Anatomía de un asesinato
1959 

8.0
20,284
Drama
Frederick Manion (Ben Gazzara), un teniente del ejército, asesina fríamente al presunto violador de su mujer (Lee Remick). Ella contrata como abogado defensor a Paul Biegler (James Stewart), un honrado hombre de leyes. Durante el juicio se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia. Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2023
18 de octubre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinaria mezcla de intriga y drama judicial con gratificantes ráfagas de humor dirigida por Otto Preminger, quien adaptaba con texto de Wendell Mayes una novela de Robert Traver.
La banda sonora corre a cargo del gran músico de jazz Duke Ellington, quien aparece tocando el piano junto a James Stewart en una escena de esta extensa y magistral historia de juicio, violación, asesinato y celos, sin duda una de las mejores películas sobre temática judicial jamás filmadas.
El guión es de primerísimo nivel y de una riqueza exuberante, con unos diálogos que desbordan inteligencia y cinismo. Por su parte la puesta en escena resulta excelente, mientras que el retrato de personajes es sensacional, con unos secundarios ricos en matices y admirablemente definidos en un relato exento de maniqueísmos.
Las interpretaciones son sobresalientes, lideradas por un grandioso (una vez más) James Stewart en uno de los papeles más recordados de su colosal carrera.
La banda sonora corre a cargo del gran músico de jazz Duke Ellington, quien aparece tocando el piano junto a James Stewart en una escena de esta extensa y magistral historia de juicio, violación, asesinato y celos, sin duda una de las mejores películas sobre temática judicial jamás filmadas.
El guión es de primerísimo nivel y de una riqueza exuberante, con unos diálogos que desbordan inteligencia y cinismo. Por su parte la puesta en escena resulta excelente, mientras que el retrato de personajes es sensacional, con unos secundarios ricos en matices y admirablemente definidos en un relato exento de maniqueísmos.
Las interpretaciones son sobresalientes, lideradas por un grandioso (una vez más) James Stewart en uno de los papeles más recordados de su colosal carrera.
19 de mayo de 2007
19 de mayo de 2007
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Milimétrica obra maestra sobre el cine de juicios; ya desde sus antológicos títulos de crédito del gran Saul Bass hasta el cierre, cada minuto de la película es una cuestión de guión de indudable calidad. Sus protagonistas son muy acertados:un James Stewart y su eterna cara de buenazo, la atractiva ambigüedad de Lee Remick y el rostro de malote de Ben Gazzara, así como unos secundarios de lujo, terminan por completar una extensa duración que se pasa en un suspiro. Si quizás las películas sobre juicios pueden llegar a cansar, la matemática puesta en escena que se realiza aquí logra inyectar suspense y entretenimiento a partes iguales. Ya podrían la mitad de las películas que se realizan hoy en día, con la misma duración de ésta, ser la mitad de entretenidas que "Anatomía de un asesinato"; pero no.
31 de julio de 2019
31 de julio de 2019
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que sí, que vale. "Anatomía de un asesinato" no puede juzgarse (valga la redundancia) como una mala película. El reparto es excepcional y trata una investigación criminal con gran minuciosidad, desde el punto de vista judicial.
Pero yo me salgo por la tangente y no puedo darle una gran nota, pues me parece una película tremendamente pesada, por momentos aburrida e incluso me atrevo a decir que sobrevalorada.
Las actuaciones son buenas, pero es lentísima.
El enfrentamiento jurídico y dialéctico da opciones de lucirse a los actores, pero en el fondo del todo, lo único que se hace en este film es hablar.
El delito es fuerte, pero no aprecio en la víctima una expresión creíble de su sufrimiento o emociones.
En definitiva, es uno de esos títulos clásicos que, a pesar de que no dejo de reconocer su calidad, su pesadez y su eterno metraje me pesan muchísimo hasta el punto de que es bastante improbable que me anime a volver a verla una sola vez más. Me pasa algo parecido con algunos films de política como "Todos los hombres del presidente", por ejemplo. Que sea buena no quiere decir que no sea un tostón considerable.
Peso la balanza y le dejo un 5, aunque muchos cinéfilos quieran lincharme.
Pero yo me salgo por la tangente y no puedo darle una gran nota, pues me parece una película tremendamente pesada, por momentos aburrida e incluso me atrevo a decir que sobrevalorada.
Las actuaciones son buenas, pero es lentísima.
El enfrentamiento jurídico y dialéctico da opciones de lucirse a los actores, pero en el fondo del todo, lo único que se hace en este film es hablar.
El delito es fuerte, pero no aprecio en la víctima una expresión creíble de su sufrimiento o emociones.
En definitiva, es uno de esos títulos clásicos que, a pesar de que no dejo de reconocer su calidad, su pesadez y su eterno metraje me pesan muchísimo hasta el punto de que es bastante improbable que me anime a volver a verla una sola vez más. Me pasa algo parecido con algunos films de política como "Todos los hombres del presidente", por ejemplo. Que sea buena no quiere decir que no sea un tostón considerable.
Peso la balanza y le dejo un 5, aunque muchos cinéfilos quieran lincharme.
15 de septiembre de 2006
15 de septiembre de 2006
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha tenido pegado al sofá (ojalá fuese a la butaca) a pesar de sus dos horas y media de duración, y a pesar de su inadecuada música (por alegre)
Al principio me dije: “vaya; otra de abogado hundido y dado a la bebida que encuentra el caso de su vida” (vamos; como la mediocre “Veredicto final” de Sydney Lumet), pero nada que ver, y sobre todo nada que envidiar…
Buenísima película sobre la ambigüedad del alma humana (que ya se sabe que es muy subjetiva), pero también sobre la ambigüedad de la ley (que pasa por ser objetiva):
Es ambiguo el abogado defensor James Stewart (al menos sexualmente), es ambiguo Ben Gazzara (¿enloqueció de verdad o pretende fingirlo para justificar su crimen?), es ambigua Lee Remick: ¿víctima pasiva o provocadora activa? (lástima que la ausencia de sutileza de esta mala actriz impida reflejar la ambigüedad requerida), son ambiguos incluso los testigos en el juicio (¿estamos ante un “problema” o ante una “violación”?)
Una película de múltiples capas, o sea, de las buenas.
Al principio me dije: “vaya; otra de abogado hundido y dado a la bebida que encuentra el caso de su vida” (vamos; como la mediocre “Veredicto final” de Sydney Lumet), pero nada que ver, y sobre todo nada que envidiar…
Buenísima película sobre la ambigüedad del alma humana (que ya se sabe que es muy subjetiva), pero también sobre la ambigüedad de la ley (que pasa por ser objetiva):
Es ambiguo el abogado defensor James Stewart (al menos sexualmente), es ambiguo Ben Gazzara (¿enloqueció de verdad o pretende fingirlo para justificar su crimen?), es ambigua Lee Remick: ¿víctima pasiva o provocadora activa? (lástima que la ausencia de sutileza de esta mala actriz impida reflejar la ambigüedad requerida), son ambiguos incluso los testigos en el juicio (¿estamos ante un “problema” o ante una “violación”?)
Una película de múltiples capas, o sea, de las buenas.
26 de mayo de 2015
26 de mayo de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otto Preminger tiene dos obras maestras para mi indiscutibles, una es "Laura" y la otra ésta. Drama judicial que se cocina a fuego lento y que expone con rotunda firmeza un juicio de lo más emocionante.
Tanto la una como la otra coinciden en que el argumento, lleno de intriga y giros argumentales en su primer visionado fascina, resultando apabullante su milimétrica precisión. En un segundo sigue atrapando por los mismos motivos, pero el los siguientes, cuando se sabe su trama y sus giros de memoria, su mecanismo funciona con tal perfección que se sigue disfrutando de manera "metafísica"".
Es tal el grado de satisfacción que me producen que no me canso de verla y escucharla. No pasan 5 años sin que me deleite con una u otra.
Todo el reparto está en estado de gracia, especialmente James Stewart y George C. Scott, en un papel que parece su continuación de "El buscavidas".
Tanto la una como la otra coinciden en que el argumento, lleno de intriga y giros argumentales en su primer visionado fascina, resultando apabullante su milimétrica precisión. En un segundo sigue atrapando por los mismos motivos, pero el los siguientes, cuando se sabe su trama y sus giros de memoria, su mecanismo funciona con tal perfección que se sigue disfrutando de manera "metafísica"".
Es tal el grado de satisfacción que me producen que no me canso de verla y escucharla. No pasan 5 años sin que me deleite con una u otra.
Todo el reparto está en estado de gracia, especialmente James Stewart y George C. Scott, en un papel que parece su continuación de "El buscavidas".
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