Posesión satánica
7.7
9,706
Terror. Intriga
Una puritana institutriz es contratada para hacerse cargo de la educación de dos niños huérfanos que viven en una apartada mansión rural. Pronto empieza a sospechar que los antiguos criados, muertos hace tiempo, ejercen todavía una perniciosa influencia en la vida de los niños. Basada en la novela de Henry James "Otra vuelta de tuerca". (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2015
4 de junio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que reconocerlo, el terror antes era otro.
No venía de casas embrujadas o entes sobrenaturales, no.
Lo único que había que temer era la locura. La única frontera prohibida, el subconsciente.
Una mujer, Miss Gidens, acaba de salir al mundo, laboral primero y, se adivina, carnal después.
En las sutilezas de la interpretación de Deborah Kerr hay un monstruo escondido, se adivina, cuando ella menciona que le "gusta montarse sus fantasías de vez en cuando" y su procedencia de buena familia, dando por sentado que de los vicios, pocos, y de los placeres carnales, menos.
Su viaje a la mansión de un apoderado inglés casi puede verse como la primera vez que ella sale al mundo, el primer trabajo, las primeras dudas, el primer viaje a lo desconocido.
Cuando llega el elemento de tensión ella ya está más tensa de lo que parece: la llegada de Miles, el hijo adoptado del apoderado. En principio, simplemente, algo inesperado, y después algo perturbador. Llega a la mansión como un príncipe, en carruaje, tratado de "amo" por la criada, con modales refinados, y cierta picardía hacia Miss Gidens, que ella no sabe cómo encajar ni de qué manera aparentar que no la complace. Probablemente, el primer hombre que flirtea con ella, y allí, en esa casa en la que su dueño aparta sus responsabilidades, él es el centro de atención.
Pero, siempre hay un pero.
Gidens empieza a notar una presencia observándola, que sin embargo casi siempre se revela érronea, o provocada por los dos niños que aparecen de improviso por la casa. Cuando es posible que dos antiguos empleados de la propiedad estén tomando posesión de los niños para volver de su dolor, no queda duda: algo debe hacer ella.
A través de desvelos fantasmales, y ruidos que nunca estuvieron allí, una fantasía cobra vida en Miss Gidens, de la que nunca llegamos a saber si será verdad o un auto-engaño para conseguir acercarse a un niño-hombre que cada vez la trata con más confianzas que casi se vuelven incómodas.
La fantasía confundida con realidad es perturbadora.
Pero no hay nada más terrorífico que construir fantasmas donde solo hay terribles represiones.
No venía de casas embrujadas o entes sobrenaturales, no.
Lo único que había que temer era la locura. La única frontera prohibida, el subconsciente.
Una mujer, Miss Gidens, acaba de salir al mundo, laboral primero y, se adivina, carnal después.
En las sutilezas de la interpretación de Deborah Kerr hay un monstruo escondido, se adivina, cuando ella menciona que le "gusta montarse sus fantasías de vez en cuando" y su procedencia de buena familia, dando por sentado que de los vicios, pocos, y de los placeres carnales, menos.
Su viaje a la mansión de un apoderado inglés casi puede verse como la primera vez que ella sale al mundo, el primer trabajo, las primeras dudas, el primer viaje a lo desconocido.
Cuando llega el elemento de tensión ella ya está más tensa de lo que parece: la llegada de Miles, el hijo adoptado del apoderado. En principio, simplemente, algo inesperado, y después algo perturbador. Llega a la mansión como un príncipe, en carruaje, tratado de "amo" por la criada, con modales refinados, y cierta picardía hacia Miss Gidens, que ella no sabe cómo encajar ni de qué manera aparentar que no la complace. Probablemente, el primer hombre que flirtea con ella, y allí, en esa casa en la que su dueño aparta sus responsabilidades, él es el centro de atención.
Pero, siempre hay un pero.
Gidens empieza a notar una presencia observándola, que sin embargo casi siempre se revela érronea, o provocada por los dos niños que aparecen de improviso por la casa. Cuando es posible que dos antiguos empleados de la propiedad estén tomando posesión de los niños para volver de su dolor, no queda duda: algo debe hacer ella.
A través de desvelos fantasmales, y ruidos que nunca estuvieron allí, una fantasía cobra vida en Miss Gidens, de la que nunca llegamos a saber si será verdad o un auto-engaño para conseguir acercarse a un niño-hombre que cada vez la trata con más confianzas que casi se vuelven incómodas.
La fantasía confundida con realidad es perturbadora.
Pero no hay nada más terrorífico que construir fantasmas donde solo hay terribles represiones.
27 de agosto de 2015
27 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cinéfilo que de vez en cuando pica en épocas pasadas, hay que saber valorar una buena película en su contexto temporal.
En pleno siglo XXI, con efectos especiales fantásticos y el género de terror muy explotado con films de todas las clases, “Suspense” se puede quedar muy coja.
Pero tenemos que tener en cuenta que es de 1961, en blanco y negro y que todo era artesanal. La imaginación era el mejor arma para contar historias y transmitir emociones.
Basada en “Otra vuelta de tuerca”, de Henry James, nos cuenta la historia de una institutriz que se hace cargo de dos hermanos, niño y niña, en una gran casa donde parece ser que hay una presencia extraña acosando a los chavales.
Vista en las condiciones adecuadas, y poniéndonos en la piel de los que la vieran en su momento, hay que reconocer que puede producir miedo. Es un terror psicológico, en el que se intuyen las cosas más que verlas. Todo es muy sutil, pero muy bien estudiado para enganchar al espectador y producir una cierta inquietud.
Deborah Kerr realiza un trabajo sensacional, así como los niños, uno de los cuales presenta un comportamiento realmente extraño.
Los acontecimientos van “in crescendo”, con un ritmo muy adecuado con el que la película se pasa bastante rápida.
Como adaptación, es bastante fiel, por lo poco que recuerdo de cuando me leí el libro.
Me ha sorprendido la estupenda fotografía, algo que en el cine en blanco y negro es (a mi entender) más difícil de conseguir que con el color. Se nota en momentos como la visión a través de la ventana o el lúgubre paseo con el candelabro.
Se trata, por tanto, de una buena película de terror (más que de suspense, como dice el desacertadísimo título en español). Está realmente bien filmada y tiene un buen resultado, para ser tan antigua. Pero ya se sabe, a veces no siempre lo más nuevo es lo mejor.
Está clarísimo que Alejandro Amenábar se inspiró en este film y en la novela que lo originó para realizar “Los otros”. Y tengo que reconocer que la de Nicole Kidman está mejor que ésta en todos los sentidos (no solamente porque esté mejor hecha). Pero eso no le resta mérito a “Suspense”.
A la que estamos tratando, por mi gusto cinéfilo le daría un 6 de nota, pues he visto películas de terror que me han gustado mucho más, y no es tampoco la que me haya dado más miedo. Pero decido ponerle un punto más por el mérito de haberse hecho tan bien para los medios que había en 1961.
En pleno siglo XXI, con efectos especiales fantásticos y el género de terror muy explotado con films de todas las clases, “Suspense” se puede quedar muy coja.
Pero tenemos que tener en cuenta que es de 1961, en blanco y negro y que todo era artesanal. La imaginación era el mejor arma para contar historias y transmitir emociones.
Basada en “Otra vuelta de tuerca”, de Henry James, nos cuenta la historia de una institutriz que se hace cargo de dos hermanos, niño y niña, en una gran casa donde parece ser que hay una presencia extraña acosando a los chavales.
Vista en las condiciones adecuadas, y poniéndonos en la piel de los que la vieran en su momento, hay que reconocer que puede producir miedo. Es un terror psicológico, en el que se intuyen las cosas más que verlas. Todo es muy sutil, pero muy bien estudiado para enganchar al espectador y producir una cierta inquietud.
Deborah Kerr realiza un trabajo sensacional, así como los niños, uno de los cuales presenta un comportamiento realmente extraño.
Los acontecimientos van “in crescendo”, con un ritmo muy adecuado con el que la película se pasa bastante rápida.
Como adaptación, es bastante fiel, por lo poco que recuerdo de cuando me leí el libro.
Me ha sorprendido la estupenda fotografía, algo que en el cine en blanco y negro es (a mi entender) más difícil de conseguir que con el color. Se nota en momentos como la visión a través de la ventana o el lúgubre paseo con el candelabro.
Se trata, por tanto, de una buena película de terror (más que de suspense, como dice el desacertadísimo título en español). Está realmente bien filmada y tiene un buen resultado, para ser tan antigua. Pero ya se sabe, a veces no siempre lo más nuevo es lo mejor.
Está clarísimo que Alejandro Amenábar se inspiró en este film y en la novela que lo originó para realizar “Los otros”. Y tengo que reconocer que la de Nicole Kidman está mejor que ésta en todos los sentidos (no solamente porque esté mejor hecha). Pero eso no le resta mérito a “Suspense”.
A la que estamos tratando, por mi gusto cinéfilo le daría un 6 de nota, pues he visto películas de terror que me han gustado mucho más, y no es tampoco la que me haya dado más miedo. Pero decido ponerle un punto más por el mérito de haberse hecho tan bien para los medios que había en 1961.
9 de julio de 2017
9 de julio de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los inocentes se aleja del típico cine de terror. Este filme tiene una historia bien construida, donde no se busca simplemente asustar a espectador; se busca generar preguntas en este. Los inocentes es un filme ambiguo. No sabemos si lo que sucede es real o proviene de la mente de la institutriz. Este es el aspecto más interesante de la película, porque permite involucrar al espectador en la historia. La película está bien narrada, y la fotografía a blanco y negro es excelente. Tanto Deborrah Kerr como Pamela Franklin y Martin Stephens realizan una excelente actuación. Filme que pone a pensar más que asustar.
18 de enero de 2018
18 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A día de hoy conserva su impacto. A día de hoy todavía da miedo con sus escenas frente a las ventanas y las sombras en la noche (y a la luz del día). A día de hoy aún su final es tan sorprendente y trágico como provocativo. "Suspense" es una joya del suspense y del terror que no debes perderte.
17 de junio de 2018
17 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Innocents’ (vi este film con este nombre, no con Suspense) muestra muchos elementos que hacen que sea considerada un film que no puede faltar en tu lista de clásicos de terror y suspenso. Su brillantez no solo se refleja en el buen manejo del miedo y lo escalofriante de su ambiente, sino que también, para ser una película de 1961, aprovecho muy bien inicio del género de casas embrujadas. Esta película es una de aquellas obras que ayudó a dar prestigio a las historias de caseríos oscuros habitados por fantasmas. El director Jack Clayton combina de manera acertada un tema tan interesante y complejo con un estilo de terror sin olvidar el espíritu del relato. Un film lleno de sutilezas que gana a cada visionado y lo convierte en una de las grandes obras del cine británico.
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