FlowAnimación
7.3
9,167
Animación. Aventuras
Un gato se despierta en un mundo cubierto de agua, donde la raza humana parece haber desaparecido. Busca refugio en un barco con un grupo de otros animales. Pero llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. Todos tendrán que aprender a superar sus diferencias y adaptarse a este nuevo mundo en el que se encuentran. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2025
29 de enero de 2025
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las primeras cosas en las que pienso a los pocos minutos de empezar “Flow” es que por primera vez (o si no la primera al menos una de las pocas) es una película la que parece beber de las influencias del lenguaje y logros del universo de los videojuegos y no al revés. Desconociendo cual fue el proceso creativo y hasta qué punto los artífices de esta película tienen raíces o han tomado referencias del mundo “gamer”, me es imposible no pensar que lo que estoy viendo podría perfectamente haber sido en sus inicios el planteamiento de un nuevo juego “indie” para PlayStation. Inmediatamente percibo reminiscencias de experiencias interactivas como “Journey”, “Flower” o “Shadow of the Colossus” (entre muchas otras que ahora no sabré recordar), y por supuesto es imposible no evocar “The Legend of Zelda: Breath of the Wild” en el apartado visual plasmado en la película (me imaginaba perfectamente a Link subiéndose a ese barco). Por momentos al seguir los pasos del gato que protagoniza el filme creía que un joystick vibraría en mis manos avisando de peligro, o que tendría que pulsar algún botón para evitar los obstáculos. Esta comparativa no la hago en absoluto con carácter peyorativo, sino todo lo contrario. Celebro que la simbiosis cine-videojuego, que tan evidente ha sido en el sentido contrario (tantos juegos a lo largo del tiempo que han intentado emular la narrativa cinematográfica), funcione en este caso tomando los logros artísticos que se han alcanzado en la industria del “gaming” para volcarlos en una película tan internacionalmente celebrada y reconocida por la belleza de su propuesta.
Efectivamente “Flow” es una película preciosa, una aventura sin diálogos que se sustenta en la inmersividad y el placer sensorial que supone acompañar a un gato en su viaje de supervivencia en un mundo anegado por la repentina subida del nivel del mar. Una “Odisea” animalística que desprende amor y respeto a la naturaleza, conmovedora en su delicadeza y cargada también de un evidente simbolismo, sobre todo según avanza la película y se va desvelando más metafórica y espiritual, ofreciendo diversas lecturas y un poso de reflexión.
Escribo esto al poco tiempo de saber las nominaciones a los Oscar de este año 2025, y creo que “Flow” se llevará al menos uno de sus dos posibles premios (mejor película de animación; también opta a mejor película internacional). Es curioso que justo este año compita junto a “Robot salvaje”, con la que podría conformar una dupla por ser ambas películas en las que se nota que está puesto el corazón y la sensibilidad de sus creadores en pos de un mensaje ecologista más necesario que nunca. Celebraré su triunfo, igual que la inspiración que pueda provocar en otros futuros proyectos y en toda la gente que la vea.
Efectivamente “Flow” es una película preciosa, una aventura sin diálogos que se sustenta en la inmersividad y el placer sensorial que supone acompañar a un gato en su viaje de supervivencia en un mundo anegado por la repentina subida del nivel del mar. Una “Odisea” animalística que desprende amor y respeto a la naturaleza, conmovedora en su delicadeza y cargada también de un evidente simbolismo, sobre todo según avanza la película y se va desvelando más metafórica y espiritual, ofreciendo diversas lecturas y un poso de reflexión.
Escribo esto al poco tiempo de saber las nominaciones a los Oscar de este año 2025, y creo que “Flow” se llevará al menos uno de sus dos posibles premios (mejor película de animación; también opta a mejor película internacional). Es curioso que justo este año compita junto a “Robot salvaje”, con la que podría conformar una dupla por ser ambas películas en las que se nota que está puesto el corazón y la sensibilidad de sus creadores en pos de un mensaje ecologista más necesario que nunca. Celebraré su triunfo, igual que la inspiración que pueda provocar en otros futuros proyectos y en toda la gente que la vea.
6 de marzo de 2025
6 de marzo de 2025
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flow (en letón significa arroyo) es una película de animación independiente de fantasía y aventuras de 2024, dirigida por Gints Zilbalodis, y escrita por Zilbalodis y Matīss Kaža. Se trata de una coproducción letona-belga-francesa.3 La cinta se destaca por estar completamente renderizada con Blender, un software libre y de código abierto, y por no contener ningún diálogo. Es la película que ha ganado este año el Oscar a la mejor película de animación.
¿Pero qué es Flow, qué significa? Cada cual puede hacer la lectura que desee, para mí, como digo en el título de esta reseña, es un viaje espiritual. Una road-movie en el sentido de que habla de un viaje; con la consiguiente adaptación, evolución y toma de conciencia con la que termina la película.
¿Pero qué es Flow, qué significa? Cada cual puede hacer la lectura que desee, para mí, como digo en el título de esta reseña, es un viaje espiritual. Una road-movie en el sentido de que habla de un viaje; con la consiguiente adaptación, evolución y toma de conciencia con la que termina la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Comienza y termina de la misma forma, con un reflejo del protagonista en el agua, con una forma de entender lo que es uno viéndose reflejado en el agua, que el elemento que supone la crisis, el camino, el aprendizaje.
Y para realizar este viaje nada mejor que olvidarnos del ser humano y centrarnos en el mundo animal con todos los significados que queramos otorgarles. Por eso no es de extrañar que el protagonista sea un gato, posiblemente el animal más espiritual de la creación. Un ser que observa el mundo, siempre alerta, con esos ojos enormes que todo lo escrutan.
La capibara es otro de los personajes, el animal que mejor se lleva con los demás, incluso aunque no sean de su especie. Un ser calmado, sencillo, simple que vive su evolución sin grandes altibajos.
Es curioso que para representar a un personaje preocupado por el materialismo, por los objetos, con la intención de acaparar, se haya elegido a un primate, la especie más cercana al ser humano, el gran ausente de la película. O quizás no.
El perro represente a un ser sociable, juguetón, que obedece a sus instintos más básicos pero fiel a sus amigos hasta el límite.
Todos esos personajes nadan en el mar de las dudas existenciales, adaptándose como pueden y evolucionando como hace el protagonista, el gato, que pasa del miedo al agua a adaptarse hasta el punto de aprender a pescar y alimentarse de ese torrente aparentemente adverso.
Y el único ser que está fuera de ese problema es el ave que surca los cielos, un ave blanca, imponente, angelical. Que interviene para salvar al protagonista y que ello le lleva al enfrentamiento con los suyos que lo repudian y castigan rompiéndole un ala y obligándose a no poder volver a volar.
Entre el gato y el ave se establece una relación afectuosa, hasta el punto de que el gato quiere acompañar al ave en su destino final, cuando mueres, ascendiendo a los cielos. Pero no es el momento del gato, que tiene que continuar con su proceso, con su viaje espiritual. Pero no está solo, cuenta con sus compañeros y con otro animal enorme, poderoso, que también interviene para salvarle, la ballena. Cumplido su cometido, cuando el mar de dudas se reduce, la ballena ya no tiene cometido y también muere ante la atenta mirada de agradecimiento del gato.
Han completado el viaje, un apasionante viaje repleto de incertidumbre, con esa angustia que transmite la película. No es gratuito que el elemento que causa la crisis, el que obliga a realizar el viaje, es el agua, el elemento de la vida, la representación misma de la vida. Es el agua, el mar de dudas, el que invita a fluir, que es también la traducción del inglés del título.
Finaliza la película con el reflejo de los animales en el agua, con la toma de conciencia de lo que son. Hasta entonces solo se veían en uno de los objetos recolectados por el acaparador, un espejo que se rompe en el viaje y solo ofrece una imagen cuarteada. Finalmente es el agua el elemento que produce un reflejo real de lo que son los personajes tras su viaje espiritual, de su toma de conciencia.
En definitiva, una magnífica película, repleta de significados, de sentimientos y de invitaciones a la reflexión. Por eso solamente es apta para quien guste de pensar, de entender, de dudar, de plantearse cosas, de evolucionar, de fluir.
Y para realizar este viaje nada mejor que olvidarnos del ser humano y centrarnos en el mundo animal con todos los significados que queramos otorgarles. Por eso no es de extrañar que el protagonista sea un gato, posiblemente el animal más espiritual de la creación. Un ser que observa el mundo, siempre alerta, con esos ojos enormes que todo lo escrutan.
La capibara es otro de los personajes, el animal que mejor se lleva con los demás, incluso aunque no sean de su especie. Un ser calmado, sencillo, simple que vive su evolución sin grandes altibajos.
Es curioso que para representar a un personaje preocupado por el materialismo, por los objetos, con la intención de acaparar, se haya elegido a un primate, la especie más cercana al ser humano, el gran ausente de la película. O quizás no.
El perro represente a un ser sociable, juguetón, que obedece a sus instintos más básicos pero fiel a sus amigos hasta el límite.
Todos esos personajes nadan en el mar de las dudas existenciales, adaptándose como pueden y evolucionando como hace el protagonista, el gato, que pasa del miedo al agua a adaptarse hasta el punto de aprender a pescar y alimentarse de ese torrente aparentemente adverso.
Y el único ser que está fuera de ese problema es el ave que surca los cielos, un ave blanca, imponente, angelical. Que interviene para salvar al protagonista y que ello le lleva al enfrentamiento con los suyos que lo repudian y castigan rompiéndole un ala y obligándose a no poder volver a volar.
Entre el gato y el ave se establece una relación afectuosa, hasta el punto de que el gato quiere acompañar al ave en su destino final, cuando mueres, ascendiendo a los cielos. Pero no es el momento del gato, que tiene que continuar con su proceso, con su viaje espiritual. Pero no está solo, cuenta con sus compañeros y con otro animal enorme, poderoso, que también interviene para salvarle, la ballena. Cumplido su cometido, cuando el mar de dudas se reduce, la ballena ya no tiene cometido y también muere ante la atenta mirada de agradecimiento del gato.
Han completado el viaje, un apasionante viaje repleto de incertidumbre, con esa angustia que transmite la película. No es gratuito que el elemento que causa la crisis, el que obliga a realizar el viaje, es el agua, el elemento de la vida, la representación misma de la vida. Es el agua, el mar de dudas, el que invita a fluir, que es también la traducción del inglés del título.
Finaliza la película con el reflejo de los animales en el agua, con la toma de conciencia de lo que son. Hasta entonces solo se veían en uno de los objetos recolectados por el acaparador, un espejo que se rompe en el viaje y solo ofrece una imagen cuarteada. Finalmente es el agua el elemento que produce un reflejo real de lo que son los personajes tras su viaje espiritual, de su toma de conciencia.
En definitiva, una magnífica película, repleta de significados, de sentimientos y de invitaciones a la reflexión. Por eso solamente es apta para quien guste de pensar, de entender, de dudar, de plantearse cosas, de evolucionar, de fluir.
25 de enero de 2025
25 de enero de 2025
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una bonita historia sin diálogos sobre como encontrar tu sitio a través de la aceptación y la superación. Un gato vive en un mundo sin humanos que se ve súbitamente inundado. Tratando de sobrevivir, forma un grupo junto a animales de distintas especies conformando una suerte de familia.
Hay poco malo que se pueda decir de esta cinta de animacion, más allá de que no haya líneas de diálogo y algunos significados sean algo abstrusos. Pero lo nuclear se entiende bien: aceptar al diferente es parte del proceso de encontrar el propio sitio, lo mismo que luchar, no rendirse y cambiar para ser mejor.
La animación propiamente dicha es muy buena, en especial la representación del agua. No hay contexto acerca de como el mundo llego a ese estado, como el agua invade la tierra y se retira después, o de donde salen algunas criaturas que vemos. Pero no es una película de fantasía que quiera presumir de mitologia, es un viaje emocional que se hace muy ameno pese a la ausencia de palabras. Disfrútenla.
Hay poco malo que se pueda decir de esta cinta de animacion, más allá de que no haya líneas de diálogo y algunos significados sean algo abstrusos. Pero lo nuclear se entiende bien: aceptar al diferente es parte del proceso de encontrar el propio sitio, lo mismo que luchar, no rendirse y cambiar para ser mejor.
La animación propiamente dicha es muy buena, en especial la representación del agua. No hay contexto acerca de como el mundo llego a ese estado, como el agua invade la tierra y se retira después, o de donde salen algunas criaturas que vemos. Pero no es una película de fantasía que quiera presumir de mitologia, es un viaje emocional que se hace muy ameno pese a la ausencia de palabras. Disfrútenla.
28 de enero de 2025
28 de enero de 2025
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un documental, y una peli de misterio, y un film de aventuras, y una cinta ambientada en una fantasía utópica. Tiene toques, personajes y descartes (y, a su vez, no se parece en nada) de Disney, Estudio Ghibli, James Gunn y David Lynch. Y todo eso con animales no antropomorfizados que se comportan como bichos realistas (salvo cuando no).
En fin, que sorprende y es original. Tanto, que no hace faltan voces ni humanos.
En fin, que sorprende y es original. Tanto, que no hace faltan voces ni humanos.
3 de febrero de 2025
3 de febrero de 2025
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conocía esta “Flow” hasta que vi que le había arrebatado el globo de oro a mejor película de animación a “Robot salvaje”, lo que era una carta de presentación demasiado poderosa como para dejarla pasar. Se trata de una película hecha con mimo y con un estilo artístico (visual y sonoro) exquisito. La historia tiene tantas vertientes e interpretaciones que creo que la aleja bastante del público infantil, en contra de lo que he leído por ahí. Aquí los animales no hablan ni mucho menos cantan. Es cierto que tiene algún momento que se hace repetitivo pero es muy bonita y te deja pensando, que siempre es de agradecer. Eso sí, volviendo al principio de la crítica, me sigue pareciendo un pelín mejor “Robot salvaje”.
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