Esta segunda parte es claramente inferior a la entrega anterior, pero no es tan mala como dicen muchos; la verdad, sea digna o no (para mí lo es), es un ejercicio de buen entretenimiento, que sigue el mismo esquema de la anterior, solo que en vez de en la jungla, en la ciudad, y con Danny Glover presiguiendo al Depredador.

Muy entretenida.

Seamos honestos: superar a Mc Tiernam y nuestro simpático Chuache era una tarea harto dificil, pero tampoco da la sensación de que sufrieran mucho para intentarlo. La fórmula magistral consiste en plantar un Depredador en un Los Angeles con estética de vídeoclip de Gangsta rap, y poner a un Danny Glover al borde del colapso a entendérselas con él. El único interés que tiene la cinta es ver cómo las gasta el alienígena, el reguero de cadáveres que deja, y suspirar por los buenos momentos proporcionados por la película original. Ciertamente no es una película aburrida pero pesa demasiado la pobreza de medios y de imaginación. Eso sí, sale Gary Busey haciendo el loco como en los 80 se sabái hacer, que siempre es un aliciente.

Argumento:

Un grupo de policías de Los Angeles se enfrenta a un misterioso asesino que descuartiza a sus víctimas con un salvajismo inusitado. Pronto, el jefe del grupo, el capitán Harrigan, descubrirá que su enemigo es un alienígena llegado a la Tierra con el único propósito de practicar la caza. (FILMAFFINITY)

Juicio:

Una buena secuela de la original, la cual logra ser sólida y digna pese a ya carecer por completo de ese suspense de calidad y ese efecto sorpresa que ya sólo pudo ostentar la protagonizada por Schwarzenegger. Aprovechando el nuevo entorno (la ciudad), tirando de un guión correcto y de unas interpretaciones correctas, la película consigue mantener la atención, entretener y evitar que salgas defraudado del todo. Su banda sonora increíble (de Alan Silvestri) y sus efectos especiales ayudan y mucho.

Secuela de “Depredador” (1987), en la que se pasa del calor de la selva amazónica al calor de la ciudad de Los Ángeles, y del buen hacer de John McTiernan a la solvencia efectista de Stephen Hopkins. Una secuela que pretende igualar el taquillazo de la original cambiándolo todo podría ser una buena estrategia, tal como hizo James Cameron en 1986 con su excelente secuela del “Alien” (1979) de Ridley Scott, pero por desgracia no es el caso.

“Depredador 2” no es una película mala en sí misma. De hecho, es muy entretenida, tiene buenos golpes, buenas escenas de acción y algún que otro instante de tensión. La singladura del “predator” por las calles de Los Ángeles hace realidad lo que los más freakies se preguntaban al ver la película original: ¿qué pasaría si el bicharraco rastafari se paseara por una ciudad? Pues bien, lo que pasa es que el Bob Marley espacial disfruta como un enano con el sofocante calor de la ciudad, los tiroteos entre policías y bandas de narcos, y los movimientos desesperados de un policía, Danny Glover, para seguir los rastros de los cadáveres que va dejando.

Hopkins tiene que superar el hándicap del efecto sorpresa que la película de McTiernan disfrutaba, pero no puede decir que no tuvo elementos para ello. Se limita a ofrecer más acción, más sangre y más sofisticación en el “predator”, algo que es de agradecer, pero se empeña en mostrarlo todo con escenas preeminentemente nocturnas y poco definidas en muchos casos. También tenemos a un actor principal, Danny Glover, que iguala al personaje de Schwarzenegger en inteligencia, pero carece del carisma de éste y se vale de otros secundarios para llenar pantalla, como Maria Conchita Alonso, Gary Busey o Bill Paxton.

A pesar de su dudosa calidad, es una secuela que cumple con su objetivo de entretener y se disfruta de forma sana y sin pretensiones. Además, dentro de su media hora final, sin duda la mejor, hay un guiño a “Alien” bastante claro y muy oportuno para los avispados productores que vieran una “posible” película protagonizada por los dos seres y juntar las dos taquilleras franquicias en el no-va-más de la ciencia-ficción, proyecto que no vería la luz hasta 2004 en la infame “Alien vs. Predator”. Sin duda, y a pesar de sus muchas carencias, “Depredador 2” siempre será infinitamente mejor.

Realmente que posibilidades tenía una secuela de Predator sin el efecto sorpresa de la original, pues en principio pocas la verdad, así que los míticos productores L.Gordon y J.Silver volvieron a llamar a los Hermanos Thomas Creadores del depredador original para haber si rascaban algo de su cerebro para luego rascar los bolsillos a los espectadores.

Total, cambio de escenario de una jungla a otra jungla…la jungla de asfalto, concretamente a la ciudad de L.A sumida en un caos y anarquía donde imperan las bandas de narcotraficantes a sus anchas y mientras el depredador abre la veda para cazar sus animales favoritos los humanos.

En un principio la idea resulta atractiva, pero Mctiernan chico listo pasa olímpicamente de este proyecto y se tienen que conformar con el mediocre Stephen Hopkins que no sabe exprimir las posibilidades que le da un escenario como el de una ciudad (bueno el guion no da para más la verdad) y claro no llega ni de lejos a una lograda ambientación de tensión y opresión. Alan Silvestri y su fantástica B.S.O aquí no ofrece nada nuevo si no que el esfuerzo por su parte es mínimo y hace una de “copiar-pegar”.

Lo único ciertamente pasable de toda la cinta es que mantuvieron un alto nivel de violencia, sangre y sus correspondientes tacos, cosa altamente necesaria para digerir esta secuela. Solo añadir que lo únicamente destacable de la historia es un guiño que une la saga predator con la de Alíen lo dice todo.

A DESTACAR; La verdad poca cosa, solo que hay secuelas bastante peores.

EN CONTRA; 1; Dirección mala sin aprovechar los escenarios que te brinda una ciudad. 2: Música de cortar-pegar de la original. 3: Guion flojo.