La misión
7.6
56,940
Aventuras. Drama
Hispanoamérica, siglo XVIII. En plena jungla tropical junto a las cataratas de Iguazú un misionero jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el ejemplo de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y un oboe. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la misión de San Carlos. Entre sus seguidores está Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex-traficante de esclavos, mercenario y asesino, que buscando el perdón se hace ... [+]
28 de septiembre de 2011
28 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran banda sonora, mejor fotografía, muy buena actuación. Tal vez el guion presente algunas incongruencias con la historia original debido a esa excesiva benevolencia a la iglesia católica y sus misiones. El final es muy emotivo y en general sera recordada por por sus virtudes que las tiene y muchas.
10 de abril de 2008
10 de abril de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La misión, un film clásico que nos relata la historia de Rodrigo Mendoza, traficante de esclavos que, tras enfrentarse a su hermano por una mujer y matarlo, se hace jesuíta, acompaña al padre Gabriel en la creación de una msión en América Central y hace penitencia subiendo las impresionantes cataratas de Iguazú con sus armas a cuestas. Entre tanto, Portugueses y Españoles se oponen a la creación de esta misión y acabarán enviando tropas a la zona. Rodrigo, con la oposición del padre Gabriel, se enfrentará con las armas a los soldados, aún a sabiendas de que todo está perdido.
Una película impactante, tanto por su historia como por su música o sus paisajes. El final muy logrado. Además, tiene a Robert de Niro, Jeremy Irons, Liam Neeson... Les encantará esta película, realmente preciosa.
Una película impactante, tanto por su historia como por su música o sus paisajes. El final muy logrado. Además, tiene a Robert de Niro, Jeremy Irons, Liam Neeson... Les encantará esta película, realmente preciosa.
24 de agosto de 2010
24 de agosto de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La misión es una historia basada en hechos fidedignos y recreada en los espacios geográficos donde sucedieron tales hechos. Además es una excelente herramienta pedagógica, para la enseñanza, de una parte de nuestra historia, donde podrán observar como fue la creación y conformación, de nuestro continente americano, las decisiones que se tomaron y los derramamiento de sangre que ocasionaron, todo por el vil interés económico y político, de los grande colonizadores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película muestra, como la fe y las decisiones políticas se enfrentan, pues los misioneros jesuitas después de haber logrado grandes avances en la población indígena, introduciendo la fe, la cultura y el trabajo comunitario. Dándole además protección ante los cazadores de indios, quienes tras capturar los, luego los vendían, donde uno de estos cazadores, unos de los mejores y mas agresivos, tras una tragedia en su vida, es convencido por los jesuitas y se une a ellos en su labor. Pero tras la firma de un tratado de demarcación de limites, España debía ceder parte de un territorio a Portugal, incluido todo lo que en el había. Todo esto genera un conflicto de esta tus legal en la población, ya que los portugueses podían tener esclavos indígenas, todo lo contrario ocurría en territorio español, pues los indígenas no podían ser esclavos, ya que en España esta se había abolido. Lo que genero una oposición a entregarse a los portugueses, estallan do así la guerra, en la cual, debieron participar los jesuitas, renunciando a sus votos de amor y no violencia, para defender los derechos y sentimientos, de sus protegidos, ante la ambición política y económica de las grandes potencias colonizadoras.
28 de diciembre de 2010
28 de diciembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que nos da un gran ejemplo de lo que se puede llamar la esclavitud. Así como también se transmite a los indígenas la fe cristiana, el padre Gabriel se sirve de la música, y gracias a su obra logra comunicarse con ellos.
Cabe destacar que hay tres partes implicadas como lo son indígenas, jesuitas y el clero, primero los indígenas porque vivían allí y poco a poco los jesuitas fueron evangelizando con un interés muy solidario, el evangelizar a los indígenas y ayudarlos en todos los aspectos posibles ya que estos eran los intermediarios del clero, aunque debemos tomar en cuenta que los jesuitas siempre estuvieron de parte de los indígenas; y por último el clero porque ellos desean dividir las tierras para su propio beneficio sus intereses son visibles aún sin importarles las misiones.
Cabe destacar que hay tres partes implicadas como lo son indígenas, jesuitas y el clero, primero los indígenas porque vivían allí y poco a poco los jesuitas fueron evangelizando con un interés muy solidario, el evangelizar a los indígenas y ayudarlos en todos los aspectos posibles ya que estos eran los intermediarios del clero, aunque debemos tomar en cuenta que los jesuitas siempre estuvieron de parte de los indígenas; y por último el clero porque ellos desean dividir las tierras para su propio beneficio sus intereses son visibles aún sin importarles las misiones.
31 de enero de 2012
31 de enero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al octavo día, después de su merecido descanso, Dios hizo a Morricone. Y lo puso en la reserva de cosas buenas, pensando en un futuro caótico y ramplón. Y le concedió a Morricone, además, dones y aptitudes a manos llenas.
“A tutti pleni, Ennio”, decía Dios, festivo.
A los pocos meses, Jehova Dios, que andaba fastidiado con la serpiente que engañó a Eva y a Adán, avergonzados ya por estar desnudos, decidió relajarse y contar hasta diez y sentar a Morricone a una mesa auxiliar en la que, junto a una pluma de ganso y un tintero y un flexo moderno, con su revestimiento de goma espuma y todo, por supuesto, se veía un rollo de papel pautado. Y sopló Dios en la nariz de Morricone más aliento de genialidad, y fue Morricone un ser aún más genial.
Entonces Jehova Dios descubrió que lo que brotaba de la mente de Morricone era bueno, extraordinario, y lo hacía reproducir como banda sonora en el Jardín del Edén; y vio Dios que amansaba a las bestias del campo y a las aves de los cielos y que los frutos de todo árbol se volvían deliciosos.
Y fue también que Jehova concibió a Tornatore y a Sergio Leone, porque no era bueno que Ennio Morricone estuviera solo, y que, sofocado el jaleo de Sodoma y Gomorra, pensaba en llevar al Greenwich Village a Robert de Niro para que, a las órdenes de Roland Joffé, muchos años más tarde, se compusiera una de las escenas más bellas de la Historia del Cine, allí, a este lado de las cataratas del Iguazú, que es otra de las pruebas palpables de que, aun con tantos y tantos tratando de estropearlo, no hay cosa que se pueda igualar, por maravillosa, por alucinante, a este viejo, cansado, gastado e irrepetible mundo de Dios.
“A tutti pleni, Ennio”, decía Dios, festivo.
A los pocos meses, Jehova Dios, que andaba fastidiado con la serpiente que engañó a Eva y a Adán, avergonzados ya por estar desnudos, decidió relajarse y contar hasta diez y sentar a Morricone a una mesa auxiliar en la que, junto a una pluma de ganso y un tintero y un flexo moderno, con su revestimiento de goma espuma y todo, por supuesto, se veía un rollo de papel pautado. Y sopló Dios en la nariz de Morricone más aliento de genialidad, y fue Morricone un ser aún más genial.
Entonces Jehova Dios descubrió que lo que brotaba de la mente de Morricone era bueno, extraordinario, y lo hacía reproducir como banda sonora en el Jardín del Edén; y vio Dios que amansaba a las bestias del campo y a las aves de los cielos y que los frutos de todo árbol se volvían deliciosos.
Y fue también que Jehova concibió a Tornatore y a Sergio Leone, porque no era bueno que Ennio Morricone estuviera solo, y que, sofocado el jaleo de Sodoma y Gomorra, pensaba en llevar al Greenwich Village a Robert de Niro para que, a las órdenes de Roland Joffé, muchos años más tarde, se compusiera una de las escenas más bellas de la Historia del Cine, allí, a este lado de las cataratas del Iguazú, que es otra de las pruebas palpables de que, aun con tantos y tantos tratando de estropearlo, no hay cosa que se pueda igualar, por maravillosa, por alucinante, a este viejo, cansado, gastado e irrepetible mundo de Dios.
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