Haz click aquí para copiar la URL

Donde viven los monstruos

Fantástico. Aventuras. Drama Adaptación de un cuento para niños de Maurice Sendak. Cuando Max, un niño desobediente, es enviado a la cama sin cenar, se zambulle en un mundo imaginario creado por él y que está poblado por feroces criaturas que le obedecen ciegamente.
Críticas 186
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
6
10 de enero de 2010 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spike Jonze vuelve al cine de ficción siete años después de la excelente Adaptation, tras varias años ocupado en la industria que lo ha hecho grande, el videoclip, del cual sigue siendo uno de los principales referentes.
Extraña tanta tardanza en volver a tomar las riendas de un proyecto cinematográfico, dada la gran acogida que tuvieron en su día (y siguen teniendo) sus dos primeras películas, la sorprendente (y algo bizarra) Cómo ser John Malkovich y la mencionada Adaptation, que en un corto intervalo de tres años, convirtieron al realizador en una de las grandes promesas del cine contemporáneo y en todo un cineasta de culto.
Aunque lo cierto es que el alma de aquellos films residía realmente en la figura de su guionista, Charlie Kaufman. Ambas películas se caracterizaban por una trama aparentemente absurda, que daba juego al baile de mundos narrativos, al metalenguaje y a un planteamiento innovador, que alcanzaría su máxima expresión en Olvídate de mí, atípica comedia romántica escrita por Kaufman pero dirigida por otro maestro del videoclip, el francés Michel Gondry.
Por otro lado, no se trata ni mucho menos de desmerecer el trabajo de Spike Jonze en aquellas películas, donde supo mantener la distancia y el tono necesarios y no abusó de la pomposidad visual y los recursos videocliperos, algo que muchos sí critican precisamente a Gondry. También se ha visto cómo se las gasta Kaufman con control absoluto en su reciente ópera prima Synecdoque: New York, en la se enmaraña en un profundo laberinto de difícil salida y acaba por agotar y hastiar su fórmula.
En esta ocasión, Jonze parte del cuento de Maurice Sendak para sumergirse en el universo de las fantasías infantiles y las criaturas oníricas. Tanto la ausencia de Kaufman como el hecho de que gran parte de la película se desarrolle en un mundo puramente fantástico, hacen que el producto final resulte mucho menos llamativo y sorprendente que los primeros films de Jonze, donde la fantasía y la imaginación aparecían, de forma atípica, dentro de un espacio inicialmente realista.
Si bien este nuevo acercamiento al universo fantástico parece no salirse sustancialmente de los esquemas del arquetipo clásico de esta clase de relato (especialmente con la presentación del sujeto protagonista, la tan recurrente figura del niño soñador, prolífico en fantasía y carente de atención y afecto), podemos advertir importantes y sutiles diferencias:

1) El notable y pretendido distanciamiento de esa odiosa aureola ñoña y angelical que tanto impregna a las películas infantiles.

2) Unas criaturas con matices psicológicos y sociológicos poco habituales y más interesantes.

(continúa)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
3) Las relaciones entre el niño protagonista y las criaturas del mundo en el que se ha infiltrado, y su función poco habitual en el primigenio organigrama social de aquellos

4) La fórmula utilizada en el desenlace global con respecto al desarrollo de la trama: un particular retorno al status quo de ambas partes (el niño y los monstruos), cuyas experiencias didácticas mutuas se han producido con intensidad pero finalmente no dan la impresión de ser decisivas a largo plazo. De esta manera, se diferencia de otros métodos de desenlace más reconocibles, como los utilizados en otros clásicos, como por ejemplo Alicia en el país de las maravillas (despertar del sueño como justificación del viaje a ese mundo desconocido y disipación sin más de esa dimensión) o La historia interminable (donde se invierte el salto dimensional y son las criaturas las que entran en el mundo real del niño-soñador).

Con todo, el aspecto más destacable lo encontramos sin duda en la manera en que la llegada del intruso afecta a esas criaturas salvajes, y viceversa. Unas criaturas salvajes que viven en una anarquía, armónica por momentos, pero sienten la necesidad de un rey, un líder externo, venido de otro mundo, que los guíe a la hora de controlar su naturaleza salvaje y modere su convivencia, pero precisamente por su naturaleza es por lo que no funciona y todo tiene que seguir como estaba. Por otro lado, el particular viaje del héroe que experimenta el niño protagonista, que de la noche a la mañana pasa de ser ignorado en el mundo real a convertirse en el soberano de los monstruos, una soberanía que no termina de triunfar, debido a su propia inexperiencia, incapacidad y desconocimiento de su dominio, y a lo arraigado que está en sus dominados su innato modo de vida y de organización, que son incapaces de cambiar por mucho que así lo deseen y se aferren a reyes falsos y efímeros.
El reparto de voces es muy acertado, en la medida en que los actores elegidos resultan idóneos para el rol y el carácter de la criatura a la que ponen voz. Así, tenemos a James Gandolfini como el impulsivo Carol, a Lauren Ambrose 'dentro' de la outsider KM o a Paul Dano en los labios del ignorado y ninguneado Alexander.
En definitiva, no estamos ni mucho menos ante la mejor película del año, ni del género, ni de su director. Pero contiene ciertos detalles que la hacen interesante y le dan frescura a este tipo de cine, en el que, desde hace algún tiempo, parecía que ya estaba todo contado.
8
1 de marzo de 2010 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sales noqueado de la proyección y a medida que pasa el tiempo las piezas van encajando, y entonces te das cuentas que has visto una gran película: diferente, para el niño que todos llevamos dentro y que admite un buen número de lecturas en función de la edad y el estado civil (con hijos o sin ellos, con nietos o con sobrinos...).
Una visión nueva de la infancia y sus aledaños, de la inocencia y sus enemigos; donde se habla también de ansiedad, y de miedos y soledades.

Doy fe de que en la Sala Avenida, donde ví esta película propiciada por el Cineclub El Gallinero, estábamos igual número de niños y adultos y el comportamiento de unos y otros fue similar: de tranquila expectación. Ellos la vieron con otros ojos y tal vez no sabrían explicarla pero estoy seguro de que la entendieron mejor que nosotros.

Arriesgada apuesta de Spike Jonze, bien solventada bajo mi punto de vista, y entrañables monstruos, que no son más que la sombra alargada de los nuevos niños que comparten mucho con sus predecesores; pero a quienes los tiempos modernos dan un plus de individualidad, tristeza y abandono.
Lenguaje universal, y sumamente imaginativo, el que utiliza el director para contarnos la historia que vive en el libro de Maurice Sendak, que ya estoy deseando leer.
3
6 de octubre de 2010 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una versión para adultos de los Teletubbies. Es difícil que te pueda gustar, pero si te gusta es porque interpretas que los Teletubbies de la película tienen alguna relación con el inconsciente de un niño. En definitiva es una película en la que el espectador tiene que poner su buena voluntad y echar a volar su imaginación para "entender" lo que quiere transmitir el director. Como cortometraje hubiera sido una idea interesante.
3
20 de octubre de 2010 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero: ¿Por qué este tipo de historias en la cual un niño/a decide abandonar su hogar por equis motivos (generalmente malos) y donde realiza un viaje místico a una tierra extraña poblada por seres raros, no le sucede, en cambio a un niño feliz? ¿Acaso para remediar su pésima vida este viaje es necesario, dado que al regreso (porque siempre regresan) se encuentran con que todo ha cambiado y aparece otro mundo dentro de su hogar o la posibilidad del cambio? ¿Un niño feliz no merecería también un viaje por ser un agraciado dentro del mundo por ser feliz? Creo lo merecería de igual manera, dado que son pocos los que se pueden considerar felices. Seamos equitativos…

Segundo: Este viaje no es otra cosa que una farsa, es simplemente un viaje al interior del niño/a para reprimir todo deseo desbocado y toda furia. Además para aceptar que debe respetar un cúmulo necesario de leyes que anteriormente estaba en contra y que en este mundo de ensueños las aprende o las valora. Por eso en todas las películas con esta trama el idilio termina con el regreso del personaje y su aceptación del modelo de vida en el cual ha nacido.

Es verdad, está bien filmada y la música se ajusta muy bien. Cada imagen demuestra con mucha genialidad los estados de ánimo de los personajes.
6
19 de enero de 2011 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Spike Jonze se atreviera a adaptar un libro infantil, "Where the wild things are", es cuanto menos curioso, aunque no sorprendente. Todos sabemos que a Jonze le ponen los retos, y su inquieta mente necesita de argumentos un tanto particulares. Yo no conocía el libro, pero basta con ver diez minutos de película para comprobar que no es una obra infantil al uso.
Donde viven los monstruos nos muestra la escapada imaginaria de Max, un niño retraído e incomprendido, a una tierra donde es el líder de una manada de monstruos. Una vez allí, el espectador se da cuenta de que la mente de Max es bastante porosa, y la realidad se cuela amenazante por las rendijas de su imaginación.
Esta última película de Spike Jonze tiene su punto fuerte en la particular forma de adentrase en la psicología de su personaje principal. Jonze maneja la cámara y utiliza la música de forma que Max se nos presente como un niño al borde del colapso mental, de una neurosis; Max tiene sus motivos, pero tal vez hubiera habido que profundizar un poco más, porque puede parecer que Jonze exagera un poco al retratar su furia y sus deseos de escapar.
Pero, principalmente, donde siento que Donde viven los monstruos podría haber sido mejor es en la parte en que Max conoce a los monstruos e interactúa con ellos. Una vez hemos conocido a esos peculiares seres (tienen un raro encanto que te desarma), no hay mucho más que hacer. La vida en esa tierra inhóspita se limita a hacer el salvaje y poco más. Los recursos dramáticos en esa parte son muy evidentes y un tanto repetitivos, y ahí la historia se desinfla un tanto. Salvan la quema los sugerentes escenarios y la belleza de algunos planos, pero todo parece en piloto automático. Echo de menos que Jonze no tenga nada más que contar en esa parte central de la película.
Donde viven los monstruos es quizá un ejercicio más formal que imaginativo en la carrera de Jonze. Parece la película de quien quiere demostrar que sabe dotar de fuerza visual a una historia, y ciertamente sabe cómo hacerlo, pero creo que para ello ha escogido una historia un tanto escasa, y que pretende conmover pero no lo logra. Donde viven los monstruos es una curiosidad, pero no una genialidad. Esto último es lo que esperaba de Jonze, lo que siempre espero.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para