4 meses, 3 semanas, 2 días
Drama
Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2011
8 de febrero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película que vi ayer en la tv porque se me pasó en el cine, no habla sobre un aborto, ni siquiera sobre el aborto en general. Habla sobre el miedo. Y más que hablar lo que hace, con gran éxito es hacerte mascar el miedo. Como si tú también estuvieras en Bucarest en 1987. Para ello se sirve de una puesta en escena sencilla pero muy oportuna y adecuada a los fines. La ausencia de música, de primeros planos y de efectismos sentimentales, la convierten en la negación del melodrama, por que además ni siquiera se pueden distinguir los personajes positivos de los negativos.
Tan solo queda el miedo, la oscuridad y el absurdo de unas gentes que no saben que viven en el peor de los mundos posibles (ver la magnífica escena de la cena familiar).
Las interpretaciónes de las dos chicas son estupendas y el director hace muy bien en cargar el peso de la acción en la amiga, más que en la que va a abortar, así consigue "desmelodramatizar" el problema y al mismo tiempo ponernos en su lugar, identificarnos con ella y ver y oir a través de su mirada.
La fotografía muy oscura y casi quemada en algunos tramos y la cámara al hombro, que tanto cansan en otros experimentos dogmáticos, aquí están perfectamente justificados: se trata de hacernos ver que el Bucarest de 1987 no tenía nada que ver con Madrid en 2007 y que en esos callejones y sucios rincones se movía una sociedad aparentemente "normal": médicos, universitarios, ingenieros, profesores ...
Pero no es una obra de arte. Se cometen errores de guión y el ritmo decae en algunos momentos. Sin embargo otros son estupendos y hasta destilan un negrísimo sentido del humor, como el mercadillo negro en la residencia de estudiantes o la escena de la cena de los chicas con la que termina la película.
Por cierto: ¿Era necesaria la escena en el suelo del cuarto de baño, al menos con un plano tan prolongado? A mi entender no.
Tan solo queda el miedo, la oscuridad y el absurdo de unas gentes que no saben que viven en el peor de los mundos posibles (ver la magnífica escena de la cena familiar).
Las interpretaciónes de las dos chicas son estupendas y el director hace muy bien en cargar el peso de la acción en la amiga, más que en la que va a abortar, así consigue "desmelodramatizar" el problema y al mismo tiempo ponernos en su lugar, identificarnos con ella y ver y oir a través de su mirada.
La fotografía muy oscura y casi quemada en algunos tramos y la cámara al hombro, que tanto cansan en otros experimentos dogmáticos, aquí están perfectamente justificados: se trata de hacernos ver que el Bucarest de 1987 no tenía nada que ver con Madrid en 2007 y que en esos callejones y sucios rincones se movía una sociedad aparentemente "normal": médicos, universitarios, ingenieros, profesores ...
Pero no es una obra de arte. Se cometen errores de guión y el ritmo decae en algunos momentos. Sin embargo otros son estupendos y hasta destilan un negrísimo sentido del humor, como el mercadillo negro en la residencia de estudiantes o la escena de la cena de los chicas con la que termina la película.
Por cierto: ¿Era necesaria la escena en el suelo del cuarto de baño, al menos con un plano tan prolongado? A mi entender no.
18 de abril de 2011
18 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Auténtica obra maestra, esa es mi impresión. Y lo es, sobre todo, por el conjunto, por la historia, por la naturalidad y el realismo como nos lo cuenta Mungiu, por las protagonistas, por el médico, por la tensa espera, por el enclave socio-político en el que se desarrolla, por tantos y tan buenos pequeños detalles.
El resultado es tan bueno que demuestra, bajo mi punto de vista, que no hace falta recurrir a grandes producciones con miles de extras, efectos especiales, localizaciones, actores y actrices de primer nivel, etc. para hacer cine del bueno.
Otra de esas películas que no olvidas nunca, eso sí, recomendada solamente para amantes de los dramas realistas.
El resultado es tan bueno que demuestra, bajo mi punto de vista, que no hace falta recurrir a grandes producciones con miles de extras, efectos especiales, localizaciones, actores y actrices de primer nivel, etc. para hacer cine del bueno.
Otra de esas películas que no olvidas nunca, eso sí, recomendada solamente para amantes de los dramas realistas.
31 de agosto de 2011
31 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película genial que impresiona poco a poco con una trama que aumenta según se desarrolla. Es imposible sentirse indiferente ante una situación que resulta tan desagarrodara como real dentro de un régimen diactorial.
11 de enero de 2012
11 de enero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seca, agobiante... y excelente. El cuerpo de Anamaria Marinca es extraordinariamente vivo, fuerte y frágil al mismo tiempo, y tan magnético que la cámara se acerca y se aleja de ello, pero parece incapaz de dejarlo: lo sigue a cualquier rincón oscuro de una Bucarest desnuda y escuálida, lo sigue incluso en plenas tinieblas, exteriores e interiores, hasta sacarle el alma: sus miedos, su sentirse sucia, su desengaño.
La dureza de esta película va mucho más allá de la situación y de los acontecimientos. Lo que más duele es ver en los ojos de Otilia que no hay redención, no sólo en la sociedad, sino tampoco en la amistad o en el amor. Con ciertas heridas estamos solos. Y muchos siempre lo están durante toda su vida, y ni se dan cuenta.
La dureza de esta película va mucho más allá de la situación y de los acontecimientos. Lo que más duele es ver en los ojos de Otilia que no hay redención, no sólo en la sociedad, sino tampoco en la amistad o en el amor. Con ciertas heridas estamos solos. Y muchos siempre lo están durante toda su vida, y ni se dan cuenta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por esto en toda la película el contacto físico entre los personajes es casi ausente, y cuando ocurre (tres veces, tal vez) es un contacto vacío, una colisión de cuerpos que no se transmiten nada a nivel emocional. Un contacto parecido, en este sentido, al abuso sexual que el director no ha querido mostrar, para que sea más evidente que la herida que ha dejado - al igual que el aborto - es psicológica. Y por eso no curará.
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un magnifico retrato sobre un tema tan escabroso como el aborto durante los últimos días del comunismo en Rumanía. Un drama hecho con una sobriedad exquisita que casi hace del sufrimiento algo convencional. Al mismo tiempo refleja los costumbrismos de una sociedad bajo un régimen comunista y el pragmatismo aplicado por su gente para poder sobrevivir. Cabe destacar el recurso técnico de la elipsis que Mungiu utiliza con maestría, llevando a espectador a creer que está viendo una película a tiempo real aunque no sea así, lo que incrementa aún más la situación de realismo. El tenebrismo de los escenarios urbanos también ofrecen un punto más a esta película, distinta y sorprendente.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
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