Barreras
6.3
9,586
Drama
En los años 50, un padre afroamericano lucha contra los prejuicios raciales mientras trata de sacar adelante a su familia en una serie de eventos fundamentales en su vida para él y para los suyos. Denzel Washington lleva al cine una obra de teatro que ya interpretó en Broadway. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2022
18 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos motivos de peso para ver esta película:
- Es una clase de interpretación de 2 horas de Davis y Washington
- Los diálogos
Por lo que respecta al resto de las características de la película nada me llamó la atención aunque tampoco eché nada en falta. Habrá alguno que podrá decir que es demasiado lenta, y eso ya es a gusto del consumidor, pero a mi se me hizo corta.
- Es una clase de interpretación de 2 horas de Davis y Washington
- Los diálogos
Por lo que respecta al resto de las características de la película nada me llamó la atención aunque tampoco eché nada en falta. Habrá alguno que podrá decir que es demasiado lenta, y eso ya es a gusto del consumidor, pero a mi se me hizo corta.
13 de febrero de 2017
13 de febrero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda mi crítica abajo, no concibo las críticas sin spoilers...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1º- Mis respetos hacia el filme, un 9.
2º- Hacía tiempo que no pensaba en cuánto sacrificio le debo a mis padres y en cómo renunciaron a ellos para crear un nosotros. Cine valiente, buen cine.
3º- La aparente sencillez de la línea temporal resulta insultantemente absurda hasta que uno la entiende. Desde el presente se nos narra un pasado que crece paralelo a la historia mostrándonos la influencia que tienen las grandes figuras en las personas de su entorno y la honda huella que dejan cuando se van.
4º- El reparto está pletórico, sobresaliendo D. Washington, no en vano es una película hecha por y para él. Casi se pueden palpar las cicatrices del Sr. Maxton, gran trabajo.
5º- Estoy enamorado de la guerra que libra Troy con sus fantasmas y cómo éstos nunca salen de la pantalla.
6º- Corriendo un tupido velo con la apertura de puertas del cielo, no me convence el tratamiento a medias del machismo. Se entrevé algo, pero si te vas a meter, hazlo de lleno, no te quedes en el intento.
2º- Hacía tiempo que no pensaba en cuánto sacrificio le debo a mis padres y en cómo renunciaron a ellos para crear un nosotros. Cine valiente, buen cine.
3º- La aparente sencillez de la línea temporal resulta insultantemente absurda hasta que uno la entiende. Desde el presente se nos narra un pasado que crece paralelo a la historia mostrándonos la influencia que tienen las grandes figuras en las personas de su entorno y la honda huella que dejan cuando se van.
4º- El reparto está pletórico, sobresaliendo D. Washington, no en vano es una película hecha por y para él. Casi se pueden palpar las cicatrices del Sr. Maxton, gran trabajo.
5º- Estoy enamorado de la guerra que libra Troy con sus fantasmas y cómo éstos nunca salen de la pantalla.
6º- Corriendo un tupido velo con la apertura de puertas del cielo, no me convence el tratamiento a medias del machismo. Se entrevé algo, pero si te vas a meter, hazlo de lleno, no te quedes en el intento.
30 de enero de 2017
30 de enero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
• Denzel Washington nos trae esta adaptación del libro del mismo nombre, ganador del Pulitzer…. Y que tenemos acá?
• Un debate actoral de primera… Washington literalmente se transforma en un aguerrido trabajador, de ideas muy fuertes, quien tiene que luchar y lidiar con sus ideales y las consecuencias de sus acciones, en una secuencia de diálogos impresionantes. Aquí realmente su actuación es algo colosal, por lo que se convierte en un fuerte contendiente para el Oscar.
• Por otro lado tenemos a la gran Viola Davis…aquí esto se convierte en una guerra de actuación, pues ella complemente cada escena, dándonos la otra cara de la moneda, la adaptación a los cambios.
• Fences nos trae de manera magistral consecuencias de los que construyen cercas para protegerse del exterior y de cómo la lucha contra estos nos pone a prueba…. Davis y Washington encajan a la perfección.
• La fotografía, el montaje son excepcionales. Los personajes secundarios le dan un gran valor al film.
• Totalmente recomendable.
• Un debate actoral de primera… Washington literalmente se transforma en un aguerrido trabajador, de ideas muy fuertes, quien tiene que luchar y lidiar con sus ideales y las consecuencias de sus acciones, en una secuencia de diálogos impresionantes. Aquí realmente su actuación es algo colosal, por lo que se convierte en un fuerte contendiente para el Oscar.
• Por otro lado tenemos a la gran Viola Davis…aquí esto se convierte en una guerra de actuación, pues ella complemente cada escena, dándonos la otra cara de la moneda, la adaptación a los cambios.
• Fences nos trae de manera magistral consecuencias de los que construyen cercas para protegerse del exterior y de cómo la lucha contra estos nos pone a prueba…. Davis y Washington encajan a la perfección.
• La fotografía, el montaje son excepcionales. Los personajes secundarios le dan un gran valor al film.
• Totalmente recomendable.
24 de febrero de 2017
24 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Aunque puede ser una película fiera y conmovedora en algunos tramos, no consigue librarse del lugar que le corresponde, el teatro. El texto es puramente teatral y la puesta en escena en plana.
-Es un trabajo admirable que no está nada bien enfocado. Se siente largo y algo fatigoso, pero los intérpretes lo sacan adelante cada vez que parece perdido.
Esta es la tercera película de Denzel Washington como director. En 2002 estrenó su ópera prima, "Antwone Fisher", un sólido drama en el que ya dirigió a Viola Davis. Cinco años después llegaba a carteleras "The Great Debaters”, otro drama de admirables ambiciones, aunque con unos cuantos peros y dudosas decisiones, con el que optó al Globo de Oro. Ahora se mete de lleno en la carrera de los Oscar con su tercer largometraje, el cual lleva intentando sacar adelante bastante tiempo. Más concretamente desde que en 2010 protagonizara junto a Viola Davis la obra homónima ganadora del premio Pulitzer y escrita por August Wilson, que intenta mudar al medio cinematográfico en esta ocasión. De aquella, ambos actores recibieron el premio Tony por sus interpretaciones, y ahora que retoman los mismos papeles, ambos optan a alzarse con el preciado Oscar. Está claro que el filme se beneficia de que Washington se conozca la obra y a su personaje de memoria, pero incluso con esa ventaja, conseguir que la obra funcione en el cambio de medio, es una tarea harto complicada.
La famosa y densa obra de Wilson no gana nada en su paso al cine. Algunos dirán incluso que pierde fuerza y autenticidad. Washington fracasa en su trabajo tras las cámaras, sus espaldas no son capaces de aguantar el peso de la teatralidad. De este modo, la película es pura verborrea constante filmada por una cámara que tiene más bien poco que decir, que no hace buen uso de los primeros planos y rechaza aprovechar los espacios, en especial la casa de la familia, lugar donde transcurre la mayor parte de la historia y que hubiera servido a varios fines dramáticos y visuales. Los únicos momentos en los que cineasta utiliza un lenguaje acorde con el medio, son esos montajes con música mediante los cuales aborda las elipsis de tiempo destacadas en la historia. Aún así el filme se salva de ser un desastre, gracias a la calidad del texto y de las interpretaciones. Personajes repletos de aristas, contradictorios y muy bien construidos; que interpretados por este reparto se vuelven casi de carne y hueso. Por supuesto destacan Viola Davis y Denzel Washington, que mudan de piel con la facilidad que les proporciona conocer sus personajes como la palma de su mano, él ofreciendo además un imponente trabajo corporal. Por último están esos diálogos robustos y con astillas que se te clavan, y que en boca del reparto cobran una fuerza aún mayor.
No hay mucho más que decir de esta tercera película de Denzel Washington como director. Son 140 minutos cinematográficamente muy pobres. Aunque no niego la eficacia del “crescendo” o la energía de algunos elementos que ayudan a mantenerse atento, el cine debe ser fundamentalmente una narración visual. “Fences” se convierte aquí en algo estático, largo y sí, profundamente teatral. Como cine es un fracaso, como obra de teatro filmada, mantiene muchas virtudes de las versiones que pasaron por el escenario.
-Es un trabajo admirable que no está nada bien enfocado. Se siente largo y algo fatigoso, pero los intérpretes lo sacan adelante cada vez que parece perdido.
Esta es la tercera película de Denzel Washington como director. En 2002 estrenó su ópera prima, "Antwone Fisher", un sólido drama en el que ya dirigió a Viola Davis. Cinco años después llegaba a carteleras "The Great Debaters”, otro drama de admirables ambiciones, aunque con unos cuantos peros y dudosas decisiones, con el que optó al Globo de Oro. Ahora se mete de lleno en la carrera de los Oscar con su tercer largometraje, el cual lleva intentando sacar adelante bastante tiempo. Más concretamente desde que en 2010 protagonizara junto a Viola Davis la obra homónima ganadora del premio Pulitzer y escrita por August Wilson, que intenta mudar al medio cinematográfico en esta ocasión. De aquella, ambos actores recibieron el premio Tony por sus interpretaciones, y ahora que retoman los mismos papeles, ambos optan a alzarse con el preciado Oscar. Está claro que el filme se beneficia de que Washington se conozca la obra y a su personaje de memoria, pero incluso con esa ventaja, conseguir que la obra funcione en el cambio de medio, es una tarea harto complicada.
La famosa y densa obra de Wilson no gana nada en su paso al cine. Algunos dirán incluso que pierde fuerza y autenticidad. Washington fracasa en su trabajo tras las cámaras, sus espaldas no son capaces de aguantar el peso de la teatralidad. De este modo, la película es pura verborrea constante filmada por una cámara que tiene más bien poco que decir, que no hace buen uso de los primeros planos y rechaza aprovechar los espacios, en especial la casa de la familia, lugar donde transcurre la mayor parte de la historia y que hubiera servido a varios fines dramáticos y visuales. Los únicos momentos en los que cineasta utiliza un lenguaje acorde con el medio, son esos montajes con música mediante los cuales aborda las elipsis de tiempo destacadas en la historia. Aún así el filme se salva de ser un desastre, gracias a la calidad del texto y de las interpretaciones. Personajes repletos de aristas, contradictorios y muy bien construidos; que interpretados por este reparto se vuelven casi de carne y hueso. Por supuesto destacan Viola Davis y Denzel Washington, que mudan de piel con la facilidad que les proporciona conocer sus personajes como la palma de su mano, él ofreciendo además un imponente trabajo corporal. Por último están esos diálogos robustos y con astillas que se te clavan, y que en boca del reparto cobran una fuerza aún mayor.
No hay mucho más que decir de esta tercera película de Denzel Washington como director. Son 140 minutos cinematográficamente muy pobres. Aunque no niego la eficacia del “crescendo” o la energía de algunos elementos que ayudan a mantenerse atento, el cine debe ser fundamentalmente una narración visual. “Fences” se convierte aquí en algo estático, largo y sí, profundamente teatral. Como cine es un fracaso, como obra de teatro filmada, mantiene muchas virtudes de las versiones que pasaron por el escenario.
24 de febrero de 2017
24 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabe sin duda hablar de un subgénero cinematográfico muy específico cuando nos referimos a la filmografía que aúna todas las películas sobre el problema racial en los Estados Unidos de América. Títulos tan dispares como “Adivina quien viene esta noche”, “Arde Mississippi”, “American History X”, “Crash”, “12 años de esclavitud”, “Django desencadenado”, “Malcolm X” o “En el calor de la noche” reflejan de forma recurrente unas heridas no cicatrizadas, a pesar del transcurso del tiempo, en el seno de la sociedad norteamericana. Se trata de una inagotable fuente de inspiración para cineastas de los más diversos estilos y de un vehículo para la filmación de un cine de denuncia, social y reivindicativo. En pleno siglo XXI, el problema de fondo, lejos de atenuarse, se recrudece cada cierto tiempo en las calles estadounidenses y continúa presentando un notable protagonismo en los proyectos que la industria se encarga de llevar a la gran pantalla.
“Fences” se basa en una conocidísima obra teatral anglosajona, ganadora del prestigioso premio Pulitzer, estrenada en Broadway en 1985 y galardonada asimismo con un Tony. Pertenece al denominado “Ciclo Pittsburgh” del dramaturgo August Wilson, una serie de textos que relatan la historia de los afroamericanos a lo largo del siglo veinte. Retornó recientemente a las tablas con la presencia estelar sobre el escenario de los actores Denzel Washington y Viola Davis. Así que, cuando saltó la noticia de que iba a dar el salto al cine, el propio Washington emergió como la figura más adecuada para encargarse de la propuesta, tanto delante como detrás de las cámaras. Y, ciertamente, el resultado final ha sido muy positivo, recibiendo entre otros reconocimientos cuatro nominaciones a los Oscar (película, actor, actriz secundaria y guión adaptado).
Destaca sobremanera tanto a nivel interpretativo como dramático. Resulta patente la calidad del libreto que sirve de base a su sólido guión, así como la implicación del director con los personajes y con el espíritu de la obra. Lleva a cabo una recreación honesta y cuidadosa de un texto sumamente importante, no sólo para él sino también para millones de sus compatriotas. Cuenta la historia de un basurero que trabaja en Pittsburgh en la década de los cincuenta. En su juventud había sido un prometedor y ambicioso jugador de béisbol que soñaba con vivir del deporte. Sin embargo, a estas alturas de su vida, tiene que conformarse con una existencia trivial, soportando a diario episodios de discriminación racial y esforzándose para superar los problemas, con el objetivo de sacar a su familia adelante.
La procedencia escénica del proyecto no pasa desapercibida. No se aprecian grandes movimientos de cámara ni muestras de originalidad en la filmación. Tal vez peca de un estilo excesivamente estático y poco cinematográfico aunque, tratándose de la adaptación de una obra teatral, tales características no pueden calificarse como deméritos. Aun así, pueden propiciar cierta sensación de monotonía durante la proyección pero, en todo caso, el resultado obtenido es altamente favorable. El largometraje conmueve y traslada a los espectadores una carga dramática muy elevada. Algunas de sus secuencias ponen los pelos de punta, dada la emotividad de la tragedia y la capacidad que despliegan los actores a la hora de transmitirla.
Sin duda, el principal factor del éxito del film se asienta sobre la labor interpretativa de su reparto. Sin el magnetismo, la presencia y el carisma de sus dos protagonistas nos encontraríamos ante un título meramente correcto. Son ellos quienes se elevan por encima de la corrección formal para alcanzar un nivel superior de calidad artística, realizando un trabajo sobresaliente. Denzel Washington es, además de un gran actor, un interesante realizador. Con dos estatuillas doradas en su haber de entre ocho candidaturas, es un intérprete solvente con enormes dotes para seducir a la cámara. Y, por lo que se refiere a Viola Davis, ha ganado recientemente el Globo de Oro gracias a esta sensacional actuación y acumula otras tres nominaciones a los Premios de la Academia de Hollywood.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
“Fences” se basa en una conocidísima obra teatral anglosajona, ganadora del prestigioso premio Pulitzer, estrenada en Broadway en 1985 y galardonada asimismo con un Tony. Pertenece al denominado “Ciclo Pittsburgh” del dramaturgo August Wilson, una serie de textos que relatan la historia de los afroamericanos a lo largo del siglo veinte. Retornó recientemente a las tablas con la presencia estelar sobre el escenario de los actores Denzel Washington y Viola Davis. Así que, cuando saltó la noticia de que iba a dar el salto al cine, el propio Washington emergió como la figura más adecuada para encargarse de la propuesta, tanto delante como detrás de las cámaras. Y, ciertamente, el resultado final ha sido muy positivo, recibiendo entre otros reconocimientos cuatro nominaciones a los Oscar (película, actor, actriz secundaria y guión adaptado).
Destaca sobremanera tanto a nivel interpretativo como dramático. Resulta patente la calidad del libreto que sirve de base a su sólido guión, así como la implicación del director con los personajes y con el espíritu de la obra. Lleva a cabo una recreación honesta y cuidadosa de un texto sumamente importante, no sólo para él sino también para millones de sus compatriotas. Cuenta la historia de un basurero que trabaja en Pittsburgh en la década de los cincuenta. En su juventud había sido un prometedor y ambicioso jugador de béisbol que soñaba con vivir del deporte. Sin embargo, a estas alturas de su vida, tiene que conformarse con una existencia trivial, soportando a diario episodios de discriminación racial y esforzándose para superar los problemas, con el objetivo de sacar a su familia adelante.
La procedencia escénica del proyecto no pasa desapercibida. No se aprecian grandes movimientos de cámara ni muestras de originalidad en la filmación. Tal vez peca de un estilo excesivamente estático y poco cinematográfico aunque, tratándose de la adaptación de una obra teatral, tales características no pueden calificarse como deméritos. Aun así, pueden propiciar cierta sensación de monotonía durante la proyección pero, en todo caso, el resultado obtenido es altamente favorable. El largometraje conmueve y traslada a los espectadores una carga dramática muy elevada. Algunas de sus secuencias ponen los pelos de punta, dada la emotividad de la tragedia y la capacidad que despliegan los actores a la hora de transmitirla.
Sin duda, el principal factor del éxito del film se asienta sobre la labor interpretativa de su reparto. Sin el magnetismo, la presencia y el carisma de sus dos protagonistas nos encontraríamos ante un título meramente correcto. Son ellos quienes se elevan por encima de la corrección formal para alcanzar un nivel superior de calidad artística, realizando un trabajo sobresaliente. Denzel Washington es, además de un gran actor, un interesante realizador. Con dos estatuillas doradas en su haber de entre ocho candidaturas, es un intérprete solvente con enormes dotes para seducir a la cámara. Y, por lo que se refiere a Viola Davis, ha ganado recientemente el Globo de Oro gracias a esta sensacional actuación y acumula otras tres nominaciones a los Premios de la Academia de Hollywood.
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