Abigail
2024 

5.8
4,751
Terror. Fantástico
A una banda de delincuentes se les ha encargado secuestrar a Abigail, una bailarina de doce años hija de una poderosa figura del inframundo. Su misión requiere también vigilarla durante la noche para poder cobrar un rescate de 50 millones de dólares. En una mansión aislada, los captores comienzan a desaparecer, uno por uno, y descubren, para su creciente horror, que la pequeña niña con la que están encerrados no es normal y está mostrando su verdadera naturaleza. [+]
8 de mayo de 2024
8 de mayo de 2024
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que maravillosa hubiese sido esta película, si no la hubiesen destripado casi toda en el tráiler…
Porque sí, los muy malnacidos han arruinado la mayoría de sorpresas en el dichoso tráiler, que a bueno hora le di al play… Bueno, la campaña promocional tampoco ha ayudado, pero digamos que hay un giro hacia la mitad que, si viviésemos en los maravillosos años 90, nos habría dejado casi tan sorprendidos como la pirueta argumental de cierto clásico del género, ya sabéis, la Teta enroscada…
Pero no os preocupéis, ya que la película se las ingenia para ser una cinta de terror la mar de disfrutona, siendo consciente de sí misma, y ofreciendo un espectáculo entretenido al espectador. Y claro, como no es un nuevo bodrio de terror, la crítica la ha aplaudido hasta con las nalguitas, pero parece que el público no le ha hecho demasiado caso, y como el presupuesto no ha sido precisamente bajo, le costará sacar beneficios. Sorprende que una buena película de terror sea ignorada por el gran público, para que después atentados al buen gusto sean éxitos incontestables. Los caprichos del destino, supongo…
Dirigen los mismos de Noche de bodas (Ready or Not), que hoy es poco menos que considerada un clásico de culto, que oye, también era bien maja, pero quizás nos estemos pasando un poc… Y también de las dos últimas entregas de Scream, la quinta un insulto a la saga, y la sexta un despiporre que se puede aceptar si te la tomes como un producto independiente y ajeno a las películas con Ghostface.
Aquí vuelven a demostrar que no se les da nada mal aquello de dirigir, con momentos muy logrados y que nos recuerdan a lo mejor del subgénero de los chupasangres, destacando el acertado e inteligente uso de efectos prácticos durante casi toda la película, ahorrándonos tener que sufrir unos efectos digitales que hoy en día jamás están a la altura. Más artesanía, por favor.
Respecto al guion, no viene a reinventar la rueda, ya que suena a ya visto, y como la mayoría de sorpresas te las sabes de antemano a poco que investigues lo mínimo, pues la palabra predecible te viene a la azotea en no pocas ocasiones. Pero oye, tiene un no sé qué, que qué se yo, que la hace destacar por encima de otras propuestas similares, porque si bien es cierto que bebe de infinidad de producciones anteriores, tiene su propia identidad y triunfa como propuesta de terror para echar la noche.
Los personajes son estereotipos con patas, siendo el más alarmante la típica protagonista aburrida con drama personal que no interesa a nadie, pero el resto tienen su gracia, en especial por la labor de los actores, algunos estupendos, otros no tanto.
Empecemos por lo malo, y esa es Melissa Barrera, popular actriz por revelar sus ideales y ser despedida a continuación por ello, pero esa es otra historia. Estamos aquí para hablar de su trabajo, y no hay mucho qué decir, o al menos nada bueno. La intérprete tiene dos registros, simular que es un ladrillo, y… no, perdón, solo tiene uno. Lo siento, pero en nada de lo que la he visto me ha convencido, no entendiendo que ven en ella. Bueno, sí, lo sé, pero no me dice nada como actriz, aunque no negaré que su personaje es el peor de la cinta, por soso, y la muchacha hace lo que puede.
Quien sí está maravilloso es el señor Dan Stevens, pero este buen hombre siempre está bien, entregándose siempre a la causa sin mirar atrás. Eso sí, viendo sus últimos trabajos, da la sensación de que su agente es su peor enemigo y que se quiere cargar su carrera, porque es tan buen actor, que cuesta verle en según qué productos, y no, no lo digo por Abigail, mal pensados, pero que tenga cuidado, porque es tan bueno, que sería una lástima que caiga en el injusto olvido.
Y hablando de buenos actores que toman malas decisiones y no tienen el reconocimiento que se merecen, ¿soy el único que se ha dado cuenta de que Kevin Durand es un actor cojonudo? La verdad es que a veces me da esa sensación, pero me alegro de que le hayan regalado un papel más protagónico, con un Durand pasándoselo en grande y aprovechando la oportunidad. Dadle un papel protagonista a este tiarrón, que lo está pidiendo a gritos…
Lo del omnipresente Giancarlo Esposito es tan anecdótico, que no merece la pena ni mencionarlo, pero que se ha convertido en el nuevo Samuel L. Jackson, por aquello de aparecer en todas las películas, no tiene debate alguno. Si pestañeas, aparece en tu bol de Kellog’s dándote los buenos días. Me alegro por él, porque se debe estar haciendo de oro con tantas apariciones, y sabéis qué, que se lo merece, pero no negaré que la palabra desaprovechado me ha rondado también la azotea.
Y vamos con la mejor del reparto, que no, no es ninguno de los que he mencionado, es la niña del título, la señorita Alisha Weir, que ya sorprendió a propios y extraños con el musical de Matilda, y que aquí nos regala una perfomance que ríete tú del puto Daniel Day-Lewis. A Meryl Streep le ha salido competencia, y si a esta menuda actriz no la van a nominar a un Oscar, es porque su película es de terror con tintes cómicos, pero se merece la estatuilla, porque han nominado a otros actores y actrices por mucho menos. Injusticia lo llaman en mi pueblo, pero se come la película con patatas. Ha nacido una estrella, porque ser lo mejor en una película con semejante reparto, es un golpe sobre la mesa. Qué coño, la ha partido. Estad atentos, porque si juega bien sus cartas va a tener mucho qué decir en los próximos años.
En conclusión, una propuesta de terror y comedia que sirve como entretenimiento, y que si bien no va a pasar a los anales de la historia ni tiene pinta de que vaya a ser un futuro clásico de culto, cumple su cometido a la perfección, destacando una buena dirección, un reparto entregado, y unas intenciones que se agradecen, porque en su sencillez y humildad, radica su magia. Y bueno, en la actuación de Weir, que ríete tú de Hannibal Lecter, porque solo por ella, ya merece la pena el viaje. Conforme.
Más críticas: Javi McClane (Youtube)
Porque sí, los muy malnacidos han arruinado la mayoría de sorpresas en el dichoso tráiler, que a bueno hora le di al play… Bueno, la campaña promocional tampoco ha ayudado, pero digamos que hay un giro hacia la mitad que, si viviésemos en los maravillosos años 90, nos habría dejado casi tan sorprendidos como la pirueta argumental de cierto clásico del género, ya sabéis, la Teta enroscada…
Pero no os preocupéis, ya que la película se las ingenia para ser una cinta de terror la mar de disfrutona, siendo consciente de sí misma, y ofreciendo un espectáculo entretenido al espectador. Y claro, como no es un nuevo bodrio de terror, la crítica la ha aplaudido hasta con las nalguitas, pero parece que el público no le ha hecho demasiado caso, y como el presupuesto no ha sido precisamente bajo, le costará sacar beneficios. Sorprende que una buena película de terror sea ignorada por el gran público, para que después atentados al buen gusto sean éxitos incontestables. Los caprichos del destino, supongo…
Dirigen los mismos de Noche de bodas (Ready or Not), que hoy es poco menos que considerada un clásico de culto, que oye, también era bien maja, pero quizás nos estemos pasando un poc… Y también de las dos últimas entregas de Scream, la quinta un insulto a la saga, y la sexta un despiporre que se puede aceptar si te la tomes como un producto independiente y ajeno a las películas con Ghostface.
Aquí vuelven a demostrar que no se les da nada mal aquello de dirigir, con momentos muy logrados y que nos recuerdan a lo mejor del subgénero de los chupasangres, destacando el acertado e inteligente uso de efectos prácticos durante casi toda la película, ahorrándonos tener que sufrir unos efectos digitales que hoy en día jamás están a la altura. Más artesanía, por favor.
Respecto al guion, no viene a reinventar la rueda, ya que suena a ya visto, y como la mayoría de sorpresas te las sabes de antemano a poco que investigues lo mínimo, pues la palabra predecible te viene a la azotea en no pocas ocasiones. Pero oye, tiene un no sé qué, que qué se yo, que la hace destacar por encima de otras propuestas similares, porque si bien es cierto que bebe de infinidad de producciones anteriores, tiene su propia identidad y triunfa como propuesta de terror para echar la noche.
Los personajes son estereotipos con patas, siendo el más alarmante la típica protagonista aburrida con drama personal que no interesa a nadie, pero el resto tienen su gracia, en especial por la labor de los actores, algunos estupendos, otros no tanto.
Empecemos por lo malo, y esa es Melissa Barrera, popular actriz por revelar sus ideales y ser despedida a continuación por ello, pero esa es otra historia. Estamos aquí para hablar de su trabajo, y no hay mucho qué decir, o al menos nada bueno. La intérprete tiene dos registros, simular que es un ladrillo, y… no, perdón, solo tiene uno. Lo siento, pero en nada de lo que la he visto me ha convencido, no entendiendo que ven en ella. Bueno, sí, lo sé, pero no me dice nada como actriz, aunque no negaré que su personaje es el peor de la cinta, por soso, y la muchacha hace lo que puede.
Quien sí está maravilloso es el señor Dan Stevens, pero este buen hombre siempre está bien, entregándose siempre a la causa sin mirar atrás. Eso sí, viendo sus últimos trabajos, da la sensación de que su agente es su peor enemigo y que se quiere cargar su carrera, porque es tan buen actor, que cuesta verle en según qué productos, y no, no lo digo por Abigail, mal pensados, pero que tenga cuidado, porque es tan bueno, que sería una lástima que caiga en el injusto olvido.
Y hablando de buenos actores que toman malas decisiones y no tienen el reconocimiento que se merecen, ¿soy el único que se ha dado cuenta de que Kevin Durand es un actor cojonudo? La verdad es que a veces me da esa sensación, pero me alegro de que le hayan regalado un papel más protagónico, con un Durand pasándoselo en grande y aprovechando la oportunidad. Dadle un papel protagonista a este tiarrón, que lo está pidiendo a gritos…
Lo del omnipresente Giancarlo Esposito es tan anecdótico, que no merece la pena ni mencionarlo, pero que se ha convertido en el nuevo Samuel L. Jackson, por aquello de aparecer en todas las películas, no tiene debate alguno. Si pestañeas, aparece en tu bol de Kellog’s dándote los buenos días. Me alegro por él, porque se debe estar haciendo de oro con tantas apariciones, y sabéis qué, que se lo merece, pero no negaré que la palabra desaprovechado me ha rondado también la azotea.
Y vamos con la mejor del reparto, que no, no es ninguno de los que he mencionado, es la niña del título, la señorita Alisha Weir, que ya sorprendió a propios y extraños con el musical de Matilda, y que aquí nos regala una perfomance que ríete tú del puto Daniel Day-Lewis. A Meryl Streep le ha salido competencia, y si a esta menuda actriz no la van a nominar a un Oscar, es porque su película es de terror con tintes cómicos, pero se merece la estatuilla, porque han nominado a otros actores y actrices por mucho menos. Injusticia lo llaman en mi pueblo, pero se come la película con patatas. Ha nacido una estrella, porque ser lo mejor en una película con semejante reparto, es un golpe sobre la mesa. Qué coño, la ha partido. Estad atentos, porque si juega bien sus cartas va a tener mucho qué decir en los próximos años.
En conclusión, una propuesta de terror y comedia que sirve como entretenimiento, y que si bien no va a pasar a los anales de la historia ni tiene pinta de que vaya a ser un futuro clásico de culto, cumple su cometido a la perfección, destacando una buena dirección, un reparto entregado, y unas intenciones que se agradecen, porque en su sencillez y humildad, radica su magia. Y bueno, en la actuación de Weir, que ríete tú de Hannibal Lecter, porque solo por ella, ya merece la pena el viaje. Conforme.
Más críticas: Javi McClane (Youtube)
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