Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores
1975 

7.4
47,838
10 de julio de 2008
10 de julio de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colección de gags que giran sobre un argumento meramente esbozado, es, precisamente, la falta de un guión sólido lo que diferencia esta película de "La vida de Brian" y "El sentido de la vida", filmes mucho más elaborados y redondos, donde los chistes y sketchs se adaptan al filme, y no al contrario, como aquí.
Sin embargo, aunque cinematográficamente hablando "Los caballeros..." puede que sea una cinta mediocre, con pocas aportaciones, y, en términos generales, estoy seguro que se lo pasaron mejor ellos haciéndola que los espectadores viéndola, no se puede negar que algunos de los gags son brillantes, que la imaginación desborda cada escena de la película (con independencia de si se logra el resultado buscado) y que fue (y es) una brisa de originalidad en medio de tanta comedia al uso como se hacía (y se hace).
En resumen, y por buscar un símil actual, es como un episodio alargado de "Muchachada Nui": gracioso, pero con altibajos.
Sin embargo, aunque cinematográficamente hablando "Los caballeros..." puede que sea una cinta mediocre, con pocas aportaciones, y, en términos generales, estoy seguro que se lo pasaron mejor ellos haciéndola que los espectadores viéndola, no se puede negar que algunos de los gags son brillantes, que la imaginación desborda cada escena de la película (con independencia de si se logra el resultado buscado) y que fue (y es) una brisa de originalidad en medio de tanta comedia al uso como se hacía (y se hace).
En resumen, y por buscar un símil actual, es como un episodio alargado de "Muchachada Nui": gracioso, pero con altibajos.
19 de febrero de 2009
19 de febrero de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de humor surrealista que no se toma en serio a sí misma. Desternillante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para mí la escena de la película:
-¿Pero quién se ha creído qué es?
-Soy el Rey.
-Pues yo no le voté.
-A un Rey no se le vota.
-Entonces, ¿cómo llegó a ser Rey?
-Iba camino de Camelot cuando de repente emergió de las aguas la dama del lago y con su mano enfundada en un guante de seda me lanzó la espada de Excalibur...
-Así que usted es Rey sólo porque una furcia natatoria le lanzó una espada...
-¿Pero quién se ha creído qué es?
-Soy el Rey.
-Pues yo no le voté.
-A un Rey no se le vota.
-Entonces, ¿cómo llegó a ser Rey?
-Iba camino de Camelot cuando de repente emergió de las aguas la dama del lago y con su mano enfundada en un guante de seda me lanzó la espada de Excalibur...
-Así que usted es Rey sólo porque una furcia natatoria le lanzó una espada...
6 de febrero de 2011
6 de febrero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En lo personal, una muestra de un brillante y refinado humor británico, repleta escenas completamente absurdas e hilarantes, y cargada de gags muy bien elaborados, y unas secuencias de animación que sobrepasan tanto el surrealismo y lo absurdo, como las elaboradas escenas que tristemente ahora todo el mundo puede hacer, gracias a una buena computadora; en fin, los Monthy Phyton demuestran que las parodias (cuando son bien elaboradas), no necesitan ser acerca de un tema "actual" para obtener el puesto, que esta obra maestra de la comedia, con todas las de la ley ha ganado.
Una comedia para partirse de la risa.
Una comedia para partirse de la risa.
25 de junio de 2011
25 de junio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que esta es otra de esas películas que te enganchan o no. En mi caso particular no me hizo mucho gracia y me pareció un poco de mal gusto en varias de sus escenas. Pero sobresale de gran manera su montaje, ambientación y musicalización, creo que para otro tipo de película hubiera estado estupenda. Esos momentos donde se torna "importante" de verdad muy bien realizados. Las actuaciones correctas y un guión que va entre la ironía y la critica a muchas actitudes de la civilización Inglesa. Un intento de hacer humor surrealista no del todo bien logrado.
21 de marzo de 2013
21 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra del humor, no apta para todas las sensibilidades ni inteligencias.
El humor de los Monty Python es complejo porque abarca diversas escuelas, desde los clowns hasta lo surrealista. En muchos casos no busca la carcajada con un golpe de efecto sino el desternillamiento total con un concepto, un entorno, un marco referencial. Este es el caso de este film, concebido con la idea humorística genialoide de dotar de realismo la Edad Media y así desmontar su ridícula mística. La gente es ignorante a rabiar, la muerte y la fealdad reinan a sus anchas, las conductas humanas son patéticas. Es paradójico pensar que esta visión es mucho más realista que no la ofrecida por series y películas exitosas donde se atreven a poner en pantalla a decenas de personajes hablando cual eruditos en plena era de ignorancia y miedo, entre muchas otras ideas sonrojantes.
La grandeza, y ese es el matiz, reside en que con el grupo inglés nos reímos y reímos y, con ello, lo hacemos explícitamente de nosotros mismos y de nuestra insignificancia porque aprendemos que la estupidez humana atraviesa la coordenada tiempo desde el inicio del universo hasta su extinción final. Y no es por ello una risa que nos haga entristecer luego -no nos convierte en cínicos, no- sino que nos hace más listos, más sensibles, mejores personas. Esa habilidad sólo está al alcance de los más grandes, como Charles Chaplin. Por lo tanto, un diez como una casa y muchas gracias, señores.
El humor de los Monty Python es complejo porque abarca diversas escuelas, desde los clowns hasta lo surrealista. En muchos casos no busca la carcajada con un golpe de efecto sino el desternillamiento total con un concepto, un entorno, un marco referencial. Este es el caso de este film, concebido con la idea humorística genialoide de dotar de realismo la Edad Media y así desmontar su ridícula mística. La gente es ignorante a rabiar, la muerte y la fealdad reinan a sus anchas, las conductas humanas son patéticas. Es paradójico pensar que esta visión es mucho más realista que no la ofrecida por series y películas exitosas donde se atreven a poner en pantalla a decenas de personajes hablando cual eruditos en plena era de ignorancia y miedo, entre muchas otras ideas sonrojantes.
La grandeza, y ese es el matiz, reside en que con el grupo inglés nos reímos y reímos y, con ello, lo hacemos explícitamente de nosotros mismos y de nuestra insignificancia porque aprendemos que la estupidez humana atraviesa la coordenada tiempo desde el inicio del universo hasta su extinción final. Y no es por ello una risa que nos haga entristecer luego -no nos convierte en cínicos, no- sino que nos hace más listos, más sensibles, mejores personas. Esa habilidad sólo está al alcance de los más grandes, como Charles Chaplin. Por lo tanto, un diez como una casa y muchas gracias, señores.
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