Paranoid Park
6.7
7,622
12 de julio de 2009
12 de julio de 2009
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he sido un admirador del cine de Gus Van Sant. No habré llegado a ver ni la mitad de su filmografía, pero cada película que veo de este director me confirma que su cine y yo somos incompatibles. Pensaba, ingenuo de mi, que no podía haber nada más horrible que el inclasificable biopic de "Last days", y quizás este film no llega a los niveles de sobredosis anfetamínica con la que debió rodar los últimos días de la vida de Kurt Cobain, pero poco hemos mejorado desde entonces.
Paranoid Park, nos situa en la vida de un adolescente aficionado al skateboard que un día mata accidentalmente a un guardia de seguridad de una estación de ferrocariles. Lo que en manos de un director mínimamente competente hubiera sido un film incluso interesante, se transforma en una película absurda, mal realizada y deficientemente interpretada. Buscar los actores a través de una página web puede resultar muy innovador y moderno, pero conlleva sus riesgos, y en esta película se hacen muy evidentes. Gabe Nevins, el actor principal, se nos revela como uno de los ¿actores? más inexpresivos que se hayan visto últimamente en las pantallas. Nada puede intuírse a través de su rostro, mostrado en abundantes primeros planos. Su rictus, casi autista, no varía un ápice ya sea escribiendo en un cuaderno, contemplando un cadáver o haciendo el amor con su novia.
Así pues, con un material humano de este calibre y un director que, estoy seguro, se considera un genio, la cinta va avanzando hacia ningún lugar en concreto. Da la impresión que el señor Van Sant está más preocupado por la estética que por el contenido del film y al no saber con exactitud hacia donde tirar, nos obsequia con toda una serie de imágenes -que interpreto deben significar los pensamientos del chico protagonista- que provocan sopor más que otra cosa. Si realmente su propósito era mostrar el comportamiento de un tipo determinado de adolescentes norteamericanos, Larry Clark le hubiese podido dar unas cuantas lecciones. Básicamente, sus jóvenes responden a las mismas inquietudes que los de este film, pero al menos aquellos tienen alma.
De vez en cuando, está bien romper ciertos convencionalismos narrativos e intentar buscar apuestas innovadoras, pero cuando uno se limita a repetir una y otra vez escenas filmadas con textura granulada y a cámara lenta de jóvenes patinando en monopatín, el diagnóstico es claro y solo tiene un nombre, onanismo mental.
Paranoid Park, nos situa en la vida de un adolescente aficionado al skateboard que un día mata accidentalmente a un guardia de seguridad de una estación de ferrocariles. Lo que en manos de un director mínimamente competente hubiera sido un film incluso interesante, se transforma en una película absurda, mal realizada y deficientemente interpretada. Buscar los actores a través de una página web puede resultar muy innovador y moderno, pero conlleva sus riesgos, y en esta película se hacen muy evidentes. Gabe Nevins, el actor principal, se nos revela como uno de los ¿actores? más inexpresivos que se hayan visto últimamente en las pantallas. Nada puede intuírse a través de su rostro, mostrado en abundantes primeros planos. Su rictus, casi autista, no varía un ápice ya sea escribiendo en un cuaderno, contemplando un cadáver o haciendo el amor con su novia.
Así pues, con un material humano de este calibre y un director que, estoy seguro, se considera un genio, la cinta va avanzando hacia ningún lugar en concreto. Da la impresión que el señor Van Sant está más preocupado por la estética que por el contenido del film y al no saber con exactitud hacia donde tirar, nos obsequia con toda una serie de imágenes -que interpreto deben significar los pensamientos del chico protagonista- que provocan sopor más que otra cosa. Si realmente su propósito era mostrar el comportamiento de un tipo determinado de adolescentes norteamericanos, Larry Clark le hubiese podido dar unas cuantas lecciones. Básicamente, sus jóvenes responden a las mismas inquietudes que los de este film, pero al menos aquellos tienen alma.
De vez en cuando, está bien romper ciertos convencionalismos narrativos e intentar buscar apuestas innovadoras, pero cuando uno se limita a repetir una y otra vez escenas filmadas con textura granulada y a cámara lenta de jóvenes patinando en monopatín, el diagnóstico es claro y solo tiene un nombre, onanismo mental.
1 de diciembre de 2009
1 de diciembre de 2009
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película de Gust Van Sant donde vuelve a contar una historia del mundo de los adolescentes con magníficos resultados dotada de una maravillosa puesta en escena. El relato nos cuenta la vida de un joven de Portland que se ve envuelto en la muerte de un agente de seguridad al mismo tiempo que sus padres están divorciándose, esto hace que la vida del muchacho sea deprimente y por eso necesita una válvula de escape que es el mundo del skateboard. Van Sant le da el protagonismo absoluto al pensamiento de los adolescentes sin importarle mucho el mundo de los adultos, por eso no muestra prácticamente a los padres del muchacho y no le da mucha importancia tampoco a la investigación policial. Así se centra en la difícil vida del joven por la situación familiar que atraviesa que le hace tener una muy complicada relación con su novia, además acrecentada con el secreto que guarda del terrible accidente que ha sufrido. Y por eso se refugia patinando en el Paranoid Park, (pista de patinaje de chicos problemáticos), en donde Van Sant le otorga un aire documental rodado con cámara super ocho, a las secuencias que se les ve patinando, dándonos a entender de este modo que así es el pequeño universo en donde habitan estos jóvenes, para diferenciarlo del resto del relato rodado en 35 milímetros, que muestra ya un mundo en donde también conviven adultos. Todo el sonido es muy bueno con una música realmente conseguida combinando temas intimistas dramáticos, con incluso alguna canción rockera. El único pero que tiene el film es que deja demasiadas conclusiones del relato muy en el aire, debido a que a Van Sant solo le importa la perspectiva juvenil y nada los pensamientos de los adultos, pero gracias a la maravillosa manera en que este sencillo guión está puesto en imágenes con una banda sonora envolvente, y a la inteligente visión que otorga al universo de los jóvenes el cineasta, hacen una película nada convencional y muy conseguida de la mirada adolescente.
19 de mayo de 2010
19 de mayo de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando yo vi Elephant del mismo autor, me sentí maravillado, creía haber sido testigo de una obra de arte, en donde el mismo dios se disfrazó de gus van sant, incomprendida por muchos es cierto, pero que lástima por ellos, se la perdieron, una obra digna de antología, pero al parecer el autor, ya sin ese disfraz obviamente, creyó equivocadamente que con esa fórmula le iría bien siempre, he visto "last days" en donde ya se abusa de las largas caminatas ergo del manejo del tiempo narrativo, y ahora esta película, que a pesar de tener un argumento bastante convincente, no está lograda, es sosa por momentos y demasiado lenta, nunca se desarrolla adecuadamente el climax, que pena gus, definitivamente estabas en la cumbre de tu creatividad al hacer elephant, por esa razón elefantina, yo personalmente te lo perdono todo, ya el cine te estará eternamente agradecido
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quienes se disfrutaron de elephant como yo, vean esta película sin esperar algo similar, se sentirán muy decepcionados
8 de abril de 2008
8 de abril de 2008
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ya viene siendo habitual en su cine, Van Sant echa mano de una dirección que le ha hecho personal, ésta vez sobre el sentimiento de culpa. La película no deja de tener un punto de arranque interesante pero aburrirá a los que piensan que su cine no está hecho para crear obras maestras y hará arrancar aplausos a aquellos que piensan que es uno de los mayores directores de la actualidad. Otros, sin embargo, nos quedamos tibios, pensando que aún tiene que llegar su gran película....
1 de diciembre de 2008
1 de diciembre de 2008
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un "thriller" psicológico sobre el sentimiento de culpa y la imposibilidad de comunicar un suceso en el cual uno tiene algún tipo de responsabilidad, pero cuya comunicación complicaría aún más la confusión, pues los humanos imaginan e interfieren más de lo que entienden. Esto es lo que se sugiere y uno podría preguntarse: ¿qué haría yo? En la primera mitad del filme ya se ha producido el hecho pero aún no lo conocemos, luego se nos revela lo ocurrido, y la última mitad entendemos lo que está ocurriendo. Si bien podemos creer ó no en el desenlace propuesto por una simpática y perceptiva joven, Macy (Lauren McKinney), la idea podría ser, tal vez, una propuesta liberadora propia de la psicología actual. Un drama a la Dostoievski traído a nuestro siglo, cuando los adolescentes, en el mundo moderno (en Portland, Oregon, USA, de donde son tanto el autor de la novela como el adaptador-director del filme) están más bien aislados, solos con sus problemas, eventualmente terrores, y los adultos prácticamente ausentes. Una historia simple magníficamente realizada con actores y actrices amateurs. La música se intercala, por ejemplo Nino Rota ("Julieta de los espíritus") y, sobre todo, el "skateboard".
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