La doble vida de Verónica
Drama
Weronika vive en Polonia y tiene una brillante carrera como cantante, pero padece una grave dolencia cardíaca. En Francia, a más de mil kilómetros, vive Véronique, otra joven idéntica que guarda muchas similitudes vitales con ella, como su enfermedad y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas. (FILMAFFINITY)
21 de agosto de 2006
21 de agosto de 2006
17 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me ha gustado nada en absoluto...con decir que me quedé dormido dos veces. Es muy lenta, predecible y oscura. He visto películas que son muy lentas pero no por ello malas (por ejemplo Audition). Pensaba que el tema de las dos Verónicas daría mucho juego pero nada más lejos de la realidad. Yo tengo sensibilidad como el que más, pero es que no ha logrado transmitirme nada en absoluto. No puedo destacar ninguna cualidad positiva, por tanto la valoro negativamente y no entiendo como ha podido gustar tanto y alcanzar la nota tan alta que tiene.
19 de abril de 2015
19 de abril de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Krzysztof Kieslowski después de dirigir los decálogos optó por una nueva obra. En esta ocasión, protagonizada por Irène Jacob, una hermosa y talentosa actriz de carrera regular sin resonar tanto en el panorama cinematográfico como otras actrices europeas aún siendo una actriz muy elogiada por algunos de sus trabajos, como el que nos ocupa en estos párrafos. Cosas de elección de películas y de aspiraciones propias, supongo.
Jacob, que por aquel entonces aún tenía que consolidarse en su profesión, protagoniza dos papeles no tan diferentes uno del otro. La mayor diferencia es que Weronika es polaca y Véronique es francesa; salvo eso, pocas más diferencias habrá.
La actriz francesa tiene que cargar con casi todo el peso de la película y cumple con el desafío sobradamente, dotando de misterio, alegría o sensualidad a su personaje. Se nota aún más cuando es Véronique que siendo Weronika porque su voz cuando es la polaca no es la suya propia. A pesar de ello, se nota que está inspirada.
Acompañando la labor de Irène Jacob destaca también la fotografía de Slawomir Idziak, que da a las escenas de un entorno cotidiano una forma diferente de verlo utilizando distintos colores dominando sobre las escenas con luz natural, dotando a la obra de una original belleza.
Un aspecto negativo de esta película es que la historia de la doble vida no da casi nada de interés a la cinta. Kieslowski y su tocayo, Krzysztof Piesiewicz, no ahondan en ese tema que podría haber dado mucho más de sí. Por el contrario, opta por narrar las vidas de ambas y sus aventuras. Creo que la película me habría gustado más si hubieran optado por esa vía. A pesar de esto, es una película que merece la pena darle la oportunidad.
Al igual que en un examen de clase, un bien raspado.
Jacob, que por aquel entonces aún tenía que consolidarse en su profesión, protagoniza dos papeles no tan diferentes uno del otro. La mayor diferencia es que Weronika es polaca y Véronique es francesa; salvo eso, pocas más diferencias habrá.
La actriz francesa tiene que cargar con casi todo el peso de la película y cumple con el desafío sobradamente, dotando de misterio, alegría o sensualidad a su personaje. Se nota aún más cuando es Véronique que siendo Weronika porque su voz cuando es la polaca no es la suya propia. A pesar de ello, se nota que está inspirada.
Acompañando la labor de Irène Jacob destaca también la fotografía de Slawomir Idziak, que da a las escenas de un entorno cotidiano una forma diferente de verlo utilizando distintos colores dominando sobre las escenas con luz natural, dotando a la obra de una original belleza.
Un aspecto negativo de esta película es que la historia de la doble vida no da casi nada de interés a la cinta. Kieslowski y su tocayo, Krzysztof Piesiewicz, no ahondan en ese tema que podría haber dado mucho más de sí. Por el contrario, opta por narrar las vidas de ambas y sus aventuras. Creo que la película me habría gustado más si hubieran optado por esa vía. A pesar de esto, es una película que merece la pena darle la oportunidad.
Al igual que en un examen de clase, un bien raspado.
26 de agosto de 2015
26 de agosto de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El claro precedente de "Rojo". Ya no sólo por el dominio de este color (que se mezcla con el dorado, creando así un ambiente cercano al de "Amélie".), sino por la vitalidad de ambas Verónicas (especialmente la polaca, cuya vitalidad queda hasta caricaturizada con los gestos incluso naïf de "recepción de gracia" y los motivos que se repiten en ambas películas (el amor causual entre vecinos, la torpeza de la protagonista...).
Es el precedente, pero es infinitamente mejor. Aunque lxs cinéfilxs de escoba al cuello dirán que es un filme infantil, de personajes poco complejos, de fotografía repetitiva y que no sabe explorar a lo Dostoievski las posibilidades de los alter ego, "La doble vida de Verónica" es un filme para almas tiernas, un filme que intenta combinar la obligada inteligencia de lxs cinéfilxs con lo humano que nos lleva a serlo. Digo que recuerda a Amélie por lo infantil, quizá sobrenatural, del amor entre la Verónica francesa y el escritor. Estoy segura que a otrxs les recordará Amélie, pero, si bien no dudé en decir que la octava entrega del Decálogo era la "Sonata de Otoño" de Kieslowski, "La doble vida de Verónica" no es para nada una Amélie (ignorando un poco la línea del tiempo xD) en su esencia, pero sí en su contorno.
Como siempre, la magia de las películas de Kieslowski se encuentra en lo perspicaz ("sentido punzante", que se dice en alemán) de la cámera. El papel de la música en este filme es MA-GIS-TRAL, infinitamente mejor que en "Azul", donde la música también juega un papel dominante. Más allá del significado que pueda tener (yo suelo interpretar la música como el dominio del instinto de vida sobre todas las estrategias adaptativas que evitan el suicidio) da a la película la fuerza REALISTA que tienen algunas vidas. Eso se ve claramente en el personaje del escritor, así como en la reacción enamorada de la Verónica francesa.
Es el precedente, pero es infinitamente mejor. Aunque lxs cinéfilxs de escoba al cuello dirán que es un filme infantil, de personajes poco complejos, de fotografía repetitiva y que no sabe explorar a lo Dostoievski las posibilidades de los alter ego, "La doble vida de Verónica" es un filme para almas tiernas, un filme que intenta combinar la obligada inteligencia de lxs cinéfilxs con lo humano que nos lleva a serlo. Digo que recuerda a Amélie por lo infantil, quizá sobrenatural, del amor entre la Verónica francesa y el escritor. Estoy segura que a otrxs les recordará Amélie, pero, si bien no dudé en decir que la octava entrega del Decálogo era la "Sonata de Otoño" de Kieslowski, "La doble vida de Verónica" no es para nada una Amélie (ignorando un poco la línea del tiempo xD) en su esencia, pero sí en su contorno.
Como siempre, la magia de las películas de Kieslowski se encuentra en lo perspicaz ("sentido punzante", que se dice en alemán) de la cámera. El papel de la música en este filme es MA-GIS-TRAL, infinitamente mejor que en "Azul", donde la música también juega un papel dominante. Más allá del significado que pueda tener (yo suelo interpretar la música como el dominio del instinto de vida sobre todas las estrategias adaptativas que evitan el suicidio) da a la película la fuerza REALISTA que tienen algunas vidas. Eso se ve claramente en el personaje del escritor, así como en la reacción enamorada de la Verónica francesa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quizá sea por preferencia personal (también me enamoré de "En la casa"), pero el alma del escritor está perfectamente detallada. La infantil crueldad tierna ("quería saber si era posible") con la voluntad firme que LA VIDA ES LITERATURA están muy bien detalladas. Claro que quiénes creen que la vida humana no es poética van a juzgarlo exagerado e increíble. También me enamoré de la imagen del te (flash a la segunda entrega de Decálogo)-bailarina...
En resumen, le doy un 8 por la perspicacia, por la valentía de saber retratar aquello que pocas vidas tienen pero que es esencialmente posible y porque me ha hecho llorar. Y eso no me pasa a menudo. .
En resumen, le doy un 8 por la perspicacia, por la valentía de saber retratar aquello que pocas vidas tienen pero que es esencialmente posible y porque me ha hecho llorar. Y eso no me pasa a menudo. .
29 de agosto de 2015
29 de agosto de 2015
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La terna Kieslowski-Piesiewicz-Preisner vuelven a manifestar el poder intrínseco de su obra. Retorna la pregunta, insiste la mirada, vive la metáfora, habita su geometría visual. A destacar la secuencia de las marionetas por todo su simbolismo; mientras Véronique solo tiene ojos para su titiritero
Se echa en falta una visión más extensa de Weronika, de su entorno.
Sobresaliente interpretación de Irène Jacob en un papel más complicado que en la posterior "Rouge".
Y como siempre un final abierto.
Se echa en falta una visión más extensa de Weronika, de su entorno.
Sobresaliente interpretación de Irène Jacob en un papel más complicado que en la posterior "Rouge".
Y como siempre un final abierto.
29 de enero de 2017
29 de enero de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenada en 1991, «La doble vida de Verónica» lanzó la carrera de Irène Jacob que ganó el premio de interpretación del Festival de Cannes por su doble papel de Weronika y Véronique. La fuerza de la película reside precisamente en ese vínculo omnipresente entre estas dos mujeres que se parecen, sienten las emociones de la otra y, sin embargo, nunca se han conocido. Krzysztof Kieślowski, que nos abandonó trágicamente cinco años después del estreno del filme, firma con esta película una de las obras maestras de su carrera: una sabia mezcla de poesía, cuya acción oscila entre el sueño y la realidad. Los silencios, las emociones palpables e impronunciables, los recuerdos casi enterrados y el desconcierto permanente alimentan la conexión entre ambas mujeres. El conjunto de la película alcanza su culmen con la historia de las marionetas, una verdadera metáfora del vínculo que une a estas dos mujeres y que aporta trascendencia al filme. Las imágenes de tonos amarillentos, casi rozando un sepia de buen gusto, contribuye a la belleza de los sentimientos y el intercambio de miradas de los actores. «La doble vida de Verónica» es una película con un aspecto visual cuidado, sensible y cuya originalidad no ha perdido en belleza hasta nuestros días.
Para esta y otras críticas, podéis visitar nuestro blog Los Indiscretos : https://losindiscretos.org/espanol/la-doble-vida-de-veronica-1991-krzysztof-kieslowski/
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