La verdad la película es bastante pero bastante regular, por no decir aburrida...al principio lo mantiene con la intriga y hasta hay partes graciosas...pero no gran cosa.... y el final de la película....definitivamente termina matándola.

Pasa exactamente lo que te esperas del modo en que te lo esperas y en el orden en que te lo esperas y cuando ya ha pasado se termina la película. Así, sin más. Sí, si has visto todas las anteriores películas de Smith la parte "ñoña" también te la esperas. Lo único que en esta no salen Randall ni Jay y Bob, sino los actores que hacen de los dos primeros haciendo otros papeles menos originales, y se incorporan Rogen y Banks, que resultan simpáticos y no lo hacen mal, pero sus personajes tampoco tienen mucho de especial. Una media hora inicial graciosilla y un desarrollo posterior de lo más corriente, si has bajado tus expectativas frente al cine de Kevin Smith tras ver sus últimas películas no te decepcionará, pero tampoco te entusiasmará. Si esperabas el resurgir de Smith puedes esperar sentado porque a este paso creo que ni en esta ni en la próxima ni en la que venga después...

Vuelve el Smith descarado y sin pelos en la lengua, ofreciendonos una película sobre unos compañeros de piso que debido a sus deudas se ven en la situación de rodar una película porno. Los chistes en torno a lo sexual y otras marranadas son constantes. Lo peor del guión es como Smith claramente representado en el actor Rogen se queda con las chicas que hagan falta. Entre las situaciones graciosas para mi la mejor es con la intervención de los actores Routh y Long, este último volviendo a poner de manifiesto que es el actor de comedia mejor en este momento. Rogen y Banks hacen una interpretación normalita a la altura de sus últimos papeles. Para los curiosos hay bastantes escenas de sexo y en general sin ser una maravilla resulta un film simpatico.

Siempre he pensado que Kevin Smith es (o era…todavía no pienso matarlo) uno de los llamados a mantener la comedia en los terrenos de la originalidad, se puede esperar realmente algo especialmente picante, fresco y con toda las dosis gamberras necesarias de sus obras si sigue su manera de hacer cine: diálogos eternos, sarcasmo por un tubo y personajes perdedores pero ésta vez ha caído aun más en un pasteleo y se ha pasado de la raya acercándose al terreno de las típicas comedias adultas americanas de Apatow.

La verdad es que "Hacemos una porno" tiene un comienzo prometedor, a una comedia con su personal visión de una pareja de amigos, Zack (que no es más que el pripio Smith agazapado detrás del gordinflón chistoso de Seth Rogen ) y Miri (una Elizabeth Banks que me resulta poco natural con el comportamiento que le otorga su papel) que comparten el alquiler de un piso cutre y un largo recorrido de pura amistad sin derecho a roce que se ven forzados a grabar una porno para salir del lío en el que se meten debido al reciente impago de los recibos pero pronto va decayendo el humor y los personajes se van ablandando.

Llega un punto en el que pasa de grosera y desprejuiciada a vulgar cursilería romántica de libro sobre amores imprevistos, sobre amistades que cuajan en algo más y sobre el ideal del hombre y la mujer de tu vida con contados momentos divertidos como su habitual reverencia a ‘Star Wars’, el aluvión de títulos cinematográficos alterados para convertirlos en películas porno, el chiste de "Perdidos", etc.., pero es que acaba empalagando por el abuso de azúcar y una enorme falta de pimienta porque me sigue resultando curioso como puede llegar a ser tan "limpia" a pesar de sus chistes escatológicos.

Los secundarios cumplen sobradamente, una galería de frikis que otorgan sus momentos hilarantes con el con el eterno Jason Mwes (Jay de la saga ‘Clerks’) que personalmente protagoniza el momento más memorable de la película, Traci Lords, reina del porno de los 80, habla poco pero tiene momentos memorables. Katie Morgan, otra pornostar y Craig Robinson (’The Office’).

Será cuestión de mis expectativas de un guión más gamberro y menos romántico, tal vez la traducción del título al español (en inglés es “Zack and Miri make a porno, sin pregunta alguna) sea un guiño por parte de los que también esperaban un Kevin Smith mucho más gamberro, lo que me llevan a pensar que Kevin se ha alejado del cine Indie que no sigue los esquemas convencionales de las comedias americanas que venía trabajando y se ha acercado más al producto de entretenimiento hollywodiense suerte que la duración salve de la quema este film y esperemos que no se le haya agotado el talento al bueno de Kevin.

Puntuación: 6/10

"Zack And Miri Make a Porno" parece mostrar la evidencia de que aun autor tan respetado y admirado dentro de los círculos en los que se mueve, Kevin Smith, está sumido en una profunda crisis creativa. Si bien ya "Clerks 2" aunque con de contenido digno pero de pretensiones dudosas mostraba ciertas deficiencias (a base ir a lo seguro, sin ningún tipo de riesgo) su nueva película se convierte en un producto demasiado facilón, carente de las constantes que hicieron a Kevin Smith como uno de los paradigmas de la comedia norteamericana.

La película es fallida, empezando por la pareja protagonista, sin ningún tipo de química ni entre ambos ni con el público, construyendo unos personajes que más de Kevin Smith parecen escritos por un vulgar imitador.

Las partes cómicas son demasiado tópicas, el supuesto contenido pseudo dramático (tan bien escrito y planificado en "Chasing Amy") en el que los protagonistas parecen descubrir que son algo más que amigos parece metido a calzador.

Las primeras películas de Smith contenían una serie de diálogos y situaciones en los que a modo de "collage" se construía la película. Su ausencia aquí parece mostrar una nueva forma de hacer cine alejado de aquellos estereotipos pero acercándose más a la comedia americana actual, mostrando un producto de lo más previsible, tópico y por momentos aburrido. Ni la vulgaridad que a Smith tanto le gustaba mostrar aquí brilla por su ausencia salvo por una escena protagonizada por Jeff Anderson.

Salvan la función el plantel de secundarios, a los que el espectador pide más minutos de metraje antes que aguantar a la sosa pareja protagonista.