Dirigida por Anne Fletcher, directora especialista en comedias contemporáneas (y coreógrafa profesional también), conduce esta divertida película que, aunque no ofrece nada nuevo dentro del género romántico, pero se apoya en el carisma de sus dos protagonistas, que como siempre sacan su lado más "chévere" en su respectivo papel.

Más allá de lo que podría decirse de la trama, sin duda lo que mejor es la química que se establece entre Sandra Bullock y Ryan Reynolds, cuya historia "por compromiso" se va desarrollando de tal modo que lo que parece una casi tóxica relación laboral se va transformando en algo más "inesperado".

Si no le pedimos "peras al olmo" pues estaríamos entonces frente a una película repito, sencilla, para disfrutar descomplicado en un fin de semana por la tarde y de preferencia junto a tu pareja.

En el reparto se dejan ver rostros muy conocidos y experimentados como Craig T. Nelson, Mary Steenburgen y Betty White y de soporte Malin Akerman, Denis O'Hare, Oscar Nuñez, Aasif Mandvi y Michael Nouri.

La proposición es una película que desde luego no innova absolutamente nada. Sin embargo, hay que decir las cosas como son: la película me ha divertido y entretenido bastante. Y es que, las actuaciones son aceptables, la trama divertida aunque muy cliché y predecible, el humor en general no es cutre y me ha tenido sonriendo (aunque en ningún momento he reído). A mí personalmente, la película tiene una atmósfera de película de la tarde de domingo de jefa estirada y empelado humilde de pueblo que en realidad es un ricachón que me transmite algo de encanto.

Conclusiones: Es el estereotipo exacto de comedia romántica, no destacaría nada malo y algo bueno sería que es funcional y divertidamente entretenida.

Margaret es la jefa de Andrew, su asistente, al que hace la vida imposible y tiene totalmente sometido. Es una déspota que trata así a todos sus subordinados que la temen y aborrecen por igual.

Todo cambia cuando tiene conocimiento de que su visado de residencia en EE UU ha caducado (ella es canadiense) al olvidar la fecha límite, así que se vería obligada a volver a Canadá, abandonando un trabajo que le encanta. Como es una mujer de muchos recursos y pocos escrúpulos, decide chantajear a Andrew para que se case con ella legalizando su situación y amenazándole con destruir su carrera si se niega.

Sin embargo Margaret, que vive sola desde los 16 años, ve como todas sus convicciones se tambalean cuando visitan a la familia de Andrew y empieza a conocerle también a él, ya que se ven obligados a compartir intimidades para hacer creíble su precipitado noviazgo. Esta circunstancia hace que los sentimientos de ambos comiencen a cambiar favorablemente hacia el otro.

Sandra Bullock y Ryan Reynolds forman en esta película una pareja que pasa de imposible a entrañable, mientras se suceden una serie de acontecimientos muy divertidos, muchos de ellos gracias a la pintoresca abuela del joven, personaje interpretado por Betty White, una de las muy recordadas “Chicas de oro”.

La forma de contar la historia nos permite seguir y asimilar perfectamente la transformación de la pareja y la adorable familia de Andrew, no sólo conquista a Margaret, sino también al espectador.

Recomiendo esta comedia sin reservas para pasar un rato agradable, dejándonos al final una sensación de bienestar por el resultado. Sólo por esto ya merece una buena nota, después de sufrir tanta película violenta y angustiosa lo que parece ser la tónica a seguir en el cine actual.

Y quiero terminar esta crítica sorprendiéndome una vez más de las bajas puntuaciones asignadas en esta web. Los años dorados del cine ya quedaron atrás. Intenten ser un poco más generosos al juzgar.

En comedias románticas es mi referente y por eso le doy 10, la relación de los dos se construye de a poco, de odio a amor, de sumisión a lo bonito de querer. Hay situaciones muy chistosas pero divertidas tipo Adam Sandler (Sí Ramón, te miro a tí), hay momentos medio tensos que ayudan a descansar del jejeje y un plus personal es ese setting, una mansión gigante en la naturaleza de Alaska, en un pueblito hermoso y cozy del estados unidos rural.

En general, es una peli muy cozy, que me ayuda a relajarme, es mi Shrek de las comedias.

Sandra Bullock como productora ejecutiva, Walt Disney como co productora (Touchstone Pictures) y distribuidora (interiores rodados en los estudios Disney de Burbank) y dirigida por la buena señora responsable de “27 vestidos 2008”.
Sabiendo lo anteriormente expuesto y tras leer la sinopsis, si te decides a ver esta película puedes ponerla a parir de un burro en cuanto a cualquier cosa, menos en cuanto a que no te da exactamente lo que ofrece, que es, una edulcorada y entretenidilla historia plagada de buen rollito, ideal para ver en familia (a ser posible no disfuncional, ni con niños muy picardeados), con algunos gags que realmente funcionan (mayormente a la mayor gloria de la señora productora ejecutiva, Miss Bullock) y un casting en el que podemos encontrar a algunos oldies como Bethy White, Craig T. Nelson y Mary Steenburgen (por la ex de Spielberg parece que no pasa el tiempo) en los papeles de abuela, padre y madre, de Andrew Paxton (Ryan Reynolds), el asistente de Margaret Tate (Sandra Bullock) en una prestigiosa editorial, que ante la amenaza de deportación por un año a su jefa (infracción de visado en un viaje de negocios) y ante la encerrona que esta le monta para que se case con ella y de la que él se aprovecha pidiendo a cambio un ascenso a redactor y la publicación de un libro que tiene escrito, y obligado por las normas del departamento de inmigración, se traslada a Alaska a que conozca a su familia (los Paxton de Sitka) y esta conozca a la que presenta como su prometida.
En cuanto a actuaciones, dirección y tal, totalmente ad hoc con la enjundia de la película.
Por último y quizá debido a que no soy habitual consumidor de este tipo de productos (aunque si se me presenta una excusa como Sandra Bullock no puedo resistirme, y más tras haberla visto hace unos días en plan jovencita sexualmente desatada y sudorosa en “Fuego en el Amazonas 1993” de Luis Llosa), me ha llamado la atención lo sumamente casta y pura que resulta, no solo en el plano físico (un desnudillo tramposo de Sandra Bullock en plan Venus de Botticelli y un lateral de Ryan Reynolds, muy, muy, medidos), sino también en las líneas de dialogo y situaciones.