica marcada por la enfermedad, las adicciones, la pobreza, los excesos y el sufrimiento.
17 de marzo de 2019
17 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que nos lleva a una Francia que nunca más volverá a existir: la que narró Piaff con su lirismo. No es que Marion Cotillard lo haga perfecto y la película quede atrás, como en tantos otros biopics, sino que Cotillard hace que la película sea buena. No hay que olvidar que pretende ser comercial y que tiene ese punto de ser una película para todas las personas y, aún así, emociona. Es ese el verdadero valor de la película de Dahan. La mejor voz europea del siglo XX por fin tuvo su película.
5 de julio de 2020
5 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La Vida en Rosa" es un interesante drama biográfico basado en la vida de la legendaria cantante francesa Édith Piaf, dirigido por Olivier Dahan y protagonizado por Marion Cotillard. Édith Giovanna Gassion (1915-1963), mejor conocida como Édith Piaf, fue una de las intérpretes vocales más grandes del siglo XX. Inspiración de numerosos compositores, músicos y cantantes, y epítome del más clásico repertorio musical francés y parisino de sus tiempos, también incursionaría en el teatro y cine, convirtiéndose en uno de los íconos artísticos de su país. Su aspecto frágil y pequeño pero su increíble voz la harían merecedora del apodo de “La Môme Piaf”, con la cual conquistó los escenarios más importantes de todo el mundo. Algunos críticos e historiadores la consideran, la artista europea más importante del siglo XX. Sin embargo, la vida de Édith Piaf también sería sinónimo de tragedia, desorden y excesos. “El Gorrión de París”, como se le conocía, fue hija de una mendiga y cantante callejera y un acróbata y soldado fracasado, pasando su infancia entre prostitutas, enfermedades y mucha carencia, para luego en la adolescencia ser explotada por cafiches que la extorsionaban para dejarla cantar en la calle, en donde sería descubierta por el empresario de clubes nocturnos Louis Lepleé, quien la sacó de la calle y la presentó en la escena bohemia parisina.
Posteriormente, tras la controversial muerte de Lepleé, volvería a las calles para ser redescubierta por el compositor Raymond Asso, quién la haría triunfar en el género del Music Hall. A la pérdida de su única hija cuando tenía sólo 17 años, antes de ser famosa, Édith debió soportar la muerte del que sería su gran amor, el boxeador Marcel Cerdan, en un accidente áereo. Destruida por el sufrimiento y contracturada luego por un accidente vehicular, se volvería adicta a la morfina, lo que unido a su alcoholismo, terminarían por acabar con su vida a los 47 años, de cáncer hepático. Los productores tenían muy claro que meterse con una figura mítica y adorada por los franceses a niveles del paroxismo, como lo es Édith Piaf, constituiría una apuesta arriesgadísima, y más aún si la intención era retratar de la forma más realista posible, y no tan idealista, la vida del “Gorrión de París”. Y es que no cabe ninguna duda que Édith Piaf fue una de las cantantes más extraordinarias que han existido, y sin embargo también ha sido una de las mujeres más indomables y de conducta controversial que se recuerden, por lo que el desafío de su director y guionista Olivier Dahan, fue lograr presentar un film indudablemente nostálgico y emotivo para sus seguidores e interesante para aquellos que sólo conozcan una que otra interpretación musical de la diva gala.
El formato biopic, por lo demás, suele ser uno de los más difíciles de digerir, principalmente porque suele contener la mayor cantidad de referencias interesantes de vida del homenajeado, y ello suele extender demasiado el guión y por ende, haciéndolo denso si el director no tiene la habilidad para manejar los tiempos y ofrecer una perspectiva interesante y dinámica de lo que relata. De esta forma, la escritura del guión es especialmente compleja, pero Dahan sale ciertamente airioso al tratar de “ordenar” literalmente la vida de Piaf en este viaje biográfico, intercalando el orden cronológico de los principales hechos de la vida de la cantante francesa, desde sus extremos, infancia y decadencia, para ir avanzando sucesivamente y ensamblar con el desenlace. Mostrándonos la pobreza y la miseria de una pequeña Édith, abandonada por su madre y llevada por su padre de aquí para allá, hasta dejarla al cuidado de su abuela paterna, regente de un burdel, y siendo criada por las prostitutas, en especial Titine, para luego ser separada de ésta al regresar su padre. Una adolescencia compleja, en las calles, ganándose la vida cantando por unas pocas monedas y la admiración pasajera de los transeúntes, el contacto constante con el alcohol y las drogas, pero más aún sujeta a la explotación de los cafiches del barrio.
Las actuaciones son notables, principalmente Marion Cotillard que está sencillamente sensacional interpretando a Édith Piaf, lo que la llevó a ganar el Oscar, el BAFTA, el César y el Globo de Oro a la mejor actriz y otros 11 premios más, por este papel. Lo de Cotillard no es más que la máxima expresión del compromiso con el personaje, en donde muestra un enorme talento para mostrar diferentes registros interpretativos que demanda la complicada personalidad de la “Môme”. En el reparto destaca Jean-Pierre Martins quién interpreta al boxeador argelino Marcel Cerdan, el gran amor de Piaf cuya muerte será uno de lo golpes más severos para ella. Marc Barbé encarnó a Raymond Asso, compositor y supuesto amante de Édith, quién con una disciplina dura y rígida logra convertirla en una cantante de renombre internacional. Gérard Depardieu interpreta a Louis Lepleé, el empresario mafioso que descubre a Piaf y la lleva por primera vez a cantar. Jean-Paul Rouve encarna a Louis Gassion, el padre alcohólico y fracasado de Édith. Emmanuelle Seigner personifica a Titine, la prostituta que se encariña con la pequeña Édith cuando ésta se queda en el burdel de su abuela. Sylvie Testud encarna a Simone Berteaut, la Mômone, la mejor amiga de Piaf, con quién tenía una relación de amor y envidia. Y Clotilde Courau como a Anetta Maillard, la inestable madre de Édith, que la abandona a muy tierna edad y luego reclama su parte del éxito de Piaf.
En definitiva, un logradísimo e interesante biopic de una de las cantantes más importantes del siglo XX, que muestra al “Gorrión de París” en una faceta mucho más humana y realista, con luces y sombras, sin por ello dejar de otorgarle un correcto y respetuoso tratamiento al brillante talento de la intérprete francesa. Hay que agradecerle a Marion Cotillard esta lección de vida, amor y arte. No creo que pueda olvidar a este pequeño pajarillo cantándole al amor de tal manera que revolvió el mundo.
Posteriormente, tras la controversial muerte de Lepleé, volvería a las calles para ser redescubierta por el compositor Raymond Asso, quién la haría triunfar en el género del Music Hall. A la pérdida de su única hija cuando tenía sólo 17 años, antes de ser famosa, Édith debió soportar la muerte del que sería su gran amor, el boxeador Marcel Cerdan, en un accidente áereo. Destruida por el sufrimiento y contracturada luego por un accidente vehicular, se volvería adicta a la morfina, lo que unido a su alcoholismo, terminarían por acabar con su vida a los 47 años, de cáncer hepático. Los productores tenían muy claro que meterse con una figura mítica y adorada por los franceses a niveles del paroxismo, como lo es Édith Piaf, constituiría una apuesta arriesgadísima, y más aún si la intención era retratar de la forma más realista posible, y no tan idealista, la vida del “Gorrión de París”. Y es que no cabe ninguna duda que Édith Piaf fue una de las cantantes más extraordinarias que han existido, y sin embargo también ha sido una de las mujeres más indomables y de conducta controversial que se recuerden, por lo que el desafío de su director y guionista Olivier Dahan, fue lograr presentar un film indudablemente nostálgico y emotivo para sus seguidores e interesante para aquellos que sólo conozcan una que otra interpretación musical de la diva gala.
El formato biopic, por lo demás, suele ser uno de los más difíciles de digerir, principalmente porque suele contener la mayor cantidad de referencias interesantes de vida del homenajeado, y ello suele extender demasiado el guión y por ende, haciéndolo denso si el director no tiene la habilidad para manejar los tiempos y ofrecer una perspectiva interesante y dinámica de lo que relata. De esta forma, la escritura del guión es especialmente compleja, pero Dahan sale ciertamente airioso al tratar de “ordenar” literalmente la vida de Piaf en este viaje biográfico, intercalando el orden cronológico de los principales hechos de la vida de la cantante francesa, desde sus extremos, infancia y decadencia, para ir avanzando sucesivamente y ensamblar con el desenlace. Mostrándonos la pobreza y la miseria de una pequeña Édith, abandonada por su madre y llevada por su padre de aquí para allá, hasta dejarla al cuidado de su abuela paterna, regente de un burdel, y siendo criada por las prostitutas, en especial Titine, para luego ser separada de ésta al regresar su padre. Una adolescencia compleja, en las calles, ganándose la vida cantando por unas pocas monedas y la admiración pasajera de los transeúntes, el contacto constante con el alcohol y las drogas, pero más aún sujeta a la explotación de los cafiches del barrio.
Las actuaciones son notables, principalmente Marion Cotillard que está sencillamente sensacional interpretando a Édith Piaf, lo que la llevó a ganar el Oscar, el BAFTA, el César y el Globo de Oro a la mejor actriz y otros 11 premios más, por este papel. Lo de Cotillard no es más que la máxima expresión del compromiso con el personaje, en donde muestra un enorme talento para mostrar diferentes registros interpretativos que demanda la complicada personalidad de la “Môme”. En el reparto destaca Jean-Pierre Martins quién interpreta al boxeador argelino Marcel Cerdan, el gran amor de Piaf cuya muerte será uno de lo golpes más severos para ella. Marc Barbé encarnó a Raymond Asso, compositor y supuesto amante de Édith, quién con una disciplina dura y rígida logra convertirla en una cantante de renombre internacional. Gérard Depardieu interpreta a Louis Lepleé, el empresario mafioso que descubre a Piaf y la lleva por primera vez a cantar. Jean-Paul Rouve encarna a Louis Gassion, el padre alcohólico y fracasado de Édith. Emmanuelle Seigner personifica a Titine, la prostituta que se encariña con la pequeña Édith cuando ésta se queda en el burdel de su abuela. Sylvie Testud encarna a Simone Berteaut, la Mômone, la mejor amiga de Piaf, con quién tenía una relación de amor y envidia. Y Clotilde Courau como a Anetta Maillard, la inestable madre de Édith, que la abandona a muy tierna edad y luego reclama su parte del éxito de Piaf.
En definitiva, un logradísimo e interesante biopic de una de las cantantes más importantes del siglo XX, que muestra al “Gorrión de París” en una faceta mucho más humana y realista, con luces y sombras, sin por ello dejar de otorgarle un correcto y respetuoso tratamiento al brillante talento de la intérprete francesa. Hay que agradecerle a Marion Cotillard esta lección de vida, amor y arte. No creo que pueda olvidar a este pequeño pajarillo cantándole al amor de tal manera que revolvió el mundo.
10 de octubre de 2024
10 de octubre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contar la vida de Edith Piaf en la pantalla grande era una tarea necesaria y, de algún modo, inevitable. Su historia, marcada por una extraordinaria carrera y una vida llena de tragedias, merecía ser conocida por el gran público. "La vida en rosa" se adentra en los momentos más oscuros y luminosos de la cantante, desde su difícil infancia en los suburbios de París hasta su consagración como una de las voces más icónicas del siglo XX.
La película, dirigida por Olivier Dahan, sigue un enfoque no lineal, entretejiendo episodios clave de la vida de Piaf en una narrativa que a veces resulta difícil de seguir. Sin embargo, este recurso permite destacar los momentos más dramáticos y, en especial, la complejidad emocional de la protagonista. En este contexto, Marion Cotillard ofrece una actuación monumental, que bien mereció el Oscar. Su interpretación va más allá de la simple imitación de Piaf: captura su esencia, su fragilidad y su fuerza con una precisión conmovedora. El trabajo de playback de Cotillard, aunque un reto inmenso, logra transmitir toda la intensidad de Piaf, a pesar de que, lógicamente, no pudiera igualar la inimitable voz del gorrión parisino.
Otro aspecto sobresaliente de la película es el impecable trabajo de maquillaje y vestuario. A medida que Piaf envejece y se deteriora físicamente, Cotillard se transforma de manera impresionante, mostrando la decrepitud y el dolor de la cantante en sus últimos años. Los cambios en su apariencia son tan sutiles como devastadores, y el vestuario refleja con acierto cada etapa de su vida, desde los humildes inicios hasta su consagración como estrella internacional.
A pesar de estas virtudes, "La vida en rosa" no está exenta de defectos. El abuso de los flashbacks a menudo rompe el ritmo narrativo, haciendo que sea difícil seguir el desarrollo lineal de los acontecimientos. Este enfoque, aunque estilísticamente interesante, deja fuera momentos clave de la vida de Piaf, como su papel durante la Segunda Guerra Mundial, cuando utilizó su fama para ayudar a aquellos en dificultades durante la ocupación nazi. Estos vacíos narrativos restan profundidad al retrato de la cantante, omitiendo aspectos importantes de su carácter y su vida.
Además, la película parece centrarse casi exclusivamente en el tormento personal de Piaf, dejando de lado sus relaciones con figuras relevantes de su época, que podrían haber añadido matices importantes a la historia. Al omitir estos elementos, "La vida en rosa" se queda un tanto corta en ofrecer una imagen más completa de la artista.
Personalmente, he visto la película en varias ocasiones y confieso que nunca ha tenido el mismo impacto que la primera vez. De hecho, en los visionados posteriores, la historia llega a sentirse un poco pesada. Sin embargo, hay una escena que siempre espero con ansias: la interpretación de "Non, je ne regrette rien". Es en este momento donde la actuación de Cotillard alcanza su punto culminante, y a pesar de los altibajos del film, logra mantener mi opinión positiva sobre este biopic.
La película, dirigida por Olivier Dahan, sigue un enfoque no lineal, entretejiendo episodios clave de la vida de Piaf en una narrativa que a veces resulta difícil de seguir. Sin embargo, este recurso permite destacar los momentos más dramáticos y, en especial, la complejidad emocional de la protagonista. En este contexto, Marion Cotillard ofrece una actuación monumental, que bien mereció el Oscar. Su interpretación va más allá de la simple imitación de Piaf: captura su esencia, su fragilidad y su fuerza con una precisión conmovedora. El trabajo de playback de Cotillard, aunque un reto inmenso, logra transmitir toda la intensidad de Piaf, a pesar de que, lógicamente, no pudiera igualar la inimitable voz del gorrión parisino.
Otro aspecto sobresaliente de la película es el impecable trabajo de maquillaje y vestuario. A medida que Piaf envejece y se deteriora físicamente, Cotillard se transforma de manera impresionante, mostrando la decrepitud y el dolor de la cantante en sus últimos años. Los cambios en su apariencia son tan sutiles como devastadores, y el vestuario refleja con acierto cada etapa de su vida, desde los humildes inicios hasta su consagración como estrella internacional.
A pesar de estas virtudes, "La vida en rosa" no está exenta de defectos. El abuso de los flashbacks a menudo rompe el ritmo narrativo, haciendo que sea difícil seguir el desarrollo lineal de los acontecimientos. Este enfoque, aunque estilísticamente interesante, deja fuera momentos clave de la vida de Piaf, como su papel durante la Segunda Guerra Mundial, cuando utilizó su fama para ayudar a aquellos en dificultades durante la ocupación nazi. Estos vacíos narrativos restan profundidad al retrato de la cantante, omitiendo aspectos importantes de su carácter y su vida.
Además, la película parece centrarse casi exclusivamente en el tormento personal de Piaf, dejando de lado sus relaciones con figuras relevantes de su época, que podrían haber añadido matices importantes a la historia. Al omitir estos elementos, "La vida en rosa" se queda un tanto corta en ofrecer una imagen más completa de la artista.
Personalmente, he visto la película en varias ocasiones y confieso que nunca ha tenido el mismo impacto que la primera vez. De hecho, en los visionados posteriores, la historia llega a sentirse un poco pesada. Sin embargo, hay una escena que siempre espero con ansias: la interpretación de "Non, je ne regrette rien". Es en este momento donde la actuación de Cotillard alcanza su punto culminante, y a pesar de los altibajos del film, logra mantener mi opinión positiva sobre este biopic.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here