Los siete samurais
1954 

8.4
44,076
Aventuras. Drama
Japón, Siglo XVI. Una aldea de campesinos indefensos es repetidamente atacada y saqueada por una banda de forajidos. Aconsejados por el anciano de la aldea, unos aldeanos acuden a la ciudad con el objetivo de contratar a un grupo de samuráis para protegerlos. A pesar de que el único salario es comida y techo, varios samuráis se van incorporando uno a uno al singular grupo que finalmente se dirige a la aldea. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2011
2 de noviembre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia transmite la tradición japonesa pero con una estructura narrativa muy parecida al western norteamericano. Trata de infundir valores como la valentía, la dignidad, buscando el bien del grupo por encima del individual.
Durante toda la película, la atención del espectador se mantiene gracias a la presencia latente del enemigo, que está ausente pero al acecho. Este fondo se alterna con las líneas narrativas paralelas que incumben a los campesinos: la búsqueda de los samuráis, la preparación defensiva de los campesinos en su lucha, las estrategias de defensa, la introspección en algunos personajes a raíz de algunos hechos, etc.
Los civiles se muestran más bien reticentes en lo relativo a la lucha, y sólo les mueve el deseo de poder seguir con sus vidas. Llegan incluso a plantearse la guerra por miedo a que los guerreros les arrebaten a sus mujeres e hijas. Sin embargo, los samuráis parecen actuar más bien por la lucha contra el mal, la lucha por el honor, aunque desde el principio algunos no aceptaran el trabajo por la escasa remuneración.
En lo que refiere a la técnica, me llama la atención el ritmo externo de una de las primeras escenas, en la que los campesinos lloran por la presión de los bandidos. Aquí el montaje es muy acelerado de repente y seguidamente parece volverse más calmado y regular. Resulta chocante.
El lenguaje visual está más próximo al occidental que al soviético. Sin embargo hay algo personal: un ritmo muy lento en la narración. En la escena en que un secuestrador captura un niño y se esconde en el granero, no se cuenta de la manera en que estamos acostumbrados.
La imagen y la música son más elocuentes que los propios diálogos. La música contribuye notablemente a acentuar los momentos de más tensión y viceversa. Está muy compenetrada y correspondida en el desarrollo de la historia. Se ve una mímica, un modo de gesticular en algunos personajes que se encuentra también en los dibujos animados japoneses, posiblemente producto de una tradición teatral.
Kurosawa se ha convertido en un símbolo de la cinematografía japonesa con películas como esta. En este caso, Los siete samuráis, ha sido un “ejemplo a seguir”, prueba de ello es la película Los siete magníficos, esa versión en western de la película de Kurosawa con un ritmo más rápido como dicta el cine Hollywoodiense. Así como esa clásica presentación de personajes uno a uno y que nos enseña como son cada uno, aunque luego se irá descubriendo como son completamente según avance la película.
En resumen, la película es una auténtica obra maestra, que, aunque es cierto que se puede hacer algo pesada debido al lento ritmo de su trama, consigue atraer al espectador. Desde el punto de vista técnico es una maravilla visual que refleja perfectamente el cine y la tradición japonesa, términos que en este cine van de la mano, y la obra de uno de los grandes directores de la cinematografía de este país, Akira Kurosawa.
Durante toda la película, la atención del espectador se mantiene gracias a la presencia latente del enemigo, que está ausente pero al acecho. Este fondo se alterna con las líneas narrativas paralelas que incumben a los campesinos: la búsqueda de los samuráis, la preparación defensiva de los campesinos en su lucha, las estrategias de defensa, la introspección en algunos personajes a raíz de algunos hechos, etc.
Los civiles se muestran más bien reticentes en lo relativo a la lucha, y sólo les mueve el deseo de poder seguir con sus vidas. Llegan incluso a plantearse la guerra por miedo a que los guerreros les arrebaten a sus mujeres e hijas. Sin embargo, los samuráis parecen actuar más bien por la lucha contra el mal, la lucha por el honor, aunque desde el principio algunos no aceptaran el trabajo por la escasa remuneración.
En lo que refiere a la técnica, me llama la atención el ritmo externo de una de las primeras escenas, en la que los campesinos lloran por la presión de los bandidos. Aquí el montaje es muy acelerado de repente y seguidamente parece volverse más calmado y regular. Resulta chocante.
El lenguaje visual está más próximo al occidental que al soviético. Sin embargo hay algo personal: un ritmo muy lento en la narración. En la escena en que un secuestrador captura un niño y se esconde en el granero, no se cuenta de la manera en que estamos acostumbrados.
La imagen y la música son más elocuentes que los propios diálogos. La música contribuye notablemente a acentuar los momentos de más tensión y viceversa. Está muy compenetrada y correspondida en el desarrollo de la historia. Se ve una mímica, un modo de gesticular en algunos personajes que se encuentra también en los dibujos animados japoneses, posiblemente producto de una tradición teatral.
Kurosawa se ha convertido en un símbolo de la cinematografía japonesa con películas como esta. En este caso, Los siete samuráis, ha sido un “ejemplo a seguir”, prueba de ello es la película Los siete magníficos, esa versión en western de la película de Kurosawa con un ritmo más rápido como dicta el cine Hollywoodiense. Así como esa clásica presentación de personajes uno a uno y que nos enseña como son cada uno, aunque luego se irá descubriendo como son completamente según avance la película.
En resumen, la película es una auténtica obra maestra, que, aunque es cierto que se puede hacer algo pesada debido al lento ritmo de su trama, consigue atraer al espectador. Desde el punto de vista técnico es una maravilla visual que refleja perfectamente el cine y la tradición japonesa, términos que en este cine van de la mano, y la obra de uno de los grandes directores de la cinematografía de este país, Akira Kurosawa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una escena memorable de la película es el final de la misma, esa imagen de los 7 samuráis, pero no todos en cuerpo, en realidad sólo 3 conservan la vida, pero los otros 4 aparecen con el enfoque de sus tumbas con sus espadas clavadas en la hierba, mientras Kanbê dice la mejor frase de la película:
- Otra vez, hemos sido derrotados.
- ¿Cómo?
- Sí, los ganadores han sido los campesinos, no nosotros.
Así se muestra esa idea de que una victoria para ellos no es haber perdido 4 amigos en la batalla, pero sí para los campesinos, quienes consiguieron su propósito.
- Otra vez, hemos sido derrotados.
- ¿Cómo?
- Sí, los ganadores han sido los campesinos, no nosotros.
Así se muestra esa idea de que una victoria para ellos no es haber perdido 4 amigos en la batalla, pero sí para los campesinos, quienes consiguieron su propósito.
16 de julio de 2012
16 de julio de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un gran clásico, igual que hay clasicazos occidentales ("Casablanca", "El tercer hombre"...) también se creaban en el lejano Oriente.
Es la primera película japonesa que vi, lo que tiene mérito tratándose de una película de 200 minutos del año 1954, sin tener conocimiento previo de este tipo de cine. Pero es de tal fuerza narrativa, tanta belleza, con una dirección magistral y un Toshiro Mifune que destaca desde la primera vez que aparece en pantalla... ¿Cómo no considerarla una obra maestra?
Los que hemos leído "El arte de la guerra" podemos observar cómo esta película da una representación práctica de todo el saber del libro de estrategia, al planificar la mejor defensa, la mejor táctica a seguir cuando se está en inferioridad para defender una posición. El sabio maestro "nunca ha ganado una batalla" (el entrecomillado tiene un por qué).
Es muy difícil convencer a alguien a ver estas joyas del séptimo arte (aquí dicho con todo el sentido), pero aseguro que merece la pena el esfuerzo.
Es la primera película japonesa que vi, lo que tiene mérito tratándose de una película de 200 minutos del año 1954, sin tener conocimiento previo de este tipo de cine. Pero es de tal fuerza narrativa, tanta belleza, con una dirección magistral y un Toshiro Mifune que destaca desde la primera vez que aparece en pantalla... ¿Cómo no considerarla una obra maestra?
Los que hemos leído "El arte de la guerra" podemos observar cómo esta película da una representación práctica de todo el saber del libro de estrategia, al planificar la mejor defensa, la mejor táctica a seguir cuando se está en inferioridad para defender una posición. El sabio maestro "nunca ha ganado una batalla" (el entrecomillado tiene un por qué).
Es muy difícil convencer a alguien a ver estas joyas del séptimo arte (aquí dicho con todo el sentido), pero aseguro que merece la pena el esfuerzo.
15 de agosto de 2012
15 de agosto de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como dijo El Destripador, vamos por partes:
-Es la obra maestra de sensei Kurosawa.
-Técnicamente es pionera por la utilización de "stop-motion" o cámara lenta, y en la utilización de tres cámaras que muestran tres planos: largo, medio y corto. Está técnica de rodaje y de montaje sería utilizada por nuevas generaciones de directores: Arthur Penn en "Bonnie y Clyde", Sam Peckinpah en "Grupo Salvaje", Francis Ford Coppola en "El Padrino", etc.
-Personajes bien construídos, de esos que al momento te caen bien al instante, y nunca los olvidas. Takashi Simura como Kambei hace una interpretación notable, y Toshiro Mifune como Kikuchio está en una de sus cumbres interpretativas.
-En el film, aunque esté ambientado en la segundo mitad del siglo XVI, subyace un poco la visión que tenía Kurosawa del Japón de posguerra. Al igual que el campesinado pobre de la aldea sometida a constantes incursiones de pillaje, hay un pueblo japonés que lucha por recuperarse. Al alcanzar la victoria contra los ladrones, Kambei dice haber perdido, porque en realidad los campesinos han ganado, lo que se corresponde con la impresión que tenía el director de Japón después de la Segunda Guerra Mundial: reconstruído el país, solucionados los problemas, ya no hay nada de que preocuparse, un día sucede al otro, y hay que vivir al día. Cuatro de los siete perdieron la vida.
-Como bien se sabe, tuvo muchas adaptaciones. "Los siete magníficos" es la más reconocida, y es muy recomendable. También la película "Bichos" de Pixar está basada en el film. Incluso por ahí se decía que "Los siete samuráis" estaba basada en el relato mitológico griego "Los siete contra Tebas", aunque de esto último no os fiéis mucho.
-Nota: un 9. Recomendable.
-Es la obra maestra de sensei Kurosawa.
-Técnicamente es pionera por la utilización de "stop-motion" o cámara lenta, y en la utilización de tres cámaras que muestran tres planos: largo, medio y corto. Está técnica de rodaje y de montaje sería utilizada por nuevas generaciones de directores: Arthur Penn en "Bonnie y Clyde", Sam Peckinpah en "Grupo Salvaje", Francis Ford Coppola en "El Padrino", etc.
-Personajes bien construídos, de esos que al momento te caen bien al instante, y nunca los olvidas. Takashi Simura como Kambei hace una interpretación notable, y Toshiro Mifune como Kikuchio está en una de sus cumbres interpretativas.
-En el film, aunque esté ambientado en la segundo mitad del siglo XVI, subyace un poco la visión que tenía Kurosawa del Japón de posguerra. Al igual que el campesinado pobre de la aldea sometida a constantes incursiones de pillaje, hay un pueblo japonés que lucha por recuperarse. Al alcanzar la victoria contra los ladrones, Kambei dice haber perdido, porque en realidad los campesinos han ganado, lo que se corresponde con la impresión que tenía el director de Japón después de la Segunda Guerra Mundial: reconstruído el país, solucionados los problemas, ya no hay nada de que preocuparse, un día sucede al otro, y hay que vivir al día. Cuatro de los siete perdieron la vida.
-Como bien se sabe, tuvo muchas adaptaciones. "Los siete magníficos" es la más reconocida, y es muy recomendable. También la película "Bichos" de Pixar está basada en el film. Incluso por ahí se decía que "Los siete samuráis" estaba basada en el relato mitológico griego "Los siete contra Tebas", aunque de esto último no os fiéis mucho.
-Nota: un 9. Recomendable.
9 de abril de 2014
9 de abril de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Los siete samurais” es una epopeya que entronca con el romanticismo del western. Por eso, aunque su forma de rodar sea un poco más dinámica al mover la cámara, no me extraña que se haya comparado tanto a Kurosawa con Ford. Ambos son puro amor al cine.
El samurái podría ser sólo un mercenario, alguien dispuesto a alistarse a cualquier bandera, a cambio de un precio. Sin embargo, en realidad es un caballero desarraigado capaz de luchar hasta la muerte por una causa remota y del todo ajena, a favor de un grupo de campesinos pacatos y desconfiados, y sin más recompensa que la de tres comidas diarias, a base de cuencos de arroz. La película es todo un canto a valores ancestrales como la ética, la justicia social, el honor, la libertad y el compromiso. También hay una clara crítica a las estructuras sociales inmovilistas. Y, con ello, “Los siete samuráis” es una de esas obras que trascienden a su época, a su marco geográfico y a su género. Vaya, un clásico.
Las casi tres horas y media de metraje se siguen con gran facilidad. El relato es ágil, a pesar de la sobriedad del estilo. Las escenas de lucha están rodadas con el punto justo de épica y espectacularidad. La última hora es para disfrutarla una y otra vez. Da la impresión de que el director se mueve como pez en el agua en escenarios naturales, y se sirve de ellos al narrar pequeñas historias individuales (luz del sol, penumbra, lluvia, noche...).
La mirada de Kurosawa no siempre es amable, pero sí muy humana. A pesar del planteamiento coral de la trama, los personajes principales presentan matices, hay una profunda carga emocional en ellos. La lucha sólo tiene sentido cuando se fundamenta en la dignidad. Y eso lleva al desgarrador final y a la aguda reflexión que se propone sobre el triunfo y el fracaso. De visión obligada.
El samurái podría ser sólo un mercenario, alguien dispuesto a alistarse a cualquier bandera, a cambio de un precio. Sin embargo, en realidad es un caballero desarraigado capaz de luchar hasta la muerte por una causa remota y del todo ajena, a favor de un grupo de campesinos pacatos y desconfiados, y sin más recompensa que la de tres comidas diarias, a base de cuencos de arroz. La película es todo un canto a valores ancestrales como la ética, la justicia social, el honor, la libertad y el compromiso. También hay una clara crítica a las estructuras sociales inmovilistas. Y, con ello, “Los siete samuráis” es una de esas obras que trascienden a su época, a su marco geográfico y a su género. Vaya, un clásico.
Las casi tres horas y media de metraje se siguen con gran facilidad. El relato es ágil, a pesar de la sobriedad del estilo. Las escenas de lucha están rodadas con el punto justo de épica y espectacularidad. La última hora es para disfrutarla una y otra vez. Da la impresión de que el director se mueve como pez en el agua en escenarios naturales, y se sirve de ellos al narrar pequeñas historias individuales (luz del sol, penumbra, lluvia, noche...).
La mirada de Kurosawa no siempre es amable, pero sí muy humana. A pesar del planteamiento coral de la trama, los personajes principales presentan matices, hay una profunda carga emocional en ellos. La lucha sólo tiene sentido cuando se fundamenta en la dignidad. Y eso lleva al desgarrador final y a la aguda reflexión que se propone sobre el triunfo y el fracaso. De visión obligada.
26 de enero de 2015
26 de enero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el Japón del siglo XVI, una aldea de campesinos busca siete samuráis que les defiendan de los continuos saqueos de unos bandidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Uno de los títulos más influyentes del cine de aventuras en general y del western en particular, asimismo considerado como el mejor film de Akira Kurosawa. En su estructura se diferencian tres partes: el reclutamiento de los defensores, el plan para combatir a los ladrones y la batalla final entre ambos bandos. Un clásico, que combina sabiamente drama social, acción y humor, a lo largo de un extenso metraje recortado de cara a su estreno comercial.
"Otra vez hemos sido derrotados. Los ganadores son los campesinos y no nosotros."
"Otra vez hemos sido derrotados. Los ganadores son los campesinos y no nosotros."
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