La bruja
6.2
31,422
Terror
Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Cuando el hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros: un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2016
13 de mayo de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género de terror en los últimos tiempos esta más que trillado, no hay novedades nuevas que hagan resurgir el terror auténtico, en la actualidad se nos llenan las salas de películas de supuesto terror que no hacen más que ahondar el agujero donde está cayendo en género, en parte debido a la falta de interés ya que su público es algo menor.
Robert Eggers debuta como director, y de que manera. Con la bruja ha reactivado la sugestión del espectador.
La trama arranca con una escenificación tremenda, la cuál crea una atmósfera onírica que de por sí sola ya es capaz de poner la piel de gallina. El talento de su director lo vemos en la forma de ser rodada, toda ella muy nítida, muy atenta al detalle y a un encuadre perfecto, capaz de manejar los hilos de la trama desde una perspectiva muy acertada.
La trama nos recrea y nos sucumbe una situación que desde su primera escena nos dará de que hablar, poco a poco toda su fuerza se irá transformando en echos. No es una película que busca el susto, si no más bien, va metiendo el miedo en cuerpo de forma pausada, no mostrándose como es, dejando muchas incertidumbres y hipótesis abiertas, para que vaya siendo el espectador quien se vaya introduciendo en lo más profundo de la bruja. Sus giros argumentales no son tan evidentes como se cabría esperar de una película de terror, más bien quedamos expectantes a como se va desarrollando los hechos.
Según se acerca el final, la cosa se complica y el terror sugestivo que emana es capaz de apoderarse de nosotros, hasta culminar con un final algo mejorable,este junto con algunas situaciones y echos poco desarrollados son sus pocos puntos de inflexión, pero por lo demás la cinta es más que una película de terror propiamente dicho, ya que logra despertar al devorador que llevamos dentro.
En su reparto, poco conocido, por una parte, podemos decir que desempeñan un grandísimo trabajo, muy expresivos y con un gran poder empático, logran perturbarnos y sugestionarnos de muchas formas.
Como conclusión podemos decir, que la bruja es la película de terrorífica que los amantes del género estaban esperando, ya que será la mejor que veamos en mucho tiempo. No recomendada para los más sugestivos ni para novicios o novicias que quieran empezar con emociones poco fuertes.
Lo mejor: Su manejo de los recursos
Lo peor: Algunos detalles poco pulidos
Recomendada: Si
@cineypunto
https://www.facebook.com/groups/18162448741/?ref=bookmarks
https://www.facebook.com/groups/523450181107453/?ref=bookmarks
Robert Eggers debuta como director, y de que manera. Con la bruja ha reactivado la sugestión del espectador.
La trama arranca con una escenificación tremenda, la cuál crea una atmósfera onírica que de por sí sola ya es capaz de poner la piel de gallina. El talento de su director lo vemos en la forma de ser rodada, toda ella muy nítida, muy atenta al detalle y a un encuadre perfecto, capaz de manejar los hilos de la trama desde una perspectiva muy acertada.
La trama nos recrea y nos sucumbe una situación que desde su primera escena nos dará de que hablar, poco a poco toda su fuerza se irá transformando en echos. No es una película que busca el susto, si no más bien, va metiendo el miedo en cuerpo de forma pausada, no mostrándose como es, dejando muchas incertidumbres y hipótesis abiertas, para que vaya siendo el espectador quien se vaya introduciendo en lo más profundo de la bruja. Sus giros argumentales no son tan evidentes como se cabría esperar de una película de terror, más bien quedamos expectantes a como se va desarrollando los hechos.
Según se acerca el final, la cosa se complica y el terror sugestivo que emana es capaz de apoderarse de nosotros, hasta culminar con un final algo mejorable,este junto con algunas situaciones y echos poco desarrollados son sus pocos puntos de inflexión, pero por lo demás la cinta es más que una película de terror propiamente dicho, ya que logra despertar al devorador que llevamos dentro.
En su reparto, poco conocido, por una parte, podemos decir que desempeñan un grandísimo trabajo, muy expresivos y con un gran poder empático, logran perturbarnos y sugestionarnos de muchas formas.
Como conclusión podemos decir, que la bruja es la película de terrorífica que los amantes del género estaban esperando, ya que será la mejor que veamos en mucho tiempo. No recomendada para los más sugestivos ni para novicios o novicias que quieran empezar con emociones poco fuertes.
Lo mejor: Su manejo de los recursos
Lo peor: Algunos detalles poco pulidos
Recomendada: Si
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8 de abril de 2016
8 de abril de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces peca de lentitud, pero sabe transportarte a la esencia de la época y como unos se volvían contra otros, solo por el temor del pecado y al diablo.
Cuando seguramente la maldad solo estaba instaurada en cada individuo por puro miedo y pura envidia.
Los paisajes saben como mantener la atmósfera que intentan lograr con gran interés. Pero los diálogos se pierden.
Las brujas las relegan a un tercer plano, quizás para jugar con los miedos que atenazaban en esas épocas, que era todo más psicológico que maligno. Como parece ser que juega el director con nosotros.
Cuando seguramente la maldad solo estaba instaurada en cada individuo por puro miedo y pura envidia.
Los paisajes saben como mantener la atmósfera que intentan lograr con gran interés. Pero los diálogos se pierden.
Las brujas las relegan a un tercer plano, quizás para jugar con los miedos que atenazaban en esas épocas, que era todo más psicológico que maligno. Como parece ser que juega el director con nosotros.
9 de mayo de 2016
9 de mayo de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde las dos V en lugar de la W de su título original y su subtítulo (a New England folk-tale) hasta sus créditos finales, en los que se advierte que el film está inspirado en las leyendas y registros oficiales sobre brujería de la época, La bruja demuestra una acusada voluntad de rigor histórico. El primer film de Robert Eggers, que inauguró el pasado festival de Sitges, tiene mucho de mito fundacional, de folklore y de cuento popular: esos en los que más que una realidad remota lo importante es el modo en que se transmite.
Verdad y creencia se entremezclan en un film que continuamente juega con la ambigüedad, que se mueve en la línea que separa lo paranormal de la sugestión como lo hacía, por ejemplo, Requiem. El exorcismo de Micaela (Hans-Christian Schmid, 2006). Como en aquella, el asfixiante fervor religioso que cultivan los protagonistas es un terreno abonado para el terror, sea bajo la forma de una sempiterna culpabilidad, sea bajo el temor al demonio y sus brujas. Lejos de la grandilocuencia de que podría haber sido objeto el tema, La bruja es una pequeña gran historia que se centra en los miembros de una familia humilde repudiada de la tierra prometida (Nueva Inglaterra, siglo XVII) y en cómo afectan a las relaciones entre ellos los extraños acontecimientos que les suceden. Un film de personajes bien delimitados y las dinámicas que se crean entre ellos mediante el miedo, el dolor o la mentira.
Tras su acertado uso de los elementos típicos de la retórica de la brujería, La bruja está trufada de otros elementos simbólicos que remiten a la tradición del relato folklórico (el temido lobo que se llevó al bebé, la bruja transfigurada en Caperucita, ese bosque prohibido que recuerda tanto al de Shyamalan). Otro aspecto destacable del film de Eggers (mejor director en Sundance) es su puesta en escena: la ambientación naturalista y cruda, la composición de las escenas nocturnas a la luz de la hoguera y los tonos ceniza del día, el respeto escrupuloso por el inglés de la época. Un inglés declamado por unos actores desconocidos pero solventes, entre los que cabe destacar a ese padre (Ralph Ineson) de voz escalofriante y presencia tan poderosa como patética.
La bruja hechizará a aquellos que disfruten con las intrigas que se cuecen a fuego lento, con las historias guiadas por los personajes y con las oscuras leyendas tratadas con rigor. Deberían alejarse de ella, como si del demonio se tratase, quienes busquen un film de sustos diabólicos y brujas voladoras sobre escobas digitales.
Verdad y creencia se entremezclan en un film que continuamente juega con la ambigüedad, que se mueve en la línea que separa lo paranormal de la sugestión como lo hacía, por ejemplo, Requiem. El exorcismo de Micaela (Hans-Christian Schmid, 2006). Como en aquella, el asfixiante fervor religioso que cultivan los protagonistas es un terreno abonado para el terror, sea bajo la forma de una sempiterna culpabilidad, sea bajo el temor al demonio y sus brujas. Lejos de la grandilocuencia de que podría haber sido objeto el tema, La bruja es una pequeña gran historia que se centra en los miembros de una familia humilde repudiada de la tierra prometida (Nueva Inglaterra, siglo XVII) y en cómo afectan a las relaciones entre ellos los extraños acontecimientos que les suceden. Un film de personajes bien delimitados y las dinámicas que se crean entre ellos mediante el miedo, el dolor o la mentira.
Tras su acertado uso de los elementos típicos de la retórica de la brujería, La bruja está trufada de otros elementos simbólicos que remiten a la tradición del relato folklórico (el temido lobo que se llevó al bebé, la bruja transfigurada en Caperucita, ese bosque prohibido que recuerda tanto al de Shyamalan). Otro aspecto destacable del film de Eggers (mejor director en Sundance) es su puesta en escena: la ambientación naturalista y cruda, la composición de las escenas nocturnas a la luz de la hoguera y los tonos ceniza del día, el respeto escrupuloso por el inglés de la época. Un inglés declamado por unos actores desconocidos pero solventes, entre los que cabe destacar a ese padre (Ralph Ineson) de voz escalofriante y presencia tan poderosa como patética.
La bruja hechizará a aquellos que disfruten con las intrigas que se cuecen a fuego lento, con las historias guiadas por los personajes y con las oscuras leyendas tratadas con rigor. Deberían alejarse de ella, como si del demonio se tratase, quienes busquen un film de sustos diabólicos y brujas voladoras sobre escobas digitales.
10 de mayo de 2016
10 de mayo de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su triunfal paso por el Festival de Sundance en 2015, siendo galardonado su director (el debutante Robert Eggers), "La bruja" llega a las carteleras españolas con la certeza de ser la nueva sensación del desgastado cine de terror. Es necesario recalcar que la tendencia del género en la actualidad se caracteriza esencialmente en sobresaturar de sustos y sobresaltos de tres al cuarto, llevados a cabo por la utilización de estridentes bandas sonoras y un exceso en derramamientos de sangre y vísceras, que en la mayoría de las veces esconden las carencias cinematográficas de los filmes en cuestión. Así que llegados a este punto, y tras lo anteriormente citado, me gustaría dejar bien claro que todos aquellos que esperen los frenéticos mecanismos por los que se mueve el género actualmente, que desista de ver esta película, porqué seguro que les decepcionará de manera irremediable, ya que "La bruja" se aleja de los convencionalismos, siendo más bien un drama psicológico intimista con pinceladas fantásticas y de terror; es decir, se trata de una película de terror a la vieja usanza.
Bajo el lema de 'Un cuento folclórico de Nueva Inglaterra', su premisa nos sitúa en la región estadounidense en la década de 1630, concretamente sesenta años antes de los depravados juicios de Salem, que marcaron el final de aquella histeria colectiva sobre la práctica de brujería, en los cuales fueron condenadas a arder en la hoguera numerosas personas (muchas de ellas mujeres), que presuntamente eran culpables de llevar a cabo estas prácticas. La historia se centra en un granjero inglés, que ante la amenaza de ser repudiado por su iglesia, decide abandonar el pueblo colono y establecerse en plena naturaleza con su esposa y cinco hijos, en medio de un inhóspito bosque donde habita algo maléfico y desconocido. Enseguida empiezan a pasar cosas extrañas: los animales se vuelven agresivos, la cosecha no prospera y uno de los niños desaparece mientras que otro parece estar poseído por un espíritu maléfico. Las sospechas y la paranoia aumentan, y la familia acusa de brujería a Thomasin, la hija adolescente, algo que ella niega rotundamente. Las circunstancias empeoran, y la fe, lealtad y afecto de los miembros de la familia son puestos a prueba de manera inimaginable.
Quizás estemos ante una de las operas primas más potentes de los últimos años, en la cual Robert Eggers demuestra una sobriedad insólita para ser su primera incursión tras las cámaras, dotando a la cinta de una brillante puesta en escena y una poderosa atmósfera inquietante y aterradora. Como he comentado al principio de la reseña, Eggers huye de los excesos y golpes de efecto que predominan en el género actualmente, para conformar un relato de tensión 'in-crescendo' que te atrapa y acongoja a medida que transcurren los acontecimientos, vislumbrándose claras influencias de Ingmar Bergman y el Carl Theodor Dreyer de "Dies Irae", así como al Stanley Kubrick de "El Resplandor". No en vano, en numerosas entrevistas el realizador ha confesado ser aficionado al cine de estos grandes cineastas, al igual que también ha mostrado tener un gran afecto por la cinta de Kubrick.
Uno de los puntos fuertes de "La bruja" reside en el inmenso trabajo de su elenco actoral, que al ser una historia minimalista, el mencionado plantel se reduce a unos pocos actores, siendo prácticamente desconocidos todos ellos, a excepción de Ralph Ineson y Kate Dickie (que encarnan al cabeza de familia y su esposa respectivamente) los cuales ambos han trabajado en la célebre serie de televisión "Juego de Tronos". Aunque todo el peso narrativo lo lleva la joven Anya Taylor-Joy (que encarna a la adolescente Thomasin), siendo el corazón de la historia, ya que en ella se centran todos los miedos y deseos de los demás miembros de su familia (que es tremendamente supersticiosa y se encomienda a la fe como ley de vida). Todo ello causa que contraste con el resto, debido a su rebeldía en contra de las arraigadas convicciones religiosas, y por ello tiene un alto poder simbólico dentro del filme, chocando tanto con el mundo de los adultos (mostrado por sus padres) como el infantil (mostrado por los odiosos hermanos gemelos).
Es destacable también el ritmo pausado que le impregna su director, así como su guión bien cohesionado para que todo lo narrado cale bien hondo en el espectador. Durante gran parte del metraje prevalece un carácter digamos onírico, un tono interior repleto de silencios y miradas sesgadas, que está marcado por el fanatismo religioso que profesa la familia de colonos, y que se romperá definitivamente en el último tercio del filme, en el cual la satánica presencia hará acto de aparición, haciendo que los personajes se enfrenten a la cruda realidad que les acecha, y conformando uno de los finales más extraños, hipnóticos y fascinantes de los últimos tiempos. De igual modo, es notoria su portentosa factura técnica, con una fotografía sublime de Jarin Blaschke (en la que abundan los tonos grises) otorgando un delicioso look pictórico, que junto a la genial banda sonora (a cargo de Mark Korven) acentúan su atmósfera perturbadora y malsana, haciéndonos partícipes de la pesadilla que viven los protagonistas.
En síntesis, "La bruja" es un filme notable, que combina de manera certera numerosas leyendas, mitos y cuentos tradicionales, que la convierten en un angustioso cuento que deleitará a aquellos que aún creen en un cine de terror más clásico, que no esté basado en sustos fáciles por doquier y fuegos de artificio, que tan de moda están en los últimos tiempos.
Bajo el lema de 'Un cuento folclórico de Nueva Inglaterra', su premisa nos sitúa en la región estadounidense en la década de 1630, concretamente sesenta años antes de los depravados juicios de Salem, que marcaron el final de aquella histeria colectiva sobre la práctica de brujería, en los cuales fueron condenadas a arder en la hoguera numerosas personas (muchas de ellas mujeres), que presuntamente eran culpables de llevar a cabo estas prácticas. La historia se centra en un granjero inglés, que ante la amenaza de ser repudiado por su iglesia, decide abandonar el pueblo colono y establecerse en plena naturaleza con su esposa y cinco hijos, en medio de un inhóspito bosque donde habita algo maléfico y desconocido. Enseguida empiezan a pasar cosas extrañas: los animales se vuelven agresivos, la cosecha no prospera y uno de los niños desaparece mientras que otro parece estar poseído por un espíritu maléfico. Las sospechas y la paranoia aumentan, y la familia acusa de brujería a Thomasin, la hija adolescente, algo que ella niega rotundamente. Las circunstancias empeoran, y la fe, lealtad y afecto de los miembros de la familia son puestos a prueba de manera inimaginable.
Quizás estemos ante una de las operas primas más potentes de los últimos años, en la cual Robert Eggers demuestra una sobriedad insólita para ser su primera incursión tras las cámaras, dotando a la cinta de una brillante puesta en escena y una poderosa atmósfera inquietante y aterradora. Como he comentado al principio de la reseña, Eggers huye de los excesos y golpes de efecto que predominan en el género actualmente, para conformar un relato de tensión 'in-crescendo' que te atrapa y acongoja a medida que transcurren los acontecimientos, vislumbrándose claras influencias de Ingmar Bergman y el Carl Theodor Dreyer de "Dies Irae", así como al Stanley Kubrick de "El Resplandor". No en vano, en numerosas entrevistas el realizador ha confesado ser aficionado al cine de estos grandes cineastas, al igual que también ha mostrado tener un gran afecto por la cinta de Kubrick.
Uno de los puntos fuertes de "La bruja" reside en el inmenso trabajo de su elenco actoral, que al ser una historia minimalista, el mencionado plantel se reduce a unos pocos actores, siendo prácticamente desconocidos todos ellos, a excepción de Ralph Ineson y Kate Dickie (que encarnan al cabeza de familia y su esposa respectivamente) los cuales ambos han trabajado en la célebre serie de televisión "Juego de Tronos". Aunque todo el peso narrativo lo lleva la joven Anya Taylor-Joy (que encarna a la adolescente Thomasin), siendo el corazón de la historia, ya que en ella se centran todos los miedos y deseos de los demás miembros de su familia (que es tremendamente supersticiosa y se encomienda a la fe como ley de vida). Todo ello causa que contraste con el resto, debido a su rebeldía en contra de las arraigadas convicciones religiosas, y por ello tiene un alto poder simbólico dentro del filme, chocando tanto con el mundo de los adultos (mostrado por sus padres) como el infantil (mostrado por los odiosos hermanos gemelos).
Es destacable también el ritmo pausado que le impregna su director, así como su guión bien cohesionado para que todo lo narrado cale bien hondo en el espectador. Durante gran parte del metraje prevalece un carácter digamos onírico, un tono interior repleto de silencios y miradas sesgadas, que está marcado por el fanatismo religioso que profesa la familia de colonos, y que se romperá definitivamente en el último tercio del filme, en el cual la satánica presencia hará acto de aparición, haciendo que los personajes se enfrenten a la cruda realidad que les acecha, y conformando uno de los finales más extraños, hipnóticos y fascinantes de los últimos tiempos. De igual modo, es notoria su portentosa factura técnica, con una fotografía sublime de Jarin Blaschke (en la que abundan los tonos grises) otorgando un delicioso look pictórico, que junto a la genial banda sonora (a cargo de Mark Korven) acentúan su atmósfera perturbadora y malsana, haciéndonos partícipes de la pesadilla que viven los protagonistas.
En síntesis, "La bruja" es un filme notable, que combina de manera certera numerosas leyendas, mitos y cuentos tradicionales, que la convierten en un angustioso cuento que deleitará a aquellos que aún creen en un cine de terror más clásico, que no esté basado en sustos fáciles por doquier y fuegos de artificio, que tan de moda están en los últimos tiempos.
14 de abril de 2016
14 de abril de 2016
15 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando todos los críticos suelen coincidir en que tal o cual película de terror es la nueva obra maestra del género, que lo eleva y lo saca de la mediocridad en la que está, yo siempre desconfió, porque me he llevado varios chascos, por eso decidí ver La bruja, sin ninguna pretensión, y la verdad que de terror más bien nada.
La historia de una familia que por desavenencias que tiene el patriarca con la comunidad puritana a la que pertenecen, deciden mudarse a varios kilómetros de la misma y vivir ellos solos, al lado de un bosque, donde todo empieza a salir mal.
La trama lo mejor que tiene es el drama familiar, por lo menos para mí, si la tomará como una película de terror, le daría un 1, ya que en ningún momento me asustó o perturbó, de hecho los elementos de terror me parecen que son lo más ridículo y predecible de la película, sobran. Más perturbador hubiera sido si como en la primera parte se centraran en el desmoronamiento de esa familia luego que el bebe desapareciera y como la escasez, el aislamiento, el fanatismo religioso, y la paranoia van desquebrajando los lazos filiales, hasta volverlos unos contra otros. Se perdió la oportunidad de ser un gran drama psicológico, pero claro, una obra de esas características, no se puede promocionar con la misma efectividad que una película de terror, y debido a eso, La bruja va decayendo, entrando en los clichés, hasta su final que es lo peor de todo.
La historia de una familia que por desavenencias que tiene el patriarca con la comunidad puritana a la que pertenecen, deciden mudarse a varios kilómetros de la misma y vivir ellos solos, al lado de un bosque, donde todo empieza a salir mal.
La trama lo mejor que tiene es el drama familiar, por lo menos para mí, si la tomará como una película de terror, le daría un 1, ya que en ningún momento me asustó o perturbó, de hecho los elementos de terror me parecen que son lo más ridículo y predecible de la película, sobran. Más perturbador hubiera sido si como en la primera parte se centraran en el desmoronamiento de esa familia luego que el bebe desapareciera y como la escasez, el aislamiento, el fanatismo religioso, y la paranoia van desquebrajando los lazos filiales, hasta volverlos unos contra otros. Se perdió la oportunidad de ser un gran drama psicológico, pero claro, una obra de esas características, no se puede promocionar con la misma efectividad que una película de terror, y debido a eso, La bruja va decayendo, entrando en los clichés, hasta su final que es lo peor de todo.
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