Hay dos cosas principales de esta película que ya se ven repetidas en anteriores, la trama y los papeles, la trama de la venganza y del asesino a sueldo esta bien trillada, pero a veces suele calar cuando se introduce algo de anarquía, algo de creatividad, cuando se sale del standar y la originalidad lleva al olvido el que el tema ya este bastante bien abarcado, pero este no es el caso, no hubo sustancia relevante que le diera al film ese toque especial. Igualmente con las actuaciones, Brad Pitt hizo del tipo rudo al que acostumbramos ver el encarna. En conclusión general: nada nuevo, tal vez el aire de critica al sistema político y económico de Estados Unidos hubiera sido la chispa que faltaba, si este no se hubiese comparado tan deficiente como inoportunamente con las situaciones en la que se ven inmersos los personajes.

Thriller intenso, despiadado, historia dramática de suburbio que habla de esas esquinas de la vida que hieren como papel de lija cuando te acercas a ellas.

A. Dominik dirige suavemente pero con tino certero, sin tregua, implacable, despiadado y preciso.
La película destila sudor de lumpen y bilis de odio pero su caligrafía cinematográfica remite a lo artístico, al relato cuidado y bien trabajado, a la labor profesional que cautiva en cada imagen y seduce en cada escena.

No me esperaba una de las típicas de acción de esas con ritmo loco desde el principio, aunque no me hubiera importado: la etiqueta de "Cine independiente USA" no engaña, ya sabemos de qué va todo eso así que no han de haber sorpresas, es un tipo de cine especial hecho por raritos que se alejan del cine espectáculo con millones de euros invertidos en efectos especiales por minuto.

Aquí no hay ritmo, se le da más valor a la palabra puesta en boca de sus personajes, en la idea que hay detrás de esos chapuceros mafiosos que son un desastre en la vida y dentro del gremio. Los guapos y los infalibles pertenecen a otro tipo de películas... O no, que sale Brad Pitt, vaya, y no es como el resto, él no se equivoca y además cada vez que alza la voz es para decir algo importante y contundente... Venga va, pues la excepción de la película es él, y mejor que sea él que no ningún otro, que además de ser incompetentes no están ni la mitad de buenos que él.

El título, con ese adverbio ostentoso "suavemente" puesto tras un imperativo verbal que ocupa el espacio conceptual contrario ("matar") es una clara advertencia al espectador: avisados estáis caramba!!! Matar va a ser matar siempre, pero más vale que os vayáis de aquí si es que queréis ver más de lo mismo porque aquí cuando se mata, que quede claro, se hace de otra manera. Son camorristas, barriobajeros, mafiosos o como quieran llamarlos, pero reales como la vida misma, feos, huelen mal, yonkis, puteros y rebosantes en defectos. Menos Brad Pitt, eso ya lo he dicho. Así que pegarle una paliza a alguien aquí es diferente, no es como suele ser en la mayoría de pelis.

Y si no os gustaba la lentitud, pues cucharada doble, se le pone el freno a la cámara para verlo en slow motion si hace falta. Sangre, palabras, ideas repetitivas, suciedad, mal rollo, un atraco lamentable y en definitiva una película rara que se aleja de la normalidad y que por eso es por lo que tiene malas críticas. A mí no me ha disgustado, un poco pesado y cansino el asesino venido de lejos para no hacer nada... en fin, como siempre casi doscientas críticas y llego tarde a la fiesta...

Contemplar a Brad Pitt en esta película supone una atracción irresistible, da la impresión de que el intérprete ha alcanzado una madurez deliciosa, y que si se aprovecha ese estado de gracia, es posible sacar adelante cualquier película.

Gandolfini también me gustó mucho, divertido, brusco y directo, es otra de esas interpretaciones que enamoran. El argumento no me parece brillante, pero la cinta no me ha aburrido en ningún momento.

No es la típica película funcional sobre gansters, sino todo lo contrario es una arquetípica historia cargada de tensión en los diálogos que conlleva una profundidad violenta en ellos, donde todo aflora por la falta de oportunidades porque la sociedad está cansada de esperar y mantiene las ganas de conseguir el sueño americano de cualquier manera.
Su lentitud constante no muestra brutalidad, creando un muy contenido y sarcástico film que nunca estalla, impregnando el relato de un romanticismo extraño.