No
7.1
8,298
Drama
René Saavedra (Gael García Bernal) es un ejecutivo de publicidad que regresa a Chile tras su exilio en México y diseña una brillante y optimista campaña que propugna el "No" al plebiscito chileno de 1988. Su objetivo es poner fin a la dictadura militar y derrocar a Augusto Pinochet, con una estrategia de márketing no basada en el enfrentamiento y la denuncia del régimen sino en la esperanza de un futuro mejor. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2013
22 de octubre de 2013
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Uno descubrió, en plena adolescencia, en un cine de verano de Villajoyosa que el mundo no era tan bonito como nos lo pintaban. Ocurrió con una película nada veraniega, "Llueve sobre Santiago" (Helvio Soto / 1975). La dictadura chilena desvirgó mi conciencia social y desde aquel verano hasta hoy ha seguido y sigue lloviendo mucho. Demasiado.
Basada en un pieza teatral, Larraín se consolida como director a nivel internacional con este su cuarto largo. Sabe de lo que habla, ya que fue publicista y su familia ocupó cargos en el gobierno. El tono documental con la movilidad de la camara, la fotografía deliberadamente sucia, con uso y abuso de planos (constantes reflejos del sol) a los que se les ve la intención, hace que su largo metraje se haga aspero. Lo compensa con un ritmo muy inteligente y una planificación excelente donde se cuenta todo lo que se quiere contar, desde la represión de la dictadura, la lucha de unos Mad Men chilenos del 88 por influir en la opinión pública el signo de su voto, el drama personal familiar de su protagonista, un estupendo Garcia Bernal y multitud de pequeños detalles como la soledad de su jefe en el momento de la supuesta victoria del Sí.....,etc.
Al final, la vida sigue, los implicados se acomodan y el pueblo, los pueblos, vuelven a su "stand by", hasta la próxima campaña comercial que nos diga lo bien o lo mal que van las cosas.
Basada en un pieza teatral, Larraín se consolida como director a nivel internacional con este su cuarto largo. Sabe de lo que habla, ya que fue publicista y su familia ocupó cargos en el gobierno. El tono documental con la movilidad de la camara, la fotografía deliberadamente sucia, con uso y abuso de planos (constantes reflejos del sol) a los que se les ve la intención, hace que su largo metraje se haga aspero. Lo compensa con un ritmo muy inteligente y una planificación excelente donde se cuenta todo lo que se quiere contar, desde la represión de la dictadura, la lucha de unos Mad Men chilenos del 88 por influir en la opinión pública el signo de su voto, el drama personal familiar de su protagonista, un estupendo Garcia Bernal y multitud de pequeños detalles como la soledad de su jefe en el momento de la supuesta victoria del Sí.....,etc.
Al final, la vida sigue, los implicados se acomodan y el pueblo, los pueblos, vuelven a su "stand by", hasta la próxima campaña comercial que nos diga lo bien o lo mal que van las cosas.
1 de enero de 2014
1 de enero de 2014
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Como si estiviera hecha en los 70's. La cámara, el sonido y por supuesto la ambientación. Al principio resulta un poco molesto pero al rato no te das cuenta.
No sé nada de este director ni de la trilogía ni si está basada de alguna forma en la realidad. Podría haber sido así y da que pensar...
Me gustó.
No sé nada de este director ni de la trilogía ni si está basada de alguna forma en la realidad. Podría haber sido así y da que pensar...
Me gustó.
26 de enero de 2014
26 de enero de 2014
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Rodada en formato 1,33:1 que me hecho para atrás al principio, pero que en está film tiene una gran excepción y con una fotografía impecable como la televisión de la época, Pablo Larraín narra “Seamos honesto, hoy Chile piensa en su futuro” vivamente, en una época durísima y oscura con gran maestría “Chile la alegría ya viene”, el “No” más positivo que se ha contado, pero tiene doble lectura, me quedo que actualmente se da la influencia propagandista en los medios, el eslogan político o la publicidad en sí, de como se puede manipular a las masas. Unas buenas interpretaciones, también de su protagonista Gael García Bernal. Una película MEDITADA
17 de febrero de 2014
17 de febrero de 2014
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No se para mucho en cuestiones políticas, creo, aunque toda la película trata sobre el plebiscito ocurrido en 1988 en el que Chile votaba si quería la continuación en el poder de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte. Esto es algo que se agradece a la hora de disfrutar de una obra de este tipo.
No es poco interesante ir viendo cómo el contenido de los 15 minutos se va adaptando a las necesidades y embites de cada momento, transmitiendo muy claramente que de la información a la manipulación hay solo un paso. Solo se puede echar un poco en falta el seguimiento en la cronología de los días de campaña.
No entiendo por qué el personaje de Gael García Bernal es tan plano. No parece tener emociones, a diferencia de Alfredo Castro, que hace muy buen papel.
No es poco interesante ir viendo cómo el contenido de los 15 minutos se va adaptando a las necesidades y embites de cada momento, transmitiendo muy claramente que de la información a la manipulación hay solo un paso. Solo se puede echar un poco en falta el seguimiento en la cronología de los días de campaña.
No entiendo por qué el personaje de Gael García Bernal es tan plano. No parece tener emociones, a diferencia de Alfredo Castro, que hace muy buen papel.
4 de marzo de 2014
4 de marzo de 2014
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Así como ocurriera con la campaña que llevó a la presidencia a Barack Obama, la cual consiguió que en un país donde el voto no es obligatorio se sumaran al sufragio millones de personas que en otras ocasiones no lo hubieran hecho, volcando el resultado a favor del demócrata, "NO" presenta un hecho análogo de la historia reciente de Chile, al momento de legitimar en 1988 la continuidad del régimen militar u optar por el retorno a la normalidad constitucional democrática.
Además de su importancia histórica - particularmente para los que vivimos fuera de ese país -, la película vuelve a poner sobre el tapete un tema muy complejo, como lo es la tensión entre el acontecer cotidiano del sujeto en el contexto en que habita, y la contrastante presentación mediática del mismo contexto (supuestamente "la realidad") que le ofrecen unos u otros factores de poder y sectores políticos.
Y en este sentido, el mensaje es "insuficiéntemente sociológico" (casi ho ahonda en las convicciones "pre mediáticas" e inmutables de amplios sectores de la población), dando así por defecto una importancia excesiva al poder de manipulación (ética o perversa) que los medios ejercen sobre la población, y desconociendo las convicciones surgidas en su vida cotidiana por la propia experiencia "corporal", más que de las que son resultado del mensaje mediático (eso que en Argentina se ha dado en llamar "el relato oficial").
Es cierto que "NO" no es un documental, en el cual soslayar lo antedicho sería descalificador, pero su estética fronteriza, en la que la ficción oficia de documentalista - al estilo de los "making off" -, la ubica en un lugar "incómodo" a la hora de privilegiar su contenido.
Habiendo poca referencia a que la intención de la campaña publicitaria - de ambos bandos - está primordialmente dirigida a captar los votos de "indecisos", queda la sensación de que su influencia vá más allá de la que realmente tiene sobre la conciencia de las personas.
Por fuera de ello - si se quiere una crítica "ideológica" -, "NO" es un producto cinematográfico latinoamericano de altísimo valor, que celebramos que se sume a lo bueno del género producido en la región.
Como espectador la recomiendo calurosamente, aunque como "sujeto crítico" no comparta plenamente su postura.
Además de su importancia histórica - particularmente para los que vivimos fuera de ese país -, la película vuelve a poner sobre el tapete un tema muy complejo, como lo es la tensión entre el acontecer cotidiano del sujeto en el contexto en que habita, y la contrastante presentación mediática del mismo contexto (supuestamente "la realidad") que le ofrecen unos u otros factores de poder y sectores políticos.
Y en este sentido, el mensaje es "insuficiéntemente sociológico" (casi ho ahonda en las convicciones "pre mediáticas" e inmutables de amplios sectores de la población), dando así por defecto una importancia excesiva al poder de manipulación (ética o perversa) que los medios ejercen sobre la población, y desconociendo las convicciones surgidas en su vida cotidiana por la propia experiencia "corporal", más que de las que son resultado del mensaje mediático (eso que en Argentina se ha dado en llamar "el relato oficial").
Es cierto que "NO" no es un documental, en el cual soslayar lo antedicho sería descalificador, pero su estética fronteriza, en la que la ficción oficia de documentalista - al estilo de los "making off" -, la ubica en un lugar "incómodo" a la hora de privilegiar su contenido.
Habiendo poca referencia a que la intención de la campaña publicitaria - de ambos bandos - está primordialmente dirigida a captar los votos de "indecisos", queda la sensación de que su influencia vá más allá de la que realmente tiene sobre la conciencia de las personas.
Por fuera de ello - si se quiere una crítica "ideológica" -, "NO" es un producto cinematográfico latinoamericano de altísimo valor, que celebramos que se sume a lo bueno del género producido en la región.
Como espectador la recomiendo calurosamente, aunque como "sujeto crítico" no comparta plenamente su postura.
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